La historia de Lar y Liye

—Escucha, tienes que aceptar mis pedidos si realmente quieres aprender esa habilidad, no hay bromas en este momento, ¿entendido?

Lar quería decir que no estaba bromeando, pero decidió quedarse en silencio y solo asintió; esa habilidad era demasiado importante para ella.

—Primero, siempre me dirás la verdad y no me ocultarás nada.

Lar miró a Yale con una cara extraña.

—¡Nunca planeé mentir o esconderte nada! ¡Ten más fe en mí! ¡Incluso puedo decirte mis tres tallas si quieres!

Yale quería reír después de escuchar la respuesta. Después de todo, esas eran solo algunas palabras, no un juramento ni nada verdaderamente vinculante, así que si ella quería mentir u ocultar algo, no había nada que él pudiera hacer para evitarlo. Solo quería presionarla.

—Bueno, estabas diciendo que eras mi esposa, ¿no es eso una mentira? En cuanto a las tres tallas de una niña, no las necesito, tal vez después de que hayas crecido.