Parte 85: Palabras sinceras

Esteban: "Aahhh... No puedo creer que volví a equivocarme de turno. Bueno, al menos tengo toda la tarde libre, veré si Dylan quiere salir o hacer algo, hace mucho que no tenemos un tiempo de padre e hijo, jajaja... En realidad, creo que han pasado años desde que lo tuvimos... Mejor no pensemos en cosas negativas. La puerta estaba abierta, así que supongo que estará en su habitación"

Esos probablemente eran los pensamientos que había en la cabeza de papá una vez que llegó a casa y comenzó a subir las escaleras lentamente como lo haría cualquier otro día.

No le había tomado mucho tiempo llegar frente a la puerta de mi habitación y usar su autoridad como padre para entrar de todos modos sin importarle mi privacidad.

Y aunque yo no podía verlo, desde su punto de vista, probablemente lo siguiente fue lo que pasó.

Esteban: ¡Hola hijo, ¿sabes?, me equivoqué en la fecha y hoy no tenía que ir a trabajar, ¡por lo que me preguntaba si tú quisieras...!

Pero obviamente, ese probablemente fue el peor momento para que entrara y viera la escena que estaba frente a él.

Recordando lo que había pasado anteriormente y que no pasó mucho tiempo, Clara seguía debajo de mí mientras yo estaba acercándome lentamente a ella guardando la misma posición, pero en cuanto escuchamos la voz de papá, nos congelamos completamente haciendo que todo el ambiente que habíamos creado se rompiera en miles de pedazos.

Pude notar cómo papá estaba casi en la misma situación cuando se quedó callado, Clara y yo no pudimos apartar nuestra vista de él y su caso era el mismo. Parecía que esa situación dudaría para siempre, pero no pasó mucho tiempo cuando papá hizo todavía más incomoda la situación al no hacer nada y tuve ser el primero en hablar.

Dylan: ¿Qué haces?

Esteban: No se preocupen por mí, hagan como que nunca me vieron, creo que iré a dar un paseo de unas cuantas horas, jaja. Por cierto, asegúrense de usar protección, pero si las cosas se salen de control, bueno...

Sí, probablemente era lo peor que se le había ocurrido, y el mismo se dio cuenta de ello cuando dejó su actuación de lado y dio una de sus típicas risas nerviosas al mismo tiempo que se quedaba parado en la puerta sin entender qué hacer a continuación.

Dylan: ¡¡Ya vete de aquí!!

...

...

Parecía que la situación había quedado en el olvido y ahora mismo todos nos encontrábamos sentados en la sala con un profundo silencio en el ambiente.

Afortunadamente, Clara no había sido consiente de las locuras que dijo papá ya que probablemente se había quedado inconsciente por la vergüenza que sintió en ese momento, pero no significa que estaba mejor que yo ya que podía ver el sonrojo que no abandonaba su rostro a la vez que papá se dignaba a hablar.

Esteban: Bueno, tal vez sea un poco fuera de lugar, pero buenas tardes, Clara.

Clara: S-Sí, buenas tardes...

Clara ni siquiera pudo ver a papá a la cara, y él se dio cuenta de esto a la vez que se rascaba la cabeza en un intento de ignorar la situación. Yo estaba por hablar en un intento inútil de aligerar el ambiente, pero el teléfono de papá fue lo primero que se escuchó como si de una voz salvadora se tratara.

Esteban: Discúlpenme...

Rápidamente se alejó hasta entrar en la cocina donde no pudimos escuchar nada y me deba la oportunidad de hablar un poco con Clara.

Dylan: Eso... Las cosas se salieron un poco de control.

Clara: Sí... Quisiera que la tierra me tragara en este momento.

Dylan: Tengo un sentimiento parecido, pero... No estábamos haciendo nada malo.

Clara: Lo sé, pero ahora que lo pienso...

Y notando el silencio de Clara, pude darme cuenta de que nuevamente su cara se había puesto roja al recordar la situación en la que estábamos y las palabras que dijo en ese momento.

Yo solo pude reírme un poco antes de notar cómo papá volvía llevando consigo una expresión algo inconforme.

Dylan: ¿Qué pasó?

Esteban: Bueno... Mi padre me preguntó si estaba bien que viniera hoy.

Dylan: Ah, ahora entiendo por qué tienes el ceño fruncido... ¿Entonces vendrá?

Esteban: Quería preguntarte qué te parece.

Dylan: Pues...

No tenía problemas en simplemente rechazar la idea, pero antes de que hablara, Clara llamó mi atención.

Clara: ¿Acaso hablan sobre tu abuelo?

A papá no se le hizo extraño que Clara supiera sobre él ya que supuso que le había comentado un poco.

Dylan: Sí, es...

Clara: ¡Quisiera conocerlo!

Y escuchando eso, tanto de papá como de mí salió la misma expresión sincronizadamente.

Dylan/Esteban: ¿Qué...?

Clara: Dije que me gustaría conocerlo, tal vez hablar un poco con él y esas cosas.

Y entendiendo eso, volvió a pasar lo mismo.

Dylan/Esteban: ¿Qué...?

...

En pocas palabras, Clara nos explicó que, además de sentir curiosidad, era su papel como novia saber más sobre mi familia, lo cual hizo que comenzara a dudar de la forma en la que llegó ella a esa conclusión, pero parecía que no podía negarme además de que me había dado cuenta de que eso nos había librado de la situación incómoda de antes.

Y ahora, me encontraba preparando una cena simple ya que el tiempo había pasado volando mientras Clara me ayudaba en lo que podía.

Clara: ¿Por qué solo me dejaste cortar los vegetales?, podría haberte ayudado con algo más.

Dylan: No te preocupes, todo lo demás es muy simple de hacer, cortar los vegetales siempre es molesto para mí. Ten, prueba un poco y dime qué tal está.

Clara: Hmm... ¡Delicioso!, aun no entiendo cuando aprendiste a cocinar.

Dylan: No puedes saber todo de mí.

Clara: ¿En serio?, Incluso sé dónde escondes tus revistas....

Dylan: ¡Jajaja, parece que todo está listo, vamos llevemos todo a la mesa!

Mostrando una triste actuación e ignorando la mirada juzgadora de Clara, ambos llevamos la comida a la mesa a la vez que veíamos a papá arreglándola.

Esteban: ¿Todo listo?

Dylan: Sí, también terminamos. Espero que mi cocina sea suficiente para que sea considerado como comida frente a él.

Clara: Eres algo negativo, sabe casi tan bien como la comida de mamá.

Dylan: Tal vez ese sería un buen cumplido en cualquier otra ocasión. ¿Tú que dices, papá?

Esteban: No quiero sonar demasiado sincero, pero te responderé con una pregunta. ¿Alguna vez has comido una pizza que vale más que una computadora?

Dylan: Sí, creo que me quedó bastante claro con eso... ¿Acaso tú has probado una?

Esteban: ¿Yo?... No, para nada...

Ignorando ese comentario y que papá se relamía los labios mientras miraba a la nada tratando de recordar algo especial para él; los golpes en la puerta llegaron a nosotros dándonos cuenta de que ya había llegado.

Clara: Yo iré a abrir.

Ninguno dijo nada para negarse y simplemente dejamos que Clara hiciera lo que quería, nos había dicho que quería tomar un poco el rol de anfitriona esta noche, pero en ese momento, recordé algo importante.

Dylan: Lo había olvidado...

Esteba: ¿Qué olvidaste...?

Dylan: No le expliqué a Clara sobre...

Pero antes de que pudiera seguir hablando, la voz acompañada de una sonora risa entrando a la habitación fue suficiente para llamar nuestra atención.

Edward: ¡Jajaja, así que era eso, realmente fue una gran sorpresa!

En resumen. Mi "abuelo" había entrado siendo acompañado por Clara, pero parecía que ella ya se había dado cuenta del aspecto especial de él.

Edward: Ya lo había notado, pero un agradable aroma flotaba en el aire justo cuando entré, espero que sea lo que estoy pensando.

Esteban: Buenas noches a ti también...

Edward: Oh sí, buenas noches hijo...

Podía sentir que el ambiente de tornaba un poco incomodo, pero supuse que era mejor empezar a hablar.

Dylan: Buenas noches, supongo que ya se conocieron.

Dije que esas palabras mientras observaba a Clara haciendo que mi abuelo entendiera a lo que me refería.

Edward: Podría decirse, pero no hemos sido presentados debidamente, me preguntaba quién es esta joven.

Clara se había acercado a mí inconscientemente, por lo que solo respondí la duda que fue lanzada al aire.

Dylan: Clara, este es mi "abuelo" Edward.

Clara: Mucho gusto en conocerlo señor, como escuchó, mi nombre es Clara, soy la novia de Dylan, es un placer.

Edward: Jaja, no necesitas ser tan educada, y realmente fue una sorpresa que Dylan haya capturado el corazón de una joven tan bella. Espero que cuides de él, Clara.

Clara: No se preocupe, él está en buenas manos.

Tanto papá como yo vimos a Clara notando el pequeño cambio de actitud en ella, pero no quisimos pensar mucho en ello a la vez que todos nos movíamos hacía la mesa.

El tiempo pasó relativamente lento, no podía decirse que el ambiente de la habitación fuera alegre o algo así, pero en comparación a nosotros, Clara no se limitó a quedarse en silencio la mayoría del tiempo.

Clara: En realidad, fue hace poco que Dylan me dijo que tenía más familia, por eso tenía curiosidad de conocerlo señor.

Edward: Ya veo, supongo que todo fue igual de repentino como cuando se enteró Dylan... En fin, Clara, Dylan, ambos están en su último año de preparatoria, ¿no es así?

Dylan: Podría decirse, primero tengo que pasar los exámenes de la próxima semana.

Esteban: Es cierto, ¿te sientes preparado?

Dylan: Debería estarlo, no quiero desperdiciar toda la ayuda que recibí de Clara.

Clara: En realidad no hice mucho, todo se debe a que te has esforzado todo este tiempo.

No tratábamos de esconder nuestra conversación, por lo que fue suficiente para que llegara al abuelo a la vez que él volvía a llamar nuestra atención.

Edward: Si ese es el caso, ¿han pensado en que hacer después de graduarse?

Con solo esa pregunta, en mi mente había aparecido la decisión que había tomado anteriormente haciendo que rápidamente negara con la cabeza para evitar pensar en eso en ese momento, pero parecía que Clara sería la primera en hablar.

Clara: Hace mucho tiempo que lo pensé, y me gustaría seguir estudiando para ser maestra en un futuro, aunque no he decidido en qué me voy a centrar exactamente.

Edward: Es bueno que tengas un objetivo para empezar, ¿Y qué hay de ti?, Dylan.

Noté que toda la atención estaba sobre mí, por lo que tuve que decir lo primero que llegó a mi mente.

Dylan: Realmente no lo he pensado de manera seria, supongo que tengo la idea simple de buscar algo que me interese hacer y seguir estudiando sí es necesario.

Esteban: ¿No te gustaría estudiar programación como tu padre?, me aseguraría de enseñarte todo lo qué sé.

Y aunque papá decía todo eso con una expresión orgullosa, tenía que destruir sus sueños.

Dylan: No, no me llama la atención, lo siento.

Papá hizo una expresión triste mientras usaba su tenedor para jugar con su comida haciendo que la escena fuera más deprimente todavía.

Edward: Esto me recordó a la vez que le pregunté a tu padre qué haría para su futuro.

Estaba por preguntar cuál había sido su respuesta por simple curiosidad, pero papá se adentró en la conversación.

Esteban: Sí, creo fue un día antes de que me fuera de casa.

Y solo escuchando eso, la habitación volvió a quedar en silencio.

Edward: Aahhh... Si pudiera volver ese momento, aun así, no me atrevería a detenerte.

Esteban: ¿Por qué dices eso?, ni siquiera fuiste consiente de lo que hice.

Edward: Tal vez eso es lo que piensas, pero siempre estuve viéndote desde lejos hasta que me di cuenta de que podías cuidarte solo.

Esteban: ¿Acaso tú...?

Edward: No me malinterpretes, no hice nada para despejar tu camino, y la razón por la que dije que no te detendría si volviera a ese momento, es porque encontraste tu propia felicidad.

El ambiente había cambiado abruptamente, tanto Clara como yo estábamos en silencio ya que no nos correspondía decir algo en ese momento y solo nos concentramos en escuchar las siguientes palabras.

Esteban: ¿Qué quieres decir?

Edward: Decidiste valerte por ti mismo, te esforzaste por conseguir lo que necesitabas, encontraste a alguien que era especial para ti hasta el punto donde formaste tu propia familia.

Esteban: Eso...

Edward: Y cuando ella te fue arrebatada, no cerraste tu corazón ya que sabías que aun tenías de quién preocuparte y que era igual de importante para ti.

Papá ya no había dicho nada más, su atención estaba en esas palabras que era imposible que no generara esos mismos recuerdo en su mente, pero las siguientes palabras del abuelo parecían ser dichas con el tono más sincero que había escuchado en mi vida.

Edward: Y por eso mismo, te convertiste en un gran hombre y un padre mucho mejor de lo que yo fui. Por eso quiero que sepas que estoy orgulloso de ti, hijo...

Continuará...