27: Anbu Stalker Hanabi-chan ~

"Me duele la espalda baja" - murmuró Kurama mientras negaba con la cabeza al ver que Mikoto había regresado a casa para hablar con Kushina - "Dios, y yo pensé que mi resistencia era monstruosa..."

Luego de soltar un suspiro pesado, Kurama decidió darse un baño en un río cercano, para rápidamente vestirse y regresar a casa, aunque lo que él no sabía, es que sus problemas estaban a punto de duplicarse.

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"¡Kurama-san a la vista!" - exclamó Hanabi al notar una silueta familiar a la distancia, solo para avanzar lentamente, sin notar cómo alguien la estaba siguiendo a ella.

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"En serio... esto ya está empezando a volverse ridículo..." - murmuró Kurama mientras se agarraba el puente de la nariz, solo para sentir que algo raro estaba a punto de suceder.

Kurama continuó avanzando por las calles de Konoha, solo para sentir cómo estaba perdiendo la paciencia con cada escondite extraño que su pequeña acosadora estaba usando para intentar escapar de su rango de visión.

"Ok, suficiente" - dijo Kurama mientras desaparecía, solo para aparecer detrás de Hanabi y la agarraba del cuello de su kimono.

"¡Kya! ¡Me están secuestrando!" - exclamó Hanabi con el rostro pálido.

"En serio..." - murmuró Kurama mientras le daba una mirada en blanco - "¿Ahora que te capturé, sientes que esto fue una mala idea?"

"¡Gracias al sabio que eres tú, Kurama-san!" - exclamó Hanabi mientras soltaba un suspiro de alivio, solo para sonrojarse al ver que había sido capturada - "¿Me creerías que esto es una mera coincidencia?"

"¿Es coincidencia que me estuvieras siguiendo por unos cinco minutos?" - preguntó Kurama mientras fruncía el ceño - "En serio, te dije que no acosaras a la gente"

"¡No estoy acosando a nadie, solo me estoy asegurando de que estés a salvo!" - exclamó Hanabi mientras se sonrojaba aún más - "¿No puedes simplemente dejarme ir?"

"No" - respondió Kurama mientras negaba con la cabeza, solo para mirar hacia el final del callejón - "También sal de tu escondite, Hinata-chan"

"¡¿Onee-chan?!" - exclamó Hanabi con sorpresa, solo para ver cómo su hermana mayor aparecía desde su escondite, mirándola con una expresión fría - "Oh..."

"En serio" - murmuró Hinata mientras negaba con la cabeza - "Pensé que estabas entrenando, o algo por el estilo, no pensé que estuvieras siguiendo a Kurama-kun"

"¡No vengas a hablarme desde un alto pedestal moral, tú también seguiste una vez a Kurama-san, yo te vi!" - exclamó Hanabi con furia.

Hinata se sonrojó mientras miraba con vergüenza a Kurama, quien simplemente le dio una mirada en blanco, demostrando que él estaba consciente de esta situación, o de las otras.

"¿Lo siento?" - dijo Hinata con un tono de voz conflictivo.

"Tal parece que ustedes son más parecidas de lo que piensan" - suspiró Kurama mientras negaba con la cabeza, notando cómo las dos hermanas se miraban en silencio.

"¿En serio nos parecemos?" - preguntó Hanabi mientras pensaba detenidamente en sus similitudes con Hinata, aunque no importaba lo mucho que lo pensara, las dos eran muy diferentes, en especial sus personalidades.

"Por supuesto" - asintió Kurama mientras miraba a las dos chicas - "Las dos son tercas, con un carácter sorprendentemente firme, y son acosadoras de bajo rango"

"¡No somos acosadoras!" - exclamaron las hermanas Hyuga.

"Esta situación, dice lo contrario" - dijo Kurama mientras le daba una mirada en blanco - "Como sea, les recomiendo que vayan a casa, tengo algo más que hacer, y no tengo mucho tiempo para escoltarlas"

"Entendimos" - asintieron las hermanas mientras se miraban, solo para sorprenderse de lo bien sincronizadas que estaban - ". . ."

Kurama decidió retirarse en silencio mientras las dos hermanas decidían que era mejor que hablaran ahora que tenían la oportunidad, después de todo, Hinata entrenaba con Kushina y no estaba mucho tiempo en casa, mientras que Hanabi entrenaba bajo el cuidado de su padre, y los instructores del clan Hyuga.

"Emm... ¿Cómo estás, Hanabi-chan?" - preguntó Hinata con una sonrisa un poco incómoda.

"Bien, descansando luego de estar toda la tarde entrenando" - respondió Hanabi con un tono ligeramente cortante, aunque rápidamente se arrepintió porque con sus palabras afiladas la conversación había terminado abruptamente.

Un profundo silencio invadió el lugar mientras las dos hermanas se miraban, solo para soltar una pequeña risa que pronto se convirtió en una carcajada.

"Eso fue tan incómodo" - dijo Hanabi mientras negaba con la cabeza - "Es como si ni siquiera fuéramos hermanas, sino más bien un par de parientes lejanos que no se han visto en años"

"No podrías haberlo dicho de forma más perfecta" - asintió Hinata, solo para soltar un suspiro pesado - "Lamento no haber estado tanto tiempo en casa"

"¿Lo lamentas?" - repitió Hanabi mientras fruncía el ceño - "Me dejaste sola, sola con todos esos ancianos molestos..."

Hanabi se quedó en silencio mientras se mordía el labio.

"¡Esos ancianos solo me hacen entrenar!" - exclamó Hanabi con irritación - "¡Todo porque tú decidiste que no querías aceptar las reglas del clan y empezaste a entrenar un estilo diferente!"

Hinata agachó la cabeza mientras volvía a disculparse.

Hanabi soltó un suspiro antes de volver a la normalidad - "Lo siento, es solo que estoy cansada..."

"Prometo que te ayudaré" - dijo Hinata con un brillo en sus pálidos ojos - "No dejaré que esos bastardos del consejo de ancianos sigan molestándote"

Hanabi simplemente asintió en silencio, pensando en que esta situación no era tan mala, después de todo, había causado que ella pudiera hablar con su hermana mayor de los problemas que le acomplejaban.

"Bueno, dejando eso de lado..." - dijo Hinata luego de pensarlo un poco - "¿Seguimos observando a Kurama-kun?"

"¿Quieres que lo acosemos juntas?" - preguntó Hanabi con sorpresa.

"No es acoso, solo nos aseguramos de que no le pase nada mientras camina por Konoha" - respondió Hinata mientras desviaba la mirada.

Hanabi le dio una mirada en blanco a su hermana mayor mientras pensaba que las palabras de Kurama eran ciertas, las dos eran más parecidas de lo que pensaban - "Supongo que es una experiencia de unión entre hermanas..."

"¡EXACTO!" - exclamó Hinata, solo para sonrojarse al escuchar su sobrerreacción - "¡Ahem! Lo siento"

Las dos hermanas continuaron conversando de camino a casa, mientras que Kurama sentía un escalofrío recorrer su espalda al notar cómo sus problemas básicamente se habían duplicado, aunque eso era una historia para otro momento.

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"¿Seguimos sin resultados?" - preguntó Hiruzen con una expresión fría mientras observaba a sus subordinados.

"Lo sentimos, Hiruzen-sama, pero las huellas desaparecieron luego de que llegáramos a una callejón sin salida" - respondió Anbu Usagi mientras agachaba la cabeza - "Los traidores parece que tienen a un superior en un alto puesto de Konoha, porque movieron a los shinobi que deberían de haber hecho guardia durante ese tiempo, a un lugar diferente"

La expresión de Hiruzen se oscureció cuando escuchó esto mientras entrecerraba los ojos. El viejo pacifista había desaparecido, y ahora solo estaba el antiguo héroe de guerra, el hombre que antes era conocido como el Shinobi no Kami (El dios Shinobi).

"Quiero que investiguen directamente quién fue el responsable de cambiar los horarios" - dijo Hiruzen con hostilidad - "Y cuando lo encuentren, quiero que le envíen directamente al departamento de interrogación y tortura, quiero que descubran hasta lo que comieron el año pasado para la noche de año nuevo"

"Entendido, Hiruzen-sama" - respondió Anbu Usagi mientras desaparecía en silencio.

Hiruzen lentamente se levantó de su escritorio y caminó hacia la enorme ventana de su oficina, observando a la pacífica aldea que él había protegido por años, la misma que le había pagado todos estos sacrificios con la muerte de su hijo menor.

"Prometo que cuando te encuentre, tu muerte será lenta y dolorosa" - murmuró Hiruzen mientras apretaba los dientes con furia - "Sentirás lo que yo sentí al perder a mi hijo, te arrebataré tu mayor orgullo y lo destruiré en miles de pedazos... es una promesa que me llevaré a la tumba, lo cumpliré o moriré en el intento, no hay un punto medio..."

Un profundo silencio invadió la oficina del Hokage de Konoha, quien estaba sintiendo la fría brisa de la noche para intentar calmar la creciente furia que quemaba su interior, solo para escuchar el sonido de alguien apareciendo detrás de él, una presencia que era imposible de confundir - "Jiraiya... llegaste más temprano de lo que esperaba..."

"Es porque escuché lo que le sucedió a tu hijo, viejo" - respondió Jiraiya con un tono triste - "Mis condolencias..."

Hiruzen no respondió, él simplemente abrió los ojos y observó el cielo ahora oscuro.

"¿Necesitas ayuda?" - preguntó Jiraiya mientras caminaba al lado de su maestro, el hombre que le había enseñado gran parte de su vida.

"Normalmente, te diría que no, pero no hay tiempo que perder" - respondió Hiruzen con un tono frío - "Quiero que uses todas tus conexiones para descubrir lo que sucedió, quiero que encuentres la ubicación de Orochimaru"

"Me estás dando un trabajo difícil, pero voy a intentarlo" - asintió Jiraiya mientras soltaba un suspiro pesado, después de todo, él había estado tratando de encontrar al traidor de Konoha, pero no había tenido resultados favorables, demostrando la habilidad de su antiguo compañero de equipo de esconder sus pisadas - "Prometo que haré todo lo posible para obtener resultados"

"Confío en ti, mi joven estudiante" - dijo Hiruzen mientras calmaba su furia - "Tu promesa alivia este roto y viejo corazón..."

"Por cierto... Biwako-sama..." - dijo Jiraiya con una expresión depresiva.

Hiruzen simplemente guardó silencio mientras soltaba un suspiro pesado - "Ella no está bien, tuve que hacer que la sedaran para calmarla"

"Ya veo" - murmuró Jiraiya mientras pensaba en que su siguiente paso sería ir a ver a la esposa de su maestro, después de todo, ella era otra persona que necesitaba de su ayuda.