Extra 16: Puerta (14)

"Ya veo" - murmuró Kurama con el ceño fruncido - "Supongo que Zorzal es más errático de lo que pensábamos, yo tenía presupuestado que él realizaría su movimiento unos pocos días antes de que el maná se estabilizara, pero tal parece que la presión es demasiado para él"

"¿Cuáles son sus órdenes, Kurama-sama?" - preguntó Delilah, quien había sido llamada luego de que Mizari le contara el objetivo de su regreso.

"Quiero que tomes a tus mejores subordinados y que vigiles lo que sucede desde la distancia" - respondió Kurama con el ceño fruncido - "No sabemos qué es lo que aparecerá en ese lugar, pero no podemos dejar que ese peligro potencial, caiga en las manos de ese idiota, no porque puede ser letal para nosotros, sino porque podría lastimar a nuestros súbditos"

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Delilah antes de asentir - "¿Permiso para poder moverme y atacar de ser necesario?"

"Permiso concedido, aunque quiero que tu seguridad sea la máxima prioridad" - respondió Kurama con seriedad.

"¡Ok!" - asintió Delilah antes de retirarse.

"Has hecho un buen trabajo, Mizari" - dijo Kurama al ver que solo quedaba la hermosa mujer de cabello rubio.

La ex prostituta se sonrojó ante el alago mientras desviaba la mirada - "G-Gracias por sus amables palabras"

"No es amabilidad, es la simple verdad, dime, ¿Qué es lo que deseas?" - preguntó Kurama con simpleza - "Puedo darte lo que quieras, solo tienes que pedirlo"

"No quiero nada por el momento" - respondió Mizari con el rostro ligeramente rojo.

"Hmm, ok, aunque quiero que recuerdes que todavía tienes esta recompensa, cuando quieras decirme qué es lo que deseas, simplemente tienes que venir a verme" - respondió Kurama mientras cerraba los ojos.

Mizari asintió y se retiró, pero no sin antes darle una última mirada al hombre de cabello blanco.

"¿Qué mierda me pasa?" - murmuró Mizari con el ceño fruncido - "Yo soy mucho más osada y valiente que esto, ¿A caso recuperar mi pureza me volvió una niña de nuevo?"

* * * * *

Yao lentamente entró por los enormes portones negros de la iglesia de Hardy, observando todo lo que había alrededor con emoción porque esta era la iglesia de su diosa más hermosa que ella hubiera visto en su vida.

"Hija de Hardy, es un placer ver a alguien de tu raza en este hermoso lugar" - dijo el sumo sacerdote de la iglesia mientras miraba como Yao miraba el lugar como una niña que acababa de entrar a una tienda de juguetes.

"¡Mi señor!" - exclamó Yao mientras se arrodillaba frente al sumo sacerdote.

"Por favor, levántate, solo puedes arrodillarte frente a un dios, no ante un mortal" - respondió el sumo sacerdote con una pequeña sonrisa.

Yao estaba sorprendida por la humildad de este clérigo, después de todo, no importaba la religión, todos los altos mandos de las diferentes iglesias, tenían una personalidad horrible por el enorme poder que poseían.

"Nuestra diosa me dijo que vendrías y sobre tu objetivo" - dijo el sumo sacerdote mientras miraba a Yao - "Y como has deducido, ella quiere que tu pueblo venga a esta ciudad"

"¿Por qué?" - preguntó Yao, esa era la pregunta que la había estado confundiendo desde que había hablado con Lelei y descubierto la posible verdad.

"Puede que no lo sientas, pero esta ciudad posee una enorme concentración de poder espiritual, gracias a Kurama-sama, es por eso que los dioses han decidido ignorar sus peleas pasadas y vivir en "armonía", aunque esto es solo sobre la mesa" - respondió el sumo sacerdote mientras cerraba los ojos - "Bajo la mesa, todos los dioses buscan expandir sus dominios a otras razas, y este lugar es perfecto para ello"

"¿Se refiere a la ley de libertad de religión?" - preguntó Yao con sorpresa.

"Exacto, con esta ley vigente, los creyentes pueden adorar a otros dioses sin miedo a ser castigados, o incluso pueden adorar a más de un dios" - respondió el sumo sacerdote - "Esto hace que el poder de nuestros dioses aumente ligeramente, pero no es suficiente, es por eso que los dioses han estado tratando que sus tribus vengan a este lugar para aumentar su influencia"

"Ya veo" - murmuró Yao mientras asentía - "¿Pero por qué me dice esto? ¿No sería mejor que simplemente me dijera que Hardy-sama nos ordenó que viniéramos?"

"Sí, eso sería mucho más fácil, pero si los engañara y luego descubrieran la verdad, solo haría que ustedes, unos leales devotos de Hardy-sama, se alejen de ella" - respondió el sumo sacerdote mientras cerraba los ojos - "Y si ustedes se alejan, los miembros de su raza que vengan a esta ciudad, o las futuras generaciones, podrían alejarse de Hardy-sama"

"Entiendo" - asintió Yao con seriedad - "Prometo que les informaré a mi raza sobre esto, y vendremos de inmediato para apoyar a Hardy-sama con todo nuestro corazón"

"Hardy-sama está feliz por tus palabras, es por eso que ha decidido darte su bendición" - respondió el sumo sacerdote mientras levantaba su bastón y lo ponía en la frente de la mujer.

Yao sintió como un nuevo flujo de energía invadía su interior antes de soltar un pequeño y casi imperceptible gemido.

El sumo sacerdote levantó una ceja antes de negar con la cabeza - "Ahora si me disculpas, tengo algunas cosas que hacer, y una reunión con los sacerdotes de las demás iglesias, hoy es noche de shogi"

"¿S-Shogi?" - preguntó Yao con dificultad.

"Oh, es un juego que nos enseñó Kurama-sama, es uno donde brilla el intelecto y la estrategia" - respondió el sumo sacerdote mientras soltaba una pequeña carcajada - "Oh, ya quiero ver como ese bastardo de la iglesia de Emroy se retuerce ante mi intelecto"

Yao se quedó en silencio mientras veía como el sumo sacerdote se retiraba. Ella estaba a punto de levantarse, cuando escuchó el sonido de la voz de una mujer en su oído.

"Ve donde Kurama-dono, es posible que encuentres los que buscas allí"

Yao abrió los ojos, sorprendida por esto mientras miraba alrededor. Ella estaba confundida porque esa voz se sentía familiar, como si ella la conociera desde hace muchos años.

Ella rápidamente sacudió la cabeza antes de caminar hacia un policía cercano y preguntarle si había alguna forma de contactar con Kurama.

El guardia se quedó en silencio antes de caminar donde su compañero y decirle lo que había escuchado.

Su compañero miró a Yao, para luego caminar hacia el interior de su cabina.

Yao estaba un poco asustada porque con su mala suerte, no le sorprendería que los guardias la arrestaran por un motivo desconocido, aunque para su sorpresa, cinco minutos después, el guardia regresó, diciéndole que Kurama la recibiría.

Ella estaba sorprendida porque no se esperaba que todo terminara tan rápido, no con su mala suerte.

"Tyuule-sama me acaba de informar que Kurama-sama te estaba esperando" - respondió el guardia, sorprendiendo aún más a la mujer de cabello plateado.

"¿Me esperaba?" - repitió Yao, confundida y sorprendida porque esto era extraño porque era segunda vez que sucedía en menos de 30 minutos.

"No preguntes, los dioses son mucho más misteriosos de lo que pensamos" - respondió el guardia mientras se encogía de hombros.

* * * * *

"Ella vino más rápido de lo que pensaba, supongo que Hardy intervino" - murmuró Kurama mientras abría ligeramente los ojos, aunque podía jurar como escuchaba el sonido de una risa femenina en su oído.

"Es posible" - respondió Tyuule con calma mientras cerraba los ojos - "Los dioses son caprichosos y erráticos, ellos pueden hacer lo que quieran, sin miedo a represalias"

"Tienes razón" - asintió Kurama con calma mientras se ponía a pensar - "En fin, creo que es tiempo de que conozcamos a nuestra invitada"

"¿Ya está aquí?" - preguntó Tyuule con sorpresa - "Ok, ella es rápida, o está emocionada por conocerte"

"Ni idea" - respondió Kurama mientras se encogía de hombros.

Tyuule rápidamente caminó hacia la entrada y la abrió, solo para ver a una hermosa mujer de piel morena, cabello plateado, labios pintados de color morado, y un cuerpo bastante bien proporcionado, unos pechos grandes, cintura delgada y caderas listas para dar a luz.

"Uh" - murmuró Yao con el rostro rojo porque era obvio que ella había estado tratando escuchar lo que sucedía dentro de la oficina de Kurama, por simple curiosidad.

"Hola, por favor entra" - dijo Tyuule mientras levantaba una ceja.

"Lo siento" - murmuró Yao mientras se arreglaba la ropa y caminaba hacia donde estaba el trono, solo para congelarse al ver al más apuesto hombre que ella hubiera visto en su vida, y había que tomar en cuenta que los elfos, no importaba la etnia, eran apuestos por naturaleza - "Uh"

"Es un placer verte, supongo que tu diosa te guio a mí" - dijo Kurama con una pequeña sonrisa - "Mi nombre es Kurama, y soy el dios de esta ciudad"

"Es un honor estar delante de su presencia, Kurama-sama, mi nombre es Yao Haa Dushi, hija del líder del clan de elfos oscuros de las montañas del sur" - respondió Yao mientras se arrodillaba frente a Kurama con una expresión seria - "Hardy-sama me comunicó que viniera a verlo porque usted tendría las respuestas a mis dudas"

"¿Ho ~?" - Kurama levantó una ceja en sorpresa cuando escuchó esto porque no era algo que esperaba escuchar - "¿Qué dudas?"