webnovel

Lo importante para mí (Pausado y en reescritura)

Un accidente, ¿cómo afectaría tu vida?, ¿fue algo bueno o malo?, ¿tal vez fue el destino?, ¿o solo es el juego de alguien? Una historia, con un buen cliché y destrucción de la cuarta pared. ... ... ... ... "Oye autor, ¿por qué quieres sonar profundo?, mejor escribe una verdadera descripción de la historia. Nadie se sentiría interesado por esas preguntas que ni tú sabes que significan" Autor: Nadie pidió la opinión de un personaje ficticio... Espera ¡¿qué demonios haces aquí?! "Pues... No sé, hace rato estaba cruzando la calle y..." Autor: ¿No me digas que te moriste otra vez? ... "¿Cómo que otra vez?" _________________________________________________________________________ P.D: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Esta historia salió de mis retorcidas ideas y fantasías, solo espero que disfruten leyéndola. _________________________________________________________________________

CelestialAuthor · Realistic
Not enough ratings
104 Chs

Parte 94: Reencuentro

Probablemente habían pasado unos cuantos segundos desde que mi vista había quedado atrapada por lo que obviamente era una enorme mansión frente a mí, el color blanco de está estaba reflejando las luces que había en el suelo haciendo que la oscuridad de la noche no ocultara la mayoría del edificio.

En la entrada había un par de estatuas simples de lo que parecía ser una bella mujer dando paso a la puerta principal hecha de madera oscura, les ventanas indicaban que probablemente había una cantidad de habitaciones bastante destacable, y el tamaño del edificio probablemente era diez veces que el de mi casa.

Poco a poco sentí como todos bajaban del auto al mismo tiempo que Clara se colocaba a un lado de mí, los sonidos de los pasos deteniéndose abruptamente llamó mi atención haciendo que me diera cuenta que todos estábamos admirando el paisaje.

Varios segundos más pasaron y, si no fuera por la voz de papá haciendo que saliéramos de nuestra sorpresa, tal vez nos hubiéramos quedado más tiempo en ese mismo lugar.

Esteba: Vaya sorpresa, se mira exactamente igual que en el pasado.

Nos giramos a donde estaba él para darnos cuenta de que, en su rostro, la única expresión que había era una de total calma como si todo lo extraordinario para nosotros fuera lo más normal del mundo para él.

Sebastián: El señor Edward siempre procuro hacer el mínimo de cambios posibles en todos estos años, podría decir que él creía que llegaría este momento en un futuro distante, por lo que no quería que el joven Esteban no pudiera reconocer su antiguo hogar.

Papá solo se quedó mirando un poco más la mansión mientras parecía que estaba recordando muchas cosas en ese momento. Un nuevo mayordomo se había acercado a donde estábamos nosotros a la vez que Sebastián le daba las llaves del coche mientras nos comenzaba a decir que era momento de entrar.

Todos lo seguimos lentamente subiendo los pocos escalones hacía la entrada principal, la puerta fue abierta desde adentro por quienes seguramente eran más trabajadores de la mansión, Sebastián solo asintió levemente mientras ellos se inclinaban respetuosamente.

Todo nuestro grupo también agradeció el gesto para después volver a perdernos en la vista frente a nosotros. El diseño exterior del edificio ya era suficiente para sorprender, pero adentro era totalmente diferente, a cualquier lado que volteara podía notar el diseño único y refinado del lugar, los cuadros y arreglos florales parecían haber sido específicamente escogidos para combinar con el color marrón del suelo y las paredes blancas.

En el techo colgaba un enorme candelabro que elevaba a otro nivel la sensación de ya no estar en el ambiente en el que estábamos acostumbrados, además de que una enorme escalera se cernía en medio de la sala principal dando a entender que llevaba al segundo piso.

Se podía decir que todos nos encontrábamos nuevamente en la situación de antes, pero tampoco duró demasiado tiempo ya que seguimos avanzando por donde nos dirigía Sebastián.

Habíamos caminado a través de uno de los pasillos abiertos hasta que en nuestra vista apareció lo que parecía ser una simple sala de estar, Sebastián nos dijo que si gustábamos podíamos tomar asiento ya que iría a informarle al abuelo de nuestra llegada.

Papá no tardó en hacerlo y simplemente seguimos su ejemplo, los comentarios por parte de los padres de Clara hablando sobre el lugar no tardaron en llegar, incluso Clara expresaba su sorpresa por todo lo que había visto hasta el momento, además de decir que tal vez debió vestirse de manera elegante para el evento.

Papá se reía un poco con esto a la vez que su mirada volvía a recorrer sus alrededores con una mirada un tanto nostálgica, yo también estaba algo curioso, pero ni siquiera pensé en intentar explorar ya que era mejor evitar problemas innecesarios.

Solo habían pasado unos minutos cuando sentimos que alguien parecía acercarse rápidamente a donde estábamos, nuestra vista obviamente se centró en el pasillo de donde veía el sonido de esos rápidos pasos y, después de unos cuantos segundos, el responsable de ello apareció debajo del marco de la puerta.

Papá se había levantado del sofá en cuanto la figura de aquella persona había aparecido, podía notar que sus manos estaban temblando ligeramente al mismo tiempo que sus ojos se abrían en señal de sorpresa, realmente no sabía a qué se debía eso, pero cuando esa persona habló, todo comenzó a desarrollarse.

???: ¿R-Realmente es u-usted, joven Esteban?

Por sus palabras se podía deducir que conocía a papá, esa persona se trataba de una mujer mayor, podía decir a simple vista que probablemente tendría una edad parecida al abuelo ya que el color blanco se había apoderado de su cabello, estaba vestida con un uniforme simple que seguramente lo usaba para trabajar llevando el mismo diseño que habíamos visto en todos los demás trabajadores.

Su cabello estaba recogido delicadamente acompañando a sus rasgos delicados donde no muchas arrugas se había hecho presentes, unos característicos anteojos estaban encima de su nariz ayudándola a ver perfectamente la imagen frente a ella y su figura algo regordeta también estaba temblando ligeramente después de haber dicho aquellas palabras.

Papá parecía haberse calmado en ese mismo momento, cerró sus ojos ligeramente para después abrirlos al segundo siguiente y acercarse lentamente a esa mujer, no pasó mucho tiempo cuando tomó las manos de ella evitando que el nerviosismo que presentaba siguiera mostrándose.

Una ligera y honesta sonrisa se había formado en su rostro cuando vio detenidamente a aquella mujer que hacía que muchos recuerdos inundaran su mente, seguramente se sentía como si hubiera vuelto en el tiempo al momento donde todavía era un niño, esas emociones se apoderaron de él en ese mismo momento y no dejó que la pregunta de ella se quedara sin la respuesta que estaba buscando desde hace mucho.

Esteban: Estoy de vuelta, tía Dalia.

Solo el reloj que estaba en la habitación llenaba el silencio que se hizo presente después de eso, tanto Clara como sus padres habían guardado silencio simplemente apreciando un momento que parecía ser un pequeño rencuentro.

La voz de papá llegó completamente a la mujer llamada Dalia, solo necesitaba escuchar eso para que su corazón estuviera en paz después de tanto tiempo, ver la imagen de aquel pequeño chico que recordaba convertido en todo un adulto no había hecho que aquel sentimiento de felicidad que ahora desprendía se redujera ni un poco.

Ella sentía todavía las manos de papá tomando las suyas, pero había soltado una de ella para entonces tocar el rostro de papá ligeramente dándose cuenta de que no se trataba de una simple ilusión, ella sentía que sus ojos querían derramar lágrimas que se guardó durante muchos años, pero se había prometido que no lo haría otra vez.

Papá no había dejado de sonreír, por lo que era imposible que Dalia no se viera influenciada por esto haciendo que una misma sonrisa brillante apareciera en ella también, se había liberado del agarre de papá al mismo tiempo que ella abría sus brazos completamente para después hacer lo que le dictaba su corazón en ese momento.

Esteban: ¡Gaaahhhh!

Dejando salir ese tipo de quejidos de dolor, papá seguía girando en el aire mientras Dalia lo había atrapado en un enorme abrazo del cual era imposible liberarse, pude escuchar que un par de risas salían de Clara y Ana al ver esto mientras que Victor y yo solo podíamos orar para que papá saliera vivo de eso.

Al final esa muestra de afecto había acabado justo en el momento que papá volvía a aterrizar en el suelo de la habitación y Dalia se daba cuenta de su acción tratando de revisar si papá estaba bien.

Dalia: ¡Lo siento tanto, joven Esteban, yo...!

Esteban: No... No te preocupes, esto no es nada.

Dalia: ¡No, actué precipitadamente, es que han p...!

Parecía que Dalia estaba entrando en pánico, debía decir que era algo divertido ver la manera en la que se estaba comportando, aunque papá no iba a dejar que ella siguiera hablando ya que sabía lo que trataba de decirle.

Esteban: Pasado tantos años... Lo sé. Todavía lamento no haberme despedido de ti aquella vez, pero...

Dalia: No diga eso, joven Esteban... Es cierto que ocurrió todo aquello, pero... ¿Acaso eso importa?, después de todo... ¿No está frente a mí en este momento?, jejeje.

Eran palabras simples, y aunque no pudiéramos sentirlo, papá probablemente se estaba esforzando para que sus sentimientos no se apoderaran de él en ese momento haciendo que solo su sonrisa siguiera en su rostro.

Parecía que era un momento que no debía ser interrumpido, pero eso mismo pasó en el momento que Dalia miró detrás de papá por un momento haciendo que mis ojos se encontraran con los de ella para después darme cuenta que se acercaba rápidamente hacía mí sin darme oportunidad de prepararme.

Dalia: ¿Puede ser...?

Dalia también me había tomado de las manos mientras sus ojos estaban fijos en mí, yo no llegaba a entender su pregunta, pero papá no tardó en responderla.

Esteban: Sí, él es Dylan, mi hijo.

Dalia: Lo sabía, nunca podría confundir esos ojos, son iguales a los tuyos, la hermosa mirada de la señora María aún sigue presente hasta este día, jeje.

Esteban: Sí... Tienes toda la razón.

Me quedé apreciando la escena frente a mí al mismo tiempo que asentía un poco hacía Dalia, ahora era bastante claro que la relación entre ella y papá era algo bastante profundo y, después de presentarnos adecuadamente y que ella hiciera lo mismo con todos, papá explicó un poco de la historia.

Tal parecía que Dalia había sido una sirvienta de la familia desde hace mucho tiempo, ella era una muy buena amiga de mi abuela, por lo que era inevitable que le tomara mucho cariño a papá, lo mismo aplicaba para él ya que estaba muy apegado a Dalia hasta el punto de llamarla tía.

Ahora todo cobraba sentido y no tenía que pensar mucho para darme cuenta de que su reacción no era para nada exagerada, ella también contó algo sobre el pasado y lo que sintió cuando papá decidió dejar la mansión, tampoco quiso mencionar más sobre eso ya que dijo que todo estaba en el pasado y solo traería cosas tristes si se mencionaban, por lo que nadie más preguntó.

Ella también pasó un tiempo a un lado de mí como si de una abuela viendo a su pequeño nieto se tratara, sentía que mis mejillas iban a ser arrancadas por el afecto de ella, también se enteró de mi relación con Clara y casi se ponía a llorar mientras decía que los pequeños crecen muy rápido o cosas así.

El ambiente de la habitación era bastante agradable en ese momento, y mientras todo eso seguía, aquella voz que ya no era tan extraña para mí, llamó la atención de todos.

El abuelo llegó acompañado de Sebastián su sonora risa no tardó en hacerse escuchar al ver la escena frente a él, parecía que iba a decir algo en ese momento, pero entonces pareció quedarse completamente frío cuando la mirada de Dalia se posó sobre su cuerpo.

Edward: Coff... Parece que un reencuentro bastante agradable sucedió en mi ausencia.

Él se acercó rápidamente a todos nosotros mientras que Dalia se levantaba para después colocarse a un lado de Sebastián. El abuelo no había perdido en tiempo y, después de saludarnos a papá y a mí, puso su atención en Clara y sus padres.

Edward: Antes que nada, me alegra que mi repentina invitación haya sido aceptada, tal vez estoy equivocado, pero la bella dama y el caballero frente a mí deben ser los padres de Clara, puede no haya necesidad de decirlo, pero mi nombre es Edward, es un placer conocerlos a ambos.

La acción del abuelo fue suficiente para llamar la atención de ambos y respondieran en consecuencia.

Ana: Jeje, también es un placer conocerlo, mi nombre es Ana y el de mi esposo es Victor, nos sentimos muy agradecidos por su invitación, también debo decir que su hogar es simplemente fantástico.

Victor: Agradezco de antemano todas las molestias que se ha tomado para esta noche, nos aseguraremos de disfrutarla lo mejor posible.

Un pequeño intercambio de saludos fue suficiente para que las presentaciones terminaran, Clara también saludo al abuelo haciendo que este sonriera y soltara otras de sus risas haciendo que fuera bastante obvio que estaba feliz.

Sentía que todo estaba listo para comenzar con la cena, pero entonces, un pensamiento fugaz llegó a mi mente haciendo que sintiera un escalofrío.

"Creo que olvido algo..."

Continuará...