webnovel

La Reina de los Mercenarios

Samantha se embarcá en un intenso viaje buscando su lugar en el mundo sin saber que se ha vuelto un peón para otros. Una mujer que se alzara a la grandeza, pero también oculta un secreto. …. Mientras Sam caminaba por la calle, vio como un destello robo su visión, lo siguiente que supo es que una diosa le ofrece un trato. Puedes reencarnar o morir. Sin otra opción Sam elige reencarnar, pero no esperaba que su cuerpo cambiara y fuera en una mujer, peor aún, ni siquiera es humana. Siendo lanzado a un país en guerra, vive la aventura de Sam desde una esclava, hasta una Reina. Nota. La imagen de portada no me pertenece, puedo retirarla si el autor lo desea, uno de los personajes, esta basado en el del autor de Death March.

Likan · Fantasy
Not enough ratings
96 Chs

Capitulo 33 - Arcadia

Cuando los primeros rayos de luz tocaron las murallas, las puertas de la ciudad se abrían de nuevo permitiendo el paso a la capital del Reino.

La magnífica ciudad de Arcadia, hogar del mayor Templo de la diosa Athena y cuna del conocimiento o al menos eso fue lo que les gusto creer, lo cierto es que si bien la ciudad era grande y hermosa, no tuvieron el mayor templo de Athena, así como no fueron la cuna del conocimiento.

No obstante era la ciudad de mayor escala en toda la región, cabe mencionar que hubo un detalle que volvió esta ciudad inolvidable para los que la visitaban por primera vez y eso era su apariencia.

Casas, calles, edificios y otras estructuras fueron construidas de forma ordenada, planificado minuciosamente en cuatro distritos rodeando el castillo principal, estos estaban alineados como una cuadrícula, esto por sí mismo era una verdadera maravilla arquitectónica, pero aún más sorprendente fue que todas las calles, estructuras e incluso las murallas estaban pintadas de con patrones blanco y azul.

Una verdadera ciudad de ensueño, o por lo menos estos fueron los pensamientos de Samantha cuando observo las calles de la ciudad por primera vez, así las tres mujeres entraron por su cuenta a la ciudad bajo la vigilancia de los guardias mientras sus acompañantes volvieron a la zona de descanso para unirse a la incursión.

Por sus palabras. - "Solo decidimos dormir en un lugar diferente, aún debemos unirnos a la misión."

"Bueno, sea lo que sea que les pase... yo les he advertido." - Samantha comento mientras lanzaba una última mirada en dirección al grupo de estudiantes, después de todo a pesar de la distancia aún pudo sentir una ligera inquietud cada vez que pensaba en aquellos monumentos.

Aunque tuvieron que pagar una tarifa al ingresar a la ciudad, no fue un gran problema y siguiendo las instrucciones de Sandra se dirigieron a su futuro alojamiento en uno de los cuatro distritos de la ciudad.

Los cuatro distritos se dividían por sus posiciones geográficas, siendo norte, sur, este y oeste, de la misma forma fueron hechos de tal forma que según el distrito terminaras interactuando con diversos tipos de personas o clase social, un ejemplo de esto fueron los distritos este y oeste, siendo el distrito del este de clase alta, donde se pudieron encontrar instalaciones como el gremio de comerciantes, la casa de subastas, gremio de alquimistas, el área dedicada a la residencia de los Nobles, entre otras.

Justo al otro lado de la ciudad en el distrito oeste, se encontraba el distrito del pueblo, la cual era la forma que le gustaba a los habitantes usar, ya que es donde la mayor parte de la población residía, con instalaciones importantes como el gremio de mercenarios, el orfanato, algunas posadas y sin olvidar el mercado más grande de toda la ciudad.

En cambio estaban los dos últimos distritos, siendo el distrito sur considerado como el distrito del comercio, en el cual se encontraba la mayor parte de los comercios y talleres de la ciudad, siendo un área en la que uno pudo encontrar negocios y tiendas de todo tipo, mismo lugar donde estaba el gremio de Aventureros.

Para terminar en el norte estaba la parte más icónica de la ciudad, el Templo de Athena y la gran academia del reino, lo que volvió el distrito en una zona para el conocimiento y las artes arcanas, aunque se pudo considerar como el objetivo final de Samantha, en este momento ella se dirigía al oeste donde esperaba llegar a la que era su residencia temporal.

Fue un poco complicado encontrar el lugar específico, ye tener que estar pidiendo indicaciones sobre un lugar desconocido fue una ardua tarea, pero consiguieron lograrlo al pasar unas horas.

Esta era una pequeña residencia ubicada cerca de las murallas de la ciudad, la cual les fue prestada por la maestra del gremio de mercenarios Grace, aunque no tiene una gran influencia en la capital, por que su sede se encuentra en la fortaleza Withe Steel.

No obstante como ayuda les permitió usar su casa temporalmente, la cual sorprendentemente es de un tamaño bastante grande en comparación con otras residencias de la zona, ya que la planta baja tuvo un mostrador al frente lo cual bien pudo ser una tienda, mientras que la parte trasera de la casa era un espacio abierto para un taller, esto le recordó a Samantha la distribución de la casa de Trish.

El piso medio tiene 3 habitaciones las cuales son una cocina, un comedor y un almacén, mientras que el piso superior contenía 3 habitaciones para dormir.

"Mmm descarguemos nuestro equipo y descansemos el resto del día... mañana comenzaremos nuestras tareas." - Sin un descanso adecuado, quedándose a la intemperie y sin oportunidad de relajarse la tensión se acumuló tanto en sus cuerpos como en sus mentes, así que al llegar a su destino, cuando sus cuerpos comenzaron a relajarse era natural que la fatiga abrumara a las 3 mujeres.

Descargando sus posesiones más importantes, ni siquiera se molestaron en guardar el carruaje y solo amarraron el caballo dentro de la propiedad, sus objetos fueron dejados descuidadamente en el espacio principal de la planta baja cuando decidieron posponer todo y subieron al tercer piso tumbándose en la primera habitación.

Las tres mujeres cerraron sus ojos cuando sus cuerpos cayeron sobre la cama doble, ni siquiera se molestaron en buscar otra habitación o arreglar sus atuendos, en cambio solo permitieron que sus conciencias fueran cobradas por la oscuridad cayendo en un profundo sueño.

En este mismo momento un grupo de jóvenes se apresuró a las puertas de la ciudad en un estado desordenado, sus cuerpos se veían agotados y estaban completamente pálidos como si acabaran de presenciar algo totalmente aterrador, sin embargo lo más destacable del grupo fue el uniforme que portaban con patrones azules y blancos, identificándolos como estudiantes de la academia.

Las tres mujeres no esperaban que los jóvenes de quienes se separaron horas antes, hubieran regresado en tal estado, y menos aún se enteraron de que esa misma tarde se dio una orden de búsqueda contra ellas por la desaparición de todo el contingente apostado en el área de descanso cerca de la ciudad.

Si bien las autoridades eran consientes de que era imposible que las tres mujeres fueran culpables, lo cierto es que no tuvieron ninguna pista por donde empezar, por lo menos hasta que el equipo de investigación enviado al lugar no volviera.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Después de una muy larga siesta, las mujeres se despertaron para comer antes de volver a descansar a su habitación, así todo el primer día en la nueva ciudad termino pasando.

A la mañana siguiente tuvieron un desayuno ligero, luego de lo cual Samantha dejo a sus compañeras a cargo de acomodar sus pertenencias y limpiar la casa, ella por su parte salió y se dispuso a llevar el caballo junto con la carreta a los establos en la entrada de la ciudad, un punto importante es que en la ciudad hubo cuatro entradas, una por distrito y aunque las mujeres llegaron por la puerta sur, el destino de la joven fue en la puerta oeste.

Cuando termino su entrega pudo notar que los guardias la miraban mientras susurraban de vez en cuando, por lo que para evitar problemas se retiró rápidamente, todo con el objetivo de llegar a su próximo destino el cual era el templo de la ciudad en el distrito norte.

Durante su viaje al distrito norte fue testigo de las actividades cotidianas de la ciudad, sin embargo en el ambiente hubo algunos rastros de tensión mezclados de vez en cuando, como si algo hubiera agitado a la población.

Aun así Samantha lo paso por alto mientras apresuraba su paso rumbo al distrito norte, al final tuvo que hacer muchas preguntas y pidió direcciones en más de una ocasión, así que luego de tres horas de caminata por fin llego al Templo de Athena.

"Bienvenida al templo de Athena, ¿hay algo en lo que podamos ayudarla?" - Pregunto amablemente una aprendiz en la entrada del templo mientras evaluaba a Samantha con la mirada por un momento.

"Sí... me encargaron que entregara esta carta de presentación a la Sacerdotisa principal." - explico mientras retiraba de su ropa una pequeña carta, la aprendiz mostró sorpresa un instante antes de tomar la carta y ver el contenido en el sobre junto con el sello, luego de ello se disculpó con Samantha mientras desaparecía dentro de los pasillos del majestuoso lugar.

Fue entonces que la joven comenzó a examinar atentamente el lugar.

"Impresionante, seguro son más de 20 metros..." - intentando medir la altura de la estatua de Athena se sintió verdaderamente impresionada mientras observaba la representación de la diosa de la sabiduría en medio de la Sala principal, a su alrededor todo eran solo paredes y muros blancos, aparte de la infinidad de columnas repartidas por todo el lugar.

El recuerdo de una película animada sobre un héroe griego le vino a la mente por un momento viendo lo absurda de la construcción, no obstante recordó que en su mundo en una montaña probablemente hubo una estatua de un tamaño absurdo, así que no era impensable verla.

Lo que provocaba un poco de curiosidad y temor era el extraño sentimiento que le daba la estatua, como si no fuera un objeto inanimado y en cambio tuviera vida, el mismo sentimiento que tuvieron los protagonistas de películas de terror cuando sintieron que los ojos de las pinturas los estaban siguiendo.

Pero al mismo tiempo sintió un extraño tirón en su cuerpo que la impulso adelante, como si le susurrara al oído que se acercara más a la estatua.

"Es magnífica ¿verdad?" - una voz interrumpió los pensamientos de la joven, así que por inercia volteo al origen de la perturbación y termino encontrando a un hombre de mediana edad con una sonrisa gentil en su rostro, este hombre sostenía en sus manos la pequeña carta de Samantha.

"Disculpe ¿usted es?" - Samantha experimento un extraño sentimiento de cercanía con el hombre de mediana edad por lo que dio un paso atrás con un poco de cautela, además una de las cosas que aprendió de Sandra es que aparte de algunos templos un poco especiales, la mayoría de ellos tuvieron a mujeres como líderes por diversas razones.

Mas aun si se consideraba que Athena era una mujer que no permitía que se emplearan hombres en sus templos.

"Jajaja, lamento haberla asustado... yo soy el Sacerdote Marx y estoy a cargo del Templo en lo que regresa la Sacerdotisa Casandra." - el hombre explico tranquilamente y esto ayudo a la joven a comprender un poco la identidad del hombre, pero lo cierto es que no explicaba su presencia en un templo dedicado a Athena y menos aún la extraña sensación que provocaba en la joven, la misma sensación de estar junto a un familiar que conociste durante años.

"Está bien... si no se encuentra la sacerdotisa no los seguiré incomodando, volveré en otro momento." - Samantha se excusó ante el hombre y dio media vuelta dispuesta a volver con sus compañeras, entonces un repentino pensamiento cruzo por su mente cuando se detuvo en seco y estiro ligeramente su mano al hombre. - "Disculpe, ¿Podría devolverme la carta que me fue encomendada?, se la entregare yo misma a la Sacerdotisa cuando tenga oportunidad de conocerla."

"Muy bien jovencita, creo que es algo que te corresponde hacer." - el hombre acepto tranquilamente sin mostrar ningún cambio en su expresión cuando entrego la carta de nuevo a Samantha, no obstante, cuando la joven salió de las inmediaciones del templo el rostro del hombre se oscureció rápidamente.

Samantha por su parte dudo un momento sobre su próximo destino y entonces el recuerdo de la familia que la salvo paso por su memoria, entonces busco el pequeño papel en el cual escribió la información de contacto que le dieron antes de irse de la ciudad.

Una vez la encontró se sorprendió ligeramente al descubrir que la dirección marcada estaba en el distrito del Este, lo que significaba ir a la zona de la clase alta.

Aunque sintió dudas al respecto decidió dirigirse a la ubicación marcada para encontrarse con ellos, aunque le quedo claro que el viaje en sí mismo sería bastante largo y probablemente para cuando pudiera regresar a casa el sol estaría ocultándose.

El camino al distrito del este fue muy simple, el problema fue que una vez ingreso al distrito las miradas llovieron sobre ella, y peor aún fue que las pocas personas que estuvieron dispuestas a darle indicaciones lo hicieron con saña buscando burlarse de ella.

"Sigh... maldita clase privilegiada... no les cuesta nada darme indicaciones para una sola dirección." - La ira se acumulaba poco a poco dentro de ella, pero aun así persistió hasta que después de más de una hora de búsqueda logro llegar a su destino, esta era una enorme propiedad lujosa que parecía un cuartel militar a simple vista, y sobre la entrada principal estaba escrito [Cuartel de la Guardia Real].

"Va a ser más difícil de lo que pensé." - exclamo Samantha observando la estricta seguridad en la entrada del enorme complejo militar frente a ella.

Aun así, después de llegar tan lejos no pudo dar vuelta atrás, así que respirando profundamente decidió ingresar en las instalaciones militares bajo la atenta mirada de los guardias apostados en cada parte del lugar.

Curiosamente Samantha no se enteró que accidentalmente entro en dos de las organizaciones que emitieron la orden de búsqueda el día anterior, y extrañamente a pesar de haber deambulado por ambos lugares fue hasta mucho más tarde que se dieron cuenta del error que cometieron al no darse cuenta de su presencia.

Demasiado tarde.