Mi primera vida no es algo que valga la pena mencionar, era tan mediocre como muchos humanos en el mundo, una vida humilde y mal pagada, sin hijos ni familia, fue así toda mi vida y espere que así acabara. El día que morí esperando por fin descansar me di con la sorpresa de que había renacido en otro mundo, una nueva oportunidad.
Como un niño en un orfanato no había mucho que destacar, sin embargo aquí estaba en un mundo nuevo que aunque muy parecido al anterior en esta indiscutible vida había dioses, divinidades en las que las personas creían. Fui escéptico al respecto cuando empecé a entender esto, pero entre más tiempo pasaba más me daba cuenta que eran muy reales con inmensos y gloriosos templos donde brindaban oraciones y plegarias a los dioses que con tanto fervor cuidaban.
Cuando tuve la edad suficiente me uní al templo de Lionhart, el templo más adorado entre todos, fui otro fiel siervo hasta que la gran guerra estalló, aun en medio del caos el gran rey de ese entonces le dijo al pueblo que no había nada de qué preocuparse y los creyentes rezaron, sin embargo se ocultó la gravedad de las cosas y cuando esté repentinamente fue asesinado el caos fue evidente. Las plegarias se alzaron a los dioses que bendijeron a los guerreros con fervor, pero sin importar que tanto lucharan no era suficiente. El no fue el primer creyente que se levantó, de hecho fue alguien cualquiera que murió muy pronto pero ese fue el inicio para que muchos se levantarán incluyéndolo a él.
La guerra fue ardua y muy dura, pero a pesar de eso vencieron, sin embargo no había nadie más para celebrar esto con alguien, solo el bañado en sangre solo en el campo de batalla. Sus heridas eran demasiado graves y el sabia que moria, en vez de lamentar o llorar le rezo una plegaria y ahí acabo de segunda vida esperando morir en paz después, sin embargo eso tampoco pasó, despertó en medio de todo el caos.
«El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes… Pero unas fuerzas externas, aquellos que son amado por el mundo observan y juzga al mundo, temed a aquel con la fuerza de destruirlo todo, ni bueno ni malo. »
30 de Julio de 1988
Dolor-!
Dolor-!!
Andrew frunció el ceño cuando los presentaron, tan arrogante como era miró al niño tembloroso frente a él, sintió la firme mano en su espalda de su padrino Sergey, lo miró y este sonrió aprensivo, supo entonces que no se moverán de ahí hasta que saludara.
"Soy Andrew Alfred Dragorian, de la noble casa Dragorian saludos al heredero Longbottom"
Por supuesto él niño tembló y miró a su abuela quien tenía un semblante severo y lo volvió a mirar a el.
" S-soy Neville Longbottom un p-placer"
Tan pronto saludo su padrino habló tan firme y confiado.
" Augusta, cuñada ha pasado un tiempo. Veo que el pequeño Neville ha crecido mucho."
Augusta lo miró pero Andrew solo se inclinó en respeto antes de mirar a Sergey.
"No sabía que te casaste"
"No lo hice, ciertamente este es mi ahijado, la guerra destruyó mucho y con ella a unos viejos amigos. Dragorian es americano, residimos ahí pero no podíamos perdernos la entrañable fiesta que hiciste por aparentemente… magia verdad? Algie no deja de presumirlo y por eso hemos venido"
Augusta hizo una mueca y asintió, pasó a relatar el cómo pasó y Andrew dejó de prestar atención.
Han pasado 8 años desde que llegó aquí, desde que murió y volvió a la vida en forma de bebé. Fue extraño pero ciertamente familiar, atribuyo todo esto a la bendición de los dioses que se apiadaron de él.
Aunque ciertamente difícil trato de volver a adaptarse aunque su fe es algo que nunca pudo eliminar, proveniente de una casa noble, padres muertos y siendo cuidado por su padrino, se adapto lo suficiente a lo largo de los años y como en el pasado buscaría la gloria una vez más, aunque aún con un camino incierto lo que tenía claro era que quería paz.
Le tomó tiempo darse cuenta de que esté era el mundo de Harry Potter, la serie de libros que leyó alguna vez en su primera vida pasada y que claramente recuerda vagamente, lo que sí tiene claro es que habrá una guerra, una que claramente quiere detener para tener paz, sin embargo si podía no interferia con la trama, el ya lucho suficiente.
Miró al chico Longbottom, aunque débil ahora sería un gran partidario en la guerra, podría bien darle un golpe para que no sea un completo idiota en sus primeros años.
Sergey lo miró y sonrió, Andrew no se dejaría engañar por tan falsa sonrisa, su padrino era un muy despiadado profesor, le enseñó mucho y no estaban aquí por precisamente ver a este chico tener una fiesta por descubrir qué no era un squid.
" Pareces nervioso"
Andrew dice cuando lo mandan a jugar con Neville, este tiembla y ciertamente parece una ardilla regordeta y asustada, quizás hasta un hamster.
"N-no hablo con niños de mi edad"
"Enserio?"
Había un poco de ironía que Neville no noto, fue sin duda entrañable. Andrew tuvo que hacer un gran esfuerzo para sacar algunos buenos temas de conversación hasta que llegaron a herbologia, había olvidado que el Neville original era de hecho un amante de plantas, lo único en lo que era bueno.
" ¿Has pensado en practicar pociones?"
" N-no es lo mio, e-es complicado, l-lei un poco de eso la biblioteca de mi casa pero no creo que sea bueno e-en eso"
Andrew estaba claramente decepcionado y quizás se mostró en su rostro por que Neville bajo la mirada.
"Cuando entres a Hogwarts es algo esencial que debes saber, no simplemente decir que eres malo. No te conozco y hasta yo veo que dejas mucho que decear"
Neville parecía que quería llorar y Andrew rodó los ojos.
"Ahora que sabes en lo que eres malo solo queda que lo mejores."
Esta vez Neville lo miró con grandes ojos, era claro que el niño no había pensado en eso, apostaría que la bruja de su abuela era tan dura con el que convirtió a este en lo que era actualmente.
"¿C-como?"
"Mi padrino es profesor, me a enseñado mucho, podrías decirle a tu abuela que quieres que mi padrino te enseñe aunque te advierto que es un hombre estricto."
Neville claramente dudo ante la mención de su abuela y que sería duro, Andrew no iba a dejar que retrocediera.
" Es eso o ser mediocre toda tu vida."
Era poco honorable que dijera eso pero el chico debía ser empujado o se quedaría atrás conformándose con lo que tenía, lo cual era patético.
El chico se quedó pensando un largo rato, había inmensa duda pero Andrew no era lo suficientemente mezquino, cuando los llamaron a ambos para tomar bocadillos se alivió de saber que ya se iban, al menos se despidió de Neville.
°
De regreso Andrew sintió una intensa mirada, no tenía que ser un genio para saber quien lo miraba.
"¿Qué pasa? ¿Qué se supone que hice ahora?"
Sergey sonrió un poco y acarició su cabeza, se inclinó hacia la ventana del auto y soltó un ligero y agradable suspiro.
"Nada en particular, simplemente te pareces mucho a tu madre es todo. "
Por supuesto sus padres, su madre Mariam Dragorian y Alphard Black, a visto retratos de ellos en casa, su madre murió al darle a luz y su padre había muerto antes a eso, si no mal recuerda meses antes de nacer. Sergey solía hablar de ellos para que al menos así pudiera saber que clase de personas eran, se llenó de anécdotas con el tiempo.
Al su padre ser repudiado de la familia Black su madre decidió que bien llevaría su apellido como el principal y así podría al menos heredar la fortuna familiar.
" ¿Iremos a Gringotts? "
Andrew preguntó sacando un libro y poniéndose a leer, Sergey se rió un poco y asintió en afirmación, el silencio siguió pero era algo a lo que ambos estaban acostumbrados por lo que realmente no era algo incómodo con lo que lidiar.
Iban a residir un par de años aquí, abrirían una cuenta en Gringotts y comprarían una casa, ¿La razón? Bueno Sergey quería expandir negocios y más, lo mejor seria decir que estudiaba el mercado y veía si era realmente rentable invertir en gran Bretaña, en lo que Andrew respecta no hay mucho que ver por aquí.
América era diferente a Gran Bretaña de eso no había duda, tan pronto llegaron él lo notó, el ambiente antiguo que brindaba, eso no quería decir que fuera malo simplemente diferente entre otros lugares que ha visto hasta ahora.
"Quédate quieto en lo que voy a hacer esto"
No había necesidad de que Sergey lo mencionara pero con Andrew nunca se sabía, de todos modos el chico estuvo entretenido leyendo con calma. Cuando se fue Andrew apartó el libro y miró con interés el lugar, fue muy interesante y una auténtica confirmación para Andrew de que de verdad este era el mundo de Harry Potter, que Lionhart los bendiga a todos por lo que vivirán en el futuro, todo en manos de un niño, a él no le importaba mucho que digamos, solo el tiempo diría si de verdad se involucra o no en este futuro suceso.
Mientras esperaba alguien se paró frente a él, levantó la mirada y un niño apareció mas o menos de su edad, tenía aires arrogantes incluso más grandes que él, lo miró despectivamente y ambos se quedaron mirándose un largo rato.
"Muévete, quiero sentarme"
Andrew frunció el ceño al niño.
" ¿Por qué debería? Llegue antes que tú así que no me moveré"
Al niño no pareció gustarle que lo traten así y su rostro se arrulló como un pequeño perro feo, ni siquiera era adorable o lindo.
"¿No sabes quien soy? Soy Draco Malfoy"
Andrew trató de recordar el nombre, este le sonaba pero no estaba seguro, resoplo y esto irritó más al niño.
" Y yo soy Andrew Alfred Dragorian, de la noble casa Dragorian."
Draco por supuesto no le tomó importancia en su nombre y Andrew solo quiso reírse de ironía, no sorprendido de que esté empezará a gritarle, sonrió incluso más cuando vio a quien claramente era el padre de Draco por el parecido y a su padrino Sergey juntos.
"¿De que te ríes?"
'Justo a tiempo' no pudo evitar pensar Andrew.
"Draco"
Llamó Lucius y pronto la cara del niño cambió, se hubiera burlado de no ser porque Sergey lo miraba, pronto se puso al lado de su padrino.
" Este es mi ahijado como te mencione Lucius, un chico encantador."
" Saludos al patriarca de la casa Malfoy, mi nombre es Andrew Alfred Dragorian. El último de la casa Dragorian"
Andrew acompañó su saludo con una respetuosa inclinación que pareció gustarle al Malfoy mayor pues sonrió de lado y respondió el saludo empujando un poco a su hijo.
" Este es Draco, mi heredero"
"Saludos al descendiente de la casa Dragorian mi nombre es Draco Lucius Malfoy un placer."
Andrew sabía por qué estaban aquí, si bien decidieron residir en Gran Bretaña por ahora aún debían hacerse un paso en la política y negocios, Malfoy era una familia influyente y era algo de lo que querían aprovecharse al máximo en la medida.
El solo sonrió amigablemente...
Extra. Andrew Alfred Dragorian.
Andrew miró sus pequeños pies de bebé de un año, los miraba con molestia por ser tan estúpidamente cortos e ineficientes. Miró alrededor de la biblioteca y vio a su padrino tomando el té mientras leía. Mirando una estantería se puso de nuevo en pie y caminó hacia esta, no tardó en tomar un libro que rápidamente salió volando de vuelta a donde había salido.
Giró y miró con molestia a su padrino quien simplemente seguía inmerso en su lectura.
"No toques"
Dijo y Andrew rodó los ojos, Sergey no era el hombre más cariñoso del mundo pero era mejor que nada. Quería leer algo, lo que sea y empezaba a desesperarse, Sergey pareció notar su estado y lo levantó.
"No te enojes, aún eres joven para eso"
Andrew resopló con molestia pero para Sergey era sólo otro berrinche de niño pequeño, en represalia recibió un jalón de cabello del menor.
Oh, si me gusto como quedó. Se hablara más adelante de los pensamientos de Andrew.