webnovel

31. Lluvia roja

25 de julio del 2007.

Dicha mañana comenzó cuando las nubes decidieron caer en llanto. 

No había sido un día fácil para alguien como Houston. La tragedia lo perseguía como si fuese el culpable de todo; de todas sus desgracias. El nombre de Lola, por un momento, parecía haber sido un mal sueño, hasta que sintió la tristeza de la lluvia chocando contra su rostro, y, fue allí, que se percató que todo sucedió de verdad. 

La mañana fue muy triste y el ambiente se percibía silencioso y apagado. 

El dolor interno que Houston sentía era inimaginable. Charlaba, convivía con los demás e incluso escuchó a Steve hablar acerca de su triste vida, pero nunca nadie escuchaba a Houston, aunque tampoco quería hablar acerca de eso. Ni él sabía que quería. Quizá en el fondo quería ayuda, quizá un abrazo o quizá quería guardárselo todo porque se sentía una carga, quizá prefería podrirse en vida antes de buscar ayuda. Houston es idiota.

Horas después, Igor realizó ataques por todo el granero y más allá. 

"Alguien acaba de morir, Houston, por favor, para". Al dar el primer paso a aquella tierra humedecida por la lluvia, su mente le rogaba a él mismo que se detuviera, que se estaba dejando llevar otra vez por sus sentimientos. "Para", se dijo cuando caminaba hacia Igor.

Por otra parte, su corazón ardía en deseo de venganza y sus latidos se dispararon al ver el rostro de Igor.

Breves momentos después de que la raíz madre emergiera del mismo infierno para desatar una ola de caos, destrucción y terror, Igor se asentó en una raíz para ir también a los cielos. Salió de la tierra lo suficientemente rápido como para lanzar a todos los del suelo arriba. 

Con delicadeza puso sus pies sobre la raíz. —Que comience esto—Igor cruzó sus brazos y analizó el entorno.

Cayendo desde muy alto, Houston cobró consciencia. Monstruo acababa de morir y los restos de su carne se encontraban dispersos sobre su traje; y no solo el de él. Encontrado en el aire, se preparaba para impactar sobre un árbol.

Los demás miembros de la banda también se encontraban en el aire con el riesgo de caer y perecer. Otros fueron tomados por varias raíces y se los llevaron como rehenes, tal es el caso de: William y Steve.

—¡Mierda, mierda, mierda! —gritaba Juxs. Intentaba sostenerse de algo inexistente ya que, junto a Casey, caían desde una gran altura. 

—¡No me dejes caer, odio las alturas! —Estiró su brazo para que Juxs le apretara su mano y no lo dejara sólo.

—Te tengo, ¿¡Y ahora que mierda se supone que hago, Casey!? ¡Vamos a caer!

Desesperados, miraron a su alrededor para buscar una posible salvación. 

—¡Raíz, allí, agarra! —Casey solo tuvo la fuerza para producir tres palabras de su boca. Señaló una raíz.

Juxs apretó con frustración la mano de Casey y, con la mayor fuerza que tenía, agarró una raíz que salía de la raíz madre y de allí se colgó. El peso de Casey lo hizo sobre esforzarse. Ahora colgaban de una raíz y faltaban segundos para que finalmente cayeran y murieran. Justo en esos momentos se encontraban a kilómetros de altura.

Como se hallaban muy arriba, el cambio de presión se sentía bastante y sus oídos lo experimentaban. El agarre comenzó a perder fuerza.

—¡¡La mano, Juxs!! ¡Las malditas alturas, las odio! Carajo, carajo, carajo—la angustia de Casey aumentaba y la fuerza del agarre de Juxs disminuía.

Los cansados ojos verdes de Juxs brillaron al oír a Casey—Que extraño es oírte hablar así—comentó Juxs emocionado e intrigado—Pero... me gusta—soltó una pequeña risita. Un extraño sentimiento vino a él, algo así como un punzón en su corazón (o quizás el miedo le provocó un infarto).

—¡¡¡¡Mierda, Juxs, no son momentos!!!! ¿¡Qué hacemos!? ¡Mierda!

—¿No te gustaría morir juntos? No veo otra salida

—¡Mierda!

—Tranquilo, aún aguanto unos diez segundos—comentó Juxs bastante confiado.

Entonces, de la nada, la raíz de donde colgaban se estiró rápidamente y los lanzó de nuevo al aire. —¡AAAAAH! —los dos gritaron como locos y terminaron cayendo en lugares diferentes. Juxs cayó encima de los restos del granero y Casey impactó contra la raíz madre, pues era el suelo mismo.

—Ah, rayos, mierda—muy adolorido, Juxs se levantó. Viendo el lugar, notó como su vista se plagó de árboles, restos de madera y mucha tierra. Debía buscar a Casey para ver qué harían o cual era el plan.

—¡Juxs! Acá estoy, ¿estás bien? —preguntó Casey

—Sí, más o menos.

—¿Qué haremos? 

—No lo sé, venía a preguntarte lo mismo, ja

—¿No quieres sentarte y descansar? Te juro que tengo el corazón al punto del infarto—comentó Casey.

Ubicados en un extraño bosque con restos de destrucción, decidieron descansar. Para llegar a ese momento, toda la banda pasó por momentos bastantes frenéticos. Sin embargo, antes de que Juxs y Casey pudieran siquiera sentarse, los reconocibles gritos de John sonaron en alto—¡Raíz de mierda! Muérete—sus gritos se escucharon en gran parte del lugar, pero más que gritos era enojo por parte de John; una raíz lo llevaba por los aires.

—¡Apenas iba a sentarme! —reclamó Casey. E indignado, se levantó—Ya qué, vamos, Juxs, tenemos que demostrar que haremos algo más que solo lanzar rocas—le ofreció su mano.

Su amigo soltó un suspiro y aceptó la ayuda de Casey para levantarse—Hoy Houston debe alimentarnos con hamburguesas, o si no...—Juxs se veía molesta.

Con todo eso, ambos corrieron en busca de John. Sin él, la misión de derrotar a Igor podría ser tan solo un simple sueño.

Sentado en su raíz, Igor observó con una mirada de risa a Carnicero, quien fue capturado por sus raíces. De sus dos brazos y sus dos piernas fue agarrado. Frente a frente, le recordó lo que le había dicho—¿No fuiste tú quién me dijo que me ganaría incluso sin poderes? ¿Entonces? ¿Acaso fallaste? Ahora estás bajo mi merced y quiero que me demuestres que eres capaz de hacer algo—Igor enfocó su mirada en su pierna cortada—Olvídalo, ¡No puedes, ja, ja, ja!

—¡¡Púdrete, pendejo de cagada!! —Carnicero escupió el rostro de Igor.

Delicadamente, Igor limpió su rostro y, con un movimiento de dedos, hizo que las raíces llevaran a Carnicero incluso más arriba—¡¡¡¡¡¡Todos los que están aquí, yo soy su maldita segunda!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡No soy Aiden, soy mejor que él!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Y haré que el cielo se tiña de rojo y las nubes lloren sangre!!!!!!!!!!!!!! ¡Su amigo Carnicero morirá! —los feroces y agresivos gritos de Igor se escucharon hasta en los oídos más lejanos.

—Espera, Casey, ¿Ya viste? ¡Es Carnicero! —Juxs se detuvo. Arriba en el cielo, se encontraba Carnicero.

—Oh, mierda, ¿teñir el cielo de rojo? ¿¡Lo matará también!? Mierda, Juxs

Debido al temor, ambos se tomaron de la mano con fuerza. No estaban preparados para ver crueldad otra vez. Entonces, Carnicero volvió a maldecir—¡Hijo de toda tu puta madre, Igor! Si me matas, Steve vendrá a por... —antes de terminar su frase, Carnicero fue exprimido. De su pierna, las raíces giraron para la derecha y, de sus brazos, las raíces giraron a la izquierda, similar a exprimir un trapo. Después, las raíces arrancaron su cabeza, su pierna, sus brazos y se encargaron de exprimirlas también; hasta que quedaran sin sangre.

Y, cuando la sangre, los restos de su cuerpo y órganos caían, cientos de pequeños portales se abrieron y en estos cayó la sangre. Eso era la primera parte de un acto tan sádico que parecía irreal. La sangre dejo de existir por unos momentos, hasta qué, de nuevo, varios portales se abrieron. Uno encima del bosque donde estaban Juxs y Casey, y otro algo lejano que no se veía mucho, pero parecía una zona muerta y vacía, a excepción por una raíz enorme.

Los portales sirvieron como nubes, pues de allí cayeron gotas de la sangre de Carnicero. No era ninguna broma, Igor hizo que lloviera sangre sobre toda la banda.

—¡No, no, no! —Steve estaba aferrado al suelo, siendo retenido por miles de raíces pequeñas que lo impedían escapar. Un portal enorme se abrió encima de su zona. Si fuera poco, la sangre de quien pudo llamar amigo cayó encima de todo su cuerpo y rostro, entrando incluso a sus fosas nasales, boca y ojos.

Para Igor, la piedad era un término simple.