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Capítulo 21: Siguiente Juego

Con **Glitch Fashion Inc.** prosperando bajo el liderazgo de **Carlos**, Robert había decidido que el siguiente paso para **Glitch Games Inc.** debía ser algo completamente distinto de lo que habían hecho antes. Después de probar suerte con juegos de estrategia y moda, Robert sabía que tenía que proponer un proyecto fuera de su zona de confort para intentar fallar. Convocó a **Adrián**, **Claudio**, y el recién incorporado **Saúl** para compartirles su idea.

Cuando los tres se reunieron en la oficina de Robert, el ambiente estaba cargado de expectativa. Claudio, con su habitual apatía, esperaba que la reunión no le exigiera demasiado trabajo. Saúl, más reservado, observaba atento, mientras Adrián, como líder del equipo de desarrollo, trataba de leer las intenciones de Robert.

"Bien, chicos," comenzó Robert, mirándolos a todos con una sonrisa que sugería que estaba a punto de soltar algo grande, "para nuestro próximo proyecto, quiero que hagamos un juego de coches."

La reacción fue inmediata. Adrián, Claudio y Saúl se miraron, desconcertados. Nadie en el equipo tenía experiencia en juegos de coches, y la idea parecía surgir de la nada. Claudio, con su costumbre de no implicarse demasiado, simplemente frunció el ceño, mientras Saúl se cruzaba de brazos, intentando procesar lo que acababa de escuchar.

"¿Un... juego de coches?" preguntó Adrián, tratando de sonar neutral, aunque la confusión era evidente.

Robert asintió con entusiasmo. "Así es. Pero no quiero cualquier juego de coches. Quiero algo único, algo... diferente." Se levantó de su silla y comenzó a caminar por la oficina, como si estuviera a punto de soltar una idea revolucionaria. "Imagina un juego en el que los jugadores conduzcan coches que no se sientan del todo bien. Algo donde las pistas no sean memorables y donde la personalización de los vehículos sea... mínima. Pero no quiero que el juego sea malo, solo que los jugadores sientan que falta algo. Que no lo disfruten por completo."

El equipo se quedó en silencio, procesando lo que Robert acababa de decir. **"¿Falta algo?"**, pensó Adrián, mientras Claudio simplemente se limitaba a observar la ventana, claramente desinteresado.

"¿Y la ambientación?" preguntó Saúl, que prefería mantenerse en su papel de espectador por el momento.

Robert se encogió de hombros. "Eso no importa tanto. Algo urbano, coches genéricos, un par de circuitos. Solo quiero que el juego parezca que está... ahí. Que la gente lo juegue y no se enganche demasiado."

Adrián asintió lentamente, pero no porque la idea le pareciera buena, sino porque estaba tratando de entender qué estaba buscando Robert realmente. "Entendido, jefe. Nos pondremos manos a la obra."

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Cuando salieron de la oficina, el desconcierto en el grupo era evidente. Adrián, Claudio y Saúl caminaron en silencio hacia la sala de reuniones, donde se sentaron a repasar lo que acababa de ocurrir. Adrián fue el primero en hablar.

"Vale, ¿soy yo o esta es la propuesta más... rara que nos ha dado Robert hasta ahora?"

Claudio, aún con los brazos cruzados, levantó la mirada de su tablet. "No tiene sentido. Quiere que hagamos un juego de coches que no funcione bien. ¿Qué espera lograr con eso?"

Saúl, aunque más callado, finalmente habló. "Creo que hay más en lo que dijo. Tal vez se refiere a algo más profundo. Algo que no hemos entendido completamente."

Adrián, que había estado repasando las palabras de Robert, asintió lentamente. "Sabes, tal vez tienes razón, Saúl. No creo que Robert quiera realmente que el juego sea malo. Quizás lo que está diciendo es que quiere algo distinto a lo que estamos acostumbrados. Algo que parezca simple, pero que sea divertido si se ejecuta bien."

Claudio se encogió de hombros. "¿Y cómo sacamos algo de lo que dijo? Si nos atenemos a lo que propuso, será un desastre."

Adrián, ahora más decidido, se inclinó hacia la mesa. "No, no. Vamos a analizar esto bien. Robert dijo que quería que el juego pareciera incompleto, pero eso no significa que tengamos que hacer un mal trabajo. Quizás lo que necesitamos es un enfoque completamente diferente. Algo que sorprenda, pero que mantenga esa sensación de que los jugadores siempre quieren más."

"Algo que deje a los jugadores con ganas de seguir," murmuró Saúl. "Eso podría funcionar."

Claudio, por primera vez mostrando un poco de interés, intervino. "¿Y si jugamos con la idea de que el juego de coches no se trata solo de carreras tradicionales? Podríamos hacer algo que mezcle circuitos con exploración. No solo correr en línea recta, sino que los jugadores tengan que descubrir nuevas rutas mientras compiten."

Adrián se rió. "Eso suena a que estamos exagerando lo que Robert quería, pero me gusta. Podríamos crear un mundo abierto donde los jugadores no solo corran, sino que exploren. Quizás los coches puedan desbloquear habilidades especiales según las pistas que elijan."

Saúl asintió. "Y podríamos añadir un sistema de personalización de vehículos que se desbloquee de forma gradual, pero que sea limitado al principio. Así los jugadores sentirán que siempre hay algo más por descubrir."

Adrián golpeó la mesa con entusiasmo. "¡Eso es! Podríamos hacer un juego de coches en el que las carreras sean solo una parte. El verdadero atractivo sería la exploración, la personalización y la sensación de descubrir nuevos retos en cada circuito."

Claudio levantó una ceja. "Y todo esto, partiendo de las palabras de Robert. Apuesto a que ni él sabe lo que realmente quería."

Adrián sonrió. "Es posible, pero si interpretamos su idea de esta manera, podríamos hacer algo increíble. Algo que sorprenda a los jugadores y que, de alguna manera, aún tenga el espíritu de lo que Robert dijo: algo que siempre deja a los jugadores queriendo más."

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El equipo, que al principio estaba desorientado, ahora estaba lleno de ideas. Lo que había comenzado como una propuesta vaga y confusa de Robert, se había transformado en una idea emocionante: **un juego de coches con un enfoque en la exploración y la personalización progresiva**. Aunque no sabían si eso era exactamente lo que Robert quería, estaban seguros de que tenían algo especial entre manos.