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La ultima guerra

El poder lo hizo ser invencible, su amor a las almas indefensas lo llevó a ser uno de los Gobernadores más amados de todos, el concepto de la destrucción era lo que dominaba pero la paz era su primer nombre. Némesis era el familiar que todos queríamos hasta que un día, esa familia que Némesis amó, dejó de existir por culpa de aquellos quienes amó, a los Gobernadores de la mitología Nórdica y Griega. No sabía porqué todos lo traicionarían de la peor forma que les hizo hasta que vió dentro de sus seres una impureza que lo dejó furioso: El Pecado mancillaba en las almas de aquellos quienes dicen ser Dioses Puros.

DJMANGAKA · Action
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48 Chs

5 parte 7

Pasó una semana desde que Némesis anunció su hospedaje a un nuevo estado. Era de noche, las dos de la madrugada estando en una terminal que su transporte es una furgoneta adaptado para ir a largos viajes llevando pasajeros en su interior.

Némesis no sabía como serían los asientos, una verdadera incógnita porque para el gran desafio que se llevaría a cabo para llegar a su destino sin despertarse en el camino es ir dormido sin marearse: "—Vergas, sospecho que no nos va a tocar los asientos inclinados."

Por suerte ellos no tenían equipaje porque para suerte de ellos tienen su [inventario] para guardar sus cosas en su espacio dimensional: "—Pinche Noíl, te voy a obligarte a tomarte la pastilla. No quiero pasar por un mal rato por tu orgullo."

Al ver a la chica un poco somnolienta fue directo con ella que estaba detras suyo, y le susurró que se tomara la pastilla: —Tómate la pastilla —le habló como si fuera su padre—, te vas a marear en el camino. Ya que dices que es tu primera vez.

Pero ella simplemente ignoró sus palabras, solo miró a Némesis con indiferencia y movió un poco su flequito que tapaba su vista: —No —respondió con orgullo a lo que Némesis irritado dijo—. Es una obligación, no un favor. No quiero pasarla mal por tu culpa —estaba preocupado por así mismo, en especial por ella que es su primera vez viajando.

Era normal su reacción pero en parte no quería volver a pasar lo mismo puesto que él ya lo había experimentado: "—Esto es más como una especie de entrenamiento mental. Pero esta pendeja me la hacer ver que estoy entrando a la sala de vergüenza —y respondió con preocupación y enojo—." ¿Quieres vomitar en el camino? Vale, ahí por sí huacareas tengo unas bolsitas para el vomito. Pero eso si, me tienes que llamar porque sí no, no quiero lidiar con el chofer que tengo que pagar por tu desastre.

Afirmó Noíl asintiendo, sabía bien las consecuencias de no tomarse aunque sea una sola pastilla para el vomito al ser primeriza. Los pasajeros entraban por lista y por orden a sus asientos. Cuando pasó el nombre de Némesis este asintió y pidió a Noíl que lo acompañara.

Entraron y fue primero Noíl que avanzó primero en querer sentarse en el asiento que está a lado de la ventanilla. Némesis negó con la cabeza sonriendo por su actitud que se comportó: "—Te pasas."

Se sentó a lado de ella como debía de ser, y cuando todos estuvieron en sus lugares el chófer cerró la puerta y se sentó su asiento de piloto. Al encender el coche avanzaron en dirección al estado de Oaxaca. Era de noche por lo que no podrían ver nada.

Némesis llamó a Noíl que estaba mirando a la ventana, viendo como cada vez salían poco a poco de este estado. Miró al chico que le llamaba que ahora mismo tiene en sus manos una botella y un par de pastillas.

Era ver como sí este chico te estaba dando dos opciones para ir al buen camino. Por un lado estaba la pastilla para el vomito y la otra una botella de agua. Miró a los ojos del chico viendo que es lo que diría aún si no los tiene. Lo esta retando con una guerra de miradas.

Ambos se miran a los ojos mientras que un bache que la furgoneta pasó hizo temblar a los pasajeros que se estan acomodados. Aún si pasaron por ese bache la mirada de estos dos ni se inmutó. Pero el único que quería parar con esto era el chico por lo que lo guardó en su inventario y se acomodó para pasarla bien esta noche.

Por suerte los asientos son reclinables por lo que Némesis se acomodó hasta en un punto en que el pasajero de atras no se sintiera incómodo. Némesis cerró sus ojos solo para ver al final que Noíl aún seguía mirando el exterior como sí una niña asombrada de ver lo que hay más de su hogar hay.

Y cuando por fin cerró sus ojos las horas pasaron. Némesis se sintió tranquilo que a pesar que la furgoneta pasaban por curvas no sintió ninguna incomodidad al respecto de ello. Pero su compañera que intentaba dormir pues no podía, se estaba mareando.

"—Ay mi cabecita."

Cuando ella miró al chico sin inmutarse ni nada se sintió tan derrotada que incluso su orgullo se vió afectado: "—No me vas a ganar, putoqe."

Ahora convirtió en esto en una guerra, en un combate de resistencia para ver a quien de los dos iba a caer primero. Quién iba a vomitar primero: "—Te declaro la guerra, hijo de puta."

Su grandeza o soberbia no iba a caer en esta batalla que ella misma creó pero el chico no tiene nada que ver con esto que en parte tiene la culpa por no obligar a Noíl a tomarse la pastilla. Una vez más la chica se quería dormir pero una hora después ya se encontraba en mal estado, no había dormido.

"—Vergas..."

Intentó dormir una vez más. Dos horas despues despertó pero ahora sintió que su baba sabía algo extraña y en parte su mente se volvió tan pesada como sí se hubiera metido a una atracción de una feria de diversiones, en uno en el que el cliente puede divertirse girando en mismo eje.

Noíl accidentalmente reposó su mano en el brazo del chico que los tiene entrecruzado. Apenas lo tocó y Némesis de inmediato reaccionó quitandose su sueter que lo tenía tapado como una cobija. Apenas miró a Noíl con un aspecto tan deplorable.

—Pendejá —susurró fastidiado.

Todo fue tan rápido que logró sacar una bolsa para el vómito, lo preparó y cuando vió que era el momento justo en que ella vomitaría puso la bolsa enfrente suya. La bolsa estaba abierta gracias él por lo que no había de qué preocuparse.

Noíl miró esto enojada pero la gran venida era inevitable. Vomitó dentro de esa bolsa y Némesis sin inmutarse le reprochó sobre su comportamiento egocéntrico: —Te dije que tomaras la pastilla, ¿no? Ah pero tú diciendo que no y no y una ultima chance intento para que tomes la pastilla pero mírate.

>La gran Noíl que me salvó ahora tuvo que ser salvado por mi. El salvado salió salvador mientras que el salvador —y Noíl furiosa intentó callarlo pero vómito una vez más—. Cállate.

Némesis por dentro se sintió satisfecho por escuchar esas palabras: "—Cómo me encanta ver a los grandes caer de una forma tan sarcástica."

La furgoneta siguió su transcurso del camino. Las horas pasaron y Némesis ahora se quedó despierto durante una parte de este transcurso. Ya estaba a punto de dormir pero Noíl recostó su cabeza en el hombro del chico que se sorprendió por ello.

Miró a la chica de reojo e intentó que se acomodara agitando un poco su hombro pero ella ya estaba rendida mentalmente: "—Lo más probable es que sea una acción incosciente."

Estaba tapada con su sudadera gruesa, no sentía alguna intención en esa acción. Era posible que lo que Némesis supuso es cierto: "—Creo que no dormiré por un tiempo, presiento que esta vez tendré pesadillas muy pesadas."

No quería preocupar a nadie por su culpa, no quería interrumpirles este mero descanso que tienen: "—Un poquito de musica, necesito escuchar un poco de musica."

Al pasar de las horas poco a poco la luz del sol se asomaba por el horizonte como lo hace a diario. Al ver una vez más a Noíl ella estaba tapada por completo de la parte superior estando en el mismo lugar acostado. Era mejor dejarla ahí descansando, no debía de interrumpir su descanso porque posiblemente los efectos de la pastilla que se tomó desaparecieran.

"—A concentrarme se ha dicho."

Ya sabía bien que estaba entrando a la Ciudad de Oaxaca, un nuevo lugar qie el chico desconce. Una nueva partida comenzaría en su juego, el juego seguirá su rumbo sin parar como lo hace también el tiempo.

...

Némesis ve la parada donde el chofer se quedaría siendo otra terminal que tiene aquí como sede en Oaxaca. Empezó a despertar a Noíl pero ella simplemente se enoja, aún mantenía su orgullo roto a pesar de que eso quedó en el pasado.

—Ya llegamos, Noíl.

—Cállate, déjame dormir.

—Allá vas a dormir, Gruñoíl pero ya llegamos.

Pero no hubo respuesta alguna, aún mantenía su comportamiento infantil. Le quitó su chaqueta que cubría su cara, su expresión de enojo no tuvo precio alguno que hizo que Némesis se riera: —Te dije, ¿no? Ahora te chingas.

—Cállate —y terminó lanzando un insulto susurrando—, pendejo.

Solo el chico puso sus ojos en blanco por ello. Esta mujer no le tenía ningún respeto a pesar de que le salvara de pagar una deuda y evitara pasar por una vergüenza mucho mayor a la de antes: —Ya me hiciste enojar —fue directo con ella.

Se bajó tranquilo de la furgoneta, el cuerpo del chico cada vez estaba perdiendo su paciencia por ayudar a esta mujer: —No me importa sí te quedas ahí, yo me voy tranquilamente a mi casa.

>Aún no has pagado el hospedaje por lo que te sugiero que te levantes de una vez —y pronunció lo siguiente en un tono simpatico—. ¡Nos vemos, Gruñoíl!

No tenía de otra, el chico tenía razon en todo lo que dejo. Ella vino por desición propia pero ni siquiera ha hecho el pago que Némesis le pedía desde el tercer día en que conoció al chico.

Con frustración tuvo que levantarse de su asiento que ya esta calientito y al salir sintió el frío recorrer en todo su cuerpo que se puso rápidamente su chaqueta para cubrirse del frio de la mañana: —Cómo te encanta molestar a la gente. Y bien, ¿contento por lo que hiciste?

Una pregunta sumamente extraña a lo que le respondió indiferente: —No sé lo que hice para ganarme tu enojo pero no es problema mio.

Al salir de la terminal había algo de movimiento por las calles, pues eran horas en las que todos salían de sus hogares para hacer sus necesidades. Némesis iba adelante mientras que Noíl lo seguía por detras. La ubicación de la casa estaría lejos por lo que se podrán darse el lujo de visitar un poco este lugar.

—No te separes de mí.

Miró en su celular la ubicación donde se ubicaba su hogar, por suerte tenían que pasar por el Templo de Santo Domingo que sería ahí un lugar en el que ya seria necesario ir después de que se instalaran.

—¿Esto es Oaxaca? —preguntó Noíl curiosa— Escuché que aquí hay más movimiento por los sedes principales que están revolucionando la industria de la tecnología y ciencia, al igual que lo militar ya no enlazado con el gobierno.

>Si sabías eso, ¿no? —pero Némesis sin mirarlo puso una expresión de no saber ello que dijo sinceramente— No, pero gracias por el dato. Lo necesitaré despues.

—No seas mamón... Creí que ya sabías algo de este estado.

—No realmente —y pensó—. "Realmente no sé nada de este estado ni sus personas. Mi objetivo aquí será obtener poder económico y espiritual. Será fácil. Por lo que me han dicho aquí hay más actividad de portales abriéndose que en la Ciudad de México.

>Aquí será posible subir de nivel rápidamente. Por lo que vi en los foros: Para subir de nivel tendré que tener una gran fuerza espiritual y mental para estas cosas. Tengo lo necesario, así que no me preocuparé por ello.

>Es más, ni me tengo que preocupar. Las demandas que el sistema pide para subir de nivel las cumplo todas."

**[Requisitos para seguir subiendo de nivel:

• Tener una gran voluntad;

• Tener una gran determinación en querer subir de nivel;

• No ser débil ante nadie sin importar sí sea débil o no;

Hay más reglas que se tienen registrados pero para hacer que usuario del sistema no a abuse de estas reglas les serán negadas a mencionarlas.]**

"—Pero lo que realmente me tengo que preocupar es conseguir poder de la forma más rápida y sigilosa. Tengo el poder político en mis manos pero habrán cabos sueltos que me expongan y valga verga mi plan."

Llamó a un taxi que este venía vacio, este se acerco y Némesis le pidió que lo llevara a dicha iglesia donde anteriormente se había mencionado. El chofer acepto y ambos chicos entraron siendo Némesis en estar el asiento del copiloto mientras que Noíl iría al de atrás.

"—Espero y este cabrón no sea el típico chofer que estafe a la gente."

Pero en parte Némesis ya sabía la forma como estas tipo de personas tratan a sus clientes que tienen poca inseguridad: "—Hay que esperar como se comporta esta persona."

El transcurso del viaje fue tranquilo con un poco de tráfico al ser horas en que la gente va a a sus áreas de trabajo. Llegaron al gran templo y cuando fue la hora en que el chofer les dijo que les cobraría del viaje este habló con mera sinceridad: —Son cincuenta pesos, Jefe —y Némesis asintió por ello que le dió el dinero exacto. Agradeció y casi se iba a ir no sin antes que el chofer le pidió que se acercara a hablar un poco.

Fue interesante su reacción que se acercó y preguntó con curiosidad: —¿Pasa algo? —y respondió el chófer mirando de un lado a otro como sí quisiera que nadie lo viera — No conozco a todo el mundo, mi chavo, pero ten por seguro que posiblemente eres nuevo aquí.

>Cuando vaya a pedir un taxi tu di la dirección en la que vas pero eso sí ten mucho cuidado con esas canallas. Sí ves que su contador subió de repente su preció pregúntale o mejor bájate antes de que este cabrón te meta en problemas.

>Pero es más seguro que te topes con aquellos que no usan el dispositivo para ya sabes qué. Sí pasa eso mejor bájate y búscate otro taxi —y Némesis serio asintió agradeciendo por su consejo—. Gracias por el consejo, Jefe.

—Cuide de su novia. Y tenga un bonito día —y se va.

Noíl miró desde lejos que no llegó a escuchar esas palabras que el chofer le dijo a Némesis que aún con el semblante tranquilo fue a lado de ella para caminar: —¿No te sientes tan diferente cuando estabamos en la Ciudad de México?

La pregunta era lógica y razonable: —La mera neta sí sentí el cambio de manera muy fuerte. Pero poco a poco me voy acostumbrando a este nuevo entorno.

>Será interesante quedarme aquí. ¿Y tu? ¿No sientes lo mismo? —Némesis negó con la cabeza— El cambio no fue tan abrupto como tu lo dices. Es más, hasta parece igual vivir aquí que en la Ciudad de México.

Al estar frente a frente del gran templo Noíl se quedó asombrada como era el interior que no pudo contener esa expresión única que alguna vez fue fría y serena. Némesis lo miró pero no sintió algo por ello que miró adentro y esperó a que ella diera el primer paso.

Lo hizo y Noíl se adelantó entrando mientras que el chico lo seguía tranquilamente: "—Creo que aquí es el inicio de la nueva partida."

...

El tiempo pasó y la mañana se volvió de tarde en este mismo día. En una calle ambos chicos estaban caminando directo al nuevo hogar del chico que mientras caminaba comía una torta y del otro sostenía su refresco.

El sabor era increíble pues la razón de ello era por no haber comido en todo el dia al igual que Noíl que solamente llevaba en la mano su refresco casi vacio: —Olles, ¿aquí es en donde nos vamos a quedar?

El chico mirando a su comida prestó atención a esas palabras, y al tragarse la comida que tenía en la boca habló con normalidad: —Si, aquí es en donde vamos a quedarnos por un tiempo.

—¿Por un tiempo? —dudó pues no sabía que él se cambiaría despues de lugar— No me digas que tienes harta lana para comprarte otra casa.

Y Némesis pensó estando decepcionado por ella que simplemente sonrió: —Si, ahí tengo lana —y pensó en la verdad—. "Sí supieras que el mundo me pertenece, ¿me creerias? —y contestó a su pregunta de manera simple—" No, pero tengo lo suficiente para vivir tranquilamente.

Era una respuesta meramente simple que Noíl solo expresó alegría: "—Se ve que no eres del tipo que sale a fiestas —suspiró y habló sobre el lugar donde se van a quedar—." Me imagino que es aquí donde nos vamos a quedar.

—Si —y masticó por ultima vez su torta que se lo había acabado.

—No se ve tan mal... pero del otro lado de la calle no se ve tan agradable que digamos.

Tiene la razón pues del otro lado no había ninguna casa y más alla hay una via de tren que en su camino se encontraban casas que ahí viven las personas de la clase baja.

—El precio de la casa fue razonable y sobre todo buena. Tiene dos habitaciones principales en que uno es chico y el otro es grande. La razón por la que me vendieron la casa fue porque no le gustaba estar aquí por lo que mencionaste. Me dijo que durante el mes que viene van a sacar esas personas y las van a trasladar a otra parte. Nose.

>El punto es que esas personas lo van a trasladar a otra parte y les darán trabajos. O eso es lo que se espera en el sexenio entrante porque este ni deva pedos van a hacer eso.

—Eso es bueno... digo, ¿no?

—Como lo dices siento que les va ir mal pero no.

Gruño expresando felicidad aún sí su rostro es indiferente. Cuando llegaron al lugar Némesis abrió la puerta y entraron ambos al nuevo lugar donde se hospedarán durante un tiempo indeterminado.

Ambos chicos cayeron rendidos en el sofa y suspiraron cansados por el viaje. Fue realmente largo el viaje que se supone Noíl debería de estar enojada pero no es así, a lo que pensó Némesis al respecto: "—Al parecer ya no se intereso en intentar reprocharme sobre ir en la furgoneta. Pobre, y aún recuerdo esa mirada enojada que de la chingada estaba."

Con solo pensar en eso sonrió de burla y se levantó para ir a la cocina a prepararse algo para comer. Pero al revisar la nevera se le había olvidado que no han comprado los ingredientes para hacer la comida: —Noíl, iré a comprar para comer esta tarde.

—¿Tienes hambre? —dudó porque antes comieron algo en el paseo a lo que su compañero le contestó de forma simpática— Luego de comer pizza y unas tortas tengo aún hambre.

—Sí quieres ve, yo te espero aquí.

Era obvio que ella no la acompañaría a lo que fue a la puerta y salió de ahí tranquilo de su hogar mirando a su alrededor analizando su entorno. Pero sintió algo que estaba familiarizado, de inmediato sus instintos lo impulsaron a ver a la esquina de la calle mirando bien que de ahí salió una chica que es una aventurera.

Vestida de sacerdote caminaba lentamente en dirección contraria que va Némesis a la tienda más cercana a comprar las proviciones: "—¿Qué madres me está pasando? ¿Porqué siento que debo de correr por ella? Realmente siento que debería de ir pero... a la vez me da intriga."

A la vista de una persona lo miraría como cualquiera que pasara, pero a los ojos del chico vió dos figuras que no se enlazaban de la una con la otra. El azul representando la alma de ese cuerpo mientras que el otro era un rojo carmesí con un toque anaranjado.

"—Necesito verlo mejor, la maldita curiosidad me agarró desprevenido."

...