Tratamiento del frío, mi culpa

Después de que ayudé a William a vendar sus heridas, alguien llamó a la puerta.

—Toc toc.

—Princesa, la cena está lista. —La voz de Tricia se escuchó desde el otro lado.

—Está bien, gracias. —Yo respondí.

—Ve a comer. Puedo ponerme medicina en mis otras heridas. —William sonrió.

—Mmm, está bien. —Asentí en acuerdo.

Me levanté y caminé hacia la puerta. Cuando la abrí, Tricia estaba de pie enfrente. Cerré suavemente la puerta detrás de mí.

—Tricia, trae la cena de Will y sírvesela aquí en su habitación. Me temo que si se mueve mucho, sus heridas podrían sangrar de nuevo. —Ordené.

—Entiendo. —Tricia inclinó la cabeza—. Oh princesa, el príncipe Regaleon llegó hace un rato. Te está esperando en el comedor.

—¿León está aquí? —Sonreí brillantemente y troté hacia el comedor.

—El príncipe te estaba buscando, así que dije que estabas atendiendo las heridas del señor William. —Tricia dijo mientras caminaba apresuradamente.