Cuando Tristán regresó a su habitación, Zhen-Zhen y FaMo ya habían vuelto. Estaban en la habitación.
Ella todavía sostenía las flores blancas de tulipán en sus manos. Se llevó las flores consigo incluso mientras paseaban por la playa.
Zhen-Zhen atesoraba mucho esas flores porque Tristán se las había dado. La sonrisa permanecía en su rostro mientras miraba las flores en su mano.
Sí, como otras mujeres, a ella le gustaban las flores, pero las amaba aún más porque venían de Tristán.
Zhen-Zhen y FaMo estaban acostadas en la cama, una al lado de la otra, cuando Tristán entró en el dormitorio. Dio un suspiro de alivio al ver a Zhen-Zhen.
'¿Por qué me preocupo tanto por ella? Ya es adulta. Claro que no se perderá después de vagar todo el día por la playa. Además, es hija de un dios demonio. Puede protegerse y no le pasará nada malo.' Tristán se recordó a sí mismo internamente.
Zhen-Zhen había sentido su presencia, así que se giró solo para ver a Tristán parado junto a la puerta.
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