—Hay un brillo en tu piel y cada vez que miro directamente a tu rostro, te sonrojas —dijo Mill con una sonrisa en sus labios.
—¡No es cierto! —dijo Mauve con firmeza, su voz tensa.
—Sí lo haces —dijo Mill e inclinó para estar a la altura de los ojos de Mauve.
Mauve inmediatamente se apartó de ella, sus mejillas rojas como un tomate. Si no supiera lo que había sucedido, Mill no podría pensar en un indicador más obvio. Bueno, eso aparte de la marca roja en su cuello.
—¡Mira! —dijo Mill con una risa.
—No hay nada que ver —dijo Mauve, sus ojos pegados a la pared.
Ella intentaba poner a Mauve cómoda pero podía ver que solo la estaba avergonzando más. Se levantó y continuó cepillándose el cabello.
Era bueno que hubiera pensado en guardar el resto de las marcas de amor para sí misma. No era común, pero esta fue la primera vez que habían y tan notorias como esta.
—¿Le preguntaste sobre la posibilidad de irte? —preguntó intentando cambiar de tema.
Support your favorite authors and translators in webnovel.com