—¿Seguro que no interrumpí nada?
—No, nada especial. Ya estábamos terminando— respondió Ruby.
¿Nada especial? ¿Me para la maceta para nada? Eso es algo bajo. Tener ese pensamiento me hizo mirarla y ella esbozó una sonrisa. ¿Así que eso era lo que quería? Me hizo creer que quería y me dejé llevar como un imbécil, pero esto no se va a quedar así. Para la próxima será ella la que se quedará con las ganas.
—Es cierto. Nada especial. Ya estaba por llevarla— le dije a Vanessa.
—Tenía que hablar con ustedes, y aprovechando que están juntos, quería decirles que el director hizo unos arreglos en el guión.
—¿Arreglos?— preguntó Ruby.
—Sí, y quiere que vayan ambos al teatro.
—¿Por qué tanta prisa? Aún no hemos tenido tiempo de ensayar — le dije.
—Sí, pero piensa que al ser ambos principiantes, se les hará más fácil ensayar en el teatro. Así le pierden el temor a las cámaras y se sueltan un poco.
—Me parece buena idea, Sra. Vanessa— afirmó Ruby.
Al ver que ella lo tomó bien, pues no tuve de otra que aceptar también.
—El teatro estará libre esta semana. Pueden ir a ensayar allá.
—Esta bien.
Lastima. Yo que iba atacarla aquí.
Luego de tocar ese tema, la llevé a su casa. Estuvimos en silencio todo el camino. Es como si para ella no hubiera ocurrido nada, aunque en realidad nada pasó. Me pregunto ¿qué hubiera sucedido si Vanessa no hubiera interrumpido?
Ruby
Al llegar a la casa subí directamente al cuarto y me tiré en la cama. El muy imbécil se creyó que lo iba a besar. No puedo negar que si no hubiera llegado Vanessa, lo más probable si lo hubiera hecho. Se veía indefenso, tenía esa expresión de que quería llegar a algo más. Estaba en mis manos, y tuvo que llegar ella en ese preciso momento. Era el escenario perfecto para burlarme de él. Lo único bueno que pude sacar de esto, es que logré darme cuenta que al parecer le gusto al acosador, o quizás es solo ganas. Tal parece que conseguí un nuevo pasatiempo. Tengo que seguir leyendo el guión.
Dos días después:
Mi amiga me envió los documentos por correo y Jared los envió a la universidad. Todo ha sido muy rápido con él, no pierde tiempo. Se ha comportado muy bien conmigo.
Por otra parte, hoy quedé en ir al teatro con Adrián. No hemos practicando por esos dos días, pero hemos conversado por mensajes de texto. Es tan raro que no esté peleando, creo que estoy extrañando su bipolaridad.
Vino a recogerme y fuimos directo al teatro.
Adrián
—Hasta que por fin llegan. Creí que no vendrían— nos dijo el director.
—Me cogió algo tarde. Tenía una sesión de fotos en la mañana, pero ya estamos aquí.
—¿Cómo están?
—Bien, Sr. Edward— respondió Ruby
—¿Qué tal si comenzamos?
—Sí, me parece bien.
Estuvimos toda la mañana ensayando.
—¿Ya lo habían hecho?— preguntó el director.
—Algo así. Solo hasta la página 33— respondió Ruby.
—Con razón. Se ven muy sueltos para ser principiantes. ¿Sucedió algo mientras no estaban en el teatro?— nos miró a los dos, y ambos negamos con la cabeza a la vez—. Quiero que intenten la escena del beso, pero en la cama.
—¿Eh?— ambos nos miramos.
—Aún no hemos hecho el beso de la página 33, ¿Por qué saltaremos a esa otra escena?— pregunté.
Ruby se quedó tranquila escuchando al director. A ella no le molesta esto para nada. ¿Por qué me va a molestar a mi?
—Quiero probar algo con ustedes. Primero que nada, prueben la cama. Tendrán que acostumbrarse, pues la usarán a menudo.
—¿Esto es una película porno o qué?— pregunté.
—Tiene varias escenas. Eso llama la atención del público. No pasará nada, ahora sólo es un ensayo. Vayan a la cama.
Ruby se acostó en la cama, y al ver que lo hizo, me fui al otro lado. La cama era muy cómoda. El director se nos quedó viendo y sonrió.
—Lean el guión en voz alta.
Vanessa se acercó al director, y se lo llevó aparte.
Vanessa
—¿Estás seguro de esto?— le pregunté a Edward.
—Tú, al igual que yo, deseas ver a esos dos en acción. Tú misma lo dijiste, un empujoncito no les haría daño. Los shippeas tanto como yo. Veamos hasta donde están dispuestos a llegar. Se ven tranquilos.
—¿En tu otra vida fuiste cupido?
—Oh, nena. Tengo experiencia en juntar personas, créeme. Esos dos no tardarán en encender la chispa en esa película. Solo sígueme la corriente, y observa.
Adrián
El director se mantuvo a una distancia prudente de la cama y nos ordenó a leer en voz alta el guión. Al leerlo, miré a Ruby y ella sonrió. La movida la hago yo, no ella. Ni siquiera he estado así de cerca, y debo subirme sobre ella. Esa escena no la había leído. Este nuevo guión tuvieron que haberlo cambiado drásticamente. Ella está tranquila y eso me ayuda a calmar un poco mis nervios.
Me subí sobre ella y se quedó mirándome fijamente. Puso sus piernas alrededor de mí y sonrió. Está provocándome intencionalmente.
La encaré, y ella acarició mi mejilla.
—Se gentil, es mi primera vez — comentó.
No puede aguantar la risa, y exploté.
—No te lo cree ni tu abuela — me tiré al lado de la cama a reírme.
Me dolía el estómago de tanto reír, y ella comenzó a reír conmigo. Al verla reír, más risa me dio. Jamás la había visto reír tanto.
—¿Podrían concentrarse en el guión, por favor? — nos dijo el director.
—Lo siento— Ruby carraspeó, y me miró conteniendo la risa.
—Lo siento, director— le dije, y me subí sobre Ruby otra vez.
Tenemos que ponernos serios, pero su expresión en este momento, quería partirme de la risa.
—Se gentil, es mi primera vez — ambos nos miramos, y tratamos de aguantar la risa, pero fue inevitable.
Comenzamos a reír más fuerte, y no podíamos ni hablar.
—Olviden esa parte del guión y procedan a la siguiente.
—Lo sentimos mucho, director — me sequé las lágrimas, y miré el guión.
Me puse serio y quise continuar.
—No te preocupes, voy atesorar este momento siempre— Ruby acarició mi mejilla, y me acerqué.
Su expresión lucía distinta, era como si estuviera esperando lo siguiente. Miré sus labios y me dejé llevar. Robé sus labios, y Ruby soltó un suave quejido. Me sorprendió escucharla así, tanto que, no solo yo me sorprendí. Se supone que la haya besado lentamente, pero su forma de besar, hizo que me olvidara del maldito guión y jugara incluso con su lengua. Jamás había besado a una mujer con tantas ganas como a ella. Ruby me besaba como si quisiera algo más.
Nos detuvimos por un instante, y cruzamos miradas. Ella sonrió y arqueó una ceja. Al darme cuenta de que ella sintió mi erección, me dio algo de vergüenza y me levanté de la cama.
—Necesito tomar agua — le dije a Vanessa.
Ella me trajo una botella a mí, y la otra se la dio a Ruby. Me estaba sintiendo muy caliente. Si hubiera continuado, hubiera terminado acostándome con ella ahí.
—Es algo normal en el cuerpo, Adrián— comentó Ruby sonriendo.
—¿Y tú cómo sabes eso? ¿Acaso tienes pene?— me di un trago de la botella de agua.
—No, pero en mi otra vida me gustaría tener uno.
Casi me ahogo con lo que me estaba tomando y comencé a toser, ella no dejaba de reír.
—Eso no fue gracioso.
—¿Quién te manda a imaginarlo, puerco?
—Gracias por la ayuda, me acabas de bajar hasta el ánimo.
—De nada, siempre a la orden — me hizo un guiño, y tomó del agua.
Esta mujer me volverá loco.