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La era de las bestias.

En el año 2037 una corporación especializada en mejoras genéticas comenzó a experimentar con animales. El objetivo era simple: mejorar el ADN de los animales para que se adaptarán con mayor facilidad a los cambios ambientales y así impedir una extinción masiva de especies. Y lo lograron... Los animales que habían sido mejorados genéticamente se adaptaron con una velocidad increíble a las nuevas hábitats en las que habían sido liberados. Llamaron a estos animales "Híbridos" y su objetivo era corregir el desequilibrio natural que los humanos habían causado. Esa corporación gano un gran reconocimiento y mucho dinero al tener éxito con sus objetivos. Pero, como se ha de esperar de los humanos, su avaricia los llevo a cometer errores. Estos errores fueron nombrados como los Híbridos de nivel 3 y fueron quienes causaron la destrucción de la sociedad humana del siglo XXI. Varios siglos después las últimas civilizaciones humanas, almenos la mayoría, son pequeños poblados ubicados en los lugares más seguros pero a la vez más inhóspito para los humanos alejados de las antiguas ciudades y de la zonas habitadas por los híbridos. Un nuevo equilibrio natural fue establecido. En esta nueva era de bestias los humanos sobrevivientes viven día a día luchando contra los híbridos para proteger sus territorios, sus ciudades y sus pueblos. Pero el mayor peligro para un humano es otro humano sobre todo si amenaza con alterar el nuevo orden natural. ¿Se repetiran los errores del pasado?

Lheudrin · Sci-fi
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16 Chs

Capítulo IX

Después de algunas horas de viaje en los vehículos VDAYE's finalmente habían regresado al pueblo. Al llegar se dirigieron al Cuartel, la estructura más grande de Edén y el mismo edificio donde estuvieron los reclutas durante las pruebas.

Cuando todos los VDAYE's se detuvieron los reclutas que habían logrado sobrevivir a la cacería bajaron de los mismos y fueron recibidos por Williams.

—Vayan a colocar su trofeo en la entrada del pueblo —Dijo refiriéndose a las cabezas de los Híbridos—, después que hagan eso pueden ir a sus hogares a descansar.

Sander camino y se paró junto a Williams.

—Todos ustedes ya pertenecen al E.R.E —Les dijo con sus brazos cruzados en su espalda—. En unos días les mandaremos información..., Por ahora pueden descansar.

Unos soldados del E.R.E que vigilaban la entrada del cuartel abrieron las puertas y le indicaron a los reclutas que ya podían salir. Uno a uno fueron saliendo del cuartel, durante cuatro años el cuartel había sido su hogar y no habían tenido contacto con las demás personas de Edén así que no solo estaban emocionados por haber logrado entrar al E.R.E si no que también les emocionaba saber que por fin podrían reunirse con sus familias y seres queridos.

David, Hanna, Clara y Alan regresaron a la casa del bosque mientras que por otro lado Leo, Liena y Kyala se fueron a las casas en donde vivían antes de iniciar las pruebas.

Durante el camino de retorno hacia el bosque ninguno de los chicos decían una sola palabra sobre Kent ni lo sucedido. Todos pensaban que hablar de él o simplemente decir algo entristeceria a los demás, sobre todo a Hanna.

—Oye, oye, ¡Lo logramos amigos! —Dijo con su tono alegre pero la realidad era que emocionalmente estaba muy afectada por la muerte de su hermano—. Segura que nadie se hubiera esperado que lo hubiéramos logrado ¿A que no? —Les preguntó.

—Hanna... ¿estás bien? —Le pregunto Clara.

—Al parecer estoy mejor que tú —Respondió dándole un leve golpe al brazo de su amiga.

Hanna se fijó en sus compañeros, notando que sus expresiones mostraban tristeza, y verlos así era algo que no le gustaba.

—¡Vamos chicos! —Dijo en tono de queja—. Tenemos que celebrar esto, ¿No lo creen?

—¿Segura? —Susurro Clara con su mirada al suelo—. Con todo lo qué pasó, ¿crees que es una buena idea?

—¿Están actuando así solo por mi hermano? —Cuestiono parándose al frente de todos.

—¿Por que actúas como si todo estuviera bien? —Le pregunto está vez David— ¿Acaso no te afecta en nada su muerte?

—Estoy igual que ustedes —Le respondió la rubia soltando un suspiro y mostrando cierto desinterés— pero la última orden de mi hermano fue que cumplieranos la misión y lo logramos.

—Bueno creo que tienes razón —Afirmó Alan mirando al cielo para luego ver a Hanna—. Kent se sacrifico para que pudiéramos vivir y seguro que no le gustaría vernos lamentandonós...

—¡Ja! Ahí está la razón —Exclamo frente a David—. ¡Emoción chicos! Quiten esas caras y vayamos a comer algo sabroso —Propuso señalando a la dirección en la que se encontraba el mercado del pueblo—. Hace años que no comemos nada bueno..., Creo que otro año comiendo esa fea comida del cuartel me hubiera matado —Bromeo logrando hacer sonreír un poco a sus compañeros.

—Está bien, bien, vamos —Dijo David aceptando la propuesta de su amiga seguidos de Clara y Alan.

El grupo de amigos comenzó a caminar por el pueblo con rumbo al mercado para comprar algo de comida. En el cuartel a cada uno de los reclutas que habían sobrevivido se les había dado cierta cantidad de puntos de contribución (P.B), los cuales podían usarse para comprar lo que quisieran siempre y cuando tuvieran los suficientes, aunque para obtener más tenían que contribuir con su pueblo.

Luego de comprar algunas cosas decidieron retomar el rumbo a la casa del bosque. Aprovecharon el tiempo que estuvieron caminando para ver el pueblo, hacía varios años que no lo veían: algunas casas seguían iguales pero algunas otras empezaban a deteriorarse. Las calles parecían más pequeñas pues ahora habían más personas  en ellas y la razón de eso era que cada vez menos personas decidían unirse al E.R.E por miedo y preferían unirse a los otros escuadrones.

Finalmente los chicos llegaron a su antigua casa y comenzaron a festejar su gran logro comiendo y bromeando hasta ya no poder. Hanna era la que más parecía disfrutar la comida pues tenía varios platos llenos de comida cerca de ella.

—¡Cuidado te ahogas! —La regaño Clara.

Hanna hizo una pausa para tragar y responderle.

—Lo sé Clarita, pero es que esto es lo mejor que he comido en años —Dijo tomando dos panes relleno de mermelada para luego darle un gran mordisco a cada uno.

Clara soltó un suspiro por la actitud despreocupada de su amiga y no pudo evitar sonreír al ver que todos actuaban con normalidad, como si Kent aún estuviera con ellos. Cuando se hizo de noche Clara se ofreció para limpiar todo lo que habían ensuciado, mientras que David se despidió de ella para irse a dormir y luego Alan hizo lo mismo. Hanna ayudó a Clara a limpiar y cuando terminaron ambas fueron a sus habitaciones.

Cada uno de ellos se encerró en su habitación para dormir y descansar.

Todo estaba perfectamente bien, era como si hubieran olvidado la muerte de Kent, o al menos eso era lo que todos aparentaron mientras festejaban. Pero la realidad era diferente, especialmente para Hanna que ya tenía un rato acostada en su cama tratando de dormir, pero, cada vez que cerraba sus ojos la imagen de Kent explotando con el Híbrido llegaba a su mente. Tras varios minutos así los ojos de Hanna comenzaron a llenarse de lágrimas y después esas lágrimas comenzaron a bajar por su rostro. No era la primera vez que alguien de su familia moría pues su madre había muerto hace muchos años y a su padre no lo conocía ni sabía si seguía con vida, pero, Kent era su último familiar sanguíneo y ahora ya no estaba con ella.

La tristeza ya la había invadido y harta de estar así se acercó a la ventana, ella solía ir a ese lugar cuando estaba triste y está no sería la exención desplazo la delgada cortina para contemplar el cielo nocturno y para dejar que la luz de la luna iluminará su habitación. Cuando apartó la cortina logro ver de reojo que algo había caído al suelo así que encendio una vela que tenía cerca de su cama para poder buscar con más facilidad ese objeto que había visto caer. Tras unos pocos segundos de búsqueda lo encontró, era una carta y al abrirla se dio cuenta que el que la había escrito fue su hermano, pues esa era su letra.

Hanna miró la carta mientras más lágrimas empezaron a descender por su rostro y luego de haberla sostenido durante un tiempo se sentó en el marco de la ventana para leerla.

Hanna si estás leyendo esta carta es por que estoy muerto y no la pude quitar de tu ventana.

Si, así es, sé que vas a esa ventana a llorar cuando te pones triste, después de todo soy tu hermano y tú eres mi responsabilidad. Tengo que cuidarte.

Puede ser que casi nunca te demostrara cuanto te quería, pero siempre traté de hacer lo mejor que podía para ti. Así como nuestra madre hizo todo lo que pudo por nosotros yo hice lo que pude por ti. Y no solo para ti, tambien trataba de hacer siempre lo mejor para Clara, David y Alan pues como líder ese era mi deber... Darles la mayor seguridad.

No lamentes mi muerte, la única forma de que muriera es que tú o Nuestros Amigos estuvieran en peligro y, cómo está carta la escribí en caso de morir, sé que morí cumpliendo mi deber.

Cuando nuestra madre murió eras muy pequeña así que tuve que ir al pueblo a buscar comida para que tú pudieras comer..., en realidad la poca comida que conseguía era robada, no sé si te habrías dado cuenta de eso. Cuando conocimos a Alan él y yo empezamos a salir al bosque a escondidas y aprendimos a cazar animales pequeños. Los animales que cazábamos los cambiabamos por otras cosas que  necesitábamos, además pague las cosas que robe. Luego tú empezaste a seguirnos siempre, día tras día y así te hiciste muy fuerte sin darte cuenta, ahora aunque yo no esté Junto a ti quiero que no olvides esa gran fortaleza que tienes pues eres una pieza clave para el grupo, no quiero que abandones a los chicos y nuestro sueño de ser miembros del E.R.E, al contrario de eso, quiero que ahora sean más unidos que nunca.

Sé que los obstáculos que les vendrán en el futuro serán mucho más difíciles que cualquier cosa a la que nos hayamos enfrentado antes.

Nuestra madre me enseñó todo lo que sabía en el poco tiempo que vivió con nosotros y yo hice lo mismo, ahora, tú eres mucho mejor que yo en todo aunque no lo creas y puedes ser aún mejor de lo que ya eres solo debes aclarar tus dudas y superar tus miedos y verás que todo se te hará muy fácil.

¡Ja! Que irónico me resulta escribir esta carta..., siempre hablamos de que todos seríamos del mismo escuadrón y con esta carta veo la posibilidad de que no sea así, nunca he querido morir joven, quería conocer el mundo del exterior y saber más de los Híbridos..., Sobre cómo pudieron derrotar a los humanos y llegar a la cima del mundo, ahora no podré hacerlo, pero bueno, con que ustedes lo hagan ya es suficiente.

Tengo miedo, miedo de que tengas que leer esto, miedo a que en vez de yo morir por ti y los demás ustedes mueran por mi y miedo a que luego de mi posible muerte nadie pueda protegerte.

En fin, hermanita esta carta es una despedida total hacia ti y las últimas palabras que verás de mi, vive tú vida como tú quieras, nunca lamentes nada y has siempre lo que creas correcto.

Hasta luego hermana nos volveremos a ver, en la otra vida...

Cuando Hanna termino de leer la carta de su hermano lentamente sus lágrimas fueron cesando, si bien le dolía que él había muerto era algo que debía aceptar quizá no ese día pero lo haría. Volvió a acercarse a su cama y se tiro sobre ella, luego tomo un pequeño pañuelo y se limpio el rostro para deshacerse de las pocas lágrimas que aún tenía. Cerro los ojos y finalmente pudo quedarse dormida.

Al amanecer del día siguiente los chicos aún no habían despertado, todos durmieron más de lo normal debido al festejo de la noche anterior. David fue el primero en despertar, aún le costaba creer que Kent hubiera muerto, él no solo era el líder del equipo y un gran amigo sino que era su familia.

—Se sacrificó por nosotros —Se dijo asi mismo. En su mente se culpaba por no haber hecho más para ayudarlo, pensaba que quizá así Kent seguiría vivo.

Como la ventana de su habitación estaba abierta pudo mirar al cielo y darse cuenta que ya eran alrededor de las nueve de la mañana así que se levantó y salió de su habitación para reunirse con sus compañeros. Cuando llego a la sala se encontró con una rara sorpresa.

—¿Y esto? —Se pregunto al ver que el desayuno ya estaba preparado, Kent era el que solía hacer eso y él ya no estaba—. "¿Quien lo habrá hecho?" —Volvió a preguntarse está vez mentalmente. Estuvo a punto de acercarse y coger uno de los platos de comida pero antes de que lo pudiera hacer Clara llegó a la sala lo que lo asustó un poco ya que pensó que ella había cocinado y que se molestaría si empezaba a comer sin los demás.

—¡Hanna no está en su habitación! —Exclamo alarmada y preocupada a la vez—. Le toque la puerta pero como no respondió entré y no la pude encontrar. 

—Tranquila —Dijo Alan Saliendo de su habitación, la cual estaba más cercano a la sala—. No creo que Hanna se fuera por ahí sin rumbo, así que cálmate y pensemos en donde puede estar.

—¡¿Como quieres que me calme?! —Cuestiono más alterada— ¡mi mejor amiga ha desapa...

Clara no pudo terminar su frase debido a un ruido que había provenido desde la cocina. Extrañados los chicos dirigieron su vista hacia la puerta del lugar.

—Oye, oye pero ¿que es ese alboroto que tienen? —Pregunto alguien en la cocina, era la voz de Hanna—, ¿acaso no les gusta mi comida?

Clara, David y Alan estaban  sorprendidos, no por el pánico que sintieron al pensar de que se trataba de algún Híbrido que había entrado a la casa, sino porque Hanna fue la que había preparado la comida y además había sido la primera en despertar, normalmente Kent era el que la iba a despertar.

—¿Te encuentras bien? —Le pregunto muy rápido Clara mientras le inspeccionaba todo el cuerpo buscando algún daño.

—Estoy perfectamente Clarita —Respondió mientras probaba algo que estaba preparando en un tazón—, aunque tú estás rara.

—Es un milagro que hallas sido la primera en despertar —Dijo Alan en tono de broma—. Y más sorpréndete aún es que estes cocinando ¿Que es lo que tienes ahí? —Pregunto acercándose a Hanna con intención de probar lo que ella tenía en el tazón.

—¡Alto ahí! —Dijo interponiendo su mano entre ella y Alan y apartando más el recipiente con la mezcla—, esto es para mí. Su comida está en la mesa.

—Danos un poco — volvió a pedir Alan— Seguro es algún dulce que estás haciendo.

—¿Y que si es así? No les daré —Volvió a negar— Esto es solo para mí... Y quizá le de un poco a Clara —Agrego viendo a su amiga—. La ventaja de ser la cocinera es que puedes comer todo lo que quieras.

Hanna agarró a Alan por los hombros y lo sentó en una silla frente a la mesa.

—Si tienes hambre comete esto —Agrego poniéndole un plato con un trozo de carne y algunas verduras al frente de él.

Clara se acercó a su amiga y la abrazó con fuerza.

—Pensé que te habías marchado —Dijo conteniendo algunas lagrimas—. Me tenías muy preocupada... no acostumbras a despertar tan temprano —Agrego un poco más calmada.

—Bueno sí salí al pueblo en la mañana... Pero, ¿Crees que me iría y te dejaría? —Pregunto removiendo el cabello de Clara—, además alguien tiene que vigilar a esos dos —Señaló a Alan y a David que ya habían empezado a comer— En fin, en fin —Suspiró—, coman y luego hablen, tenemos que ir al cuartel rápido o llegaremos tarde.

Obedeciendo a Hanna todos empezaron a comer con tranquilidad. Algo que les había sorprendido es que la comida que Hanna había preparado era mucho mejor que la preparada por Kent y se preguntaban como era posible eso si ella no solía cocinar.

Después de su desayuno tomaron un baño y se vistieron para irse al cuartel.

Mientras caminaban por la calle del pueblo Clara se fijaba mucho en la actitud de Hanna, la cual era diferente pero a la vez muy habitual. Clara pensaba que Hanna debía ser la más afectada por la muerte de Kent, su hermano, pero no parecía ser así. Ella incluso había salido de la casa con el mismo tazón en el que tenía su mezcla dulce y con varios trozos de pan a los que le untaba un poco de esa mezcla y se los comía.

—¿Por que actúas así Hanna? —Preguntó Clara— Cambiaste de la noche a la mañana, digo, siempre eres alegre pero aparte de eso eras muy floja, ni te levantabas por tu cuenta, tu hermano siempre era el que te iba a despertar y ahora de un día a otro eres muy energética y alegre a la vez.

Hanna solo se limitó a asentir con la cabeza con un poco de nostalgia en su rostro.

—Si... —Respondió con seriedad y melancolía— extrañare a mi hermano. Ayer Me habló por última vez —Dijo causando confusión entre sus compañeros.

—¿Como? —Pregunto Clara con una expresión confusa.

—Me dijo que murió feliz, sin arrepentimientos, que no lamento sacrificarse por nosotros —Sonrió—, quiere que estemos más unidos como familia ahora que él no está y que logremos ver qué hay en el exterior por él, y que no nos culpemos por su muerte. Por esa razón cumpliré lo que mi hermano me pidió.

Los chicos se asombraron aún más al oír eso, no podían creer que Hanna había hablado con Kent después de su muerte, pensaron que quizás había soñado con él. Hanna al ver la relación de sus compañeros saco la carta de uno de sus bolsillos.

—Pueden leerla si quieren —Dijo entregándosela a David. 

—¿Segura? —Pregunto recibiéndola— Kent te la dejo a tí.

—Nos la dejo a todos —Respondió— Después de todo somos familia ¿Para que les guardaría secretos? —Preguntó desinteresada.

David decidió guardar la carta para leerla después con más calma, por ahora solo debían concentrase en lo que iban a hacer que era llegar al Cuartel.

Cuando llegaron al Cuartel pudieron ver qué el teniente Sander los estaba esperando en la puerta principal.

—¿No les parece raro que solo estemos nosotros? —Pregunto Alan luego de notar que ellos eran los únicos Reclutas que estaban allí.

—Cierto... —Afirmo Clara.

—Vayamos con el teniente por ahora —Dijo David.

Al llegar donde el teniente le preguntaron el por qué ellos eran los únicos Reclutas que estaban allí.

—Los reclutas que lograron el objetivo de la cacería normalmente descansan una semana para luego iniciar con sus deberes —Respondió con mucha seriedad.

—¡Queee! ¡Una semana de descanso! —Exclamo Hanna quejándose de que solo los llamarán a ellos— ¿Por que nosotros somos los únicos a los que les pidieron venir hoy? -Preguntó— se supone que llegamos ayer.

—¿Los únicos? —Pregunto el teniente con ironía—. Fíjate bien —Agrego señalando hacia atrás de los chicos.

Cuando los chicos voltearon a la dirección que había indicado el teniendo vieron como Leo, Kyala y Liena se acercaban a ellos.

—Holo chicos —Saludo Leo llegando junto con sus compañeras que también hicieron lo mismo.

—Ara... ¿y eso? —Le pregunto Kyala a Hanna quien aún seguía comiendo—. ¿Me das un poco? —Agrego acercándose a Hanna.

—No —Le respondió dándole la espalda.

—Si no compartes te pondrás gorda —Le dijo Kyala causándole una mala idea a Hanna y logrando que le logrará dar un poco.

El teniente llamo su atención y comenzó a hablar.

—Sé que se estarán preguntando por qué solo ustedes siete están aquí —Dijo de brazos —. La respuesta es muy simple.

—¡Pues díganos ya! —Protestó Liena alterando un poco su voz—. Nos hubiera dicho ayer ¿No?

—Debes corregir ese comportamiento una vez que pases por esta puerta —Le dijo con un todo de advertencia a Liena—. Verán a personas con un rango incluso mayor que yo así que deben comportarse.

A Liena. no les quedó de otra más que callarse y escuchar al teniente quién luego de haberle dicho eso a dirigió su vista hacia Hanna y Kyala quienes estaban comiendo lo que la rubia había preparado en la mañana.

—¡Ustedes dos, dejen eso ya! —Dijo regañandolás y a estas no les quedó de otra que obedecer.

Después de eso el teniente continuó su conversación.

—La razón de que estén aquí hoy es que ustedes enfrentaron a un Híbrido completamente desconocido, no hay registro de una especie Híbrida coma ese al que ustedes mataron.

—¿Nosotros? —Pregunto David en tono de mofa—. En realidad no pudimos hacer nada contra él, si no hubiera sido por Kent todos hubieras muerto.

—El tiene razón Teniente —Afirmó Leo con seriedad—, ninguno de nosotros fue el causante de la muerte del Híbrido. Todo el mérito debe de ser para Kent, gracias a él estamos aquí hoy.

—Puede que sea así —Respondió el Teniente desinteresado—, pero desde mi punto de vista solo ustedes pueden hablar sobre de lo que ese Híbrido era capaz de hacer —Agrego y cuando vio que los chicos le iban a responder los interrumpio—. Guarden sus palabras —Recomendó hablando con mucha seriedad—, lo que tengan que decir se lo dirán a las personas con las que hablarán y al escuadrón científico.

Sander se acercó a la pared y oprimio un panel que estaba en esta lo que hizo que la puerta principal, en realidad un portón, se abriera permitiéndoles ingresar al Cuartel.

—Ya es hora —Suspiro—, prepárense para hablar y no tengan pánico cuando lo hagan —Dijo para calmarlos un poco.

El teniente comenzó a guiarlos por los pasillos del cuartel pasando por varias áreas que desconocían pues cuando estuvieron haciendo Las Pruebas no se les permitía cruzar a esas áreas. Comenzaron adentrarse más en el interior del Cuartel y se detuvieron frente a la puerta de la sala en la que se suponía que solo debían reunirse las personas más importantes del E.R.E, mejor conocidos como Los Altos Mandos.

▁ ▂ ▄ ▅ ▆ ▇ █ Fin Del Capítulo █ ▇ ▆ ▅ ▄ ▂ ▁

Yo no soy un tipo "Emocional", ni siquiera me he visto afectado por la muerte de mis familiares (Aún que suene duro o frío de mi parte es así), así que no sabía cómo hacer este capítulo.

Tengo planeado volver a editarlo en el futuro para mejorar su "impacto emocional".

>>>Capítulo Editado<<<

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Edición realizada el: 16-11-2020