webnovel

Klein

Sword Art Online es el primer VRMMORPG de todos los tiempos. Diseñado por el gran inventor de realidad virtual de la época y pionero científico en la actualidad; Akihiko Kayaba. Uno de los más brillantes estudiantes del profesor Shigemura. Argus, fue la empresa encargada de desarrollar SAO siendo el CEO de la compañía el mismísimo creador del juego y del casco consola Nerve Gear. La idea en un principio surgió a raíz de sus sueños, según comentado en diversas entrevistas donde soñaba con que era él un caballero y montado a caballo llegaba a lo que era un gran castillo flotante. Una colosal estructura cónica. Después de largos años trabajó intensamente en materializar su gran sueño y lo convirtió no solo en el arquitecto virtual más grande de la época con el primer juego de inmersión completa de realidad virtual basada en su mundo imaginario, sino también en un potencial investigador del cerebro humano y sus enfermedades. El castillo adoptó el nombre de Aincrad. Aseguró que, si los jugadores llegaran a los pisos superiores por encima de los noventa, encontrarían pistas sobre el significado de aquel nombre y aguardaría una sorpresa para ellos. Entre sus declaraciones que más ha dado polémica, también mencionó que SAO no era un juego y no debería tomarse como tal, sino como una experiencia en la que podrás vivir por algún tiempo. Una de las preguntas que se negó a contestar con claras evasiones a modo de broma fue el porqué solo se realizaron diez mil copias para este gran juego que, sin duda alguna, sería un éxito rotundo internacionalmente. Había mucha inquietud al respecto, pero los usuarios teorizaron que era así debido a que al ser el primer gran juego de inmersión masivo en línea la primera fase del juego sería probar el mundo con esos diez mil jugadores en la versión global. La tecnología era relativamente nueva así que tenía mucho sentido que las pruebas se hagan de poco a poco, primeramente con una prueba beta que inició el 6 de agosto y culminó el domingo 4 de septiembre.

Centrado en un mundo fantástico lleno de criaturas, los jugadores tendrían que avanzar piso por piso hasta completar el juego entre calabozos y mazmorras. Capturando experiencia para subir de nivel e incrementar la fuerza y habilidades de sus personajes con un catálogo infinito de éstas, siendo muchas útiles para el combate y otras tantas útiles para desempeñar un rol en específico; herrero, sastre, mercader, domador de bestias y un sinfín más de posibilidades están y existen en Sword Art Online. Un proyecto ambicioso que hoy por fin es realidad y ahora mismo, estoy sumergiéndome en él.

Un destello de luz hizo aparecer mi avatar con un atuendo genérico de aventurero en color azul, que iba de la mano por supuesto con mi oscurecido cabello del mismo color, largo e inclinado hacia un lado, pude comprobar mi barra de salud; HP: 250. La vida básica de un avatar de nivel 1. Miré mi mano digital convertida en una mano real. Podía sentir todo aspecto del juego, el aire chocando en mi rostro, e incluso cada movimiento del avatar como si estuviese moviendo mi cuerpo real. El olfato, el aspecto visual de la Plaza de los Inicios en donde ahora mismo me encontraba es como si realmente estuviese allí. Con una emoción indescriptible solo pude apretar mis propios puños y salir corriendo hacia adelante. Esta vez ya no tendría límites, el periodo Beta había terminado y muchas de las cosas que antes estaban restringidas ahora ya no lo están, por lo tanto…

— ¡He vuelto a este mundo! —Grité eufórico

La Ciudad de los Inicios era realmente colosal, podría abarcar a los diez mil jugadores al mismo tiempo tan solo en el centro de la plaza, ésta misma se ubicaba en el sur del mapa del primer piso con una gran torre con cuatro relojes gigantes y en la cima descansaba una campana enorme. La ciudad tenía la forma de una circunferencia de gran extensión y había salidas distribuidas en sus ejes cardinales a excepción del sur y yo estaba simplemente avanzando sin ningún rumbo en particular en uno de sus tantos caminos cruzando el mercado con toda la máxima velocidad que mi avatar pudiera darme en ese momento. Nunca había sido tan difícil contener mis emociones, la euforia, la alegría y ahora por fin, todo ese mar se desembocó luego de haber entrado a este gran mundo virtual que tanto esperé después de que la beta se cerrara en agosto de forma repentina mientras luchaba con un jefe de piso. Lo que quería en esos momentos no era explorar el catálogo infinito de habilidades que este mundo podría ofrecer, sino, los bellos paisajes fantásticos que podrían apreciarse como si fuesen reales. Todo aquí te llevaba a lugares mágicos e inexplorados. Había belleza donde quiera que fueras con espectáculos sumamente hermosos, de luces y criaturas voladoras. Mientras buscaba con desesperación salir por una de las grandes puertas de la Ciudad de los Inicios escuché un grito que decidí ignorar, seguramente no era para mí. Seguí corriendo, pero al mismo tiempo que mis piernas no se detenían esos gritos tampoco. Detuve finalmente mi andar al entrar a un callejón esperando a que esa persona que podría estar gritándome a mi apareciera, y así fue.

Un sujeto con una banda en la cabeza de color rojo, hacia juego con su cabellera peli roja. Era alguien apuesto, aunque por supuesto, era la imagen de su avatar. Sus ojos rojos estaban muy marcados también, gracias a la banda roja que traía en la cabeza. Llegó aparentemente cansado, descansando con sus manos sobre sus rodillas mientras respiraba tan agitado. Yo lo miré totalmente confundido al respecto por dos razones.

— ¿Entraste al juego con eso puesto?

Él parecía estar tomando aire mientras observaba, como señalé claramente la banda que tenía en la cabeza. La palpó con sus dedos y pareció sonreír mientras se esforzaba por exhalar.

— Si sabes que es un mundo virtual. ¿Cierto?

Le cuestioné al verlo esforzarse tanto por el aire y él asintió luciendo aún cansado. Me parecía ridículo y tonto, pero aún a pesar de mi pregunta…

— Quise decir, —me aclaré la garganta.— Estamos en un juego, no deberías poder sentir el desgaste físico.

— ¡Oh! —el pareció darse cuenta en ese momento de que, en efecto no sentía nada de lo que pretendía sentir y terminó riéndose de su propia estupidez… o costumbre.— Cierto, cierto. Tienes razón jeje. Qué vergüenza.

— Eres nuevo, ¿no? —le pregunté

— Si, quiero decir no. Sé jugar MMORPG, así que no soy nuevo.

— Me refiero a nuevo con el Nerve Gear. —aclaré

— Ah… Bueno, si —se limitó a asentir.

Instintivamente coloqué una de mis manos sobre mi cintura mientras lo observaba sonriente al respecto. Me traía nostalgia a cuando entré por primera vez a la beta. Era divertido ver a alguien nuevo tener las mismas complicaciones que yo, es como si el nivel de experiencia sobre algo te entregara cierta edad o estatus; en este caso el de un padre y un hijo probablemente.

— Tú eres uno de esos beta tester, ¿no es así?

Y entonces, la sonrisa que había aparecido momentos antes en mi rostro se borró definitivamente. Quería negarlo, pero estaban todas las evidencias de que claramente era uno de esos beta tester. Algo que definitivamente quería evitar son las preguntas de como jugar este dichoso juego, y mucho más aún tener que lidiar con todo tipo de preguntas relacionadas a los sistemas del juego. Sin embargo, el desconocimiento no era algo que debiera mantener. Soy alguien que no le gusta llamar la atención ni tampoco busco resaltar en el grupo ni mucho menos, solo soy alguien que quiere jugar tranquilo sin distracciones.

— Bueno… Si, si lo soy.

Al saber lo que venía a continuación, me limité a suspirar con cierta holgazanería. Sabría que mi subida de niveles estaría totalmente desaprovechada durante las siguientes horas, al igual que el experimentar con habilidades, darme el tiempo de revisar el catálogo infinito que ofrece SAO, todo ese tipo de actividades serían desechadas y sustituidas por…

— ¡Por favor, enséñame!

Dijo él y yo lo miré con una pequeña mueca que poco a poco se transformó en una pequeña sonrisa asintiendo con la cabeza al respecto. Al final me resigné sabiendo que SAO no iría a ningún lugar y podría entrar a él todos los días. Hacer alguna que otra amistad no estaría mal… Probablemente incluso encuentre a Bernie y Marina. Si bien no tenía las ganas de pasarme los días explicando como funciona SAO a los nuevos jugadores, tampoco quería ser quien entorpeciera a los demás.

— De acuerdo, ahora mismo iba camino fuera para disfrutar de los paisajes, pero mientras viajamos puedo enseñarte un par de cosas. ¿Qué te parece?

Él se llenó de alegría, parecía un niño mucho menor que mi edad primitiva de catorce años. Estaba de alguna manera feliz de poder ayudar a ese extraño así que decidí empezar a recorrer el camino.

— No te preocupes por el cansancio, la sed, el hambre y todo tipo de cosas que puedas sentir en tu vida humana normal.

El me seguía mientras escuchaba atentamente.

— Al estar en un mundo virtual, tal como en otros juegos nuestro personaje puede carecer de ese tipo de necesidades o limitaciones si el juego no tiene mecánicas de hambre, sed, cansancio o sueño. Y este juego por supuesto no tiene nada de esas funciones integradas. Además… ¿Quién entraría a Sword Art Online solo para dormir o comer?

Me burlé de la ironía de ese detalle en SAO con una pequeña risa que él incluso compartió conmigo.

— Si, tienes razón. —me dijo él.

— Claro… Pero, aún así se tomaron su tiempo para que todas las sensaciones fuesen estrechamente conectadas con nuestros cinco sentidos, asi que podremos oler, saborear, escuchar y sentir todo lo que pase con nuestros avatares de cierta manera. Así que, eso de comer y beber podría suplir una necesidad biológica a través de nuestra mente. Eso creo.

— ¿Entonces podré emborracharme? —preguntó él.

— Eh… Tal vez.

Seguimos avanzando llegando a las afueras de la Ciudad de los Inicios, todo lo que había alrededor eran paisajes adornados de colores verdes intensos. La naturaleza estaba perfectamente viva y estable en este mundo. Largas planicies verdes con Jabalíes corriendo por ahí, algunas abejas de un tamaño considerablemente grande danzaban con su continuo zumbido, otras criaturas también iban apareciendo según la zona mientras más lejos estuviésemos de la Ciudad de los Inicios, sin embargo, no me interesaba ahora recorrer y buscar las diferencias de los monstruos con respecto a la Beta y mucho menos ahora que dedicaría al menos todo el día de hoy a enseñarle a este novato los detalles de Sword Art Online. Detuve mi andar en seco observando a un grupo de jabalíes, Sería ideal para que Klein entrenara.

— Bien. —Aplaudí mirando a Klein y señalé el grupo delante de Jabalíes.— Te vas a encargar de esos animales.

— Pero no le están haciendo daño a nadie.

Le respondí con una mirada confusa al respecto. ¿A qué se refiere?

— Son monstruos neutrales, los neutrales no te atacarán a menos que tú les ataques a ellos. Así es como funciona. Los monstruos hostiles los verás más adelante en alguna parte…

— Pero Kirito…

— ¿Si?

A juzgar por sus reacciones parecía que iba a decir algo antes de que yo lo interrumpiera buscando que adelantara lo que tenia por decir, sin embargo al final se retracto y asintió al respecto. Klein desenfundó un arma, pero era peculiarmente diferente a mi espada recta de una sola mano, la diferencia es que él tenia una espada curva. Esa espada curva se le conocía en el juego como cimitarra. Usarla prolongadamente desbloquearía la habilidad de portar katanas, parecía que era algo que él quería lograr a futuro y se informó al respecto. Eso es bueno.

— Entonces, ¿simplemente los ataco con mi arma?

Yo me limité a asentir mientras estaba observando. Una vez más y siendo inconsciente de esto coloqué una de mis manos en mi cintura y con la otra le di una señal de que ya podía comenzar. Klein, decidido empuñó su arma y fue directamente a atacar a aquel jabalí, los ojos de aquel monstruo brillaron con intensidad y comenzó a rasgar el suelo con sus patas antes de lanzarse a embestir a Klein.

— ¡Uagh!

Klein recibió el impacto y salió disparado hasta caer en el suelo con su barra de HP disminuyendo apenas un par de puntos. Yo lo miraba sonriente. Era natural que algo así sucediera y mucho más si no se estaba preparado para jugar con su cuerpo real en un avatar virtual. Pero, cuando comenzó a sobarse del dolor en el área de la ingle fue cuando yo mismo le di un sape al respecto decepcionado sobre la primer lección de este mundo.

— No deberías sentir dolor.

— ¡Oh! Es verdad.

Y entonces de pronto apenas recordó tal detalle como por arte de magia o gracia divina todo el dolor que estaba experimentando se desvaneció y se levantó como si nada le hubiese golpeado.

— La costumbre jeje.

Su pequeña risa me hacía pensar que solían golpearlo muy seguido por esa zona. ¿Acosaría a las mujeres? De cualquier manera, no creía que pudiera ser tan efectivo realmente.

— Te recomiendo que busques anticiparte al objetivo, generalmente ante los ataques de embestida los pasos laterales funcionan muy bien. Pero tu objetivo actual es atacar.

— Es que, es muy difícil. —Klein se quejó.

Yo solté un suspiro agotador al respecto. ¿Cómo podría ser difícil? Es como golpear con un bate de beisbol, o golpear algo con un palo. ¿De niño nunca jugó a que tenía espadas? Me agaché buscando alguna piedra en el suelo con el que hacer una demostración sencilla, si usaba mi arma seguramente mataría a su enemigo y no quería eso.

— En el juego hay muchas habilidades, es un catálogo infinito. Pasivas, activas, lo usual de los videojuegos de este tipo. A cambio de tener tanta libertad para explorar sus diferentes habilidades no tenemos ni contamos con magia. Eso desbalancearía mucho la situación. Así es como lo planteó Kayaba en su momento. —enseguida adopté una posición peculiar para lanzar la roca, me mantuve quieto durante unos segundos.— Los movimientos del sistema con respecto a las habilidades tienen una asistencia que te ayudan a efectuarlo… Algo así.

Aquella piedra que tenia en mi mano comenzó a brillar y en ese momento la lancé con una gran cantidad de fuerza y velocidad. El rastro de luz parecía un gran cometa atravesando la atmósfera hasta finalmente impactarse golpeando así el trasero de uno de esos jabaliíes, aunque el daño a pesar de los maravillosos y exagerados efectos visuales del golpe, éste fue nulo.

— Hmmm… —Klein parecía confundido.— ¿Entradas del sistema?

Desenfundé mi arma, preparado ante los inminentes ataques de aquel jabalí que ante mi lanzamiento con la piedra ya me había marcado a mi como su objetivo, sin embargo, me limite únicamente a bloquear su ataque y mantenerlo. Aquella IA del jabalí realmente era fácil de predecir y manipular, bastaba simplemente mantener la espada delante para evitar recibir daño y que el Jabalí continuara tratando de empujar.

— ¿Cómo lo podría explicar? —hablé hacia mi mismo en voz alta. No era como algo que realmente supiera, sino algo que por puro instinto podía realizar y comunicar algo como eso es difícil.— Simplemente prepara tu ataque y cuando sientes que se haya cargado libéralo.

— ¿Preparar, liberar? —murmuró Klein mientras navegaba entre sus pensamientos. Lo observaba preocupado porque no pudiera ser capaz de entenderme. Ni siquiera yo mismo me entendía, pero… ahí estaba él. Buscando una solución con tanta perseverancia. Su rostro se iluminó un momento y entonces, tuve fe. Klein a continuación alzó la vista hacia el objetivo y recargo su arma sobre su hombro y en ese momento, vi como claramente un brillo ligeramente rosado emanó de su arma y poco a poco se fue volviendo un color rojo vivo. Sonreí en ese momento, orgulloso y emocionado y empujé al jabalí en su dirección al repeler sus dientes con mi espada.

El jabalí fue corriendo con claras intenciones de embestir a Klein con sus grandes colmillos afilados pero esta vez no sería así. El movimiento inicial de aquel que empuñaba la cimitarra fue impecable, mayormente auxiliado por el sistema fue ejecutada una habilidad de espada y en tan solo unos segundos, su cuerpo fue desplazado metros hacia adelante embistiendo al jabalí con un potente golpe que mandó a volar a aquel animal drenando todos sus puntos de HP, explotando en el aire justo antes de que cayera en el suelo, fue en ese momento cuando el pelirrojo no pudo evitar saltar de la emoción y mucho menos se contuvo para imitar una vez más el movimiento. Parecía un niño pequeño mientras el sonido y el brillo de su espada se reproducían una y otra vez.

— Es más divertido jugar moviendo tu cuerpo, ¿verdad?

El me miró con una sonrisa ante mi afirmación.

— Es una pena que no exista la magia en este juego. Los efectos visuales eran asombrosos en las pantallas… No puedo imaginar ni siquiera como podrían ser si los implementarán en un juego como SAO.

— Te entiendo. Pero por desgracia en SAO no habrá magia, a cambio tenemos un catálogo prácticamente infinito de habilidades. Existen habilidades de combate y las de no combate. Así que en teoría podemos hacer todo lo que nos plazca. —coloqué mi mano sobre mi cintura mientras explicaba.— Quizá incluso podría haber gente creativa que dedique su vida a ser artesano o herrero y crear algo muy bueno, o simplemente venga gente aquí a pescar, SAO puede servir perfectamente como un simulador de pesca también. Las peleas no son lo único atractivo de este juego.

— En verdad eres un fanático.—Se burló Klein.

— Si, supongo que tienes razón. —Tomé mi pequeña espada de una mano y la extendí hacia el cielo como si pudiera alcanzarla. Los ojos del bandido samurái se perdieron en el filo de mi arma al igual que los míos.— Pero, en este mundo una espada te puede llevar a cualquier parte. Quizá sea ridículo, pero me siento enormemente mas vivo aquí que en la vida real. —Sonreí y bufé por la tontería. Claramente era una estupidez pensar y sentir algo como eso a pesar de que eso era lo que esencialmente me transmitía Sword Art Online; Un lugar donde puedes ser tú mismo, un juego con grandes capacidades de simulación de casi cualquier cosa. Mi refugio, eso era SAO para mí. Klein mantuvo el silencio mientras procesaba mis palabras, seguramente ya podía intuir que era solo un niño adicto a los MMORPG.— Pero bueno. ¿Continuamos cazando?

Él no dudó en aceptar la propuesta.