—¿Entonces no vas a ayudarme?—preguntó Adam con preocupación.
—Claro que voy a ayudarte, joven mago—Dijo David con una sonrisa oculta por su barba—Pero no voy a resolver el acertijo por ti. De todas formas ya tienes todas las pistas para resolverlo, piénsalo un poco: es bastante fácil...
Adam se quedó mirando a David como si estuviera reflexionando sus palabras, pero en realidad no estaba pensando, sino que se concentró en la sangre negra que manchaba la barba blanca del viejo mago. Inmediatamente, un lunar se formó en la oreja del joven y susurro:
—El viejo tiene mucha confianza en la voz, pero la realidad es que está más angustiado de lo que aparenta, porque teme que el libro está manipulando su mente. Sin embargo, el mago está seguro de que podrás resolver el acertijo, ya que en definitiva moriste en el futuro, pero cuando ese futuro logró transmitir su mensaje se convirtió en tu actual pasado.
Adam se palmeó la cabeza: el acertijo era bastante fácil una vez que sabía la respuesta. Pero ahora el joven héroe estaba preocupado e imploraba que hacer trampa de esta manera no sea notado por la voluntad del libro. En teoría, no debería poder notarlo nadie además de él: como bien aprendió cuando leyó el libro que le dio esta habilidad: 'Él sabe, lo que ellos no saben'
—Una vez que resuelves el acertijo, ¿qué haces?—preguntó Adam con dudas—¿Solo lo digo en voz alta y aprendo la habilidad del libro?.
—¡No, claro que no! El acertijo solo ayuda a terminar la historia con vida—Respondió el viejo con bastante preocupación; parecía no gustarle la pregunta de Adam—En general a los libros le gusta ver como los actores terminan su historia y sobre todo le gusta que aprendan su moraleja, por lo que debes continuar con tu papel hasta que de verdad entiendas lo que tienes que entender.
—¿Puedo decirte mi solución al acertijo del libro para comprobarla?—preguntó Adam, buscando no jugarse la vida con una conclusión.
—¡No, no y claro que no! —Respondió David, con aún más preocupación, por la dirección que estaba tomando la charla—Únicamente confía en ti mismo, como cualquier mago lo haría, yo no puedo darte más respuestas en esta etapa del libro. Todas las pistas fueron dadas anteriormente y ahora debes unirlas.
—Bueno, supondré que al menos puedes ayudarme a buscar por la isla—dijo Adam mirando a David con cierta expectativa por su confirmación.
El mago asintió con la cabeza y el joven héroe continuó con sus planes:
—Ayúdame a buscar algunos hongos azulados por la isla, esos son mis peores enemigos, los odio de tanto comerlos.
—Bueno, buscaré los hongos por la izquierda y tú ve por la derecha—Dijo David tirando el bastón de su mano al suelo, pero el bastón no tocó el suelo, sino que se quedó flotando por la arena. El viejo mago se paró arriba del bastón con bastante destreza y salió volando a gran velocidad en busca de los hongos.
Adam había quedado traumado por lo que pasó con la patineta de su antiguo director en la escuela. En consecuencia, cuando el joven vio el bastón del mago levitando arriba de la arena, se asustó y salió corriendo a buscar los hongos azulados. Uno de los problemas que Adam tenía, es que no sabía cuando comenzaron los ataques en el presente o si habría ataque alguno. No encontró pistas al respecto, por lo que decidió ser rápido y encontrar el secreto de la isla.
El joven héroe entendió que la clave para sobrevivir (y la respuesta al acertijo) era utilizar la información de la chapa enviada del futuro, para así lograr que ese futuro se convierta en el pasado de su yo presenté. Por tanto, si siguiera las instrucciones enviadas del futuro, lograría salir vivo en el presente.
La solución del acertijo de Adam se basaba en que su yo futuro nunca recibió esa chapa y murió; no obstante, su yo futuro habría logrado salvar al yo presente mandando esa chapa. Y tal como dijo el inicio del libro: para sobrevivir al ataque del rey, Adam tendría que haber vivido en el futuro para lograr salir vivo en el presente.