Cada momento se repetía entre ir y venir, de aquí para allá, rodeando la estructura que el resguarda, cuando entre pasos lentos se detuvo, solo para intentar algo más complejo, crear vida, seres similares a los que hizo Hanub, así que en un arrebato de lo que pareciese inspiración o ego de su propia capacidad, considerándose un igual a los grandes titanes puros, copio la apariencia de cada uno de los seres que existían hasta el momento, pero estos al estar limitados por su poder, solo eran copias en apariencia, no poseían poder alguno, pero si eran únicos, tanto en conciencia como en morfología, de esta forma, la antiguamente atalaya vacía, tenía vida, nacidos a partir de él, ahora no estaba solo, tenía compañía en este lugar, su propio jardín personal.
Desde la cima de la atalaya del fin, rodeada por la protección de Astur, estaba su creador y ahora guardián vigilante a todos los titanes, en especial al que se encontraba más lejos, uno que actuaba extraño, casi como su padre, había logrado crear vida, pero este no les dio un origen, solo encendió una chispa que les permitiese progresar, evolucionar, cambiar, todo con su mínima intervención, pero, aun así, a veces cometía cosas sin sentido como provocar la muerte de varios.
Con la aparición de múltiples mundos con vida rodeando a cada hijo del creador, se volvía cada vez mas evidente un problema, y este era el espacio, su manifestación física y como influían entre ellos.
Esto forzó a una reunión, un consejo, entre ellos Margus, la última hija que poseía una apariencia extraña, siendo esta cubierta por una niebla azabache donde solo se vislumbraban brillantes y profundos huesos de obsidiana sugirió la división de cada creación de forma individual.
Esta sugerencia no convencía al público, dado que no todos tenían mundos creados, pero esto solo sirvió para poder manifestarse en defensa de sus hermanos que se encontraban al borde del abismo que habían optado por papeles mas importantes para un bien mayor.
Ella revelo algo importante, algo que había sido ignorado quizá por lo insignificante que parecía, eso era pequeñas corrientes de energía que estaban siendo expulsadas hacia el vacío, como si de pequeños hilos de araña se tratasen, siendo arrastrados junto a los latidos del creador.
Algunos de sus hermanos se burlaron catalogándola de paranoica, pero la mayoría solo pidió seguir escuchando, estos hilos de energía eran almas, energía de pura nacida de las vidas que se perdían con la muerte de los frágiles mortales.
Ella declaro que se encargaría de permitir que esta energía, las almas, sean aprovechadas para que logren volver a un ciclo entre mundos, de esa forma no perder la fuerza en el universo, pero requería que se cumpla una condición.
Diestra en la transformación y reestructuración de la realidad, su solicitud era separar a todos los mundos dentro de esferas para que sea menos probable que se vean afectados por los latidos de su padre creador.
Aceptado, preparado y ejecutado, lo que una vez fue un universo mismo, ahora estaba separado en pequeños espacios, cúmulos de estrellas propios, donde sus destinos serían más seguros y no se extinguirían por capricho de sus creadores, pero ahora su deber era vagar por lo que una vez fue el infinito cosmos y ahora solo se lograba ver oscuridad con pequeñas gemas titilando a la distancia unidas por un rio de almas que recorrían cada uno de estos tesoros de vida.
La diosa de la luz, Amber, hija del nacido Pyros, titan del fuego, la estrella eterna, tomo un fragmento de su ser entre sus manos y lo escondió en lo más profundo de un deshabitado planeta, esto conformaba parte del ritual para el proceso de engendrar a sus hijos, que, a diferencia de los titanes, no podían producir vida solo con sus manos, las criaturas nacidas a partir de un dios requerían desarrollarse, en ese momento, ella se dio cuenta de su propia eternidad comparado al de sus creaciones, lo relativo de su percepción del transcurso del tiempo, tener que impulsar cada vez que se veían en problemas solo hizo que se acercara y apreciara más a sus ahora hijos.
Lo que ellos llamaban latido, que ocurría con frecuencia, para los mortales significaba a veces el paso de varias generaciones, ahora los miles de latidos eran equivalentes a la historia de una ciudad, esto interesaba cada vez en mayor medida a la diosa, llena de curiosidad ansiaba tocar con sus propias manos, pero su mundo estaba atrapado dentro del cosmos miniatura de su padre, esto la obligaba a estar lejos, pero sus manos lo suficientemente cerca como para ejercer parte de su poder.
Tuvieron que pasar miles de años al cuidado de la diosa, para que una roca comenzara a tomar forma, prosperase vida y regresen a ver hacia las estrellas preguntándose por su destino y razón de existir en su mundo, para esto era necesario primero que sean conscientes de su propio ser, esto demostraba la clara diferencia entre las distintas generaciones de entes divinas, la degradación de poder, pero a la vez la capacidad de mejorar.
A través de los milenios observaba pacientemente por el cambio de diversas razas, como se evidenciaba la adaptación a un sin número de ecosistemas que se formaban los las corrientes de mana que impulsaba con su poder, las altas concentraciones impulsaban la creación de una civilización prospera orientada al uso correcto de esta, mientras en las llanuras donde la concentración del mismo era más delgado pero esto permitía a los que habían desarrollado cuerpos débiles desarrollarse e interactuar con la magia existente .
Entre sus creaciones estaban los Humanos, que habían desarrollado su civilización en las praderas rodeados por ríos que conectaban con otros asentamientos.
Los elfos a diferencia de los humanos, se dividieron debido a sus intereses que se habían desarrollado por su larga esperanza de vida como consecuencia de su adaptación al maná concentrado de los bosques, aquella especie crecía en grupos de ideales similares, a pesar de tener diferencias entre ellos, aun compartían unión entre los suyos.
Con el pasar de los siglos estaban comenzando a desarrollarse entre el peligroso ambiente tan hostil que se les presentaba, de forma perseverante, al igual que una llama, renacía de entre sus ascuas más fuerte.
Compadecida, la diosa al ver a sus hijos y entre sus caprichos descendió entre los mortales desde la comodidad de su hogar en el plano celestial.
Los observo continuamente, viviendo entre ellos, pero ella no lograba entenderlos, es así, que, en un acto egoísta, comenzó a mostrar milagros, sanando enfermos o dándole fertilidad a la tierra para el desarrollo.
Poco a poco los mortales la adoraban con mayor fervor, terminando en ser reconocida como su creadora y guardiana.
Aquellos débiles mortales, construyeron templos, aspirando acercarse al cielo y ser escuchados por su divinidad.
Ella al ver su gran esfuerzo, les enseño la magia que alguna vez había visto, esta era lo suficientemente débil como para no destruir sus cuerpos, a diferencia de si tratasen usar la energía pura que filtraba su padre a través de su pequeño cosmos, forzaría un cambio anormal y su vida se extinguiría sin salvación, con el conocimiento adquirido llegarían a usar el poder que se filtraba desde las profundidades del mundo, donde se encontraba el corazón de la luz.
Con el tiempo la diosa abandono este mundo y regreso al suyo, donde vigilaría el desarrollo que tendrían sus hijos, donde apreciaba como su de un rio se tratase, un rápido avance en sus ciudades, cada vez más grandes, cada vez con mayores riquezas y de igual forma, cada vez sus corazones más oscuros.
El poder que una vez los unió y permitió avanzar, ahora corrompía sus corazones en ambición, no solo mancillaron la sagrada magia que se les dio, sino que también habían manchado su nombre con actos de maldad.
La diosa se dio cuenta que el poder corrompió a sus hijos, donde los fuertes oprimían a los débiles, donde guerras sin sentido por una tierra que les fue prestada terminaban librándose, para solo cubrir su hermoso mundo de sangre, muerte y destrucción.
Aster que vigilaba la existencia entera desde su jardín, que se había comenzado a extender cada vez más, se había convertido en un arca que resguardaba una muestra de cada criatura viviente creada, había tomado interés en la única hija de Pyros, un sentimiento de admiración desde el comienzo donde aprecio su fervor y devoción por el progreso de sus hijos.
El dios menor que la había estado acompañando desde la lejanía, incluso cuando recién había formado su mundo, no podía tolerar este acto en contra del amor que una vez les fue dado.
Aster, no permitiría ver sufrir a su doncella amada, a pesar de nunca poder estar juntos, él quería siempre verla con una sonrisa.
Según las reglas impuestas entre todos los dioses, estaba prohibido bajar a un mundo mortal sin un permiso, ella lo había ignorado una vez, hacerlo por segunda ocasión, conllevaría a que su mundo se le negara su bendición por al menos un milenio.
La diosa no sabía que hacer, simplemente su intervención seria temporal, con el tiempo volverían a pelear entre ellos.
Aster al ver el sufrimiento de Amber, decide que, a pesar de no ser la mejor opción, a pesar de las consecuencias, ella no se ensuciaría las manos, decidiendo hacerse cargo personalmente, abandonando su puesto junto a su padre en el corazón de la creación, su amada requería ayuda, para no verla sufrir por sus hijos el sacrificaría un instante de su eternidad y abandonaría su deber.
Sin importándole si ella lo termina odiando por lo que planea hacer, simplemente dentro de su planificación no está volver, con estas intenciones se lanza directo al núcleo de luz, consumiéndolo, a pesar de ser esencia divina, esta misma es opuesta a su existencia, lastimándolo en el proceso de fusión.
Fragmentando las capas de la tierra, creando pequeños pasajes para liberar su poder y permitir la manifestación de sus creaciones para sucumbir al mundo en contra de un solo enemigo, de esa forma las distintas razas mortales se terminen uniendo, ese fue el plan del dios oscuro, un sacrificio por su parte por una sonrisa de su anhelada diosa.
Mientras el dios oscuro movía sus fichas, la diosa luchaba por la aprobación del consejo para su intervención sobre su mundo, desgraciadamente a pesar de sus esfuerzos, no lo logro. Termino volviendo rendida a sus aposentos donde podía ver su mundo, sumido en un caos, ahora usaban su magia para combatir unidos contra criaturas tan negros como la noche con resplandores azabache y manifestaban fluctuaciones de mana purpura como la obsidiana, ella los conocía, eran las bestias nacidas de las sombras de Aster, amo del bosque místico de Ferri que rodeaba la ahora prohibida para los dioses, la atalaya del fin, ahora atacaban a todos en la superficie.
Esto molesto a la diosa, ver como otro dios intervenía en su mundo sin su consentimiento, de forma tan irrespetuosa ante la creación de alguien más, habiendo debilitado la magia que en ella había depositado con tanto esfuerzo para que los humanos progresasen.
La diosa molesta, cree que el consejo ahora quiere destruir a sus hijos para que empiecen otra vez, esto la lleva a un actuar de forma irrazonable, convirtiéndose en la luz que ilumina al mundo mismo.
Envolviendo el mundo en su poder para evitar que los monstruos aparezcan en la superficie y fortalecer a sus hijos, de esta forma la humanidad se une en contra de los nacederos oscuros que eran las fragmentaciones en la corteza de la tierra que permitía salir el maná del núcleo donde se encontraba el dios oscuro.
El dios oscuro se manifiesta como el señor de las profundidades y amenaza la vida creada por luz de forma constante, pero su poder es recluido las cavernas que se conectan al pozos de mana emergente y en bosques ancestrales que estén cerca de grandes acumulaciones de magia, sin saberlo el haber absorbido parte de la esencia de Luz, permitió el nacimiento de nuevas razas en estos bosques, a las cuales no les afectaba la bendición que era regada sobre la superficie, pero aun conservaban vestigios de sus orígenes como hijos de Aster.
El agotador esfuerzo de Luz por cubrir su mundo provoca una serie de consecuencias en cadena, drenando su fuerza vital de forma brusca obligándola a entrar en un sueño por el uso excesivo de su poder, aun en ese estado, constantemente miraba desde las estrellas a sus hijos, luchando por vivir.
Oscuridad, Aster, la maldad del mundo, llego a conocerse bajo muchos nombres a través de los ciclos de desarrollo de la humanidad, cada vez que se acercasen a un punto donde los recursos del mundo palidezcan, este malévolo bondadoso destruía todos los progresos, pero permitía que los suficientes vivan para que logren prosperar de una mejor manera, cada repetición histórica permitía un desarrollo más sostenible.
Aceptar el peso del pecado, convertirse en su resignación, todo sería un precio justo que pagar por razón de su amada, no quiere que ensucie sus manos con la sangre de sus propios hijos.
Su razonamiento era simple, un enemigo en común puede mantener aliados y sus hijos en los túneles era un método despiadado pero eficaz, dado que ellos eran manifestación de su poder, no morían, simplemente regresaban a él para repetir un ciclo, que con el tiempo, entendieron, lo cual también genero un sorprendente cambio, estaban desarrollándose como civilización dentro de las grietas, al no ser afectados por los reinicios de ciclos en la superficie, pudieron desarrollar jerarquías y la consolidación de poder mágico les brindo un cuerpo, distinto y semejante a su propia esencia, estos se reprodujeron y dejaron de escuchar la voz de la oscuridad, con el tiempo había quedado relegado a un dios en silencio donde su última revelación fue conquistar la superficie.
Un pequeño precio para que la humanidad cese esta guerra entre ellos.
Mientras estas acciones sin consentimiento del consejo tomaban lugar, los dioses más viejos y otros nuevos miraban atentamente las acciones altruistas de oscuridad y la incomprensión de luz, como un acto lleno de amor lastimaría tanto entre ellos, a pesar de todo esto, no podían intervenir debido a que tenían a su cuidado sus propios mundos con sus hijos creciendo en ellos.
El consejo se reunió, delibero y dio un veredicto, que sorprendería a todos, estaban esperando un castigo como la restitución de sus roles o la destrucción y reubicación de sus mundos, pero ahora separados, más no fue ese la decisión final, se dictamino simplemente observarlos sin intervención.
Pasaron aproximadamente cinco o siete latidos, esto sería una duración entre 100 y 400, pero el nuevo ciclo empezaría de forma distinta, con un nuevo comienzo desarrollándose por dos dioses tirando de la cuerda en un mismo mundo.
Las razas de luz eran variadas, tal variedad se adaptó a diferentes ecosistemas, poblando desde las montañas ricas en la cristalización de maná emergente de los canales más finos donde no podían aparecer monstruos como les llamaban, los que se dirigieron a los claros de los bosques donde la rica luz de la vida era prospera, vivieron en armonía con los bosques y al morir su esencia conformada por el praná de su alma se unía a los árboles, los humanos que eran los primeros en nacer, tomaron los valles y fundaron ciudades fortificadas, sin el contacto entre razas, cada una creía ser única y especial.
Con el pasar del tiempo se perdía parte de la historia, los encuentros entre las diferentes culturas se redujeron por el desarrollo y la obligación de defender sus territorios, quedando solo cosas importantes, de esta forma, el lenguaje enseñado por Luz se esparció, pero su nombre estaba siendo olvidado.
El titan primigenio del fuego y uno de los pocos hijos de Él único y verdadero padre, observaba de cerca, con el tiempo había percibido la desigualdad entre las distintas razas, pero no podría ayudar directamente sin descuidar a su mundo, pero tampoco hacerlo de forma descuidada sin el apoyo de sus hermanos en un consenso para tomar medidas.
Tomo alrededor de unos instantes para que los titanes primigenios y progenitores de los dioses de manera increíblemente casi improbable estuviesen de acuerdo unánimemente, cediendo en la intervención de Pyros, señor de las llamas, hacia el mundo de su hija, su princesa y diosa de la luz.
Tomando una roca de su cuerpo la envió hasta el mundo en disputa, de este nacería un ser de gran poder y sabiduría que guiaría a otros a un frente unido, pero, aún quedaba un problema, el desarrollo de poder era limitado y no podían saberlo ellos mismo.
Entre tantos otros mundos a su alrededor, existía el que fuese conservado bajo la guía de Ferial, el dios del equilibrio, también tuvo aquel problema, pero logro solucionarlo, investigando descubrió que había implementado un sistema de uno de los dioses más alejados a él, este solitario era Hanub, quien se había vuelto un erudito en cuanto a la manipulación de la energía cósmica.
Implementar un sistema consistente basado en el propio desarrollo de sus creaciones, algo llamado sistema de crecimiento asistido terrenal, para permitirles a los mortales de su mundo apreciar de forma visual sus propias características, logrando volverlo popular entre varios mundos con diferentes variaciones de acuerdo a las necesidades de cada dios, pero a la vez imponiendo cargas de maná en sus almas que tenían que ser purificadas por Margus en sus recorridos estelares.
Ferial presento el suyo, mayormente pulido en dirección al conocimiento, dado que su mundo había pasado por pocas manifestaciones divinas, que consistían básicamente en el crecimiento de su mundo de diversas formas, su preferida era la de nuevos cuerpos de menor tamaño rondando en su sector, impulsando el conocimiento y el sentido de aventura sus creaciones logrando desarrollar avances tecnológicos sin comprometer sus vidas por los riesgos que conllevaría hacer crecer solo su mundo.
Solicito implementarlo en el mundo que ahora estaba a la deriva con 2 dioses dormidos y una manifestación de un Titan del origen, Ferial no podía intervenir simplemente en un mundo ajeno, pero al ser una solicitud directa de un superior, no tenía otra opción más que aceptar, pero este quedaría sin moderación al no tener a un dios controlando el sistema, esto dejo reacio a ambos, pero si alguien lograba crecer lo suficiente, obtendría una audiencia ante el consejo y se le daría una chispa de divinidad para que cuide de su mundo.
Los mortales sobre la faz de su mundo, recibieron una gran carga de estrés directamente, inyectando el conocimiento en los adultos sobre el sistema de crecimiento, información básica solamente, evitando que alguien abuse de información sobre la corrección de crecimiento, con el tiempo deberán poder crecer y comprenderlo fácilmente.
Así, con un milagro, los hijos de luz y los de oscuridad se vieron ante un milagro, el cual tomaron como una muestra de la existencia aun de sus progenitores custodiándolos.
Lejos de todos estos sucesos, yacía sentado en un trono forjado de rocas de adamantino una figura oscura cubierta por un manto negro azabache, con una mirada perdida hacia unas pesadas puertas de hierro y a su espalda se encontraba un portal, el mismo que llevaba a un subespacio donde se encontraba encerrado Padre, encadenado a ese lugar, pero a la vez influyendo sobre su dimensión, manteniéndola.
Poco a poco comenzó a moverse, había pasado demasiado tiempo en estado de estasis esta forma corpórea, sus efectos parecían simplemente un poco de inanición, nada grave para su propio ser.
Entre sonidos de cadenas golpearse entre ellas mismas, Pragneo había despertado después de tanto tiempo, para su sorpresa, lo primero en visualizar al abrir sus ojos fue un paisaje completamente cambiado, enriquecido por vida, lo que una vez fue una torre desértica escondida, ahora era un fuerte que le protegía a él y lo mas importante para todos, la realidad misma.
Estando de pie frente a la entrada de la torre, vio una figura desconocida acercarse, supuso que seria alguno de sus hermanos o hermanas, tal apariencia similar a la suya, era Margus, quien venía a poner al día al primogénito, ambos se habían vuelto caras distintas de la misma moneda, protegiendo lo que su padre creo, Pragmeo con su resplandor azulado y Margus con uno rojizo, pero ambos poseían cuerpos oscuros como obsidiana.
Entre las noticias que se le confirieron, la de menor impacto era el desarrollo de los mundos y como habían lidiado, el ahora como algunos hermanos han decidido reunirse y explorar el abismo en busca de ellos mismos y por supuesto, la estupidez de su propio hijo.
Detrás de Margus se divisaba llegando una figura radiante en comparación a sus existencias tan umbrales que se manifestaba.
Fue presentada como la penúltima hija, ella no tenia nada que hacer, así que se había encargado de vigilar a las almas junto a su gemela, filtrándolas, separándolas del resto.
Según se supo expresar, las almas que manejaba estaban siendo corrompidas en algún lugar, como si de una semilla se tratase, ingresaba a la esencia misma y se alimentaba de esta para en algún momento cosechar el excedente y enviarla otra vez como una vida débil a engendrar, al parecer estaban siendo usadas como ganado.
Las gemelas Nara y Nero se encargan de separar estas almas, limpiarlas durante la transmigración antes de ser reencarnadas para evitar el deterioro.
Pero este no era el único problema que presentaban, los corazones malvados junto a las intenciones de algunos dioses estaban corrompiendo la luz de las almas, volviéndolas negativas y peligrosas, esto se expandía como epidemia, dado que al reencarnar si no era purificada el alma mantendría esta oscuridad y solo se acumularía, con el tiempo eran consumidas por su propia maldad y sus cuerpos corruptos se volvían muertos andantes entres los vivos.
Lyth, ella es experimentada en el arte de la transmigración de la esencia, los llamo liches, expresando que sus almas habían sido atadas a su mundo por medio de cadenas oscuras, parecidas a las que Pragmeo usa en el trono de la torre.
Margus llego a la atalaya del fin para solicitar usar la cúspide, el único lugar que permite verlo todo a través del infinito, esto funcionaba como un sonar, expandiendo los sentidos junto a cada latido, pero nadie mas lo sabia usar, solo su creador y el guardián, así que e vieron obligadas a esperar su despertar después de tanto tiempo.
Esto no podía ser dado a la ligera, un gran poder podría corromper fácilmente, así que Margus se vio obligada a ofrecer una compensación ante el poder usar algo tan importante para su hermano, este acepto con la condición de que ella ocupe el cargo de sacerdotisa de la atalaya e hile un destino de seguridad.
Con el acuerdo aceptado, cadenas resonaron del suelo y ataron manos y pies al lugar, solo para desaparecer después, esto se explico como un contrato entre seres superiores, donde su propia existencia es afectada.
Entre matices tan variados que solo eran visibles con el reflejo de la luz en cada roca, con el centro de la torre adornado por un carámbano que goteaba sobre una copa de cristal que robaba la atención que se prestaría sobre las escaleras tras el trono de hierro negro, subir hasta la cima no presentaba ningún problema, pero estaba encantado para que solo aquellos aceptados avancen más lejos de las puertas.
Una vez en la cima, logro ver por primera vez la manifestación del ojo omnipotente, invocado a partir de la energía que se filtraba del portal, una extensión de Padre, una vez empezado, solo se dedico a buscar anormalidades en la fluctuación del balance.
Los olvidados como se les había dado el nombre a extrañas criaturas que se movían en grupos, estos estaban organizados como si bajo una mente colmena se moviesen, pasado, presente y futuro, eso no significaba nada para ellos, simplemente viajar por el espacio exterior como si a la deriva se encontrasen, todos estos estaban siendo guiados por Zacat mientras este arrastraba una estrella a su espalda, esto lo hacia en busca de aprisionar a su hermano mayor Ismi, quien de alguna forma había logrado hacer lo mismo que Zacat, solo que este llevaba a otro de sus hermanos a rastras con las cadenas nacidas de su propia sangre, en su camino por donde pasase solo dejaba un rastro de oscuridad. Así ambos hermanos como dos gotas de lluvia viajaban de forma paralela en polos opuestos del universo mismo, rodeándolo, siguiendo los pasos del otro.
Margus solo desistía de vigilar más tiempo el horizonte de causa y efecto a sabiendas que el simple hecho que uno de sus hermanos se llegara a mover irresponsablemente ocurriría una consonancia de pulsaciones, esto al chocar con la onda del corazón podría provocar agujeros en la malla espacial, pero esto era algo molesto, así que desistió a resolverlo.
Como solución, se envió piedras del jardín de la atalaya con inscripciones de la magia de origen, estas viajarían a través del universo y reposarían en los diversos mundos para cumplir con el objetivo final de abrir un corredor espacio-temporal mediante la comprensión de la malla de la realidad, esto era una medida de seguridad si se presentase una situación de salvar alguna especie que sea amenazada por Zorgon.
Zorgon el renegado, la única compañía en el sub espacio donde estaba su padre, por alguna razón el logro entrar en la capa dimensional inferior que se conectaba a la prisión infinita, ahora con todo es espacio el mismo creo un mundo donde tomo la apariencia similar a la de Pyros, pero este lo consideraba débil, así que se añadió a si mismo partes de las criaturas que habitaban el jardín que resguardaba su hermano Pragmeo, como resultado cuernos brotaron de su cabeza, espinas de sus hombros, escamas en sus manos y junto a plumas en su espalda una cola con forma de espada.
Los hijos de este se llamaron a si mismos demonios, en su ser se conservaba la envidia y obsesión con el pode, lo que se podría llamar sociedad no era otra que la subyugación del débil, pero sobre ellos se encontraba su padre, sus propios instintos los volvía leales a él.
Como deseo de su especie se encontraba el llevar caos y destrucción a través de otros mundos, pero al estar aislados solamente podían salir aquellos que tuvieran habilidad, estos terminaban apareciendo en diversos lugares solo para escapar de un infierno que aseguraba la muerte si se era débil.