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LOS BESOS DE MICHAEL (#1, Serie 4G)

Irina siempre supo que Michael iba a destrozar su corazón, pero, ¿por qué no intentarlo? Pensar así fue su más grave error. Derrotada tras recibir una retahíla de excusas por las cuáles deberían seguir siendo solo amigos, logró congelar sus sentimientos y cortar cualquier tipo de relación-comunicación con él para dedicarse a cumplir el sueño de toda su vida. Después de tres años Irina se ha convertido en madre soltera y es considerada una de las mujeres más influyentes y famosas de toda América y Europa; pero cuando todo parece ir a la perfección en su trabajo y en su vida personal, Michael reaparece en su vida adueñándose por completo del corazón de su hijo y pidiéndole una nueva oportunidad. Irina sabe que no es una buena idea permitirle que entre por segunda vez a su vida; pero, ¿podrá resistirse a los besos de Michael?

comunidadplatinvm · Urban
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8 Chs

El arrullador

Apesar de las circunstancias, agradezco haber venido. No solo porque me siento vivo de nuevo (aunque ella está incluso más lejos de mí que antes), sino también porque tener a este niño entre mis brazos me da una lección muy importante.

Llevo arrullándolo unos treinta minutos mientras reviso distraídamente el teléfono.

—Lo siento — escucho que dice Irina detrás de mí. Mis hombros se tensan, pero me obligo a parecer lo menos incómodo posible — No… queríamos molestar.

Eso no es exactamente lo que esperaba escuchar, así que me doy media vuelta para poder mirarla a la cara, dispuesto a decirle unas cuantas cosas… pero las palabras se quedan atascadas en mi garganta, porque está demasiado cerca.

Mierda, no puedes quedarte callado.

Dile algo.

—No digas tonterías, Irina — le respondo, después de carraspear un poco — Sabes muy bien que no me estás molestando. Y mucho menos el niño. Sé que soy un idiota, pero los niños son sagrados — sonrío con algo de ironía, antes de desviar los ojos hacia Vlieth que se remueve y suspira antes de rodearme el cuello con el brazo para pegarse más a mi cuerpo.

Hace un rato me saqué la cazadora para colocarla sobre su torso porque el aire estaba bastante fuerte y no quería que se enfermara estando bajo mi cuidado.

—Lo siento — se disculpa de nuevo.

—Si. Yo también siento muchas cosas. — le digo, mirándola a los ojos. Ella desvía la mirada inmediatamente, fingiendo total demencia ante mis palabras. Me río otra vez, porque ¿qué más puedo hacer? —¿A qué hora terminas? — le pregunto, con los ojos clavados en su rostro. Ella no me está mirando, pero no me importa. Sé que puede sentir la corriente que nos envuelve y no planeo permitirle que la ignore.

—¿Para qué quieres saber? — me pregunta, a pesar de que no me ve. Arqueando una de sus cejas, se arregla el cabello detrás de la oreja. Yo me río por su actitud y, sin poder evitarlo, me acerco para besar su frente. Ella se queda inmóvil durante los cinco segundos que dura mi gesto excesivamente cariñoso y yo sonrío contra su piel.

—Te extrañé — le susurro, antes de alejarme de nuevo y evaluar su rostro.

—No te equivoques, Michael. — dice con fingida calma — Nada ha cambiado entre nosotros.

—Si tú lo dices…— digo, moviéndome para que solo ella pueda verme los labios — Estás hermosa — reconozco directamente en su cara, y por primera vez en toda mi vida me siento la persona más real del mundo.

Ella abre los ojos de par en par, sin poder creérselo, y yo solo le sonrío. Vlieth se remueve otra vez y me hace olvidarme por completo de ella cuando me llama.

¿Eso acaso es posible?

—¿Maishel? — me llama, con su acento español-bebé.

—¿Qué pasa? — le pregunto, sobando su espalda.

—¿Mami? — inquiere, abriendo los ojos poco a poco para adaptarse a la luz.

—Aquí está mamá. — acomodo la cazadora para evitar que se caiga cuando se remueve de nuevo — ¿Quieres ir con mamá?

—Maishel — dice, apoyando sus manitas sobre mi pecho y cerrando los ojos de nuevo.

Supongo que eso significa que quiere quedarse conmigo.