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Amanecer

―¿Qué crees que querían esos tipos? ―Pregunte a Sebastián con curiosidad.

―Debe ser una simple patrulla, aún creo que debieron presentarlos para evitar esto, pero nooooo, háganle caso a la nueva. —Aún estaba molesto por Indra

La caminata fue un poco incómoda, no sé bien porqué, pero Aurora estaba mucho más callada de lo normal, y con Sebastián quejándose de Indra el ambiente se sentía pesado, no me había sentido así con mi familia nunca.

―¿Vamos a la biblioteca? —Dije intentando aliviar el ambiente.

—Si, ustedes adelántense, yo dejaré estas cosas en la casa. —Dijo Aurora mientras se iba.

Me pareció un poco extraña la forma en la que mi hermana había estado actuando desde que Sebastián llegó, tal vez realmente estaba enamorada en secreto, pero nunca se había puesto así, cuando vuelva a casa le preguntaré.

La biblioteca de la ciudad era enorme, el techo parecía llegar a tocar las nubes y sus ventanales eran tan coloridos como un arcoiris, la gran puerta de madera tenía que ser abierta por dos hombres contratados exclusivamente para eso.

—¡Abriendo la puerta! —Gritó uno de los hombres

En el interior habían centenares de libros, estanterías repletas por todas partes, todos los géneros existentes se encontraban en distintas zonas, pero solo había una zona que me interesaba, "Biología", suena un poco nerd y lo que quieras, sin embargo ahí es donde están todos los libros sobre animales. Desde los pequeños insectos hasta los grandes Oclocs, mi libro favorito era más grande que mi cabeza, cada animal estaba detallado en varias páginas, cada uno con su respectivo dibujo acompañandolas.

—¿Puedo llevar esté hoy? —Mire a Sebas con el gran libro en mis manos.

—JAJAJA por supuesto que sí, el conocimiento siempre te lleva a los mejores sitios. —Me miró con una gran sonrisa y llevo mi libro.

Volviendo a casa sobre los hombros de Sebastián me quedé mirando al cielo, un cielo negro lleno de estrellas que parecían desfilar en la gran tinta derramada ante mis ojos, titilando en distintos colores como bailarinas en una función, una imagen increíblemente hermosa. Después de un rato vimos a la patrulla de antes, uno de los encapuchados se acercó y Sebastián me dejó en el suelo, ya estaba a unas cuadras de llegar así que me dijo que fuera rápido a casa porque a él lo necesitaban en el castillo. El camino fue muy tranquilo, no había ningún sonido más allá de algunos maullidos de vez en cuando, que bien se sentía la paz después de la mañana tan incómoda, pero cuando llegué a casa ese sentimiento se esfumó.

La puerta estaba abierta por la mitad, como si algo la hubiera partido en dos, entre corriendo a buscar a Aurora, cuando pase la puerta la vi, estaba parada frente a la gran ventana, la luz de la luna pegaba de frente, su piel brillaba mientras miles de hojas volaban y se esparcían por el suelo, mientras eran consumidas por un pequeño fuego azul, Aurora se giró al escuchar mis pasos, la pude ver de frente, su cara tenía una expresión de preocupación, lágrimas caían de sus ojos celestes mientras la expresión cambiaba a una suave sonrisa, movió sus labios pero ninguna palabra salió de ella, unas garras salieron por la ventana rompiendo todo y agarrando a Aurora, me quedé petrificada viendo cómo algo negro y alado raptaba a mi hermana que seguía manteniendo la sonrisa mientras hablaba sin ningún sonido. Se había ido.