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La vida de Digna

Cuando Digna pasó al cuerpo de otra persona, lo primero que sintió fue ira, lo segundo fue lujuria y lo tercero fue apatía. Solo cuando su mente se aclaró, ella entendió que murió. Aunque ella misma se quitó la vida, el hecho era que ella realmente estaba muerta, incluso había transmigrado a un cuerpo exactamente igual al que tenía. Mirando como incluso después de morir el sistema la siguió, supo que los grilletes que tenía en su vida pasada la iban a seguir. Ella iba a volver a ser una lunática. Digna no tenía escapatoria, pero como no tenía donde huir, prefirió atormentar a todos. Ella había transmigrado a una supuesta novela +18, donde la protagonista y su harem, pasaban diversas aventuras dentro de la academia hasta enamorarse. Entre sus tantas aventuras estuvieron los enfrentamientos contra los villanos, entre ellos estaba Digna, quien era la primera en ser derrotada y asesinada, todo porque decidió intentar matar a Haoran, la protagonista. Naturalmente Derek Norton, quien era heredero del duque del norte y uno de los hombres de Haoran, no se iba a quedar atrás y se enfrentó a ella, lo que causó su ruina. Digna no era ni la prometida ni la novia de nadie, ella simplemente era un chica que estaba obsesionada con Derek. Digna, quién había poseído al personaje con su mismo nombre y apariencia, solo miró hacia el cielo. Bueno, si las cosas iban a llegar hasta ese punto, ella los iba a arrastrar a todos al infierno. Una risa siniestra escapó de sus labios. Ella era Digna, una mujer loca.

Kirr0r · Fantasy
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4 Chs

2. Realidad

Toda la situación se calmó.

El ritmo constante del andar del caballo hizo que su mente se enfriara.

Digna recobró el sentido.

-Hice una locura.

Murmuró para si misma. Ella recién había salido del ducado Morguen, después de que el Duque Cyprian la despidiera con una cara de pocos amigos.

Observando su entorno, recién supo que de verdad había muerto, no solo eso, ella transmigro a otro cuerpo que era exactamente como ella.

Su memoria antes y después de morir estaba borrosa, pero recuerda algo muy claro. El alma de una mujer que le quería dar su cuerpo, a Digna le daba la sensación de que estaba muy cansada.

Después de eso, solo había oscuridad, hasta que llegó a este cuerpo y abrió los ojos. Lo primero que sintió cuando poseyó el cuerpo fue la ira.

-¿Me lo da?

Murmuró otra vez, pensando en las palabras de la mujer. Recuerda algo como "toma el cuerpo, por favor", le había dicho algo más pero no le entendió, pero a Digna particularmente no le importaba. Si ella quería darle su cuerpo, estaba bien, Digna viviría como Digna y no como ella.

Pero seguía siendo todo muy extraño, demasiado extraño.

¿Por qué había un cuerpo con su nombre y su misma apariencia?

Lo que era aún más raro, fue que se sentía bastante cómoda con su cuerpo, como si siempre hubiera sido de ella.

Eso era raro, le dejaba un mal sabor de boca. Pero decidió dejarlo al fondo de su mente, había algo mucho más apremiante.

Sus ojos negros reflejaron la ventana de estado azul.

-De vuelta al infierno.

Habló sola, mirando la pantalla que le revelaba el número de su locura.

[Locura: 0]

Su locura se había restablecido a "0" justo después de salir del ducado de los Morguen.

Pensando en Cyprian Morguen, debe reconocer que es un hombre bastante decente en comparación con su hijo. Marcelo era un idiota que no sabía aprovechar lo que tenía, quizás era estúpido de naturaleza.

Cuando la metió a la carcel por ese insulto, demostró su estupidez, ahora el duque Morguen tenía que darle una compensación por llevar la situación al extremo.

En ese sentido, el Duque Cyprian fue bastante honesto, incluso hizo que Marcelo se disculpara con ella, aunque claro, todo fue incómodo con el coqueteo descarado que le había hecho al señor.

Pero no podía controlarse, ella era una fanática de los hombres como él, que eran grandes y musculosos, por lo que su lujuria la dominó fácilmente, como estaba en un estado de locura, no podía pensar con claridad.

Solo cuando salió del ducado, ella recobró el sentido.

-Es una mierda.

Mirando como el sistema seguía con ella, detestaba eso. Volver a ser una lunática era horrible.

"¿Tendré que matar otra vez?"

Pensó con amargura, porque cuando sus niveles de locura sobrepasan cierto rango, a veces las intenciones de matar le eran difíciles de mantener a raya.

En su vida anterior, producto de no haber hecho las misiones correctamente, su locura incrementó a pasos enormes, haciendo que a veces perdiera la racionalidad y destruyera todo a su alrededor.

Le había sucedido más de una ves ver como sus manos se manchaban de sangre. Lo único bueno era que nunca mató a los inocentes, ese era su único consuelo.

Pero nada cambiaba que había matado a demasiados humanos, llamarla pecadora era realmente poco. Era más cercana a ser un monstruo.

"Espero que con la forma en que morí, esas almas hayan quedado satisfechas"

Aunque a los que mató eran verdaderamente una mierda, no quitaba que siguieran siendo humanos. Quizás en otro contexto no hayan sido malas personas.

Pero arrepentirse de lo que ya hizo no era el estilo de Digna. Ella cargará con todo el peso de sus acciones, justificarlas no cambiaría el pasado, seguía siendo una asesina que tomó miles de vida.

A veces, piensa que hubiera sido mejor permanecer muerta. Alguien como ella que siga existiendo en el mundo, le hacía creer que el mundo solo quería ver la destrucción.

Ella no recuerda su pasado antes de pasar al primer mundo. Era como una hoja en blanco, pero en vez de aprender a ser una buena persona, lo primero que aprendió fue a matar.

No aprendió a amar, ni si quiera sabía como consolar o empatizar. Era mas similar a una maquina de matar, solo gracias a las diversas experiencias que vivió con buenas personas, aprendió a ser mejor persona.

Pero el mundo de Digna seguía siendo un abismo, uno repleto de sangre y desesperación.

Lo único bueno es que ella aprendió a ponerse reglas, a no ser una bestia sin cadenas. A frenarse como persona. Instintivamente sabía que debía hacer eso, que se lo prometió a alguien.

-Ser una mejor persona, ¿verdad?

Recordando el rostro de esa mujer, sus pestañas temblaron. Con una mano en su frente, miró el suelo del carruaje, sintiendo la apatía en su cuerpo.

Se podría decir que esta era la segunda transmigracion de Digna. La primera fue acabar en un mundo extraño, sin ninguno de sus recuerdos.

Lo único bueno de la transmigración de ahora, es que no tuvo que matar tan pronto abrió los ojos, porque en la anterio, ella tuvo que arrastrarse en el suelo y matar al monstruo que intentaba comerla.

Este mundo parecía el paraíso en comparación con el anterior.

-Ugh, que malos recuerdos.

Sacudió la cabeza, intentando no pensar en eso.

"El pasado es pasado, no pensemos en eso"

Miró por la ventanilla el extraño mundo, por los recuerdos del cuerpo, nada le parecía extraño, más bien, se siente como si ella siempre hubiera estado en este lugar.

Todo era muy bizarro.

Era mejor dejar de pensar en cosas extrañas y digerir la información que recopiló. Viendo los recuerdos de la anterior dueña, algo fue extraño, como si en un cierto lapso de tiempo Digna hubiera sido otra persona, pero terminó cambiando después de una caída del segundo piso.

Pensando en eso, ese bastardo de Derek se atrevió a hacerle eso, ella se lo cobraría. Pensar que detrás de una cara de angel se esconde un demonio, es un bastardo retorcido. De solo imaginarlo le dan ganas de golpearlo.

Pasando a otro tema, el sistema parece un poco raro.

"Ventana de estado"

Nada pasó.

"Ventana de estado"

Y nada pasó, otra vez.

Era extraño, antes podía revisar su ventana de estado cuando quería, pero ahora no. Era raro, parece como si las funciones que le fueron presentadas se hubieran bloqueado.

-Extraño.

"Sistema"

Y la pantalla azul se volvio a mostrar ante ella. Pero solo había una frase.

[Sistema activo]

No muestra más información, eso fue increíble. Le hacía pensar que su transmigracion causó una falla en el sistema, porque no podía pensar en otra cosa que explicara lo que pasaba.

"Muéstrame las misiones"

[Misiones actualmente bloqueadas]

"¿Oh?"

Eso fue totalmente inesperado.

"¿Cómo desbloqueo las misiones?"

[Para desbloquear las misiones se debe reunir con los personajes clave de la historia]

Si en el anterior mundo le pedía que destruyera a la gente, ahora le pide reunirse con quien sabe que cosa.

Pero algo llamó su atención, ¿la historia?, ¿está actualmente en una historia?, todo se estaba poniendo más bizarro.

Pero eso le gustaba, esa clase de locuras eran entretenidas. Al menos hacía que su mente se concentrara en eso, la hacía dejar de pensar en el pasado.

-¡Señorita Digna!, ¡hemos llegado!

Estuvo meditando todo el camino hasta que el chófer le avisó. No había ningún caballero que la escoltara, así que el mismo chofer le tendió la mano para que pudiera apoyarse, curiosamente, la mano del chofer estaba llena de callos.

"¿Parece haber entrenado con algo?"

A Digna le pareció bastante interesante la mano del chofer, después de todo su figura no era típica. Más bien, ¿no se parecía mucho a la figura de una persona bien entrenada?.

Los ojos de Digna y el chofer se toparon en el aire, pero el hombre rápidamente desvío la mirada. Mirar a un noble a la cara era considerado una falta de respeto, especialmente si eres un plebeyo.

Ella vio que el hombre debe de estar casi en los 30. Aunque era difícil saber, ya que su pelo y su barba eran descuidados, pero ese cuerpo no le mentía. Era muy seguro que el hombre había entrenado antes, además era alto, casi al mismo nivel que su estatura, quizas un metro ochenta, es lo que calculaba.

Sus manos solo estuvieron un momento juntas, pero el hombre sintió lo frágil que era la dama. Aunque era muy alta y se veía imponente, la mano que sostuvo podría romperse facilmente si le aplicaba algo de fuerza.

Ella lo ignoró y él le hizo una reverencia de despedida, incluso si no lo ve, al menos debe ofrecerle sus respetos. No conoce muy bien a la joven señorita, pero le pareció mal que la dejaran sin ningún escolta.

Como solo era un simple chofer, no podía quedarse con la joven señorita, así que tuvo que nuevamente subirse al carruaje y, como siempre, marcharse en dirección al almacén de los carruajes. Dejando a la frágil mujer atrás.

Pero aunque sabía que no podía acompañar a la señorita, no pudo evitar sentirse arrepentido y culpable. Dejar a una mujer frágil sola no le agradaba, pero no podía hacer nada, era un plebeyo no su caballero.

A sus ojos, ella realmente se veía lamentable, lo que hizo que, de cierta mamera, su corazón se ablandara.

Digna no estaba conciente que el chofer que se fue, le tenía lástima solo por haberla visto sola.

Solo cuando bajó del cuarraje, la imagen de la mansión la hizo detenerse en la entrada de la puerta principal.

Ella recordó.

Este era una novela para adultos con un romance obsesivo, que en su anterior vida había leído. En una de las tantas páginas de la novela, la mansión Knapp fue dibujada a la perfección, eso hizo que Digna, con tan solo ver la mansión, recordara todo.

En esa novela, había un personaje llamado Digna que se obsesionó con Derek Nortom, heredero del ducado del norte. Como ese hombre solo tenía ojos para Haoran, la protagonista, Digna quiso matar a Haoran. En resumen, gracias a Derek, Digna terminó muriendo en la hogera, solo porque intentó matar a una princesa.

-Oh mierda.

Murmuró, mientras que el mayordomo que la vino a recoger, la miraba en reproche por su mala palabra.

Digna volteó a verlo y lo observó con atención.

[Un objetivo clave encontrado]

Al parecer, tan pronto llegó a la mansión el sistema se habilitó, interesante.

"Vaya, es guapo"

No esperaba que el mayordomo de la casa Knapp fuera tan guapo, los recuerdos de su cuerpo nunca mostraron bien a este hombre. Era un joven en sus veinte años, con un pelo verde oscuro peinado para atras, junto con un traje negro. La mirada en sus ojos contenía educación, pero Digna, quien era sensible a las emociones humanas, notó que la despreciaba.

"Me gusta esa mirada"

Pensó para sus adentros, sintiendo como las manos le picaban. Ella quería golpearlo.

"No hagamos esto aquí"

Controlando sus impulsos, ignoró al mayordomo y se dirigió a su habitación. Ningún sirviente la vino a saludar, el único que la recibio fue Adib, el mayordomo, pero él ni siquiera la saludó.

Era bastante basura todo, en esta casa no la respetaban.

Aunque tampoco es que haya hecho algo para hacerse respetar, pero inflingir las normas y no hacer bien el trabajo, iba contra de las leyes.

Bueno, no es que importe demasiado. Si quieren servirle o no ¿qué importaba?.

A Digna le daba igual todo, no importaba si las personas la odiaban o la amaban, ella solo haría lo que quisiera. Nunca fue una buena persona para empezar, ¿cambiar las cosas? no iba con ella. Pero lo que le gustaba era ver el caos, quizás eso la hacía sentir más cómoda.

Antes no era una mujer tan perversa, pero después de pasar por el infierno, de cierta forma, eso la volvió una mujer lunática.

Desviando sus pensamientos a otro asunto, el sistema acababa de reaccionar ante Adib. Un personaje clave apareció, eso significa que Digna podrá decibir misiones.

[Diríjase a su cuarto para generar la misión]

Ella subió la escalera hacia el segundo piso, ignorando las pisadas del mayordomo que la seguía. Siguiendo sus recuerdos, caminó en dirección al pasillo izquierda y entró a la sexta puerta, esa era su habitación.

[Lugar de la misión encontrado: cuarto de Digna]

Ignorando al sistema, la chica notó que la habitación estaba limpia, no habían muchas decoraciones y prácticamente todo era blanco, aunque la estética seguía siendo de una habitación aristócrata.

A la anterior Digna le gustaba el estilo minimalista, además, todos sus vestidos eran blancos.

Lo único que parecía diferente era el tocador, que estaba adornado con algunas cajas con joyas.

Digna caminó hacia el tocador y por fin pudo ver bien su reflejo. Aunque había visto su cara en el reflejo de la ventana, un espejo era mejor.

Su rostro seguía igual, exactamente igual, aunque sentía que había algo extraño.

Cabello negro, ojos negros con ojeras, labios pálidos y una piel que parecía la de un muerto. Su apariencia era sombría y, acorde con la estética de la nobleza, ella era considerada fea.

Pero a Digna le encantaba esta apariencia parecida a un fantasma, ella lo consideraba muy hermoso. Si tuviera un labial negro, le agregaría un toque único, lamentablemente no había uno en su tocador.

Pero dejando de lado su gusto, seguía sintienso que había algo extraño en su rostro. Esas ojeras estaban muy bien tapadas, casi no se notaban, además parecía tener las mejillas algo hundidas. Aunque no se notaba mucho.

"Eso es maquillaje, esta ocultando las imperfecciones"

El sentimiento extraño fue incrementando, eso solo hizo que Digna se sintiera más curiosa y divertida.

En el espejo se reflejó una mujer vestida de blanco, que lentamente formó una sonrisa siniestra. Adib, quien miró el reflejo, sintió algo de miedo, ella parecía un fantasma malvado que venía a comer almas humanas.

La señorita Digna se veía realmente aterradora.

-Adib, llama a las sirvientas y diles que se deshagan de toda la ropa de mi closet, excepto las que son negras.

-Antes de eso señorita, el Duque la esta llamando a su oficina.

"Este bastardo es bastante irrespetuoso"

Ella dejó de sonreir y se dio la vuelta. Sus ojos tan negros como un abismo, que parecían incluso tragarse la luz, miraron al hombre.

Adib se sintió nervioso, su instinto le dijo que no estaba delante de una persona si no de un monstruo.

"¿Qué rayos pasó para que la señorita Digna se haya vuelto así?"

Eso fue lo que se preguntó Adib, mientras sentía un escalofrío pasar por su espalda.

-Ni siquiera tocaste mi puerta para entrar. Tampoco me saludaste cuando llegué, ni mencionemos a los caballeros que debieron de haberme escoltado al banquete.

Dijo cada palabra de manera pausada, pero se acercaba a una increíble velocidad.

El hombre retrocedió rápidamente, pero Digna seguía avanzando. Cuando su espalda chocó contra la muralla del pasillo, Digna ya lo había acorralado.

Comparado con otras mujeres, Digna era alta, bastante alta, rondando un metro ochenta y cinco. Adib, quien solo media 1.78, sintió la diferencia de estatura.

Estaba intimidado, nunca había visto que Digna fuera tan alta hasta el día de hoy. Antes siempre permanecía encorvada, callada y apenas alguien la notaba, no tenía sentido de presencia. Pero ahora era distinto, ella se sentía diferente.

La presión que estaba presenciando el mayordomo, era igual a la que ejercían los que combatieron en la guerra.

Parecía incluso oler la sangre de los muertos.

-¿Debería matarte?

Preguntó con calma, como si hubiera dicho una cosa trivial, lo que solo provocó que Adib sintiera miedo, porque aquellos ojos que lo observaban no vacilaron. Ella realmente planeaba matarlo aquí y ahora.

Lo que Digna había recordado, era que ese tipo traicionó a la Digna de la novela en el último momento, ya que se había enamorado a primera vista de la protagonista.

Tiene sentido que sea un objetivo clave, su importancia en la historia define si Digna vivía o moría, todo por las pruebas que él presentó.

Acabar con su vida sería beneficioso. Ella incluso sospechaba que estaba entablando una comunicación con otras casas. Tal amenazas no las podía soportar, era mejor matarlo ahora que dejar que crezca.

-¿Qué le pasa señorita? Usted no es así.

Adib frunció el ceño, hablando con una voz temblorosa. Las manos le sudaban por la fuerte aura que emitía la joven. Podía ser un hombre fuerte, pero Digna era una noble que incluso sabía de magia, si ella realmente lo quisiera, podría matarlo ahora y nadie diría nada.

Él no había visto a Digna desde bebé, pero al menos la había visto desde sus diez años. Adib recordaba que era una niña extremadamente fea, además tenía comportamientos extraños, solo cuando se cayó del segundo piso en la mansión del duque Nortem, ella cambió su personalidad retorcida. Eso sucedió cuando Digna solo tenía trece años.

Después del accidente, ella se había vuelto más callada y extraña, todos sus comportamientos eran raros y actuaba como si no existiera. Como si estuviera loca.

Pero esta Digna que vio hoy fue diferente, era como volver a ver esa aterradora niña, quién siempre lo miraba como si quisiera arrancar su piel.

-Tú no decides si soy de alguna forma. Si quiero ser así, seré así. Y si quiero matarte...

Una poderosa mano se cerró en la garganta de Adib, quién se sintió sofocado. Aquellos ojos negros que lo miraban, solo contenían un abismo insano.

-Te mataré.

Pero antes de que Digna tuviera la oportunidad de encargarse del Mayordomo, algo inesperado pasó.

[Misiones secundarias generadas:

1. Besa a Adib Wind en la boca.

Recompensa: habilidad pasiva: Labios suaves.

2. Manosea el cuerpo de Adib Wind.

Recompensa: habilidad pasiva: Olor corporal agradable.

Penalización por fallar una misión: +5 de locura.

Penalización por fallar todas la misiones: +10 de locura.]

Y Digna sintió como si el sistema quisiera destruirla. Para darle diez puntos como penalización, eso era cruel. Con un solo punto de locura, ya empezaba a ser más irritable, pero diez, con diez puntos de locura uno se volvería mucho más susceptible a la ira.

Las recompensas eran una mierda, pero prefería hacer las misiones que tener puntos de locura. Ella no quería volver a tener su mente en un estado susceptible. Al menos, en esta ocasión las misiones no sonaban tan horribles como las del mundo pasado, aún estaban dentro de su límite soportable.

"Eso es todo"

Pensó Digna, antes de agarrar el cuello de Adib y atraerlo a ella. Lo siguiente que pasó conmocionó al hombre.

Las bocas de ambos se tocaron, la piel áspera de los labios de la joven lo hicieron sentir incómodo, además, lo que más lo desconcertó fue que la mano de Digna tocó su trasero.

Tres segundos después del suceso, Adib reaccionó y empujó a Digna con todas sus fuerzas, hacien que callera al suelo, mientras salía corriendo a algun lugar. Su rostro se había vuelto mortalmente pálido, Digna incluso pudo ver el asco en sus ojos antes de huir.

-Eso fue entretenido. Aunque sigo siendo malditamente débil, para ser empujada así... Bastardo.

Con el dorso de su mano se limpió los labios, los cuales le supieron a menta.

[Misión secundaria completada.

Recompensas obtenidas: habilidad pasiva: labios suaves, habilidad pasiva: olor corporal agradable]

Con la misión hecha, al menos su locura estaría controlada por un tiempo, hasta que se haga una nueva misión.

Cuando se reinició su locura al llegar a este mundo, también desaparecieron todas las habilidades que había adquerido, lo único que le quedaba era su experiencia pasada.

-Iniciar de cero.

Murmuró, levantándose del suelo y sacudiendo su largo vestido.

-Veamos que recibí.

Mientras veía a la pantalla del sistema. No tenía que preocuparse porque alguien la viera, usualmente nadie venía por el pasillo izquierdo. Incluso si alguien la viera, no le importaba verse como una loca.

[Habilidades pasivas:

1. Labios suaves

-Imposible subir de nivel. Ofrece al usuario unos labios tan suaves que la gente se derrite por tus besos.

2. Olor corporal agradable:

-Imposible subir de nivel. Elimina todos los olores desagradables de su cuerpo y potencia su propio olor corporal. No funciona con perfumes ni olores que sean fabricados.]

"Dios mio, suenan tan basura"

No tenía más pensamientos al respecto, simplemente eran basura. Parece que incluso las habilidades que le daba el sistema empeoraron.

Todo era una mierda, al menos esperaba algo mas grandioso, pero no, esas habilidades pasivas ni siquiera servían para un combate.

Sabiendo que no se podía hacer nada, decidió ir hacia la oficina de su padre, que estaba en el tercer piso.

"¿Por qué les gusta tener casas tan grandes?"

Se quejó por dentro, era realmente terrible tener que caminar tanto para llegar a un lugar.

Pero mientras caminaba, se puso a pensar profundamente en la trama de la novela.

La novela estaba ambientada en un mundo de fantasia medieval, donde la magia reemplazaba la electricidad. Aunque el mundo tenía muchas cosas de la era moderna, también conservaba elementos de la edad media, entre esos elementos estaba la nobleza.

Para resumir la historia, Haoran, la protagonista, era una una mujer que iba a la academia Ebere, la mejor escuela del reino Astabas. Como enamoró a muchos hombres, empezó a recibir bastante apoyo de la nobleza, fue hasta el punto de poner en peligro a su hermano mayor, el príncipe heredero.

La familia real tenía tres principes y un rey. Ronar Astabas era el rey actual del reino de Astabas, luego estaba el príncipe heredero, Asher Astabas, el segundo príncipe, Biel Astabas y la princesa, Haoran Astabas.

La historia de Haoran era que su madre murió envenenada por la reina, Alida Pemont, quien luego cambió su apellido a Astabas.

La reina era la esposa oficial del rey, ella venía del ducado del oeste, era la hija mayor de los Pemont. Los Pemont solo tenían a un hombre para heredar el ducado, mientras que el resto eran mujeres, para ser exactos, eran tres mujeres.

Alida había luchado arduamente para llamar la atención del rey y, por lo que sabía la Digna anterior, incluso tuvo que perjudicar a sus propias hermanas para ganar la posición que tenía.

Después de ganarse el favor del rey, ella se convirtió en la reina.

Pero aunque el rey le prometió su amor, nada duró para siempre. Años después, el rey acogió a su primera concubina, Brenda, que solo era la hija de un caballero de la guardia real.

Digamos que la particular belleza de Brenda llamó la atención del rey. De esa forma, Brenda se transformó en la segunda esposa del rey, de ahí nace Biel, el segundo príncipe. Aunque tiempo después el rey perdió interés en ella, haciendo que la reina Alida dejara de prestarle atención a Brenda.

Después de aceptar a Brenda como su segunda esposa, en el año 378, un emisario del reino de Guzha llegó a Astabas. El objetivo final era formar una alianza matrimonial, como Ronar estaba interesado por los productos que se iban a intercambiar con el reino, aceptó la propuesta.

Y así es como la madre de Haoran, Jia Li, llegó a ser la tercera esposa del rey. Lamentablemente, nadie sabía que Ronar se iba a enamorar tanto de ella, haciendo que la emperatriz muriera de celos.

A causa de eso, la emperatriz había formulado todo un plan para asesinar a Jia Li. Plan que fue exitoso.

El problema de haber matado a Jia Li, era que ella venía de la realeza de Guzha, entonces, era muy probable que el reino de Guzha terminara sus tratados con Astabas, incluso había una posibilidad de que se iniciara una guerra.

Pero ese problema se resolvió rápidamente, cuando la misma emperatriz hizo creer a todos que Guzha había enviado asesinos para matar a Jia Li. Al final, el reino de Guzha estuvo en aprietos y después de unas negociaciones con Astabas, todo se solucionó.

Todo eso salía como trasfondo de la novela, ahora ¿qué tan cierto puede ser eso?, es cuestionable, pero Digna creía que entre tantas palabras escritas habría alguna verdad.

Haoran, quien perdió a su madre y su apoyo, fue maltratada e ignorada, tratada peor que un perro callejero. Por eso no tenía ninguna sirvienta, incluso sus parientes de Guzha no la querían, solo era una moneda de cambio, ni pensemos en su abuelo, él ni siquiera la consideraba su nieta.

"Suena a una niña lamentable"

Pero dejando la historia de Haoran de lado, todo mejora cuando entra a la academia. Es colmada de amor y regalos por su deslumbrante belleza. Dominando a los hijos de los duques, incluso tentando a su propia sangre.

Bueno, era una novela para adultos, cosas desagradables como el incesto iban a pasar. Aunque recuerda que no tuvo acercamiento con Asher pero si con Biel.

En la novela había una descripción de que Asher odiaba demasiado a Haoran como para mirarla, en un párrafo hasta él mismo dijo: "incluso si fuera el último hombre en la tierra, preferiría morir bajo mi propia espada que someterme a ti, hermana".

De cierta forma, era comprensible que ellos dos no se llevaran bien, porque la madre de Asher mato a la madre de Haoran, además, más adelante Haoran mata a Alida delante de los ojos de Asher. Es en esa parte de la historia, el reino de Astabas había caído en las manos de Haoran, ahí fue cuando Asher le dice esas palabras a la princesa, mientras apuñalaba su corazón con su propia espada, muriendo en un charco de sangre, viendo como todo lo que construyó se destruía.

En la novela, se narra que Haoran descubre la verdad de la muerte de su madre, eso fue cuando escucha una conversación a escondidas de los complices de la reina. Dspués de eso, ella decide tomar al reino Astabas como suyo, destruyendo a la familia real. Ahí inicia su venganza.

Al final de la novela, ella se transforma en una emperatriz, teniendo todo un harem de hombres hermosos a su disposición, conquistando a casi todo el continente de Edene.

Sus hombres iban desde razas no humanas hasta seres míticos. Era increíble su capacidad de adaptación y conquista.

De cierta forma, a Digna le gustaba esta protagonista, pero al mismo tiempo le daba igual, no le afecta particularmente, porque ella entendía claramente la diferencia entre una novela y el mundo real.

En fin, ahora estaban en el año 396, han pasado once años desde la muerte de la concubina Jia Li. Haoran debería de tener unos dieciséis años ahora, la edad exacta para entrar a la academia.

La academia Ebere, solo aceptaba a jóvenes desde los 16 años en adelante, usualmente la academia duraba 4 años, aunque dependía mucho de el talento que tuvieras. Si tienes talento, es posible pasar los cursos de manera rápida y salir temprano de la academia, como Asher, quien salio a los 18 por su increíble talento con la magia. Aunque también existía la opción de quedarse en la academia y unirse a alguna facción o departamento de investigación.

-La academia ya inició.

Murmuró para si misma. Aunque solo ha pasado un mes desde que inició, Haoran ya debe de haber causado una conmoción con los jóvenes de primer año.

La Digna anterior no se había topado con Haoran, porque ella era de segundo año, lamentablemente, Digna repitió un año por su dificultad de aprender magia. Ahora, cursaba segundo grado con 18 años.

"Tendré que comprobar la magia de este cuerpo también"

Haciendo sus planes a futuro, llegó ante la oficina del Duque sin darse cuenta.

Era momento de guardar sus pensamientos y enfocarse.

Hoy iba a conocer a este supuesto padre.