—¿Qué te trae por aquí? ¿No se supone que estés en el teatro, Adriancito? — preguntó Jared.
—No creas que iba a permitir esto.
—No estás tomando el trabajo en serio. Tal parece que no tienes muchas ganas de convertirte en un actor. Eres muy inmaduro y te dejas llevar mucho por tus impulsos. No sé cómo el director no te da una patada en el trasero y te saca.
—Ese papel será mío y no dejaré que tú lo arruines como siempre. Con esa intención haces todo esto, ¿No es así?
—¿Podrías subir a la habitación, Ruby? No quiero que sigas presenciando la actitud de este inmaduro— comentó Jared.
—Yo no quiero causar problemas— dijo Ruby.
—No los estás causando. ¿Podrías hacerme el favor de subir un momento? Luego la llamo.
—Esta bien.
—No, no vas a ir. Tú no te puedes quedar aquí. ¿Qué tipo de mujer eres? ¿Cómo te atreves aceptar vivir con un desconocido? ¿No tienes sentido común o malicia?— le dije molesto.
—Míreme, no le haga caso a lo que su inmadura boca diga. Yo subiré y hablaré con usted tan pronto termine de hablar con él. No debe preocuparse. Para mí no es ningún problema que se quede aquí, al contrario, me haría sentir acompañado, ya ves que es una casa muy grande y vivo solo con mis empleados. No se deje llevar por lo que digan, le aseguro de que aquí no le faltará nada, y tampoco voy hacerle nada— la acompañó hasta las escaleras, y ella subió.
—Usando tus estúpidos encantos para controlar a todos. Siempre haces lo mismo, Jared.
—Eres tan diferente a mi. Si sigues actuando como lo haces, no vas a poder conquistarla, Adriancito.
—¿De qué demonios estás hablando?
—Estamos solos y somos hombres, no tienes que hacerte el idiota conmigo. Ambos sabemos que te gusta la señorita, pero con tu actitud, solo la estás alejando. Estás siendo muy impulsivo y actuando muy inmaduro. A una dama no se le trata así o te van a huir.
—No es algo de lo que deba importarte. Te quiero lejos de ella.
—Lastimosamente no puedo. Soy su representante y su apoyo en estos momentos.
—Es una puta excusa para molestarme.
—No, no lo es; y aunque yo no fuera su representante, tampoco iba alejarme. ¿Crees que le haré caso a lo que un mocoso novato diga?
—No voy a dejar que juegues con ella.
—Te estás delatando. ¿Tanto te gusta? Se puede notar por encima; es una lastima que ella solo te vea como un acosador, grosero y que no sabe besar—sonrió malicioso.
Lo agarré por el cuello del traje bruscamente.
—Eso es algo que no debe importarte a ti. Solo te advierto que no te quiero cerca de ella. No dejaré que la añadas a tu lista de conquistas. Ella no es mujer para ti.
—¿Y para ti sí? Tienes razón en una parte, de que no debería importarme, pero si me importa. Tengo cierto interés hacia ella, obviamente fuera de los negocios.
—¡Lo sabía!
—Pero eso no debe importarte, ¿Verdad? Dijiste que no te gusta, así que no tienes porque venir aquí creyéndote dueño de ella.
—Jamás permitiré que te le acerques.
—No creo que eso lo decidas tú— se soltó de mi agarre, y sacudió su traje—. Estás mezclando nuestros problemas personales, con el trabajo; y lastimosamente, son cosas que no se mezclan. Tu problema no soy yo, tu problema es ella y esos celos que tienes. Si quieres ganar puntos, aprende a tratarla bien. Saliendo un poco del tema de los celos y eso, ¿Vas a actuar con ella?
—No.
—De acuerdo. Yo me apunto a ser el próximo protagonista, y me quedaré con el papel. Estoy seguro que ella va a sentirse más cómoda conmigo, que contigo.
—Espera, ¿Ella aceptó lo del proyecto?
—Aún no, pero sé que lo hará. Es una oportunidad que no creo que vaya a rechazar. ¿Ahora si tienes ganas de quedarte con el papel?
—Yo planeaba quedarme con el.
—Eres muy orgulloso. Se nota que lo haces por ella. ¿Esto nos convierte en rivales?— sonrió.
—Quiero hablar con ella.
—¿Vas a dignarte a confesarle tu amor?
—No seas imbécil, yo no estoy enamorado de ella.
—Los que están alrededor nos damos cuentas. Eres muy malo para mentir.
—Vete a la mierda.
Jared soltó una risita odiosa.
—Ya regreso.
Fue a buscar a Ruby, y al verla, no encontraba qué decir.
—Déjanos a solas, Jared— le pedí.
—Esta bien. Si te hace algo, avísame — le hizo un guiño a Ruby, y se fue.
Como lo detesto.
—¿Entonces?— Ruby me miró, y creí que me insultaría o algo, pero no fue así.
—Siento mucho lo de hace un momento— desvié la mirada por lo incómodo que me sentía.
—¿Tú disculpándote? Eso es extraño.
—No te burles. Siento mucho también lo del beso; esos idiotas no te dijeron lo que iba a pasar. Al menos, no debiste darme esa bofetada frente a todos.
—Claro que tenía que hacerlo, pues robaste mi primer beso.
—¿Eh?— sentí una vergüenza que quedé paralizado.
Ruby rio descaradamente.
—¿Te la creíste? ¿No era eso lo que yo tenía que decir, luego de que me besaras?
—Eres desesperante.
—Y tu muy idiota. ¿Ya bajaste las revoluciones?
—Ruby, no te quedes aquí. Sé que me detestas y yo a ti, es por eso que es más seguro que estés conmigo.
—¿Contigo? ¿Qué tipo de comentario fue ese?
—No lo tomes a mal, no es lo que piensas. No quise que sonara tan comprometedor. Déjame explicar.
—Entonces ¿A qué te refieres?
—Quise decir que— hice una pausa, estaba tan nervioso con arreglar ese malentendido, que estaba tartamudeando—, puedes quedarte en mi casa los días que estés aquí.
—¿Has perdido la cabeza? ¿Contigo? ¡Jamás!
—¿Y por qué con él si? ¿Te gusta?
Ruby desvió la mirada, y me hizo molestar.
—¿Por qué tanta curiosidad? Ese no es tu problema. Contigo no voy ni a la esquina, acosador. Me asfixias.
Esas palabras me dolieron un poco, pero no iba a demostrarle eso.
—Haz lo que quieras.
Me fui como alma que lleva el diablo. Sus malditos comentarios se han vuelto un dolor de cabeza. No sabía que unas simples palabras, podían ser tan irritantes, y a la vez, doler tanto. En primer lugar, no sé ni para qué vine a buscarla. Soy un imbécil.