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O LIV: Una Conexión

En el silencio del ser, descubrimos la paz mental, donde las agitaciones del pensamiento se disuelven en la serenidad eterna de nuestra esencia.

La calma reina en tu mente cuando cesas de pensar, sin ningún pensamiento, sin ninguna sensación, solo en un lienzo en blanco. A veces, solo en este estado, podemos encontrarnos a nosotros mismos; para Ymac, esto era una verdad irrefutable. Sin embargo, también implica enfrentar nuestros mayores temores.

En ese espacio interior sin ruido, Ymac hallaba un refugio para reencontrarse consigo mismo. Un lugar donde las preocupaciones del mundo exterior se desvanecían y solo quedaba la quietud de su mente. Sin embargo, en esa quietud, también emergían sus miedos más profundos, aquellos que permanecían ocultos en las sombras de su ser.

Encontrarse consigo mismo en el silencio no era solo un acto de paz, sino también un acto de valentía. Significaba abrazar todas las partes de sí mismo, incluso las que preferiría ignorar. Pero al hacerlo, Ymac descubría una mayor comprensión de quién era realmente, y encontraba la fuerza para superar sus miedos y seguir adelante.

Aunque el silencio podía ser inquietante a veces, también era un lugar sagrado donde Ymac se conectaba con su esencia más pura y se daba cuenta de que, al enfrentar sus miedos, se liberaba del poder que estos tenían sobre él.

En ese momento de introspección, Ymac se encontró conectando con su yo del pasado, una niña inocente y llena de esperanzas, que vivía junto a su mama Pilña. La visión de su niñez le recordó el contraste abrumador con los largos años de confinamiento en la montaña y cómo todos sus sueños y esperanzas se desvanecieron, aplastados por el estigma de ser la hija maldita de Mergana.

Las imágenes de su infancia desfilaron ante sus ojos, trayendo consigo una mezcla de emociones. Recordó el amor incondicional de su mama y cómo juntas compartían momentos de felicidad y complicidad. Sin embargo, también revivía la dolorosa pérdida de su mama, que dejó un vacío profundo en su corazón.

Ella comprendía que no podía culpar a su mama por su decisión, pero eso no hacía que el dolor desapareciera. Aunque sabía que las circunstancias eran difíciles, no podía evitar imaginar cómo habría sido una vida feliz y próspera si las cosas hubieran sido diferentes. Pero la realidad era que ella era la hija despreciada de Mergana y su mama, una plebeya. En medio de la serenidad del silencio interior, Ymac podía ver las cosas con mayor claridad.

El dolor era profundo, pero Ymac se negaba a permitir que definiera su identidad. Sabía que no estaba maldita y que no había razones para temerla u odiarla por una profecía que bien podría ser falsa. Con valentía, se convencía a sí misma de que podía forjar su propio destino, sin importar lo que estuviera escrito en piedra. Era ella quien tomaba las riendas de su vida y quien tomaba las decisiones.

La determinación y la profunda comprensión de su ser llenaron a Ymac con un nuevo sentimiento, una sensación que bien podría describirse como un redescubrimiento de sí misma. Al adentrarse en lo más profundo de su ser, encontró una conexión con los dioses, una conexión que había estado siempre ahí, esperando a ser reconocida y aprovechada.

En medio del silencio interior, Ymac se dio cuenta de que esa conexión con los dioses no era algo externo a ella, sino que residía en su propio ser. Era una conexión sagrada que le permitía acceder a la sabiduría ancestral y a la fuerza divina que fluía a través de su ser.

A medida que se sumergía en esta conexión con lo divino, Ymac sintió cómo su ser se expandía y se llenaba de una energía renovada. Se dio cuenta de que tenía el poder de canalizar esa energía hacia sus acciones y decisiones diarias, convirtiéndose en una fuerza creativa y transformadora en su propia vida.

Aprovechando esta conexión, Ymac se sintió empoderada para enfrentar los desafíos que se presentaban en su camino. Con cada paso que daba, podía sentir la presencia divina guiándola y protegiéndola, otorgándole una sensación de paz y certeza en medio de la incertidumbre.

Con esta inmensa sensación reconfortante, Ymac abrió los ojos.

¡Hola, aquí el autor! Perdón por no subir capítulos, estoy muy ocupado ultimamente. Cuando pueda subiré capitulos segun el horario. Gracias.

Johan_Peraltacreators' thoughts