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Theo

Era un lunes de primavera, en época escolar, cuando un joven esperaba al autobús.

"¡Hey!" – el joven gritó al ver como el autobús no se paró y seguía velozmente por el camino. – "¡Maldición! Maldito chofer, alcance a ver, y el maldito camión no estaba lleno, ¡Maldita sea! El camión que va adelante ni siquiera pasa por la misma ruta."

Así es, hace un minuto, paso un camión que iba a una ruta a la cual no llevaba al joven hacia donde tenía que estar, su escuela, y el que acabo de pasar hace unos segundos, sí le llevaba, pero al ver el otro camión, el chofer claramente iba a acelerar, este tipo de escenas ya era costumbre en el día a día.

"Diablos, llegare tarde…otra vez." – el joven se lamentó mientras checaba la hora con su celular.

Él era un joven común y corriente como cualquier otra persona, no era ni feo ni atractivo, era algo alto para la zona donde vivía, pero él no se consideraba alto, él pensaba que medir 180 centímetros no te hacía alto, aunque sus conocidos que medían entre 150 a 165 centímetros odiaban cuando él decía eso.

Su cabello era corto y de color negro, sus ojos eran de color café claro, y su piel era de tono blanco, pero que estaba bronceada al pasar mucho tiempo bajo la luz del sol, vestía una camisa blanca y unos pantalones azules, sus tenis eran blancos, pero estaban muy desgastados por usarlos ya por casi dos años diariamente.

"¡Ah! Que calor hace…" – decía mientras con la palma de su mano se quitaba el sudor de la frente, mientras veía sí pasaba algún otro autobús, él que fuera pero que al menos tuviera aire.

Era un día soleado, sin nubes en el cielo que se pudieran ver sobre toda la ciudad, un día soleado y claro, con una temperatura de 32 grados.

"Ah…por favor, que no se tarde en venir otro camión más de diez minutos… otra vez." – solo pasaban carros, sin ningún autobús a la vista que se pudiera ver, el joven se ponía un poco más impaciente mientras más tiempo pasaba, y mientras seguía esperando, le llego un mensaje en el celular.

[Raúl: Hey Theo, ¿Sí vas a llegar a tiempo hoy? El profesor ya llegó…]

"¡Tch! Me lleva." – él contestaría que en quince minutos llegaba, que sí podían hacer que el profe no pasara lista hasta que llegará, que ya iba en camino. – "Vamos, que venga un autobús, no quiero tener otra falta más."

En eso, él cambio la canción que escuchaba con su celular, poniendo una canción de uno de sus grupos favoritos.

"Maldita sea, tengo que aprender a manejar sin importa que, no creo poder seguir así por mucho más tiempo." – Theo, dijo, mientras volvía a checar sí algún autobús se acercaba.

El calor, el estrés de llegar tarde, la incertidumbre de saber en qué momento un autobús se acercaría, y el coraje de lo que pasó con el autobús anterior, hacía que el joven empezara a enojarse más y más con su situación, otra vez.

"¡¿Por qué me pasa esto a mí?! ¡¿Por qué?! ¡Maldición! ¡¿Acaso no hay respeto por las personas que desean abordar el camión?! ¡¿Por los pasajeros que sufren por culpa de choferes irresponsables?! ¡Me lleva la…!" – pero en ese momento, algo empezó a suceder, algo que hizo al joven ponerse un poco confundido.

'¿Eh?' – el joven veía pasar a los carros, pero, parecían ir más y más despacio.

"¿Qué demonios?" – cada vez iban a una velocidad más lento. – "¿Me estoy volviendo loco?" – se preguntó a sí mismo Theo, quien no se daba cuenta que no solo los autos iban más y más lento, sino todo alrededor de él, la gente, los animales, el viento, todo se estaba deteniendo, inclusive la música se detuvo, todo estaba en pause.

Todo alrededor estaba detenido en el tiempo, y él ya no comprendía lo que pasaba.

"¿Qué diantres?"

Y justo en ese momento, una voz le habló.

[Felicidades.]

"¡Ah! ¡¿Quién es?!" – grito Theo asustado al oír la voz desconocida de forma tan clara, pero él miro a todas partes y no vio a nadie.

[Theo, joven cerca de cumplir los 18 años, latinoamericano, 180 centímetros de alto con un peso de 90 kilógramos con 92 gramos. Felicidades, has sido escogido para ser uno de los Elegidos para ser parte de la Séptima Generación de los Salvadores.]

"¡¿Dónde?!..." – Theo trato de ver a quien le hablaba, pero claramente no había nadie cerca de él, al contrario, las personas que había a lo lejos estaban totalmente en pausa, sin moverse. – "¿Estoy soñando?" – él no podía creer en lo que sucedía, y no entendía de donde provenía la voz.

[De la misma manera por la que muchos han pasado, pasan o pasaran, no, esto no es un sueño. Al contrario, tú, joven Theo, eres una persona con mucha suerte.] – la voz volvió a hablarle.

"¿Suerte? ¿A qué te refieres? ¿Dónde estás? ¿Quién eres?"

Theo trataba de ver por donde le hablaban, checo su celular, pero estaba completamente en pausa, obsoleto para usarse en ese momento, miraba a todas partes, arriba, abajo, detrás de él, pero no había nadie donde él estaba.

[No te preocupes en encontrarme, no estoy cerca de ti.]

"¿Qué? ¿Entonces cómo puedo escuchar tú voz?" – preguntó Theo incrédulo ante la situación.

[Eso es debido a que yo te estoy hablando mentalmente.]

"¡¿Qué?! ¿Cómo es eso posible? ¿Quién eres? ¿Qué eres tú?"

[Como de costumbre, ustedes los humanos hacen tantas preguntas.] – la voz dijo mientras suspiraba, y entonces comenzó a responder a Theo.

[Mi nombre es Celina, y soy la Encargada de Supervisarte y darte mi Apoyo, de aclarar tú dudas y guiarte por todo tú recorrido de lo que está por venir. Soy esa voz en tú cabeza que siempre estará junto a ti, no solo dándote las respuestas a algunas de tus preguntas y dudas, sino también dándote consejos y guiándote a tomar la mejor decisión posible, claro, todo esto, sí es que decides unirte.]

"¿Unirme? ¿Unirme a qué?"

[Theo, has sido Invitado a unirte al Proyecto Light of Hope.]

"¿Proyecto Light of Hope? ¿Qué es eso?" – preguntó Theo aún sin entender lo que sucedía, aun así, él ahora estaba más tranquilo que hace poco tiempo.

[Light of Hope, es el Proyecto que los Dioses crearon y otorgaron a la Humanidad de la Tierra.] – dijo la voz. – [Con este proyecto, personas como tú pueden obtener poder, riqueza, influencia, y poder cambiar por completo sus vidas, dejando al lado la debilidad de los seres humanos, y convertirse en personas renovadas con un poder sin igual en la Tierra, dejando de esa manera sus antiguos yo, y convirtiéndose en personas únicas, personas que puedan tener una opción más a lo que está por venir, eso, es el proyecto Light of Hope, y tú, Theo, has sido invitado para formar parte.]

"¿Los Dioses? ¿Personas renovadas y únicas? ¿Qué diablos? ¡¿Acaso bromeas conmigo?!"

Theo seguían sin entender realmente lo que sucedía, y no podía aceptar esa explicación, más aún, no podía aceptar lo que le estaba sucediendo, esto iba más allá de su percepción, de su sentido común.

Hubo un minuto de silencio.

[No Theo, no estoy bromeando contigo.] – Celina le dijo muy seriamente. – [No me creerás sí no lo experimentas por ti mismo.]

"¿Qué…qué tengo que hacer?"

[Acepta la Invitación Theo, es lo único que debes hacer, aceptar tú destino, el regalo que los Dioses os han otorgado a los terrícolas, y a ti.]

Theo no sabía qué hacer, comenzaba a pensar que estaba loco, o peor, que se encontraba muerto, pero algo en lo profundo, le decía que sí, que esto era real, que esto sucedía, y que debía de aceptar o se arrepentiría para siempre, aun así, no podía hacerlo.

"Lo siento, aunque me gustaría aceptar, tengo… tengo que irme a la escuela." – dijo Theo tratando de ocultar el miedo que sentía por esta alocada situación en la que él al igual que otros muchos se encontraban en ese preciso momento.

Celina notó el miedo en la voz de Theo, el miedo a lo desconocido.

[Escúchame Theo, escucha bien, una vez aceptes la Invitación, cosas como la escuela, el trabajo, la vida común de un ser humano en la Tierra, todo eso, se volverá innecesario, cosas insignificantes sin importancia, pues vos ya no necesitara tales cosas, claro, solo sí es que aceptas.]

Theo sintió su corazón latir con fuerza en ese momento, y aun con algo de indecisión, se puso a pensar por un momento.

'¿Por qué no? ¿Qué puede ir mal? Después de todo, esto tal vez solo sea un estúpido sueño.' – cada vez se acercaba más a tomar la decisión. – 'Sí, esto es un maldito sueño, así que no pasará nada malo sí acepto…'

"Yo…"

Celina esperaba con ansias la respuesta de Theo, sabiendo que está decisión cambiaría por completo el destino de los dos.

"Yo… sí, está bien, Yo Acepto la Invitación."

Desde donde estaba Celina finalmente suspiro de alivio, y entonces, volvió a hablarle a Theo.

[Enhorabuena Theo, oficialmente eres ahora un Miembro de la Séptima Generación.]

"Aja."

[Por lo que dentro de diez segundos serás enviado a la Sala de Bienvenida de la Orden de Géminis, disfruta del viaje.]

"Entiendo." – dijo Theo, que pronto proceso las palabras de Celina y se dio cuenta de algo. – "¿Eh? ¿Diez segundos? ¿Orden de Géminis? ¡Hey, espera un se…!" – pero antes de que pudiera decir algo, una luz brillante aparecía sobre él, rodeándolo.

[Te deseo mucha suerte en tú primer día, joven Theo.]

"¿Qué? Hey, espera, Celina, ¡Celina!"

Y de esa manera, Theo desapareció del lugar en donde estaba, no solo eso, desapareció de la faz de la Tierra, y no solo él, sino que todos los demás que recibieron la Invitación y Aceptaron, y que por lo tanto se habían convertido en Miembros de la Séptima Generación, habían desaparecido de igual manera, yendo cada uno a su respectiva orden.

Y los otros que no aceptaron, olvidaron todo lo sucedido, sin recuerdo alguno de lo sucedido, para que así no se arrepientan después, de haber cometido tal vez el peor error de sus vidas.

Y, una vez todos los Invitados de la Séptima Generación finalizaron de Aceptar o Rechazar la Invitación, el tiempo volvió a la normalidad en todo el mundo, y nadie notó nada fuera de lo ordinario, ni la desaparición de miles de personas.

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