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Los ojos más bellos del mar [BL]

Géneros: Boys love (chicoxchico), fantasía, aventura, drama y misterio. ________ Ethan ya no quería seguir viviendo, no lo soportaba, lo hacía sentirse sucio, miserable e infeliz. ¿Por qué hay que vivir de esa manera?, eso no es vida, eso es simplemente no estar muerto... Así que tomó una decisión, acabar con ella y dejar todo eso atrás, robar un barco y zarpar como un "pirata" en busca de aventuras emocionantes. Al fin era libre y podía hacer lo que quisiera, pero...aun había un vacío dentro de él, y de alguna manera sentía que tenía un propósito, uno que aún no había cumplido... necesitaba saber qué es lo que faltaba en su vida... En su viaje como intento de pirata encontrará una isla extraña, de la cual se dice que nadie sale cuerdo o vivo de ahí, y en ella espera encontrar una gran aventura, algo que llene el vacío de su corazón. ¿En esta isla extraña y misteriosa, localizada más allá del gran continente encontrará la respuesta?, ¿su razón de existir...? Pero... ¿Quién es exactamente este chico? ¿Cómo terminó de esta manera? ¿Era simplemente su destino? ¿Era ese su destino? Todos los derechos reservados. Prohibido su adaptación y copia ya sea total o parcial. Capítulos cortos, 3,000 palabras aprox.

XDFGHJKL · LGBT+
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32 Chs

Capítulo 12: Sangre

Cuando Aris salió del agua no vio a Ethan por ningún lado.

Su corazón comenzó a latir cada vez más rápido. Tenía un mal presentimiento. Salió del agua a toda prisa, dejó a un lado la caja que llevaba en las manos y empezó a buscarlo por todos lados.

Pero no importaba cuanto lo llamara o lo buscara no podía encontrarlo. Se sentía angustiado.

"¿Dónde estás, Ethan?"

Se preguntaba con desesperación.

Decidió buscarlo en las otras cuevas, y en los túneles subterráneas.

"Esperó que esté bien....¿y si ellos..? No, no puede ser, porque si él se llevó a Ethan estaría..."

Sacudió su cabeza en negación, no quería pensar en el peor escenario, trató de mantener la compostura, se dirigió hacia un agujero y se sumergió de nuevo.

Nadó a través de los túneles submarinos, buscó en cada cueva pero no encontró nada, cada vez que giraba o entraba a otro túnel se imaginaba ver su cuerpo flotando en el agua, o encontrarlo muerto dentro de alguna cueva, su corazón dolía y tenía muchas ganas de llorar cuando pensaba en eso.

Pensó que tal vez podría estar en otro lugar, así que decidió buscar en cada rincón de la isla. Regresó de nuevo a donde lo había visto por ultima vez, salió del agua y lo vio.

Estaba acostado boca arriba, pequeños rasguños traspasaban su camisa, dejando ver heridas y raspones rojizos, su rostro estaba pálido y su cabello rubio se esparcía y flotaba en el agua.

Aris se acercó con miedo, puso su oreja con mucho cuidado en su pecho y dejó escapar un suspiro de alivio cuando escuchó los latidos de su corazón. Le ardían los ojos y las lágrimas comenzaron a caer sin control.

—¿Ethan, puedes oírme?—dijo con voz temblorosa.

No hubo respuesta, y Aris empezó a impacientarse y ponerse nervioso.

"¿Y si le hicieron algo? ¿Le habrán puesto un sello o un hechizo?"

Preocupado puso sus manos en su cabeza y presionó ambos pulgares en su frente, cerró los ojos y sintió el interior de Ethan, todo parecía estar bien, no había nada en su cabeza ni en su corazón.

"Menos mal no le hicieron nada...."

Se sintió un poco aliviado y prosiguió a revisar su cuerpo, que por suerte solo tenía cortes en los brazos y ningún hueso roto, revisó su cabeza y no tenía ninguna herida o golpe, pero aún así tenia miedo de moverlo.

"¿Y si se lesionó la espalda o se fracturó la columna?"

No quería arriesgarse a lastimarlo más, se acercó a un agujero y saco un coral afilado, volvió y se sentó a su lado, hizo un corte a lo largo de su dedo índice y dejó caer las gotas de sangre en su boca. Desató la cinta para el cabello de su muñeca y se vendó el dedo, volvió a su forma humana y caminó hacia donde había dejado su ropa y zapatos, se vistió lo mas rápido que pudo, se acercó de nuevo a Ethan y apartó su cabello plateado a un lado y lo levantó, lo puso sobre su espalda y comenzó a caminar.

Cuando llegaron donde estaban los zapatos, lo recostó con cuidado en la pared y le puso las botas a Ethan, luego se puso las suyas y volvió a cargarlo.

Caminó fuera de la cueva, ya era medio día, el sol resplandecía en lo alto y el calor tropical se sentía en el aire, sus botas se hundían en la arena cuando avanzando por el mismo camino estrecho.

Su expresión era rígida, sus ojos desprendían un aire de frialdad e ira, estaba muy enojado con quien haya hecho esto, quien sea el responsable sólo tenía ganas de matarlo con sus propias manos, aunque ya curó sus heridas eso no quita el hecho de que lastimaron a Ethan.

Llegó a la playa y la atravesó, llegó al pie de la rampa de madera, la subió, caminó hasta la habitación y entró.

Dejó con cuidado a Ethan sobre la cama, le quitó la ropa mojada y la dejó en el suelo a un lado de la cama.

—De verdad siento hacer esto sin tu consentimiento—se dirigió hacia el armario y lo abrió—también siento tocar tus cosas sin tu permiso.

Buscó en toda la ropa, habían muchas chaquetas, chalecos, pantalones de cuero y lona, pero no había nada cómodo que pudiera ponerle, pero justo cuando iba a rendirse encontró un camisón. Complacido lo sacó y lo admiró, era de algodón suave y blanco.

Se acercó a la cama, levantó con cuidado su cuerpo sujetándolo de la espalda y sus dedos tocaron su piel lisa y suave.

"¿Suave?"

Aris lo acercó mas hacia él y revisó su espalda, y en efecto, ya no tenia ninguna cicatriz, todas se habían desvanecido por completo.

"Definitivamente fue por mi sangre....tendré que explicárselo cuando despierte"

Prosiguió a ponerle el camisón, secó su cabello y lo peinó, lo acomodó y arropó. Tocó su frente y sintió que su cuerpo aun estaba frío y su tez aun era muy pálido.

"No entiendo, ¿Por qué su cuerpo sigue frío y pálido?, tendría que estar bien"

Luego de reflexionar un momento concluyó:

"Esto parece más como un efecto secundario de un hechizo o un sello...después de que perdiera su efecto o fuera retirado a la fuerza.... pero eso es imposible, creo recordar que él me dijo que nunca había visto a nadie de mi especie..."

La ropa de Aris también estaba algo mojada pero no le importó, tomó la ropa mojada de Ethan del suelo, bajó para lavarla y la tendió en la cubierta, la camisa estaba rota, pero aun así la lavó y la puso a secar.

Fue a la cocina y puso a hervir agua, sacó las frutas que habían sobrado de ayer y las lavó, la sangre flotaba en el agua mientras lo hacía, no se había dado cuenta que su dedo no había parado de sangrar, incluso cuando había lavado la ropa no sintió nada cuando restregaba y el jabón penetraba en su herida.

Sacó la mano, desató el nudo y volvió a atarlo mas fuerte y continuó, cortó la fruta y las puso en un plato con un poco de agua para mantenerla fresca.

Cuando terminó de hacer esto el agua ya estaba relativamente caliente, la puso en un balde y busco una manta, luego salió con todo eso y entró de nuevo a la habitación de Ethan.

Despejó un mueble que estaba a un lado de la cama y puso el plato sobre el, puso el balde en el suelo y puso una silla al lado de la cama. Buscó algunas sábanas y puso una debajo de su cabeza y la otra la utilizó para cubrirlo más, se sentó y metió la manta dentro del agua, la retorció y la colocó en su frente, esto y la sabana extra eran para calentarlo, y la sábana debajo de él era para que no se mojara la cama con el agua que escurriera de su frente.

"Tengo que calentar su cuerpo, es peligros si sigue así de frío"

Continuó haciendo esto una y otra vez. Cambió la sábana de abajo y la mojada la tendió, ya eran las tres y media de la tarde y el no despertaba.

"Vamos Ethan, despierta...."

Miraba su hermoso rostro pálido, sus pestañas doradas, su cabello, sus labios aun pálidos. Parecía estar muerto.

"Si llegas a.....¿quien me sacara de aquí?, dijiste que me llevarías contigo...¿qué se supone que haga?...."

Trató de mantenerse tranquilo, Ethan no podía morir ya que había bebido su sangre y lo único que podía hacer era esperar.

Lo cuidó hasta que oscureció, salió para revisar si la ropa se había secado y miró hacia el cielo, era la puesta del sol y pensó con tristeza:

"Que lindo sería poder ver esto junto a ti...."

Recogió la ropa y se fue, la habitación ya estaba oscura, recordó como Ethan había encendido las linternas, entonces se acercó a cada una de ellas y las encendió.

Se sentó de nuevo en la silla, levantó su mano y acarició su mejilla en la que dejó un poco de sangre que salía de su herida y retiró rápidamente su mano al verla.

"Esto tomará tiempo....será mejor que no la desperdicie"

Se desvistió por completo, le hecho un último vistazo y salió de la habitación.

"Lo siento, volveré pronto..."

Nadó hacia las profundidades del mar, hasta que llegó a una cueva y entró en ella, siguió avanzando hasta que llegó a una parte que contenía aire, subió y salió del agua.

Las linternas de coral colgadas por todo el lugar, habían plantas marinas en toda la cueva, frascos de vidrio con sustancias extrañas y algunos pergaminos, se acercó donde habían muchos frascos amontonados, buscó los que estaban vacíos y se fue.

Salió a la superficie en un área cerca del barco, volvió a su forma humana y caminó hasta llegar al barco. Dejó los frascos sobre el escritorio y busco una toalla, se secó y busco el camisón que se había puesto la noche anterior, se lo puso, tomó los frascos y se sentó al lado de Ethan mientras llenaba los frascos con su sangre.

Llenó los cinco frascos que había llevado aunque le tomó algo de tiempo, levantó la vista y vio a Ethan un rato y bostezó. Se levantó y guardó los frascos en el mueble que estaba junto a la cama.

Ya era muy entrada la noche y el sueño y la fatiga lo invadió, volvió a vendar su herida con la cinta azul oscuro, la acarició y contempló un momento antes acostarse junto a Ethan. La cama era tan grande como para que durmieran dos personas en ella.

Se acostó de lado y lo abrazó apoyándose en su pecho, sintió su cuerpo un poco mas cálido. Acariciaba la tela de su ropa mientras pensaba:

"Realmente soy un tonto por permitir que lo lastimaran..."

Una lágrima rodó y cayo en la ropa de Ethan.

"Si fuiste tú, maldito Elderloth lo lamentarás por el resto de tu vida..."

Lo invadió una enorme tristeza y arrepentimiento, había esperado a Ethan durante cincuenta y dos años y aun así dejó que pasara esto, la culpa crecía cada vez mas en su corazón y se preguntaba:

"¿Será que sólo le traigo dolor y sufrimiento a Ethan..? ¿sería mejor que yo no existiera...? o... ¿sería mejor no haber deseado eso...?"

Desde que lo conoció siempre trató de ocultar todos estos sentimientos de él, no quería que lo viera así, mucho menos que supiera que él es el posible causante de todo lo que ha vivido y sufrido a lo largo de su vida.

"Perdón Ethan, perdón por ser tan egoísta...."

Sus párpados se cerraron y siguió divagando en sus pensamientos, se sentía tan mal consigo mismo y sin darse cuenta se quedó dormido.

[....]

Un niño estaba limpiando una hermosa habitación, se miraba lujosa y con algunos detalles que la envolvían en una atmósfera romántica.

El niño tenía unos trece o catorce años, su ropa y rostro se veían algo sucios, y su cabello rubio estaba lleno de una sustancia café que lo teñía y lo hacía ver de un color feo y sucio.

Se agachó y metió la escoba debajo de la cama y al instante salió una prenda de vestir. Era la ropa interior de una mujer.

—¿Por qué no se llevan sus cosas? como si me gustara limpiar esto luego de...—renegó con desprecio.

Se hincó poniendo las dos rodillas en el suelo con desagrado y revisó si no había nada mas debajo de la cama, cuando escuchó el crujido de la cama.

El niño sintió como su sangre se desvanecía de su rostro y un escalofrío le recorrió toda la piel.

—¿Me extrañaste?—le preguntó una voz asquerosa y llena de lujuria.

Aris vio la escena e inmediatamente reconoció a Ethan de cuando era niño.

"¿Quien es ese hombre?"—pensó un poco confundido.

—¿Te comieron la lengua o algo?

—...No—respondió fríamente.

—¿Por qué tan frío y cortante?

—Usted debe saber que mi trabajo aquí no es atender clientes y dar esa clase de servicios—dijo mientras se paraba y miraba al hombre a los ojos.

—Lo sé muy bien.

—¿Entonces porque sigue insistiendo?

—Yo sé lo que escondes debajo de toda esa suciedad que pones a propósito en tu cuerpo, esta el rostro de un niño muy guapo y lindo....—el hombre se levantó y pellizcó el mentón del niño.

El rostro del niño se tensó y su respiración se paralizó. El hombre lo agarró del brazo y le dijo:

—Ve a bañarte para que te veas mejor.

Aris se molesto, este hombre le desagradaba, su actitud e intenciones no se veían muy buenas.

—Señor, ya le dije...

El hombre lo tomó de ambos hombros y lo empujó contra la pared con brusquedad, el pánico surgió en sus ojos y quiso forcejear, pero fue inútil.

—Te dije que fueras a bañarte, ¿acaso no sabes quien soy? —preguntó acercándose a su rostro, su aliento a tabaco y licor lo golpeó y su nariz se frunció, su aliento rancio le daban náuseas.

—El local acaba de abrir, puedo indicarle...

Aris quería detener a ese hombre, no entendía muy bien lo que pasaba pero sabía que no era nada bueno. Quiso extender su mano y tomar a Ethan, pero de repente todo se volvió oscuro.

[....]

Aris despertó.

"Que sueño tan extraño de Ethan tuve esta vez...."

Su brazo se sentía adormecido, se movió para cambiar de posición, pero cuando lo hizo sintió a alguien a su lado y se despertó asustado.

"¡Rayos! me quedé dormido"

Se incorporó y vio a Ethan quien aún estaba profundamente dormido, su color había regresado a su piel y cuando lo tocó se sentía cálido. Aris dio un suspiro de alivio, quitó las sábanas con las que lo había arropado y sólo dejó una delgada de algodón para que no se sintiera acalorado.

"Tal vez dentro de poco se despierte"

Se sentó en la orilla de la cama y su estomago rugió de hambre, recordó que no había comido nada desde el desayuno que tuvo ayer con Ethan y miró a su lado el plato de fruta que dejó ayer.

"Esto era para cuando despertaras pero tengo un poco de hambre, lo siento....."

Extendió la mano y tomó unos pedazos de manzana y los comió. Su paladar quedó empalagado por la manzana así que bajó a la cocina a buscar agua, tomó un vaso y cuando iba a llenarlo se dio cuenta que su dedo comenzó a sangrar de nuevo.

"¿Aún no quieres dejar de sangrar, eh...?"

Desenrolló la cinta y revisó la herida.

"No debí hacer el corte tan profundo, pero estaba demasiado nervioso como para notar eso..."

Dejó el vaso con agua a un lado, subió las escaleras y bajó por la rampa del barco, levantó el ruedo del camisón y sus pies se mojaron, la suave brisa refrescante acariciaba su rostro y sacudía su ropa y cabello, se puso en cuclillas y metió su dedo y la cinta en el agua, la sangre salía de su dedo en forma de un pequeño hilo que manchaba el agua cristalina y se desvanecía poco a poco con el suave movimiento de las olas.

"Si no tuviera que estar en forma humana esto ya no estaría sangrando, pero debo cuidar de Ethan"

El agua marina detuvo un poco el sangrado, retorció la cinta y volvió a ponérsela, se levantó y subió al barco. Tomó el agua y llenó de nuevo el vaso para llevárselo a Ethan para cuando despertara, entró y lo vio todavía recostado en la cama, inmóvil, no se había movido ni un centímetro de donde lo había puesto.

Puso el vaso al lado del plato, se quitó el camisón y buscó la ropa que llevaba ayer, se la puso y se sentó en la misma silla junto a la cama a esperar a que despertara.

En todo ese tiempo sólo lo observó, miraba como respiraba y pensaba en el poco tiempo que llevaba conociéndolo, que aun así le bastó para enamorarse de él.

Con sólo mirarlo, escuchar su voz, verlo sonreír y apreciar esos lindos hoyuelos, sólo eso lo hacía feliz. Conocer a alguien que puede sentir y expresar cariño por él...era lo mas hermoso que Aris había experimentado en toda su vida.

"¿Entonces es así como se siente conocer a alguien que te ama...?"

Sentimientos de tristeza y calidez se mezclaban en su corazón.

"Antes anhelaba la muerte....pero hoy quisiera vivir eternamente junto a él...."

Cerró sus ojos.

Su mente e imaginación volaba cuando pensaba en Ethan, se veía junto a el comiendo en un bello campo de flores, sentados viendo el amanecer y la puesta del sol todos los días, caminar tomados de la mano, abrazarlo todos los días y dejar de sentir el enorme vacío en su corazón que dolía tanto.