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CAPITULO 13

SARA

Después de desayunar y sentir su mirada sobre mi durante todo el proceso, él y mi papá siguieron su conversación por un rato, luego mi papá le dijo Carlos estas en tu casa, me voy a la iglesia, ya voy a llegar super tarde, espero que estés aquí cuando regrese para que sigamos hablando, cuida a mi princesa, se da vuelta y se va; ahí estaba yo en mi casa, sola con el hombre que amo, el miro por la ventana y se aseguró que mi papá ya se hubiera ido y corrió hacia mí, me beso como si su vida dependiera de ello, con una necesidad inmensa, luego me abrazo y me dijo: pensé que había sucedido algo, cuando no respondiste mis mensajes me preocupe y pues aquí estoy, yo solo sonreí y me alegro mucho que estuviera en mi casa, le agarre la mano y lo guie a mi habitación, nos acostamos en la cama abrazados y hablamos mucho, en algunas ocasiones el me daba besos en la frente, cosa que me encanta, me hace sentir segura y amada, los besos en la frente son una forma de demostrar el amor más puro y verdadero, pasaron casi dos horas, vi que ya casi era hora de que llegaran mis padres, así que le dije que era mejor estar en la sala, bajamos y pusimos una película, nos reímos, nos besamos, nuestras manos están unidas y no quiero soltarlas, pero el sonido en la puerta nos devolvió a la realidad, antes de pararme a abrir, le doy un último beso, dentro de mi ruego que pase el resto del día y se quede en la noche en la casa, mis padres llegaron, mi mamá sirvió el almuerzo, almorzamos como una familia de cinco personas, mis padres, mi hermano, Carlos y yo, mis padres dijeron que se van a dormir y que tienen una reunión en la iglesia de tres a seis y se llevan a mi hermano, así que tendremos más tiempo a solas, estoy realmente agradecida por eso, son las dos y cincuenta, desde que mis padres se acostaron a dormir, estuvimos en la sala, hablando, nada sobre nuestra relación, por momentos me hacía reír con algunas bobadas, mis padres están listos para irse, mi papá le da una mirada a Carlos y le pregunta si se quedara en la noche, a lo que él dice: si me lo permiten, para mí sería un honor, mi padre asiente y le dice que saldremos en la noche juntos y quiere que nos acompañe, yo estoy muriendo de felicidad, las cosas no podrían estar mejor, estamos solos de nuevo, él está sentado en el sofá y yo me acuesto y pongo mi cabeza en sus piernas, mientras el acaricia mis labios y me dice, amor, tus labios son mi perdición, me sonrojo al instante, todavía no me acostumbro a estas cosas, terminamos una película y le digo que subamos a mi habitación, él sonríe y responde; princesa, eso es una propuesta indecente, solo puedo reírme y le digo que quiero dormir un rato, el asiente y llegamos a la habitación, nos acostamos y tengo el fuerte impulso de besarlo y lo hago, pero no era un beso como los que le había dado antes, siento que necesito mucho mas de él, que un beso no es suficiente, cierro los ojos y me dejo llevar, el corresponde a ese beso y en un abrir y cerrar de ojos estoy debajo de su cuerpo, el besa el lóbulo de mi oreja, lo que desencadena una oleada de calor por todo mi cuerpo, baja a mi cuello, mientras que sus manos recorren mis piernas y empiezan a subir hasta llegar a mis senos, los presiona por encima de la blusa y el sostén, la sensación que siento en este momento es maravillosa, un gemido involuntario sale de mi boca, cosa que creo que lo enciende más ya que baja mi blusa y mi sostén y presiona sus labios sobre mis pezones, al sentir este contacto arqueo la espalda y otro gemido vuelve a salir, siento los músculos de mi vientre bajo contraerse, y algo acumulándose dentro de mí, el vuelve a mi boca me besa y me susurra, hermosa te amo, te deseo, y me besa, ahora yo también sé que lo deseo, pero esto no está bien, solo tengo trece años, me calmo por un momento, la excitación empieza a desaparecer, le agarro la cara, lo beso y le digo, yo también te amo y sé que también te deseo, pero aún no estoy lista, vamos de apoco, sonríe y me mira con esos ojos que me enamoraron, me da un beso en la cien y me abraza, luego susurra; gracias princesa por confiar en mí, gracias por estos momentos tan maravillosos, te prometo que no te voy a presionar, me deje llevar en este momento, porque te vez jodidamente sexi y ardiente y sé que te puedo sonar pervertido y créeme si no tuvieras trece años, hace mucho te había hecho mía, mi felicidad es absoluta, lo abrazo con fuerza, me paro de la cama, arreglo mi ropa, me dispongo a ir al baño, justo cuando estoy en la puerta veo hacia la cama y puedo ver como lucha para arreglar su pantalón y ocultar su erección, eso me hace sonreír y estar segura de sus sentimientos, al menos me desea.

CARLOS

No sé qué me pasó, estar en su habitación, ese beso que me dio, mi autocontrol se fue al carajo, deseaba su cuerpo con locura y pude sentir que ella también me desea, la bese con locura, me puse encima de ella y recorrí su cuerpo con mis manos y mis labios, beso el lóbulo de su oreja mientras mis manos recorren sus piernas, su piel suave como el terciopelo, beso su cuello, mis manos llegan a sus senos y vaya que sensación, al presionarlos, un gemido escapa de su boca, la veo sonrojarse, pero no me detiene, sigo besando y bajo su blusa y su sostén, beso su pezón, y otro gemido sale de su boca, sus gemidos me excitan al máximo, sigo jugando con sus pezones, con una mano acaricio uno, mientras que con la boca beso y le doy pequeños mordiscos al otro, luego voy a su boca, la beso y le digo cuanto la amo y la deseo, pero sé que es hora de detenerme, sino lo hago ahora, no podré detenerme y el animal sexual dormido dentro de mí me gobernará y no quiero lastimarla, la abrazo, la beso y la acarició, ella me abraza y se va al baño, me quedo en la cama luchando con mi pantalón y mi erección pues duele, sale del baño y se acuesta a mi lado, es el día más maravilloso de mi vida, jamás la había visto así, tan apasionada, tan entregada, siempre nos quedábamos en los besos, las caricias, lo máximo a lo que me había permitido era meter mis manos dentro de su blusa, no pensé tener un avance tan grande de un momento a otro y mucho menos en su casa, será verdad lo que me dijo que con adrenalina todo es mejor.

Después de eso, veo la hora, es casi hora de que sus padres regresen, así que me dirijo a la habitación en la que siempre me quedo, ya la siento como mía, me acuesto en la cama y a los diez minutos escucho a sus padre y hermano en la sala, salgo de la habitación, bajo las escaleras y llego a la sala, su padre la llama y le dice que se aliste que vamos a salir a cenar afuera, tarda alrededor de media hora, cuando la veo bajar, trago saliva dos veces, esta radiante, un vestido blanco de tiras, suelto, más debajo de las rodillas, sandalias planas, labios rosados, el maquillaje muy natural, se ve preciosa, a mi mente llego una imagen de ella con un vestido de novia, caminando hacia mí y mi corazón saltó de alegría, quiero que un día ese sueño se haga realidad. Salimos a comer, su padre estuvo a punto de discutir con un viejo pervertido que se quedó viendo a mi novia y yo quería matarlo, toda ella es una tentación y estoy molesto con ella, aunque no debería, pero como se le ocurre ponerse un vestido así, sin usar sostén, quiere matarme de un infarto y no solo a mí, a muchos hombres que se quedan viéndola con una mirada perversa, como desnudándola con la mirada, me consuela saber que aunque no lo he hecho por completo, al menos puedo sentir su cuerpo junto al mío y hoy pude ver su cara de placer y excitación, esa cara debería considerarse una de las siete maravillas de mundo.