El sol apenas comenzaba a despuntar cuando Marcopolo se levantó de su cama, sintiéndose inusualmente enérgico. Su pequeño apartamento estaba ordenado, un reflejo de su personalidad meticulosa. Después de una rápida ducha, salió a las calles de Musutafu, buscando algo típico para desayunar.
Se detuvo en un pequeño puesto de comida donde un amable anciano le ofreció un onigiri recién hecho y un té verde caliente. Mientras comía, observó a la gente apresurarse a sus trabajos, completamente ajena al caos que pronto se desataría. Sabía que el día no sería como cualquier otro, y los recuerdos de su vida pasada no dejaban de advertirle sobre lo que estaba por venir.
Terminó su desayuno, revisó su reloj, y comenzó a caminar hacia el bar de la Liga de Villanos. A las 8 en punto, como había prometido, llegó al lugar. Abrió la puerta y, como siempre, la densa atmósfera del bar lo recibió. Allí estaban Shigaraki y Kurogiri, esperándolo.
"Puntual, como siempre," comentó Kurogiri, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.
"Hoy no es un día para llegar tarde," respondió Marcopolo, tomando asiento. Su mirada se cruzó con la de Shigaraki, quien parecía más impaciente que de costumbre.
"Por fin, estamos listos," dijo Shigaraki con una sonrisa torcida. "Hoy daremos el primer golpe contra la U.A. Vamos a destruir su ridículo sistema de héroes y enviar un mensaje claro a All Might."
Kurogiri movió su mano, y un portal comenzó a formarse en el centro del bar. Su brillo púrpura llenó la habitación, ondulando como agua en movimiento.
"Síganme," indicó Kurogiri, mientras Shigaraki y Marcopolo se levantaban.
El portal los transportó a un enorme almacén oscuro, iluminado solo por débiles luces fluorescentes. Al llegar, Marcopolo notó la presencia de docenas de villanos reunidos, algunos armados, otros con quirks que parecían letales. Había un murmullo constante en el ambiente, una mezcla de emoción y nerviosismo que llenaba el espacio.
Shigaraki avanzó hasta una tarima improvisada, levantando las manos para llamar la atención de todos. El murmullo se detuvo al instante, y todos los ojos se posaron en él.
"Escuchen bien," comenzó Shigaraki, su voz resonando en el almacén. "Hoy, la U.A. aprenderá lo que es el verdadero terror. Atacaremos la USJ, un lugar diseñado para entrenar a futuros héroes. Allí están los estudiantes de primer año, el futuro de este podrido sistema."
Hizo una pausa, su mirada recorriendo a los villanos.
"All Might estará presente, pero eso no importa. Nuestro Nomu, nuestra creación definitiva, puede acabar con cualquiera que se interponga. Mientras él se encarga de All Migth y los héroes que intenten resistirse, nosotros desataremos el caos. No habrá orden, no habrá esperanza. Solo destrucción."
Los villanos comenzaron a aplaudir y gritar, emocionados por la perspectiva de sembrar el caos. Marcopolo, por su parte, se mantuvo en silencio, analizando cada palabra y cada reacción. Sabía que esta operación no sería sencilla, y aunque estaba allí como aliado de la Liga, también tenía sus propios objetivos y precauciones.
Shigaraki bajó de la tarima y se acercó a Marcopolo.
"Tu papel será simple," dijo con una sonrisa que no inspiraba confianza. "Cuando lleguemos, observa y ataca donde sea necesario. Si alguno de esos héroes se interpone, hazlo desaparecer. Pero no olvides: el objetivo principal es demostrar que este sistema está podrido."
Marcopolo asintió. No era su primera misión con la Liga, pero esta era diferente. Había mucho en juego, y la amenaza de enfrentarse a héroes de la U.A. era algo que no podía tomar a la ligera.
Kurogiri levantó nuevamente su mano, formando un portal aún más grande.
"Es hora," dijo Kurogiri. "Prepárense para entrar a la USJ."
Marcopolo respiró hondo mientras los villanos comenzaban a atravesar el portal uno tras otro. Su mente se llenó de recuerdos de la escena que había visto en el anime de su vida pasada. Sabía que el caos estaba a punto de desatarse y que esta misión cambiaría el curso de su nueva vida. Sin embargo, también sabía que tenía que mantener la calma y jugar sus cartas con cuidado.
Con una última mirada al almacén, Marcopolo cruzó el portal, listo para lo que estaba por venir.
El portal de Kurogiri se cerró detrás de Marcopolo cuando pisó el centro de la USJ. El lugar era imponente, una enorme instalación de entrenamiento dividida en zonas, cada una diseñada para simular diferentes escenarios de rescate. Marcopolo no pudo evitar que los recuerdos de su vida pasada invadieran su mente. Sabía exactamente lo que iba a suceder.
El ataque comenzó como lo había planeado Shigaraki. Kurogiri apareció frente a los estudiantes y maestros, su tono calmado contrastando con las amenazas que pronunciaba. La clase de la 1-A apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que el quirk de Kurogiri se activara, transportando a los estudiantes a diferentes zonas de la USJ.
Marcopolo permaneció cerca de Shigaraki y del Nomu, observando el caos desde una distancia estratégica. Los gritos de los estudiantes y el sonido de las peleas llenaban el lugar. Marcopolo tomó su arma, Murmullo, y se aseguró de que estuviera cargada con proyectiles tanto letales como no letales. No tenía intención de involucrarse más de lo necesario, pero sabía que tendría que actuar eventualmente.
Mientras todo se desarrollaba, los recuerdos del anime continuaban atormentándolo. Izuku... Todoroki... Bakugo... todo esto está sucediendo exactamente como lo vi antes. La sensación era surrealista, pero tenía que mantenerse concentrado.
Shigaraki estaba completamente inmerso en el caos, hablando consigo mismo sobre cómo destruir el sistema de héroes. Mientras tanto, el Nomu permanecía a su lado, imponente y listo para atacar en cualquier momento. Marcopolo no podía evitar sentirse intrigado y cauteloso ante la monstruosidad. Su velocidad y fuerza eran evidentes, y verlo en acción lo hizo recordar los detalles de su creación en el anime.
El punto crítico llegó cuando Tsuyu y Mineta estaban atrapados, con Shigaraki a punto de desintegrar a la primera. Izuku, con la valentía que lo caracterizaba, se lanzó al ataque con un salto impulsado por su quirk. Marcopolo ya sabía que ese era el momento clave.
"¡Nomu, deténlo!" gritó Shigaraki, y la criatura se movió con una velocidad que impresionó incluso a Marcopolo. El Nomu bloqueó a Izuku en el aire con un golpe que lo habría dejado fuera de combate si no fuera por su resistencia.
Marcopolo, viendo la oportunidad, levantó su arma. No puedo matarlo, pero sí puedo inmovilizarlo. Apuntó con precisión y disparó una bala inmovilizadora directamente al hombro de Izuku. El chico cayó al suelo con un quejido, incapaz de moverse mientras los efectos del proyectil surtían efecto.
"Buen disparo," comentó Shigaraki, riendo de manera sádica. "¡Eres más útil de lo que pensaba, Marcopolo!"
Marcopolo no respondió. Su mirada estaba fija en Izuku, observando cómo el chico luchaba por levantarse. Por un instante, la culpa lo golpeó, pero la reprimió rápidamente. Esto es necesario. Esto es por sobrevivir.
Antes de que pudieran continuar con su ataque, un poderoso estruendo resonó en el lugar. La figura imponente de All Might apareció en la entrada de la USJ.
"¡Yo estoy aquí!" exclamó el Símbolo de la Paz, con su característica sonrisa.
El ambiente cambió de inmediato. Los villanos comenzaron a retroceder instintivamente, incluso el confiado Shigaraki se puso tenso.
"Nomu, ¡acaba con él!" ordenó Shigaraki, señalando a All Might.
El Nomu se lanzó al ataque, y el enfrentamiento que Marcopolo había visto en su vida pasada comenzó a desarrollarse frente a sus ojos. Los golpes eran tan poderosos que el suelo temblaba con cada impacto.
Todo paso igual que el anime, la interrupción de los estudiantes evito que all migth muriera. Marcopolo uso a murmullo para aturdir a los estudiantes sin embargo kirishima logro interponerse y cubrir a sus compañeros con su quirk
Luego all migth con un poderoso smash lanzo al numo por los aires tal cual como en el anime
Ante esta situacion shigaraki se lanzo contra allá migth lleno de irá pero unas balas llegaron con un sonido estrepitoso
Marcopolo alcanzó a disparar contra las balas que fueron hacia el pero shigaraki no tuvo la misma suerte. Cayó al suelo con 4 disparos de bala en cada extremidad
Kurogiri se acercó a Shigaraki y a Marcopolo.
"Es momento de retirarnos," dijo Kurogiri, abriendo un portal.
Shigaraki gruñó, molesto por la interrupción de su plan, pero sabía que no podían quedarse más tiempo.
"Volveremos," prometió Shigaraki, mirando a All Might con odio.
Marcopolo cruzó el portal junto con ellos, dejando atrás el caos en la USJ. Mientras desaparecían, miró por última vez a los estudiantes y héroes luchando con valentía. Sabía que este solo era el principio de algo mucho más grande.
Kurogiri abrió un portal que los transportó directamente al bar de la Liga de Villanos. Una vez allí, Shigaraki se dejó caer en un sofá con visibles signos de irritación y cansancio.
"Malditos héroes... siempre arruinan todo," murmuró, mientras se rascaba compulsivamente el cuello.
Kurogiri se movió rápidamente hacia un botiquín detrás de la barra.
"Shigaraki, por favor, quédate quieto. Déjame tratar tus heridas antes de que se infecten," dijo con su tono calmado y servicial.
Mientras Kurogiri limpiaba las heridas en los brazos de Shigaraki, una pantalla en una esquina del bar se encendió. La imponente silueta de All For One apareció en ella, su voz grave resonando en el lugar.
"Parece que el ataque no salió como esperábamos," dijo All For One con un tono neutral, aunque una ligera decepción podía percibirse en sus palabras.
Shigaraki apretó los dientes, claramente molesto.
"Todo iba bien hasta que esos mocosos y esos héroes intervinieron. ¡Nomu estaba a punto de acabarlo!"
All For One permaneció impasible.
"Esto era solo un experimento, Tomura. Cada batalla es una lección. Aprende de esto y mejora para la próxima vez."
Marcopolo, que había permanecido en silencio mientras observaba la conversación, se tensó al escuchar la voz de All For One. A pesar de su postura relajada, sentía un respeto mezclado con cautela hacia el hombre detrás de la Liga de Villanos. Es más peligroso de lo que parece. No quiero estar en el punto de mira de alguien como él.
All For One dirigió su atención hacia Marcopolo.
"Marcopolo, cumpliste tu parte. El caos en la USJ ayudará a distraer a los héroes de otras actividades importantes. Buen trabajo."
Marcopolo asintió ligeramente.
"Un trato es un trato. Espero que mi paga esté lista," respondió, manteniendo su tono profesional.
Kurogiri terminó de atender a Shigaraki y colocó un pequeño maletín sobre la barra.
"Aquí está tu pago. Espero que consideres trabajar con nosotros nuevamente en el futuro," dijo con cortesía.
Marcopolo tomó el maletín, revisando su contenido rápidamente antes de cerrarlo con un clic.
"Veremos qué trae el futuro," respondió con indiferencia, aunque en su mente estaba decidido a mantener cierta distancia de la Liga por un tiempo.
Con eso, se ajustó el abrigo y se dirigió hacia la puerta. Antes de salir, Shigaraki le lanzó una última mirada.
"Volveremos a necesitarte pronto. No te pierdas, Marcopolo."
Marcopolo simplemente levantó una mano en señal de despedida y cruzó la puerta, desapareciendo en la noche. Afuera, el aire fresco lo recibió mientras guardaba el maletín con su paga.
Un trabajo más terminado, pensó, mientras caminaba hacia las sombras. Pero algo me dice que esto está lejos de acabar.
En la sala de reuniones de la U.A., los profesores y el director Nezu observaban atentamente las grabaciones de las cámaras de seguridad de la USJ. En la pantalla principal, se reproducían las imágenes de los eventos caóticos que habían ocurrido durante el ataque. Presentes en la sala estaban Aizawa, Present Mic, Snipe, Midnight, Cementos, Ectoplasm, Hound dog All Migth y Naomasa Tsukauchi, quien había llegado a la escuela para investigar más a fondo.
La grabación mostraba cómo los villanos habían aparecido de repente por los portales de Kurogiri, sembrando el caos en cuestión de segundos.
"Ese debe ser la puerta de entrada y salida del ataque," dijo Naomasa, señalando a Kurogiri con su quirk. "Un villano con la capacidad de transportar grandes grupos. Es una amenaza táctica evidente."
"Y el líder... Tomura Shigaraki," añadió Nezu, mientras las imágenes mostraban al hombre de las manos sobre su rostro enfrentándose brevemente a Izuku y Tsuyu. "Parece impulsivo, pero hay algo peligroso en su comportamiento. Su quirk también es devastador."
Aizawa permanecía en silencio, estaba vendado de pies a cabeza, sin embargo tenía un nivel de profesionalismo implacable al estar en la reunión en esa condición , pero sus ojos se entrecerraron entre las vendas en su rostro cuando las imágenes pasaron a otra figura: un hombre vestido de azul oscuro, con un abrigo largo y una máscara que ocultaba parcialmente su rostro.
"¿Quién es él?" preguntó Midnight, inclinándose hacia la pantalla. "No encaja con el resto de los villanos. Parece... diferente."
Naomasa suspiró y ajustó su corbata.
"Ese es el Fantasma Azul. Un mercenario conocido por su eficiencia. No trabaja con una organización específica, sino con cualquiera que pueda pagar su precio. Hasta ahora, nunca habíamos tenido imágenes claras de él. Siempre ha sido una sombra, un rumor."
La grabación mostró al Fantasma Azul moverse con precisión, disparando un arma que aturdió a Izuku cuando intentaba atacar a Shigaraki. Luego se le vio colaborando con Kurogiri para moverse por el campo de batalla, siempre un paso adelante de los estudiantes y los héroes.
"¿Cómo alguien así termina trabajando con la Liga de Villanos?" preguntó Snipe, con tono grave.
"La respuesta es simple: dinero," respondió Naomasa. "La Liga debe haberle pagado una suma considerable para que se uniera a este ataque. Pero lo preocupante es su nivel de preparación y eficacia. En cuestión de minutos, se infiltró en el edificio y cumplió su objetivo sin dejar rastro."
Nezu asintió, entrelazando sus pequeñas patas.
"Eso indica que no solo es hábil, sino que también es meticuloso. Alguien así no actúa sin un plan bien definido. Es una pieza que debemos observar con mucho cuidado."
Aizawa finalmente rompió su silencio.
"Lo enfrenté brevemente en el campo. No intentó un combate directo, pero se notaba que analizaba todo. No es como los demás villanos, que actúan por emoción. Este tipo piensa antes de actuar."
La grabación continuó, mostrando cómo el Fantasma Azul interactuaba con Shigaraki y Kurogiri, manteniendo cierta distancia pero cumpliendo con su parte del ataque.
"Al menos ahora tenemos imágenes claras de él," dijo Naomasa. "Podremos empezar a rastrear sus movimientos. Aunque por lo que sabemos, no será fácil. Este hombre no deja rastros innecesarios."
Nezu ladeó la cabeza con curiosidad.
"Si está dispuesto a trabajar con la Liga, podríamos suponer que tiene ciertos principios... flexibles. Pero algo me dice que sus motivaciones son más profundas. Será un desafío entenderlo."
La grabación llegó a su fin con el escape de los villanos por los portales de Kurogiri. La sala quedó en silencio por un momento.
"Tendremos que reforzar la seguridad," dijo Nezu, finalmente. "No podemos permitir otro ataque como este. Y sobre el Fantasma Azul... sigamos recopilando información. Es un enigma que debemos resolver."
Naomasa asintió y apagó la pantalla.
"Haré lo posible por investigar más. Pero con alguien como él, siempre será una carrera contra el tiempo."
Mientras los profesores salían de la sala, cada uno reflexionaba sobre lo que habían visto. La Liga de Villanos ya era una amenaza seria, pero con alguien como el Fantasma Azul en su equipo, el panorama se tornaba aún más oscuro.
Cuando los demás profesores abandonaron la sala de reuniones, solo quedaron All Might, en su forma flaca, sentado con las manos entrelazadas sobre la mesa; el director Nezu, quien observaba la pantalla apagada con expresión pensativa; y Naomasa Tsukauchi, quien sostenía un maletín lleno de reportes preliminares del ataque a la USJ.
Un silencio tenso llenaba el aire hasta que Nezu lo rompió.
—El quirk de ese tal Kurogiri es... peculiar —comentó Nezu, con su característico tono tranquilo pero calculador. Sus ojos brillaron con una mezcla de curiosidad y preocupación—. Los quirks de deformación no son comunes, pero este en particular no aparece en ningún registro. Ninguna persona con este tipo de habilidad ha sido reportada en nuestra base de datos.
Naomasa asintió, hojeando un informe.
—Es cierto. Normalmente, los quirks de deformación tienen limitaciones claras: distancia, tamaño o tiempo de uso. Pero este individuo no parece tener restricciones evidentes. Puede mover grandes cantidades de personas y objetos con precisión casi quirúrgica. Lo que me preocupa aún más es que no hemos encontrado ninguna pista sobre su identidad real. Es como si hubiese aparecido de la nada.
All Might, con su voz grave pero débil en su forma desinflada, intervino.
—Un quirk como ese... en manos de los villanos , es un peligro absoluto. Ya vimos lo que puede hacer en la USJ. Si no hubiese sido por el esfuerzo combinado de los estudiantes y los héroes, las consecuencias habrían sido catastróficas.
Nezu asintió lentamente, tocándose la barbilla con su pequeña pata.
—Y no solo es Kurogiri lo que nos preocupa. Ese mercenario, el Fantasma Azul, añade otra capa de complejidad a esta situación. Su precisión, habilidad táctica y aparente independencia lo hacen mucho más peligroso que un villano común. ¿Qué opinas de él, Naomasa?
Naomasa dejó el informe sobre la mesa y suspiró.
—El Fantasma Azul ha sido un enigma para nosotros durante años. Sabíamos de su existencia, pero nunca habíamos tenido imágenes claras ni evidencia sólida para rastrearlo. Sus trabajos siempre han sido metódicos, rápidos y sin margen de error. Esto no es un villano con intenciones ideológicas, como parece ser el caso de Tomura Shigaraki. Este hombre trabaja por dinero, pero... su nivel de profesionalismo me dice que podría ser mucho más que eso.
All Might frunció el ceño.
—Entonces, ¿por qué alguien así trabajaría con la Liga de Villanos?
Naomasa se cruzó de brazos, reflexionando.
—Es posible que sea una simple transacción. Pero también es posible que la Liga esté ofreciendo algo más que dinero. Alguien como el Fantasma Azul no toma riesgos innecesarios. Si se unió a ellos, podría significar que ve un beneficio a largo plazo en su relación.
Nezu, siempre observador, señaló algo en las imágenes que habían revisado antes.
—Quizás no sea solo beneficio. ¿Notaron su reacción durante el ataque? Este hombre, aunque eficiente, no parecía cómodo trabajando con los demás villanos. Sus movimientos eran calculados, pero no parecía formar parte del grupo. Eso podría significar que sus lealtades no son absolutas.
Naomasa asintió lentamente.
—Eso nos da una ventaja. Si logramos identificarlo, podríamos encontrar una forma de neutralizarlo o, al menos, evitar que colabore con la Liga en el futuro.
All Might, aún en su forma flaca, se tensó ligeramente al recordar algo más.
—El Nomu...
Nezu y Naomasa lo miraron.
—Ese ser no era humano, o al menos ya no lo es. Poseía múltiples quirks: fuerza descomunal, resistencia y una habilidad para absorber impactos. Esa criatura fue creada específicamente para enfrentarse a mí.
El peso de sus palabras llenó la habitación. Nezu inclinó la cabeza con preocupación.
—Múltiples quirks... eso no debería ser posible sin un nivel extremo de manipulación biológica o quirúrgica. Esto confirma que alguien con recursos y conocimientos avanzados está detrás de la Liga de Villanos.
Naomasa lo miró con seriedad.
—¿Crees que All For One podría estar detrás de esto?
All Might apretó los dientes, su expresión oscureciéndose.
—No puedo descartarlo. Sabemos que lo derroté, pero su habilidad para transferir quirks y acumular poder lo hacía casi inmortal. Si sobrevivió... podría estar detrás de todo esto, moviendo los hilos desde las sombras. Y ese Nomu... podría ser solo el primero de muchos.
El silencio que siguió fue aún más pesado.
—Si All For One sigue vivo —dijo Nezu finalmente—, entonces estamos enfrentándonos a una amenaza mucho mayor de lo que imaginábamos. Necesitamos prepararnos para lo peor.
Naomasa cerró su maletín, con el rostro marcado por la preocupación.
—Haré lo posible para acelerar la investigación. Si encontramos algo sobre ellos, serás el primero en saberlo, Nezu.
All Might se levantó con dificultad, apoyándose en la mesa.
—Sea quien sea este Fantasma Azul, no podemos permitir que siga operando con la Liga. Y si All For One está detrás de esto, no importa mi condición, haré lo que sea necesario para detenerlo nuevamente.
Nezu asintió, mirando fijamente a la pantalla apagada.
—Precisamente. Entre un quirk tan extraño como el de Kurogiri, un aliado tan eficiente como el Fantasma Azul y la posibilidad de que All For One esté detrás de todo esto, no podemos permitirnos bajar la guardia.
Con esas palabras, el director cerró los ojos, reflexionando profundamente, mientras Naomasa y All Might salían de la sala. Los engranajes de la U.A. y las autoridades ya estaban en movimiento, listos para enfrentarse al nuevo peligro que se cernía sobre ellos.
La lluvia caía pesadamente sobre la ciudad, oscureciendo los callejones y envolviendo todo en una neblina fría. Las gotas resonaban en los charcos y en los techos metálicos mientras Marco Polo ajustaba su abrigo, ocultando su rostro bajo la capucha. Su última misión había sido tan sencilla como directa: eliminar a un objetivo. Silenciar a alguien que había hablado más de la cuenta. No importaban los detalles, solo la ejecución y el pago.
Marco Polo se deslizó entre las sombras hasta un apartamento en el cuarto piso de un edificio desgastado. La víctima, un hombre en sus cuarenta, trabajaba en algo relacionado con finanzas; no le importaba el qué. Su quirk, un escudo esférico que podía desplegar alrededor de sí mismo, no fue rival para la precisión del disparo de "Murmullo." Una sola bala perforó la ventana y atravesó el punto exacto donde el escudo era más débil. El hombre cayó antes de que siquiera pudiera reaccionar.
Trabajo cumplido.
Con una eficiencia clínica, Marco Polo abandonó el lugar, sin mirar atrás. Sus pasos lo guiaron a través de los callejones oscuros, donde la lluvia mezclaba su olor metálico con el hedor de basura acumulada. Se quitó los guantes, limpiándolos con un paño, y encendió un cigarro para disipar el olor a pólvora que aún lo acompañaba.
Mientras avanzaba, su mente regresó inevitablemente a los eventos recientes en la USJ. El Nomu. La fuerza monstruosa que había presenciado. All Might, debilitado pero aún imponente. Las imágenes se mezclaban con recuerdos de otra vida, otra realidad que ahora parecía más una advertencia que un sueño distante.
"Sé lo que viene," pensó, deteniéndose bajo un toldo para encender otro cigarro. "La Academia, el desarrollo de Izuku, el ascenso de Shigaraki, y sobre todo... All For One."
La lluvia continuaba golpeando el pavimento mientras su mente tejía posibilidades. Aunque había decidido jugar su papel como mercenario, sabía que el caos que se avecinaba afectaría todo el tablero, incluso su posición como pieza independiente.
Al llegar al punto de reunión, un café abandonado en un callejón casi olvidado, encontró a un hombre esperándolo. Vestía un traje oscuro, cubierto por un abrigo largo, y sostenía un paraguas que apenas protegía la maleta que llevaba. El intercambio fue rápido y sin ceremonias: el hombre le pasó un sobre con detalles y el adelanto del pago, mientras Marco Polo escuchaba los detalles con su habitual expresión impasible.
—Es un asunto delicado —dijo el cliente, encendiendo un cigarro con manos temblorosas—. El objetivo es alguien protegido, pero no imposible de alcanzar. ¿Puedes hacerlo?
Marco Polo asintió, deslizando el sobre dentro de su abrigo.
—Siempre puedo hacerlo, si el precio es el correcto.
El hombre vaciló por un momento, pero finalmente asintió y se marchó, desapareciendo en la lluvia. Marco Polo permaneció allí unos minutos más, observando la calle desierta, mientras el humo de su cigarro se mezclaba con la niebla.
El sonido de la lluvia parecía intensificarse, llenando el vacío mientras su mente volvía a vagar. Las palabras de Shigaraki resonaron en su cabeza: "Nomu, mátalo." El momento en que aquel ser monstruoso aplastó la cabeza del estudiante lo perseguía, no por culpa, sino por lo que simbolizaba. Era un recordatorio de lo lejos que la Liga estaba dispuesta a llegar, y de cómo él mismo se había hundido en este mundo oscuro.
"En mi otra vida, esto sería impensable," reflexionó mientras daba una calada profunda. "Pero en este mundo... aquí es sobrevivir o ser devorado."
Mientras la noche avanzaba, Marco Polo se movió de un callejón a otro, tomando otro encargo de alguien más. Pequeños trabajos, movimientos constantes que mantenían su reputación intacta y su mente ocupada. Pero en el fondo, sabía que no importaba cuántos trabajos aceptara o completara; la tormenta que había visto en la USJ era solo el principio.
El cielo permanecía encapotado, la lluvia continuaba cayendo, y Marco Polo caminó hacia la próxima calle oscura, donde el peligro y la incertidumbre se convertían en su única constante.
Marco Polo: Preparativos para el nuevo encargo
La puerta de su apartamento se cerró tras él con un suave clic. El espacio era pequeño, apenas lo suficiente para una cama, un escritorio abarrotado de piezas de repuesto y herramientas, y una silla metálica desgastada. Sin ventanas ni adornos, el lugar era tan funcional como su ocupante. Marco Polo dejó caer su abrigo empapado en un perchero improvisado y se dirigió al escritorio.
Desmontó "Murmullo," su fiel arma, con movimientos precisos y casi automáticos. Cada pieza cayó sobre el paño extendido, y comenzó a inspeccionarlas con detalle. Las balas estaban perfectamente calibradas; el cañón no mostraba desgaste. Sin embargo, aplicó una ligera capa de aceite en los mecanismos, asegurándose de que no habría fallas.
Luego, pasó a su brazo. La prótesis metálica se deslizaba con suavidad, pero Marco Polo no se confiaba. Desconectó los paneles exteriores para verificar los cables internos, ajustó la tensión en los servomotores y probó los movimientos con una serie de rápidas contracciones musculares. El suave zumbido le confirmó que todo estaba en orden.
Por último, revisó los gadgets adheridos a su cinturón: granadas de humo, cargas explosivas, y su cuchillo retráctil. Todo debía estar perfecto. Cuando terminó, encendió una lámpara sobre el escritorio y abrió el sobre con los detalles del trabajo.
El objetivo: darle un sustl a un reportero demasiado persistente y enviar un mensaje contundente dañando a su hija, quien lo acompañaría. El lugar, una calle concurrida cerca de una rueda de prensa programada para las 11 a.m. El reportero había estado exponiendo información comprometedora sobre ciertas actividades criminales, y sus jefes no estaban contentos.
Marco Polo se recostó en su silla, repasando cada detalle y trazando mentalmente el plan. Había un problema adicional: habría policías custodiando a los objetivos, y no podía descartar la posibilidad de enfrentarse a algún héroe menor. Cerró los ojos un momento, relajando los músculos mientras respiraba profundamente.
"Nada que no haya manejado antes," pensó, levantándose para prepararse.
El día del trabajo
A las 10:45 a.m., Marco Polo ya estaba en posición. Desde la terraza de un edificio cercano, observaba la calle a través de la mira de "Murmullo." El reportero caminaba junto a su hija, una adolescente de no más de catorce años, rodeados por dos policías armados. Detrás de ellos, otros agentes escoltaban a un grupo de periodistas hacia la rueda de prensa.
Marco Polo esperó pacientemente, ajustando la mira para el primer disparo. Pero algo llamó su atención. Un hombre musculoso y uniformado se unió al grupo, destacando entre los demás: Death Arms, uno de los héroes profesionales más conocidos por su fuerza física.
"Esto complica las cosas," pensó, su mente trabajando rápidamente.
Esperó hasta que el grupo llegó a un punto ciego en las cámaras de seguridad. Con un movimiento rápido, apuntó al primer policía y disparó. La bala impactó en el pecho, desintegrando al agente en un destello de energía. El segundo policía apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de recibir el mismo destino.
El caos estalló. Death Arms se giró hacia la dirección del disparo, pero Marco Polo ya había cambiado de posición, descendiendo por una escalera de emergencia mientras los gritos llenaban el aire. El reportero intentó proteger a su hija, pero Marco Polo apareció entre la multitud como una sombra.
Disparó una bala aturdidora hacia el pecho del reportero, dejándolo inconsciente al instante. Antes de que pudiera tocar el suelo, Marco Polo lo agarró del brazo y comenzó a arrastrarlo hacia un callejón cercano.
—¡No te muevas! —rugió Death Arms, bloqueando su camino.
Marco Polo soltó al reportero, levantando "Murmullo" con calma.
—No estoy aquí por ti, héroe. Da un paso atrás.
Death Arms cargó hacia él, confiado en su fuerza, pero Marco Polo disparó una granada de humo que llenó el área. Usando la confusión, se movió rápidamente, disparando a las piernas de Death Arms para ralentizarlo. Sin embargo, el héroe rompió el suelo con un golpe, disipando parte del humo.
—¡No escaparás!
Marco Polo disparó una ráfaga cargada directamente al pecho del héroe. El impacto lo lanzó hacia atrás, rompiendo una pared cercana, pero no fue suficiente para dejarlo fuera de combate. Death Arms se levantó, jadeando, y cargó nuevamente.
En un movimiento calculado, Marco Polo arrojó una carga explosiva al suelo y saltó hacia un edificio cercano, utilizando su brazo para impulsarse. La explosión creó un cráter en el pavimento, separándolo del héroe.
Death Arms maldijo, pero antes de que pudiera seguirlo, un sonido metálico lo detuvo. Marco Polo, desde la azotea, apuntó una última vez.
—Esto es lo que pasa cuando interfieres.
Disparó una bala de energía que impactó en el hombro de Death Arms, dejándolo inmóvil. Aprovechando el momento, Marco Polo descendió nuevamente y se llevó al reportero y a su hija hacia un vehículo esperando en un callejón cercano.
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El cumplimiento del trabajo
El reportero despertó atado a una silla en un almacén vacío, su hija sentada en una esquina, sollozando pero ilesa. Marco Polo se inclinó hacia él, su máscara cubriendo la mayor parte de su rostro.
—Dile a tus amigos que no hablen más de lo que deben. La próxima vez, no será solo un mensaje.
El reportero asintió rápidamente, sus ojos llenos de terror. Marco Polo se giró hacia la niña.
—Esto es un recordatorio de que las palabras tienen consecuencias.
Dejó el lugar sin mirar atrás mientras le disparaba a su hija en el hombro perforando lo en un punto en elq ue no abría más opción que amoutarlo.
El sonido de la lluvia y los gritos del padre por la desesperación y la hija de dolor lo acompañaron mientras desaparecía en las sombras de la ciudad.
Fin del capitulo 4