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Lágrimas

Es hora de que todo acabe, de que esta vida sin sentido llegue a su final, es hora de que pueda descansar en paz–Elizabeth, se repetía estás palabras una y otra vez, mientras hacía el nudo de la soga con la que se ahorcaria. Al terminar y con mucha dificultad se subió a la silla y se puso la soga en el cuello.

¿Por qué te quitas la vida? ¿Acaso está no es lo suficientemente divertida para ti?–dijo una voz misteriosa detrás de ella

¿Hermosa? ¿De que estás hablando?, la vida no es hermosa. ¿Que vas a saber tú?–respondiendo con un tono firme pero lleno de tristeza y odio

Fuiste violada muchas veces  por tus compañeros de clases y profesores, naciste con una extraña condición que te hace ciega debido a que no tienes los nervios que conectan tus ojos con el cerebro y por esa razón tus padres te repudiaron al enterarse y un sin fin de cosas que te han pasado durante tus cortos 16 años—sin emoción alguna respondió aquella voz.

La sala se llenó de un largo silencio, mientras pasaban los minutos ella se preguntaba cómo era que esa persona que estaba ahí sabía todo eso de ella ya que no le había contado a nadie. tras pensarlo brevemente asumió que era una ilusión creada por su mente antes de morir

Su pie resbalo y empujó la silla donde estaba y en ves de romperse el cuello ella empezó a ahogarse. Mientras la desesperación se apoderaba de ella pensó:

No quiero morir, ¿por qué tome esta decisión? Que alguien me ayude por favor....

Si no querías morir lo hubieras dicho antes—esta ves la voz misteriosa estaba llena de una paz y tranquilidad que nunca en su vida volvería a escuchar. En ese momento ella sintió que la tomaron de los pies y que el aire volvía a sus pulmones.

Entre lágrimas ella le dió las gracias y lo intento abrasar pero debido a la posición en la que el la sostenía esto era imposible. entonces la voz misteriosa corto la soga y la puso en el suelo. Cuando ella sintió que el ya no la sostenía se lanzo para abrazarlo pero como no sabía a donde estaba el la tomo de las manos y las puso alrededor de su abrigo y le susurro:

Agarrate con todas tus fuerzas de mi abrigo—llenas de amor, paz y esperanza están impregnadas estás palabras.

Más tardó ella en respirar que en sentir que ya no se encontraba en la escuela, sus pies por primera vez no sintieron el suelo bajo ellos, mientras una brisa fría soplaba en aquel lugar. Aunque al principio sintió mucho frío este desapareció cuando aquel hombre misterioso la cubrió con un abrigo y la miro a los ojos con una leve sonrisa en su rostro.