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dos muertes horrendas

"¡¡mi señor!!"

"¡¡Por favor responda, mi señor!!"

Gritos de pánico fue lo primero que escuchó Daniel al recobrar la conciencia.

Lo primero que sintió al escuchar las voces fue incredulidad. No entendía como había sobrevivido a una descarga entera de un fusil a quemarropa.

Sus atacantes no se andaron con rodeos y para evitar los imprevistos, también le habían apuntado a la cabeza. Eso fue lo último que recordó antes de volver a sentir algo más que dolor.

En realidad no podía decir que no había dolor ya que varias partes de sus cuerpo dolían. Lo que él suponía que eran las heridas de balas.

"Reaccione mi señor, no puede morir ahora. Tenemos que proteger el territorio." Lo instó una voz ronca y vieja con urgencia.

¿Señor? ¿Territorio?

Cuando pensó en estas dos palabras una cierta cantidad de información se introdujo a su cabeza de forma muy invasiva.

¡Eran recuerdos!

Cuando Daniel terminó de darle sentido a la información que se introdujo de repente en su cabeza, sus ojos se abrieron del shock y miraron fijamente los grandes y frondosos árboles que lo rodeaban.

¿Estoy muerto?

Cuando Daniel levantó su mano derecha frente a sus ojos y vio la pequeña marca parecida a un lunar, susurró por lo bajo. "No puede ser."

Ayax vermont

Ese era el nombre del chico que hasta hace poco murió y el ocupo su lugar.

"Que bueno que está bien mi señor." Un hombre viejo en sus 50, suspiro aliviado al ver a Daniel abrir los ojos. Pero al ver sus ojos desorbitados no pudo evitar preguntar. "¿Se encuentra bien mi señor?"

Daniel se levantó del suelo que estaba inundado de su propia sangre y miro con gran atención a su alrededor.

Grandes y frondosos árboles, el cantar de los pájaros, la brisa fresca recorriendo su piel.

Tomando una respiración profunda Daniel sonrió como un loco y comenzó a cantar.

"Birds flying high

You know how I feel

Sun in the sky

You know how I feel

Breeze driftin' on by

You know how I feel

Primero Daniel comenzó a cantar muy lentamente y en voz baja pero conforme continuo su canción más se alzaba su tono

"¡It's a new dawn!"

"¡It's a new day!"

"¡It's a new life!"

"!For me!"

En este punto Daniel ambos brazos con regocijo y felicidad, levantando su voz hasta lo que parecía un grito.

"¡¡And I'm feeling good!!"

"¡¡¡I'm feeling good!!"

Sus ojos brillaron de pura felicidad. Había muchas cosas que asimilar aún sobre su situación y lo que deparaba el futuro.

Pero algo era seguro...

Había recibido una segunda vida, una segunda oportunidad de vivir.

¿Porque no estaría feliz?

Dándose la vuelta para mirar el anciano que lo miraba como si estuviera observando a un loco.

"¿Eso responde a tu pregunta viejo?"

El anciano se quedó en el suelo sin entender ninguna de las acciones de su señor, hasta que en un arranque de claridad entrará en pánico y exclamó.

"Mi señor, los traidores se dirigen en este momento hacia nuestro territorio."

¿Traidores?

Daniel ladeó un poco la cabeza y trato de recordar un momento.

¡¡Es cierto!!

Los traidores eran varios aventureros de tier 1 que le habían jurado lealtad, todo para tomarlo con la guardia baja y apuñalarlo por la espalda.

¡Literalmente lo apuñalaron por la espalda!

De hecho lo apuñalaron en más de 20 ocaciones y lo dejaron desangrándose en el suelo mientras trataban de hacerce con su territorio el cual estaba apunto de perder su protección de 10 días.

Daniel aún no sabía como había tomado posesión de este cuerpo, ni el como este cuerpo también sobrevivió a tal suceso. Lo que tenía que hacer ahora era proteger su territorio del ataque de los traidores.

Aunque podía vivir sin su territorio y convertirse en un aventurero, pero todos sabían que un Lord era mucho más poderoso que un aventurero en su misma escala de poder.

Eso le hizo recordad algo que no había acabado de comprender.

¡¡Había transmigrado en el mundo de una novela!!

La transmigración ya era de por sí increíble, pero el hecho de hacerlo en una historia puramente ficticia lo hacía aún más fantasioso.

¡Lord supremo!

Era el nombre de aquella novela medianamente popular donde al cumplir los 18 años ciertas personas eran elegidas para adentrarse en un mundo que era conocido como origen expanse al despertar sus runas de guerra.

Se dice que todas las razas inteligentes del universo pueden ingresar en el origen expanse, lo que significa que todo el universo está conectado a través de él origen expanse.

Un lugar que permite a los humanos superar sus límites naturales y volverse más fuertes.

"¡¡Mi señor!!" Instó el viejo hombre al verlo pensativo.

"Calmate." Respondió Daniel un poco molesto. "¿Nunca has escuchado el dicho que dice: de la prisa solo queda el cansancio?"

El viejo se quedó mirando sin comprender pero a Daniel no podía importarle menos.

Basándose en los recuerdos de ayax, Daniel cerró los ojos y entró en su conciencia. La luz blanca en lo más profundo de su ser brillaba intensamente.

4 símbolos se manifestaron dentro de la intensa luz, esos eran sus rasgos del alma.

Los rasgos del alma eran los superpoderes que manifestaron todos al ingresar en el origen expanse.

Lo normal era manifestar un rasgo del alma que pueden ser más o menos poderosos dependiendo de sus estrellas.

Tener más de un rasgo del alma era increíblemente difícil. Tanto así que hasta donde Daniel había leído solo Michael, el protagonista tenía múltiples rasgos del alma.

El y las personas que ayudó.

Ayax vermont sólo contaba con un rasgo de dos estrellas que era el símbolo de un lobo, por eso fue una sorpresa para él ver otros tres símbolos.

El segundo símbolo era la sombra de un hombre con una estrella encima suyo. El tercer símbolo era un círculo blanco con el contorno de media estrella.

El último símbolo era una barra de carga también con una estrella.

Al observar los cuatros símbolos, la información de cómo utilizarlos y cuáles eran sus funciones se transmitió a su cabeza.

¿Es en serio?

Se transmigro dentro de una novela, con los poderes de los protagonistas de otras tres novelas que había leído con anterioridad.

La idea de tener los poderes de tres protagonistas diferentes hizo que una mueca en un intento de sonrisa se dibujara en su rostro.