Saliendo juntas de la casa de Lápiz, ambas rebosaban una sonrisa, la calidez del momento aún iluminando sus rostros.
Mientras tanto, en las puertas de My Fly, Lili esperaba frente a la salida principal del edificio. Estaba vestida con una chaqueta ligera de tonos pastel, sus manos en los bolsillos mientras observaba con paciencia a los estudiantes que iban y venían. Sus ojos buscaron a alguien en particular, hasta que lo vio.
JJ apareció en escena, caminando con su característico aire de confianza. Cargaba su mochila descuidadamente con una sola mano, y una chaqueta gris claro colgaba de sus hombros, ligeramente ajustada al frío de la tarde. Sus pasos eran relajados, casi calculados, mientras se dirigía hacia ella.
—Te tardaste, JJ —dijo Lili, cruzándose de brazos, aunque en su tono había un matiz juguetón.
JJ esbozó una sonrisa confiada, esa que siempre parecía tener una respuesta para todo. —Lo bueno se hace esperar.
Lili no pudo evitar reír, el sonido era ligero, como un tintineo en el aire. Extendió su mano hacia él con entusiasmo. —Vamos, tengo algo preparado.
La sonrisa de JJ cambió, desvaneciéndose lentamente. Su expresión se tornó más seria, casi dolida, mientras bajaba la mirada por un instante. Luego, con suavidad, tomó la mano extendida de Lili, pero en lugar de caminar, la jaló ligeramente hacia él, acercándola.
—¿Qué pasa, JJ? Vamos —preguntó Lili, con una mezcla de confusión y preocupación en su voz.
JJ la miró directamente a los ojos, sus facciones marcadas por una tristeza momentánea que parecía casi fuera de lugar en él. —Es que... yo... ya tenía algo planeado.
La sonrisa de Lili se desdibujó, dejando paso a una mueca tímida, sus mejillas enrojeciendo de inmediato. Bajó un poco la mirada, apretando los labios con nerviosismo. —Oh... si quieres, podemos hacer lo mío primero y después lo tuyo —dijo, intentando suavizar el momento.
De repente, JJ recuperó su compostura, dibujando en su rostro esa sonrisa confiada que siempre parecía controlar la situación. Sus ojos brillaron mientras entrecerraba los párpados, y sus labios se curvaron en un gesto que Lili siempre encontraba irresistible.
—No creo que sea mejor que mis planes —dijo, jalándola con suavidad hacia una dirección desconocida—. Ven, sígueme.
Lili parpadeó sorprendida, pero luego una sonrisa amplia se dibujó en su rostro. Miró con cariño la espalda de JJ mientras lo seguía, su mente llenándose de pensamientos dulces. "Qué buen novio tengo, siempre tiene algo preparado," pensó, sintiendo cómo su corazón latía más rápido.
Mientras caminaban, Lili no pudo contener su curiosidad. —Oye, JJ, ¿a dónde vamos? —preguntó, con una mezcla de intriga y emoción.
JJ no giró la cabeza, pero su sonrisa se ensanchó aún más. —¿A dónde crees?
Lili lo miró, intentando adivinar. Sus labios se curvaron en una sonrisa tímida. —Pues... yo quería ir al zoológico, a ver la nueva exhibición de pingüinos.
JJ levantó una ceja, fingiendo sorpresa. —Qué casualidad. Ese era exactamente mi plan. ¿Seremos almas gemelas?
El rostro de Lili se encendió, un rojo profundo cubriendo sus mejillas mientras desviaba la mirada hacia el suelo. —Oh, pues... yo creo que sí —balbuceó, sintiéndose como si su pecho fuera a explotar de la emoción.
JJ siguió caminando con la misma confianza de siempre, sus ojos mostrando un destello de satisfacción mientras pensaba para sí mismo: "me encanta, que sea tan fácil."
JJ cambió ligeramente de dirección, haciendo un pequeño rodeo que parecía casual, pero en realidad servía para simular que habían retrocedido en su camino hacia aquel adorable lugar que ella deseaba visitar.
Mientras caminaban, notó que Lili empezaba a quedarse un poco atrás, sus pasos algo más lentos. JJ redujo la velocidad con una sonrisa suave, mirándola de reojo.
—¿Qué tal si vamos más despacio? Hay que disfrutar nuestra salida —sugirió, con un tono que mezclaba preocupación y ternura.
Lili levantó la vista hacia él, sonrojándose levemente.
—Sí, tienes razón —respondió con una sonrisa que iluminó su rostro, sus mejillas y pómulos enrojecidos de forma adorable.
Con un toque de nerviosismo en su voz, Lili señaló una pequeña tienda local al otro lado de la calle. —¿Y si compramos unas pulseras? —dijo rápidamente, como si estuviera buscando alargar el momento.
JJ asintió con una sonrisa confiada. —Está bien. Elegiré la que más te quede, aunque, con lo hermosa que eres, no será nada difícil.
Lili dejó escapar una risita nerviosa, y con un gesto juguetón, colocó su mano en el pecho de JJ, empujándolo ligeramente. —No digas esa clase de cosas en público —protestó, aunque su sonrisa la delataba.
Las risas de ambos llenaron el aire, haciendo que la tienda local pareciera aún más acogedora.
Cuando entraron al pequeño establecimiento, Lili empezó a explorar las pulseras que estaban expuestas en un mostrador de madera. Sus dedos rozaban las piezas con delicadeza, buscando algo especial, hasta que de repente sintió algo frío tocando la piel de su cuello. —¡Mmm! —exclamó sorprendida, llevándose la mano al cuello.
Al voltear, vio a JJ, quien sostenía un collar de plata que acababa de colocarle. Sus manos se deslizaron suavemente alrededor de su cintura desde atrás, atrayéndola hacia él en un gesto protector.
La dueña de la tienda, una mujer de cabello canoso y ojos vivaces, observó la escena con una sonrisa. —Ese collar cuesta 519, pero por tan bonita relación se los dejo en 399 —dijo con entusiasmo.
JJ sacó su cartera de cuero negro y contó el dinero con rapidez.
—Aquí tiene, señora —respondió, entregándoselo. Luego miró a Lili con una sonrisa—. ¿Ya nos vamos?
Lili negó con la cabeza, tomando otro collar de plata que brillaba bajo la luz cálida del lugar. —Espera. —Sus ojos chispearon con una idea. Se acercó a JJ y le pidió que se agachara, poniéndose de espaldas a ella.
Sin cuestionarlo, JJ obedeció, inclinándose ligeramente. Cuando sintió el frío del metal sobre su piel, su expresión mostró una breve mueca de disgusto, pero antes de que pudiera decir algo, Lili lo rodeó por el cuello en un abrazo cálido.
—Te amo, JJ. Te amo mucho —susurró en su oído, con una voz suave y llena de emoción.
JJ cerró los ojos por un momento, sosteniendo las manos de Lili que lo rodeaban.
—Yo igual a ti, mi niña morada —dijo, sonriendo con ternura.
La dueña de la tienda no pudo contener una carcajada alegre, disfrutando de la hermosa escena. —Por la compra de dos collares, se les regala una letra —anunció, aun riendo.
Cuando salió del local, Lili jugueteaba con su nuevo collar, girando la letra entre sus dedos.
¿Estás seguro de que no quieres mi inicial en tu cadena? —preguntó con curiosidad, mirando a JJ.
Él respondió con una dulce sonrisa mientras tomaba el collar de Lili entre sus dedos. —No te preocupes por eso. Con ver mi inicial en tu collar, estoy más que feliz. Aunque... ¿no te molesta?
Lili lo miró con calidez, sus ojos brillando. —¿Por qué me molestaría llevar la inicial de la persona que amo?
JJ tomó su mano con firmeza, entrelazando sus dedos, y juntos retomaron su camino hacia el zoológico.
Sin embargo, mientras caminaban, una idea seguía resonando en la mente de JJ. —"Ese collar es igual al de Pariz", —pensó, dejando que una leve sonrisa irónica curvase sus labios. —"Es tan fácil..."
capitulo 25 la cita parte dos