Después de tres años de matrimonio, Wendy Stewart estaba acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Michael Lucas, sus amenazas frecuentes sobre el divorcio e incluso su indulgencia con una amante. Pensó que podría soportar todo esto toda su vida, hasta que accidentalmente quedó embarazada de un niño que Michael no quería. Finalmente desesperada, Wendy firmó el acuerdo de divorcio y se fue. Pensó que podrían haberse separado para siempre, pero Michael se negó a dejar de buscarla después del divorcio. Cuando se encontraron de nuevo, ella era la mejor diseñadora del mundo. Sonriendo dulcemente a su exmarido, dijo: —Mi querido, ya estamos divorciados. Michael simplemente la miró fríamente: —Dime, ¿qué hará falta para que nos reconciliemos?
La mirada de Wendy pronto cayó sobre Yonina. ¿Por qué estaba aquí?
Todos estaban desconcertados al ver a Wendy.
—Yonina pasó por casualidad, así que pensó en pasar a saludar. Ya se está yendo —rápidamente explicó la situación la Sra. Lucas mientras se esforzaba por sonreír. Pero la explicación de la Sra. Lucas solo hizo que la expresión de Wendy se oscureciera lentamente.
¿Yonina pasó por casualidad? ¿Qué clase de razón era esa?
La mansión de los Lucas estaba en lo profundo de un área llena de otras grandes mansiones. Conducir desde la carretera principal llevaba bastante tiempo.
¿Cómo podría alguien estar simplemente de paso? Pero Wendy no iba a señalar estas obvias inconsistencias. Lo que la familia Lucas hiciera no tenía nada que ver con ella en primer lugar.
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