—¡No! No tienes que disculparte. Yo soy tu esposo. Yo soy el hombre. Debería ser yo quien te proteja, no al revés. ¿Entiendes?
—Debería ser yo quien se disculpe por involucrarte a ti y a Sofía en esto. Lo siento por ser débil e inútil. Lo siento, cariño... Lo siento tanto si este esposo tuyo es solo ordinario... demasiado débil... ni siquiera puedo protegerte contra esos hombres.
Tristán se sentía horrible en este momento. Zhen-Zhen podía sentirlo. Ella sacudió su cabeza y decidió consolarlo abrazándolo fuertemente.
Mientras tanto, Sofía también se acercó a Matthew. Zhen-Zhen ya había eliminado la barrera que protegía a Sofía cuando los otros miembros de la Pandilla Bermuda fueron derribados.
Sofía ayudó a Matthew a levantarse mientras FaMo capturaba al líder de la pandilla que aún gemía de dolor. El fuego se había extinguido, pero sus brazos sufrieron quemaduras de tercer grado.
—¿Qué debemos hacer ahora? —Sofía les preguntó mientras miraba a su alrededor.
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