Jefe, estás en tendencia.

Cheryl apartó la mirada de la lamentable familia. No merecían su compasión, así que no había necesidad de malgastarla en ellos.

Si tan solo la gente aprendiera que no vale la pena conspirar contra los demás y se esforzara en vivir en paz, qué mejor lugar sería el mundo.

Pero gracias a Dios que ha encontrado una mejor alternativa a la perversidad desconocida en el corazón humano con la familia de los Wyatt donde realmente podría bajar la guardia y ser quien realmente era.

Una astuta sonrisa se formó en las comisuras de sus labios mientras se acercaba a Kathleen.

—¿Podemos irnos ya? —preguntó Cheryl con algo que Kathleen reconoció como una sonrisa traviesa.

Ella le lanzó una mirada de advertencia a la que Cheryl levantó las manos en una especie de rendición burlona pero no dejó de añadir, —Soy inocente de todos los cargos que quieres imputarme.

Respiró profundamente y exhaló. «¿Podría mi vida ser menos dramática con todas estas personas a mi alrededor?».