Naruto abrió los ojos, para ver sus primeras imágenes en este nuevo mundo y se sorprendió al notar lo diferente que se sentía.
"Este lugar es tan puro" - pensó Naruto mientras observaba curiosamente todo a su alrededor.
El recordaba que en la historia original sus padres se sacrificaron para sellar a Kurama en su interior, pero nada de eso importaba sabiendo que todo cambio con los sucesos que sucedieron.
Naruto intentó moverse para poder observar mejor el lugar donde estaba, pero no pudo porque estaba cubierto con algo que le impedía hacerlo.
"¿Que sucede?" - se preguntaba a si mismo - "¿Por que no hay nadie en los alrededores revisando mi estado?"
Él no sabia que mientras las tres almas se fusionaban, su madre y su "padre" lo dejaron ahí solo.
Esto se debía a que Minato al notar la nueva apariencia de su primogénito, pensaba que el Kyubi se había apoderado de él y quería matarlo para poder vengar a su hijo, pero Kushina no podía ver como su esposo intentaba atacar a su bebé.
Ella sabia que algo había cambiado a su hijo, pero a pesar de todo, ella sentía que seguía siendo su hijo Naruto y no el zorro demonio.
Naruto estaba sumido en sus pensamientos hasta que sintió como alguien entraba al lugar.
Ella era una enfermera, una que cualquier persona podría decir a ciencia cierta que no venía a nada bueno. Esto se notaba en su mirada fría llena de odio, una mirada que presagiaba solo sufrimiento para el recién nacido.
"¡Todo es tu culpa zorro demonio!" - gritó la enfermera mientras se acercaba al infante - "Si no fuera por ti... ¡No estaría sufriendo de esta manera! Si no fuera por ti... ¡Tendría a mi esposo o a mi padre!"
La enfermera le estaba dando una mirada cada vez más salvaje y desquiciada, al punto que Naruto estaba a sentir miedo al ver esos ojos llenos de locura y deseo de venganza.
"Puede que hayas sido el hijo de Yondaime-sama, pero todos sabemos que él ya no existe...todo gracias a que lo devoraste para poder vivir..." - la enfermera había llegado a la cama del pequeño Uzumaki y acarició su mejilla, solo para darle un pequeño rasguño - "Tan pequeño... tan frágil... y a la vez tan lleno de maldad y odio..."
Bebé Naruto solo pudo llorar por el dolor.
"Tranquila Midori" - se decía a si misma la enfermera ahora llamada Midori - "Podemos hacerlo sufrir lentamente por todo el daño y las vidas que destruyó"
Naruto estaba tan asustado que su pañal necesitaba a lo menos 10 cambios.
"¡¿Soy el protagonista no??!" - gritó en sus pensamientos el joven Uzumaki - "¡Debería sobrevivir de alguna manera!¡Plot Armor, Aura de Protagonista o alguna otra cosa!"
"Bueno.. mejor termino con esto rápido" - dijo Midori con frialdad - "Porque si no lo hago ahora, no podré hacerlo después..."
"Según escuché, Kushina-sama no quiere ver morir a este engendro" - murmuró la enfermera - "Ella aun piensa que esta cosa es su hijo..."
Naruto seguía sin comprender porque estaba sucediendo todo esto.
"Pobre mujer" - suspiró Midori - "Dar a luz a su hijo, solo para perderlo casi al mismo tiempo"
Las palabras de la enfermera hacían eco dentro del recién nacido - "¡¿Por que esta loca dice que mis padres perdieron a su hijo?!"
"El lado positivo de todo esto, es que Yondaime-sama me dio permiso para poder vengarme de ti~" - sonrió la enfermera - "Si no fuera por Minato-sama, no podría haber entrado a este lugar tan fácilmente"
Naruto estaba en shock por decir poco, él no podía creer las palabras de Midori.
Su padre... ¡Su padre quería matarlo!
"¡¿Como paso esto?!" - pensaba el joven Naruto - "¡¿No que en la obra original Minato amaba a Naruto al punto de dejar un fragmento de su alma en el sello para poder protegerlo en caso de que el Kyubi escapara?!¡¿Como es que ahora él me quiere matar?!"
"Bueno Demon Fox Bye Bye" - dijo la enfermera mientras hacía un Bisturí de Chakra, pero antes de que pudiera continuar, una gran sed de sangre invadió la habitación.
"¡¿SE PUEDE SABER QUE MIERDA TRATABAS DE HACERLE A MI SOSHI, PERRA?!" - Kushina no podía creer que mientras ella discutía con su esposo, esta... mujer... estaba intentando matar a su bebé.
Kushina estaba furiosa por decir poco y ahora estaba a punto de demostrar el motivo porque se gano el apodo de Habanera Sangrienta.
"¡¿Ku..Ku...Kushina-sama?!" - gritó con temor la enfermera - "¡¿Que hace usted aquí?!¡¿No debía estar con Yondaime-sama discutiendo que hacer con el eng... digo bebé?"
"Sentía que algo raro estaba pasando así que vine corriendo para asegurarme de que mi bebé esté bien y mira que me encuentro..." - la ira de Kushina estaba hirbiendo a más no poder - "Pero bueno... ¿podrías decirme que te dio el valor para intentar asesinar a mi pequeño?"
La enfermera en estos momentos. estaba tan blanca como el Sannin Renegado.
"Estoy segura de que hay alguien detrás de todo esto" - continuó la pelirroja con una mirada entrecerrada.
"N-No se de que esta hablando Kushina-sama" - respondió Midori - "Todo esto lo hice por mi decisión propia"
La mirada de Kushina se entrecerró aún más cuando escuchó esto.
"E-El Kyubi mato a mi esposo y mi padre" - continuó la enfermera - "Y yo quería venganza"
"Hmm, ya veo..." - respondió Kushina con una mirada fría - "Entonces no habrá ningún problema si te llevo al departamento de investigación y tortura"
"¡K-K-Kushina-sama!¡E-eso no es necesario!" - gritó Midori mientras su rostro se volvía cada vez más blanco - "¡Ya le dije que es un motivo personal!"
Midori intento de todas las maneras que pudo decirle que no había nadie detrás de sus acciones pero Kushina hacia oídos sordos a cada palabra que ella decía.
A Kushina no parecía importarle realmente quien fuera la persona responsable, porque ella lo castigaría sin importar quien fuera.
Lentamente Kushina caminó hacia donde estaba la paralizada enfermera, pero antes de que pudiera continuar, una voz la detuvo.
"¡Ya basta Kushi-chan!" - dijo Minato desde el pasillo - "¡Es obvio que solo quieres desquitarte con la pobre enfermera!¡Entiende que ella también perdió a sus seres queridos!"
"¡¿Estas loco Minato?!" - gritó con furia Kushina - "¡Ella intento matar a mi Sochi... a tu Hi...!"
Pero ella no alcanzo a terminar porque escuchó las frías palabras de Minato - "¡ESO NO ES MI HIJO!"
Kushina no podía creer lo que escuchaba, Minato, su esposo y el amor de su vida, dijo unas palabras que la hirieron mas que la misma extracción del Bijuu.
"¡¿COMO PUEDES DECIR ESO?!" - le grito Kushina a Minato con lagrimas en los ojos - "¡Tú fuiste quien dijo 'sellemos al Kyubi en Naruto, así salvaremos a la aldea'!¡¿Como puedes decirle eso a Naruto, tu propio hijo?!"
"!YA TE DIJE QUE ESO NO ES MI HIJO, ES IMPOSIBLE QUE ESO SEA DESCENDENCIA MÍA!" - Minato le respondió con un tono firme.
Kushina solo podía sentir como su mundo se caía en pedazos.
Ella no sabía que hacer.
Su esposo lo dijo con un tono que no dejaba duda que era su última palabra.
"Si eso es lo que piensas Minato, no, Namikaze-sama.. entonces no me queda nada más que hacer, que tomar a mi hijo y volver a Uzushiogakure" - sin nada mas que decir Kushina tomó a Naruto y se dirigió a la puerta con una expresión neutral, pero si miraran detenidamente, notarían que ella estaba conteniendo las lágrimas.
"¡¿Kushi-chan?!¡¿Estas diciendo que vas a ponerte del lado de ese demonio y no de mi, tu propio esposo?!" - gritó Minato con una cara de incredulidad que rápidamente se transformó en furia.
Él sentía que el demonio estaba usando una especie de Genjutsu sobre su esposa.
Kushina caminó sin mirar atrás mientras las lágrimas empezaban a correr por sus mejillas.
Ella escuchó como Minato le gritaba, pero continuó caminando no solo por ella, sino también por su bebé.
Naruto no sabía como reaccionar.
Él no entendía como paso todo esto, bueno, al menos hasta que vio su reflejo mientras era cargado por su madre.
Su cabello había pasado de del rubio que él conocía, a un color naranja rojizo tal como el pelaje de Kurama. Sus ojos eran de colores diferentes, siendo uno azul como el cielo y otro rojo como la sangre. Los bigotes en sus mejillas habían desaparecido, pero ahora tenia dos orejas de zorro en la parte superior de su cabeza y una pequeña cola esponjosa en su retaguardia.
Naruto no comprendía como se le habían pasado por alto estos detalles, pero ahora todo estaba claro.
Él comprendía que su nueva apariencia era la causante de este mal entendido y comprendía la postura de Minato, pero eso no significaba que el perdonara al rubio. de hecho era todo lo contrario. Él le guardaba rencor a Minato, pero no por él, sino por su madre.
Naruto podía ver como la pelirroja caminaba con pasos pesados, como las lágrimas no paraban de correr, como ella hacía todo lo posible por no parar y gritar todo su dolor.
"Lo siento..." - pensó el infante - "Lamento que por mi culpa pasaras por todo esto... pero prometo protegerte para que nunca más llores... Kaasan..."
Al salir del hospital, Kushina se dirigió directamente a su hogar, su próximamente antiguo hogar, para poder obtener lo necesario para su viaje.
"Tranquilo mi pequeño Naruto" - decía Kushina con una voz maternal - "Nunca te dejare solo"
Ella rápidamente tomo una carpa de campaña, utensilios para cocinar, ropa y suministros necesarios para el viaje, los guardó en su sello de almacenamiento y salió de la casa.
Kushina estaba consciente de los peligros para poder llegar a su destino, pero ella no podía dejar que Naruto se criara en Konoha.
En su forma actual, todos se lanzarían a matar al pobre infante y ella no soportaría verlo lastimado.
"Vamos Sochi, tenemos un viaje largo hacia Uzushiogakure" - dijo Kushina suavemente - "Será un viaje un tanto difícil pero estaremos a salvo allí"
Como Naruto aun no podía hablar, hizo lo único que podría para alegrar a su madre, le dio una pequeña sonrisa que alegró ligeramente a la triste madre.
"Gracias pequeño" - sonrió Kushina mientras le daba un beso en la frente.
Luego de salir de la casa, Kushi fue directamente a despedirse de su vieja amiga Mikoto, sus discípulas Kurenai y Yugao. Ella les dijo que algún día volvería a la aldea.
Kushina no mentiría, ella estaba triste por separarse de ellas, pero sabia que si se quedaba en Konoha, todo seria mucho peor.
Mientras caminaba hacia la salida de Konoha, vio a una joven de ojos castaño claro, cabello morado tomado en una cola de caballo.
Ella estaba sola mientras era acosada por una multitud.
Kushina la reconoció de inmediato, ella no era otra que una temblorosa Anko.
La joven Anko Mitarashi era la estudiante del ahora Sannin renegado Orochimaru.
Al ser ella la estudiante de un traidor. todos la trataban como basura. Insultos le llovían al igual que golpes, hubo veces que incluso intentaron violarla, pero milagrosamente ella pudo escapar.
Kushina no pudo ver mas lo que estaba pasando así que se dirigió a la joven de pelo morado mientras soltaba un aura asesina hacia todos los que la rodeaban.
Anko no sabia lo que pasaba, así que solo pudo mirar hacia arriba y ver como Kushina se acercaba a ella.
"Oye jovencita ¿Por qué dejas que te hagan todo eso?" - le preguntó Kushina a la joven Anko, quien solo pudo responderle con un tono triste - "Si me defiendo y contraataco, ellos llamarán a algunos ninjas, y si ellos vienen, podría terminar perdiendo mi pureza"
Anko estaba asustada mas que nada por eso.
Después de sentir la traición de su maestro y el odio en su contra, esperaba encontrar a alguien que la quisiera.
Ella no podía darles la razón a los que la insultaba y la trataban de puta.
Kushina podía ver como la joven temblaba, así que le dio una pequeña sonrisa - "Dime jovencita..."
"Puede que ya lo sepa pero me llamo Anko.... Anko Mitarashi" - dijo la joven Anko quien aun estaba asustada.
"Bueno Anko-chan, mi nombre es Kushina Uzumaki y me estoy dirigiendo a Uzushiogakure ¿Te gustaría venir conmigo y dejar tu tristeza atrás?" - preguntó Kushina con una sonrisa mientras le daba su mano libre a la joven chica.
Anko estaba sorprendida que la Habanera Sangrienta le preguntaba si quisiera acompañarla.
Para serles sinceros, ella no quería seguir sufriendo en Konoha, pero se mantuvo firme porque quería decirles a todos que ella no solo era la estudiante de Orochimaru. Ella era una Kunoichi de Konohagakure, pero la oferta de Kushina la tentaba, no solo porque encontraría la paz, sino también porque venia de una gran kunoichi.
Kushina solo miraba a la joven kunoichi de pelo morado intentaba llegar a una respuesta.
Ella quería salir rápido de Konoha pero no podía dejar sola a una joven que podría sufrir más que solo heridas físicas.
"Acepto Kushina-sama" - respondió la joven de cabellos morados.
"¡Bien Anko-chan! Pero solo llámame Kushina porque el "sama" me hace sentir vieja" - dijo una sonriente Kushina - "Será mejor que vayamos a tu hogar a buscar las cosas necesarias para el viaje"
Al terminar de hablar, Anko se dirigió a su casa con Kushina siguiéndole.
Al terminar todos sus preparativos, las dos kunoichis se pusieron rumbo a la salida de Konoha donde las encontró un Minato con mirada seria.
"¡¿H-Hokage-sama?!" - exclamó Anko con un poco de miedo mientras se escondía detrás de la pelirroja.
Minato solo la vio por unos momentos antes de asentir para luego mirar a su esposa.
"Kushi-chan no te dejes engañar por ese demonio... eso no es nuestro hijo" - dijo el Yondaime con una expresión casi dolorosa.
"Lo siento Namikaze-sama... ¿podría dejarnos pasar? queremos avanzar lo suficiente para llegar a nuestro destino lo antes posible..." - respondió Kushina con una mirada fría.
Minato no pudo aguantar más esto y exploto - "¡KUSHINA ESO NO ES NUESTRO HIJO!"
"¡¿COMO NO ENTIENDES QUE TE TIENE EN ALGUNA CLASE DE GENJUTSU?!" - continuó gritando el Hokage - "¡MÍRALO! ¡¿COMO ESO ES HUMANO?!¡¿COMO ES QUE PUEDES ESCOGER ESO QUE ESTA TOMANDO EL CUERPO DE NUESTRO DIFUNTO HIJO, SOBRE MI, QUE SOY LA PERSONA QUE MAS TE AMA?!"
"¡KUSHINA SI ES QUE TE VAS CON ESO, YA NO TE CONSIDERARE MI ESPOSA!¡LA PRÓXIMA VEZ QUE TE VEA, SOLO SERAS KUSHINA UZUMAKI!" - finalizó Minato, dando su ultimátum.
Dicho eso, él caminó hacia la dirección opuesta pero no sin antes mirar atrás con la esperanza de que su esposa despertara, pero su furia creció cuando notó que no obtuvo lo que quiso, solo obtuvo a una mujer llena de tristeza y soledad que se dirigía a las puertas de la aldea.
Ese fue el momento donde supo que había perdido a su esposa, la mujer que siempre amo y que tal vez nunca pueda recuperar. Él solo pudo ver como ella se alejaba lentamente sin poder hacer nada.
"Vamos Anko-chan" - dijo Kushina con una voz sin alma mientras una joven y triste Anko la seguía de cerca.
Ya lejos de la aldea, Kushina no pudo aguantar sus llantos, las lagrimas brotaban como si lluvia cayera del cielo mientras el infante Naruto solo podía observarla con angustia.
"Juro madre que haré lo imposible por no verte llorar... y si es que pasara... prometo hacer pagar al o las personas responsables" - se dijo mentalmente el joven Naruto.
El infante solo podía usar su pequeña mano para decirle a su madre que él estaría con ella por siempre.
Kushina pareció entender el mensaje, pero no negaría que estaba sorprendida de que su hijo entendía la situación.
Por un momento pensó que era el Kyubi, pero rápidamente desecho esa idea, ya que sabia que el demonio zorro solo conocía emociones negativas.
Anko por fin pudo darse cuenta del pequeño Naruto y al ver esas orejas de zorro que salían de su cabeza pensó que era la cosa mas tierna que había visto.
"Aww~ que ternura~" - dijo la joven de cabellos morados mientras apretaba ligeramente las orejas del bebé, haciendo con esto que Naruto se estremeciera.
"Que lindo, ven Foxy-chan... ven con tu Anko Onee-chan" - decía Anko mientras intentaba tomar a bebé Naruto.
Kushina solo podía sonreír al escuchar a Anko y ver como Naruto intentaba escapar - "¿Ara? ¿Mi pequeño Naruto ni siquiera una semana y ya tiene novia?"
"Abu" - balbució el joven Uzumaki mientras observaba a su madre reír.
Él estaba feliz su madre al fin se animó un poco.
"¿Ara? Foxy-chan, si quieres tener una relación conmigo, entonces tienes que tratarme bien~" - dijo Anko con un tono feliz mientras seguía acariciando las orejas zorrunas de Naruto.
"Tal parece que el viaje no sera tan aburrido" - pensó Kushina mientras veía a Naruto hacer todo lo posible por intentar escapar de las manos de Anko.
Así pasaron los días para los tres, hasta que llegaron a Uzushiogakure.
Uzushiogakure era una aldea hermosa y próspera que fue reconocida por todos en el mundo shinobi, pero muchos temían su poder.
Era tal su fuerza que solo 100 Uzumakis podían hacerles frente a 10000 ninjas, todo gracias al poder de los Sellos.
Este potencial hizo que 4 de las 5 grandes naciones elementales se unieran con el solo objetivo de destruirlos, pero no salio del todo bien.
Si bien ellos ganaron, tuvieron que pagar el precio por sus acciones.
Más del noventa por ciento de los ninjas enviados, nunca regresaron y los sobrevivientes Uzumakis tuvieron que encontrar otro refugio.
Las naciones aliadas destruyeron toda Uzushiogakure, pero no pudieron con la mansión Uzukage, ya que estaba protegida por un muy poderoso Fuinjutsu que solo podría abrirse por un descendiente Uzumaki.
Los Ninjas enemigos no supieron de esto hasta cuando ya había terminado la batalla y los sobrevivientes Uzumakis habían salido de la aldea.
Sin ánimos de continuar, los ninjas dejaron Uzushiogakure, el cual aun mantiene ese estado pos-guerra.
Volviendo al inicio, vemos a Kushina con Naruto en sus brazos y a Anko siguiéndolos mientras caminan por las ruinas de Tierra de los Remolinos.
Kushina tenía una cara triste al ver el estado de su aldea natal, pero rápidamente lo dejó a un lado.
No era el momento para ahogarse en la pena por el estado de Uzushiogakure.
Ella ahora tiene un hijo que cuidar y reconstruir el clan Uzumaki podía esperar.
"Es grande..." - murmuró Anko al ver la gran mansión que había delante de ella.
"Retrocede un poco" - dijo Kushina mientras se mordía un dedo para que sangrara y hacía un sello.
Lentamente un agujero se formó en la barrera, mostrando la entrada de la mansión.
"Anko-chan, toma este amuleto Uzumaki, con el podrás entrar y salir de esta barrera" - dijo Kushina a una muy hiperactiva Anko que solo quería entrar e investigar.
"¡Hai~ Kushina-san!" - respondió una Anko que ya estaba apunto de explotar de la emoción
"Ara~ Ara~ Anko-chan esta animada ¿No es así Naruto?" - dijo Kushina con una sonrisa en su rostro.
"Abu~" - respondió el Pequeño Uzumaki, sacándole una sonrisa aún más feliz a Kushina.
"Mi pequeño Naruto, aquí continuaremos nuestra vida" - dijo Kushina - "Cuando cumplas 8, volveremos a Konoha"
"?" - Naruto le dio una mirada confundida.
"Es para que puedas entrar a la academia ninja" - sonrió la pelirroja - "Se que puedes entenderme y comprendes la situación en la que estamos, no se como pero supongo algún día me lo dirás"
"Puede que no quieras tener ninguna relación con Konohagakure, pero quiero que recuerdes que naciste en esa aldea" - continuó la mujer aunque en su cara se veían varias emociones.
Kushina empezó a cantarle al pequeño Uzumaki, quien empezó a cerrar sus parpados al son de la canción de cuna - "Duerme mi bebé, mañana será un nuevo día"
Kushina al ver la cara tranquila de Naruto mientras dormía, no pudo parar de pensar que lo que hizo, fue lo correcto.
Su bebé no es el zorro demonio, su niño no es un arma.
Y así, días se hicieron semanas, semanas se hicieron meses y meses se hicieron años, transcurriendo cuatro años.
Aquí vemos a un niño cabello color naranja rojizo, largo hasta los codos, con dos orejas de zorro saliendo desde la parte superior de su cabeza y ojos de diferente color, uno rojo y el otro azul. Él estaba vistiendo un kimono del mismo color que su cabello y por su tamaño se podría decir que tiene 6 años de edad, aunque en realidad tenía solo 4 años.
A pesar de su corta edad, él tenía un aire maduro a su alrededor y sus ojos de diferente color le daban un aire salvaje e indomable.
Si alguien midiera su chakra, se sorprendería de lo enorme que era, aunque bueno, si supieran su origen, probablemente no lo harían, ya que él es uno con el Kyubi no Yoko.
Desde que ha podido comunicarse, él le había estando pidiendo a Kushina que le enseñe entrenamiento de chakra, ya que el estaba consciente de que el entrenamiento oficial, empezaba a los 5 años.
Si él lo hacia antes, podía afectar su crecimiento y bueno, yo pienso que a nadie le gustaría que le digan bajito ¿No?
Naruto estaba terminando su meditación diaria y estaba a pensando en dirigirse donde Kushina para preguntarle si por fin podía entrenar.
Su cuerpo era comparable con alguien de 6 años, pero antes de que pudiera continuar, se frenó porque sintió la presencia de alguien familiar.
"Foxy-kun~ ven con tu super sexy Anko-chan~" - se escuchaba acercándose a una feliz Anko Mitarashi, quien ha estado viviendo con ellos desde que salieron de Konoha.
Tal vez sea por el cambio de vida o por la mejor nutrición, pero Anko estaba un poco más desarrollada que en la Obra Original.
Naruto no perdió el tiempo y se escondió.
No es que Naruto no disfrutara de los asentamientos de Anko, de hecho, se sentía en el paraíso, pero sus orejas de zorro no podían soportar el 'entrenamiento' de la joven de cabellos morados.
"Foxy-kun~ si no apareces~ tendrás un castigo aun peor~" - Naruto sabia que ese 'castigo', seria un viaje continuo entre el cielo y el infierno.
El joven Uzumaki intento escabullirse lo mas silenciosamente posible, pero el Karma es una perra, porque al retroceder, no se dio cuenta y pisó unas hojas - "Estoy Jodido"
"¡Te~En~Con~Tré~!" - dijo Anko mientras atrapaba al pelinaranja.
"AAAAAAAAAAAOOOOOOOOOOOUUUUUUUUU" - y ahí fue cuando se escucho el aullido de placer del joven Zorro Uzumaki, ya que sus orejas son su punto mas sensible.