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Lo que nunca escribí de ti

Una escritora de romance y obesa, está en busca de cumplir su sueño de ser reconocida, pero comete un error que le causa grandes problemas. Por tratar de cautivar a sus lectoras, utiliza a un modelo desconocido como protagonista, lo que no sabía era que ese modelo iba a ser su dolor de cabeza. Debido a las imágenes que utilizó sin su autorización para la novela, este tratará de ponerse en contacto con ella para pedirle amablemente que elimine las mismas, pero ella se niega rotundamente y comienza a ocultarse con un seudónimo para que no logren contactarla más. Él se ve en la obligación de investigar sobre ella y de leer dicha novela; al darse cuenta que ella escribe historias sobre chicas obesas y él es parte de ese proyecto, se altera, a tal grado, que comienza a acosarla por mensajes. Él es todo lo contrario a como lo describe la escritora. Al descubrir que ella está en otro país, viaja para buscarla y proceder a demandarla, pero no contaba con que ella no lo reconocería en persona y que sería más difícil lidiar con ella por su forma de ser.

NATALIADIAZ · Urban
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31 Chs

5

La llevamos de vuelta a la universidad y nos fuimos directo al Hotel.

—No puedo creer que quieras ayudarla, sin siquiera conocerla. Eres mi asistente y se supone que me apoyes a mi, no a ella.

—Apoyo a quien tenga la razón y tú no la tienes. Tú mismo lo dijiste, soy tu asistente, por ende debo corregirte si cometes errores y has estado cometiendo muchos durante estos días.

—¿A qué le llamas errores? Quería ponerla en su lugar. Esa mujer tiene una facilidad de hacerme enfadar, solo con tenerla cerca.

—¿Tanto como para atreverte a entrar al baño de chicas? — sonrió.

Me sentí algo incómodo con ese comentario.

—Creí que iba a tratar de escapar, eso es todo.

—¿Y para eso tuviste que acorralar a esa pobre mujer a la pared?

—No lo hagas sonar así.

—Estoy diciendo lo que ella dijo y tú no negaste. Le llamas pervertida por lo que escribe, ¿Y en qué categoría entras tú? Entrar al baño de mujeres, arriesgando tu reputación, no es algo que harías a menudo. ¿No me digas que te gusta la escritora?

—¿¡Estás loca!? Esa última neurona que te quedaba se ha quemado. ¿Cómo se te ocurre decir tal cosa? Primero muerto, antes de que me guste una mujer como esa. Odiosa, grosera y descarada.

—Ah, pero no has dicho la palabra que siempre utilizas en una mujer que no te gusta.

—¿Qué palabra?

—Fea. Siempre te refieres de la misma forma a todas las que conoces y no te gustan, ¿Por qué no has dicho eso de ella?

—¡Es fea!— grité molesto.

—Del odio al amor solo hay un paso. Cuidado que no te vaya a gustar esa fea, odiosa, grosera y descarada; porque por lo que vi, ya la cagaste con ella.

—Cuidado con lo que dices. Grábate esto de una vez; jamás me fijaría en una mujer como ella, es todo lo contrario a mis gustos.

—«Un dulce beso que podía borrar toda preocupación o tristeza que pudiera estar sintiendo…» — citó una frase de la historia, y quise interrumpirla:

—¡Ya cállate, Vanessa!— tartamudeé.

—Deberías leer la historia otra vez, a ver si aprendes algo de ella.

—Déjame solo.

—Es lo mejor. Estás insoportable— se fue de la habitación y me dejó solo.

Cualquiera diría que quiere meterme a esa mujer hasta por los ojos.

Me di un baño y me tiré en la cama. Era temprano para dormir, y estar en este lugar me estaba causando ansiedad, así que busqué mi computadora y me senté en la cama para usarla. Estaba verificando mi correo y no sé en qué momento, abrí el documento del libro. Es una descarada, no tiene vergüenza alguna.

Iba a cerrar la computadora, pero quise darle una ojeada más. Esas escenas, sin duda, parecen sacadas de una película porno. Una mujer como ella no podría hacerlas.

¿Qué mierdas estoy pensando? Ella no es la protagonista de esa historia para estar imaginando esas cosas con ella. Maldito demonio, hasta sin verte y ya andas fastidiándome la vida.

                   Ruby

—Si supieras lo ridículo que es. — comenté, dándome un sorbo de agua.

—¿Se ve igual de atractivo que en las fotos?— preguntó mi amiga.

—No es la gran cosa. Ni se parece al de las fotos.

—Quisiera conocerlo.

—No voy a poder presentártelo. No voy a pedirle ningún favor a ese idiota. Me cae peor que una patada en los ovarios.

—Habías dicho que si alguien tan atractivo como él te acosara, no te estaría malo.

—Pero fue antes de conocerlo, ahora que lo conozco, solo quiero huirle. Es tan insoportable. No puedo negar que disfruté haciéndolo enojar. Creo que padece de bipolaridad crónica.

—Para que tú lo digas, debe ser realmente odioso.

—No tienes idea.

Me sonó el teléfono, y al ver que era el número de Vanessa, le contesté.

—Te enviaré la portada nueva para tu historia. Estoy segura que te va a gustar. Fue hecha por un profesional y especialmente para ti.

—¿De verdad? Ya quiero verla.

—Te la enviaré por mensaje de texto.

—Gracias — colgué la llamada, y me quedé en espera.

Al ver la imagen, quedé sorprendida. Era un hombre más atractivo que el mismo acosador. A cualquiera se le saldrían las babas. Hasta me dio hambre.

—¿Y ese quién es? — preguntó mi amiga.

—Ni idea, pero está más duro que el puño de un loco. Creo que acabo de embarazarme, nada más con verlo.

—Somos dos.

—Solo espero no tener problemas también con esta foto. 

                  Adrián

Me pregunto si habrá borrado la portada. Me quedé un rato esperando y actualizando la página, hasta que vi que la cambió. Puso una foto de Jared; de ese infeliz que se la pasa queriendo competir conmigo en todo. Es mi enemigo y rival en mi carrera, estoy seguro que Vanessa tuvo que haber sido. ¿Y esta qué le ve a ese tipo?  No es para nada atractivo y jamás podría compararse a mi. Las mujeres tienen unos gustos raros. Ella está soñando demasiado, pero soñar no cuesta nada. Para como es ella, jamás podría conseguir a uno así. Bueno, quizá sí podría, pero solo por sus senos, y si se mantiene callada en toda la relación. Traté de no reír fuerte o Vanessa pensará que estoy loco.

Ruby puso un nuevo estado en la plataforma y lo abrí para leerlo:

¿Qué les parece el nuevo protagonista de mi novela? Apuesto que es mucho más atractivo que el otro que tenía.

Descarada. Esto lo hizo intencional. No tardaron en responderle el estado. Muchísimas personas afirmaron a lo que dijo. Ese idiota de Jared no me llega ni a los talones. ¿Cómo puede considerarlo atractivo?

Salí de mi habitación y le toqué la puerta a Vanessa. Entré según me abrió.

—¿Cómo se te ocurre decirle que publique fotos de Jared? De todos los modelos que existen, ¿Por qué justamente él?

—Porque todas desearían a un hombre dulce, no tan amargado, como tú. Jared es el sueño de toda mujer; es inteligente, atractivo, tiene muchísimas cualidades y era el hombre perfecto que necesitaba esa obra para darle más vida; además de que hablé con él y está dispuesto a entrevistarla.

—¿Entrevistarla? Ni que fuera una celebridad o algo parecido.

—Él puede ayudarla a progresar y no le estuvo malo enviarme una foto de él, para que ella la usara en la historia. Fíjate que según le dije que tú no quisiste, él amablemente se ofreció.

—Claro, solo por fastidiarme.

—¿Y por qué estás tan molesto? ¿No querías que la borrara?

—Sí, pero la idea de que sea de él la foto, me molesta.

—¿Celos o envidia?— arqueó una ceja, y me molesté más.

—Esto no se va a quedar así.

—¿A dónde vas?

—A buscar a esa loca— salí de la habitación molesto.

—Adrián, no cometas una tontería. Vas a cagarla otra vez. Nunca escuchas consejos.