1 Capítulo 01: Inicio

Nacer.

Llamado también culminación del embarazo humano.

Según la ciencia, momento en el que un feto sale del vientre de la madre.

Según la religión, momento del comienzo de una nueva vida humana.

Humana.

Lo cierto es que los humanos son muy ególatras.

Siempre pensando que son el centro del universo.

Que son únicos.

Los preferidos.

Los especiales.

Los que siempre ganan.

Que merecen ganar.

Que a pesar de todas las cosas que hagan.

A pesar de matarse unos a otros sin ningún rastro de arrepentimiento.

A pesar de contaminar el planeta sin tener ningún cuidado.

A pesar de ser unos ególatras sin sentido.

Pero no siempre fueron así.

¿Por qué puedo afirmar esto?

Porque, aunque me dé un poco de vergüenza decirlo…

Fue culpa de mi padre.

Todo fue su culpa.

Él fue el que incitó a Samael a tentar a Eva.

Él fue el que convenció a Lucifer y los otros 6 príncipes del Inframundo de dejar el Cielo y unirse a su causa.

Él fue el que empezó la idea del liberalismo y del libre albedrío, dando inicio al masivo nacimiento de los ángeles caídos.

El 20% de todos los ángeles del Cielo cayeron solo por expresar una simple idea.

¿Cómo pasó esto?

Resulta que papá tenía un extraño don.

Un don demasiado conveniente para la labor que estaba dispuesto a realizar hasta el Fin de los Tiempos.

El don del "convencimiento".

Aunque "convencimiento" no es la palabra adecuada para describir su don.

Su poder.

Su naturaleza.

Se dice que la misión de los ángeles es el de guiar a los humanos por el buen camino.

Iluminarlos.

Pues bueno, si ellos tenían que "guiarlos".

Él tenía que perderlos.

Tentarlos.

Mi padre es Satanás.

El Rey Demonio Original.

Y así mis niños, fue el origen de la "Tentación".

La verdadera tentación.

No la burda imitación de la que los demonios actuales están tan orgullosos.

Incluso "El susurro del Demonio" que es actualmente la máxima forma de convencimiento innato de un demonio no es más que una simple burla, una imitación, una farsa.

Una basura entre toda la bazofia de todos los 9 reinos.

Es asquerosa.

Incluso más asquerosa que la mierda que Fenrir caga todos los días en la alfombra.

(Niños, chicas, recuerden enseñarle a Fenrir por enésima vez que tiene que cagar afuera en su lugar especial)

Pero bueno, me estoy desviando.

A Dios no le gustó eso.

O no, por supuesto que no.

Él era Dios.

El omnipotente.

El Camino de la Verdad y la Vida.

El Rey de Reyes.

Y Él no permitiría que su creación se viera contaminada por, según palabras de Él mismo, "su único error hasta la fecha".

Mi padre fue el responsable de extender la idea de que rebelarse a Dios, no era tan malo.

Ni tampoco tan difícil como se pensaba.

Kuoh- 25 años antes de mí

Kuoh.

Un pueblo común y corriente como cualquier otro.

Un pueblo pequeño, que a lo mucho no tenía más de 10 mil almas poblándolo.

Pero sin embargo, a su manera, hermoso.

Cálido en verano, no muy frío en invierno, pero lo justo para que nevara.

Una mezcla entre la belleza de un pueblo rural y el modernismo de una ciudad actual.

Con varias áreas verdes y muchos centros comerciales.

Sin edificios altos y hogareño, demasiado.

Con un tranvía que los comunicaba con otras ciudades, pero estaba abandonado desde hace ya tiempo gracias a la buena condición económica y las oportunidades de empleo que ofrecía este pueblo.

Entre los pocos atractivos turísticos que la ciudad contaba, había uno que inevitablemente llamaba la atención.

El templo sintoísta Himejima.

Una bella combinación de la mano humana y la naturaleza.

Juntas en una armoniosa comunión.

Amplios y hermosos terrenos.

Altos y frondosos árboles adornaban el paisaje.

Un sakura rosa terminaba de darle ese toque que remataba el cuadro.

Era una verdadera obra maestra.

Aunque las ofrendas que deben dar para mantenerlo deben ser exorbitantes.

Una verdadera fortuna.

¿Quién o quiénes serían los bondadosos (o locos según se vea) que daban un platal para que ese monumento siguiera allí?

No lo sé, y francamente no me interesa averiguarlo.

Pero eso será para otra ocasión.

Lo que nos atañe ahora son 3 niñas que alegremente juegan a las atrapadas corriendo alegremente por todo el templo.

-¡A que no me alcanzas, Shuri-chan!- exclamó alegremente una castaña, de aproximadamente 10 años de edad.

-¡Onee-sama, no me dejes atrás!- gritaba una pequeña castaña, de 6 años de edad, que jadeante trataba de seguirle el paso a su hermana.

-¡Corre Aki-chan, o Shuri-chan nos va a alcanzar!- respondió la castaña mayor mientras seguía corriendo.

¡No seas tan creída, Yumma-chan!-dijo una pelinegra de cabello largo, vestida con un kimono, tradicional prenda de las sacerdotisas, de aproximadamente la misma edad de la castaña mayor, a punto de alcanzarla. -¡Te tengo!- rugió la pelinegra, tirándose encima de la castaña ahora identificada como Aki.

PLOP

Las 2 niñas reían alegremente mientras se revolcaban sobre el mármol de la fachada exterior del templo. La castaña mayor se les unió.

Empezaron a rodar.

Tanta risa y adrenalina pura, tanta inocencia producto de la edad y tanta era lo mucho que se divertían… y tan rápido iban… que no se dieron cuenta que rodaban directamente hacia el sakura, ÚNICO sakura que se había plantado en ese templo en siglos desde su fundación…

Sería una pena que chocaran contra el árbol.

Una gran pena.

PUM

-Je jeje jejejejejejeje…- eso fue lo único que atinaron a decir las niñas antes de caer desmayadas bajo las aterrorizadas caras de sus madres, que fueron corriendo hacia ellas para auxiliarlas.

-Interiores del Templo Himejima- Tarde

-¡Auch! ¡Oka-san, me estás haciendo daño!- se quejó una pequeña pelinegra mientras su madre le limpiaba su cabeza.

-¡No te atrevas a quejarte Shuri!- dijo una mujer pelinegra, ya un poco canosa, madre de la pequeña niña pelinegra que al parecer se llamaba Shuri -¡Es la quinta vez en lo que va de la semana que haces lo mismo!-

-Pero no lo hago a propósito…- dijo la ahora identificada como Shuri, mientras unas lágrimas caían sobre su polvoriento rostro.

-¡Ouch! ¡¿Oka-sama, por qué nos pegas?!- gritaron al unísono las 2 castañas mientras se sobaban la cabeza.

-¿Y tienen el descaro de preguntar por qué?- les preguntó una mujer castaña, madre de Yumma y Aki mientras les aplicaba un desinflamante en sus heridas.-Primero tú Yumma, si sabes que Shuri-chan no le gusta que te burles de ella ¿Por qué la provocas?- dijo la madre castaña mientras le daba una mirada amenazante.

-¿Y tú Aki, por qué les sigues el juego?- siguió la madre de las castañas. -¡Pudieron salir heridas de gravedad!-

-¡Ya regresé!- dijo un hombre pelinegro con una pronunciada barba, mientras ingresaba.

-¡Otou-san, bienvenido!- chilló Shuri mientras corría directo hacia el hombre.

-¡Estoy en casa, hija mía!- dijo el hombre mientras se agachaba extendía sus brazos para que su hija lo abrazara. -¿Qué le pasó?-preguntó el hombre mientras le daba un beso en la frente a su esposa.

-Nuestra hija se tiró encima de Yumma-chan y Aki-chan y terminaron chocando con el sakura.

-¿En serio?- volvió a preguntar el hombre.

-Sí- respondió la pelinegra mayor.

...

-Y… ¿el arbolito está bien?- tanteó el hombre.

CLANC

El hombre, asustado, vio un cuchillo, que sabe Dios de dónde salió, a milímetros de su cuello tambalearse producto del impacto.

-¿Decías cariño?- decía la mujer pelinegra con una sonrisa que helaría el corazón hasta al más valiente.

-N-nada cariño, nadita de nada- dijo el hombre asustado, temblando hasta la médula.

-Eso pensé mi amor, eso pensé- concluyó la pelinegra mientras terminaba de curar a su hija.

-Bueno, Yumma, Aki y yo nos vamos- dijo la madre castaña.

-¡Pero mamá!- reclamaron las 2 castañas.

-¡Pero mamá nada, mañana tienen escuela y no llegarán tarde!- dijo la madre castaña.

-¡Buu!- susurraron las 2 niñas, haciendo un puchero.

-Adiós Yumma-chan, Aki-chan- dijo Shuri mientras se despedía.

-Adiós Shuri-chan- dijeron las 2 castañitas mientras se iban.

-Bueno Shuri, es hora de dormir- dijo el hombre pelinegro.

-Hai, hasta mañana Otou-san, Oka-san- dijo Shuri mientras se iba a su cuarto.

-Hasta mañana, hija mía- dijo su madre mientras veía a su pequeña hija cerrar la puerta de su cuarto.

ZAS

-Ahora cariño, me explicarás por qué te preocupó más el cerezo que tu hija- dijo tranquilamente la pelinegra mayor mientras agarraba firmemente un látigo de cuero negro, de esos que tienen puntas. –Estoy seriamente preocupada, te importa más un puto árbol que tu propia sangre- siguió diciendo la mujer, acercándose lentamente al tembloroso hombre.

-C-c-cariño, t-tt-tranquilízate- suplicó aterrado el hombre mientras temblaba.

-Respuesta… equivocada- concluyó la conversación la mujer.

ZAS

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-AYUDENME-

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ZAS

-¿Oka-san está teniendo sexo con Otou-san?- preguntó inocentemente la pequeña Shuri desde su cuarto mientras su madre detenía el látigo en el aire, incrédula por lo que había oído.

-Hija mía, ¿quién te ha enseñado eso?- preguntó su madre, tratando inútilmente de evitar su preocupación.

-Otou-san- respondió como una buena niña, sentenciando, sin saberlo, a su padre.

-No estamos haciendo eso, hija mía, solo estamos tratando de matar a una mosca, sí, eso estamos haciendo- dijo su madre a quien la mano le temblaba y su sonrisa se agrandaba, clamando sangre.

-¿Puedo ayudar?- dijo tímidamente la niña, mientras abría un poco la puerta de su cuarto.

-No te preocupes por eso hija, tú descansa- pidió amablemente su madre.

-Ok, hasta mañana Oka-san, Otou-san- dijo Shuri, cerrando su puerta definitivamente.

-Cariño, ¿tienes algo que decir en tu defensa?- preguntó dulcemente la pelinegra, mientras estiraba el látigo amenazadoramente.

-C-c-cariño, p-p-p-puedo e-e-explicarlo- lloraba el pelinegro, sabiendo que había despertado la vena sádica de su esposa.

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-¡PIEDAD!-suplicó el pelinegro.

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Y entre sonidos de dolor y agonía, la noche llegó a su fin.

No me daría cuenta hasta muchos años después que esa historia que me contaba la misma Shuri ya de adulta, que el carácter sado de las mujeres Himejima era más temible de lo que contaban las historias… ¡Y que era hereditario!

Mientras tanto en la Recidencia Hyodou – Ese mismo momento

-Y vivieron felices para siempre- culminaba la madre de las 2 castañitas, mientras cerraba un libro de cuentos de hadas.

-Quiero otra, ¿por favor?- decía Aki, la castaña menor, mientras hacía un tierno puchero.

-Será la próxima, hija mía, tienen que dormir. Recuerden que mañana tienen escuela- respondió dulcemente la madre, mientras arropaba a sus 2 hijas.

-Hasta mañana, Oka-san-dijo Yumma, la castaña mayor.

-Hasta mañana Yumma, hasta mañana Aki- respondió la madre mientras cerraba la puerta.

Las 2 niñas se acurrucaron y, como todas hermanitas hiperactivas, empezaron a conversar para tratar de dormir.

-¿Cómo quisieras que sea tu príncipe azul, onee-chan?- preguntó la pequeña Aki.

-Uhmmmm- empezó a pensar Yumma, mientras se agarraba el mentón, adquiriendo una pose pensativa. –Creo que debería ser una persona buena, adorable, seria cuando se necesita, un poco torpe, sí, eso le daría un toque cómico a nuestra relación, pero también que me ame, que me proteja y por sobre todo- decía Yumma, quien babeaba a montones- Debe ser un macho súper sensual y dominante para hacer ñaca ñaca toda la noche sin parar- finalizaba la castaña mayor mientras se sonrojaba enormemente.

-¿Onee-chan, qué es ñaca ñaca?- preguntaba inocentemente Aki.

-Cuando tengas mi edad te lo digo, Aki-chan.- decía Yumma mientras bostezaba.

-Mouu, yo quiero saber ahora- decía tiernamente Aki, mientras inflaba sus cachetes.

-Hasta mañana, Aki-chan- decía Yumma, dándole un beso en la frente a su hermana menor.

-Hasta mañana, Yumma one-chan- concluía Aki, mientras se tapaba, ya con sueño.

El silencio reinaba en la habitación de estas 2 niñas, hasta que un pequeño gemido contenido, casi imperceptible.

-Ufufufu, espero encontrarlo pronto- susurraba Yumma mientras se masajeaba los desarrollados pechos para su edad.

Lo que ella no sabría, es que efectivamente ella encontraría a su príncipe azul unos 10 años más tarde, bueno, su demonio azul. Un hombre adulto, de unos 35 años, con una cabellera de color negro como la noche, ojos azabache, mirada penetrante, musculatura envidiable, con un aura de elegancia innata y una sonrisa que derretiría el corazón de una lesbiana jurada. Ella era una mujer de 20 años, con una cabellera castaña que le llegaba hasta los muslos, facciones hermosas, como si el mismísimo Miguel Ángel la hubiera esculpido, con una figura de escándalo, piernas bien torneadas, un trasero bien formado y unas curvas delanteras sensacionalmente grandes y un aura inocente que para este demonio sería algo imposible de resistir. Esa misma niña que corría alegremente con su hermana menor y su amiga sacerdotisa, feliz e ignorante de la maldad de este mundo, pasaría los próximos 15 años disfrutando de repetidas noches de sexo duro sin descanso aplacando sus ansias. Y a lo grande.

Yo nací una tarde de mayo, en una pequeña villa de Inglaterra, al oeste de Londres. Mi padre era dueño de la villa después de reclamar un trato ancestral que había hecho con la familia dueña de la villa hace unos 2000 años antes. Eran solo 2 ancianos hermanos amargados que disfrutan de una propiedad que obtuvieron al asesinar a su padre. Eran un par de hermanos incestuosos que habían derrochado la fortuna de su familia. Al principio ellos se negaron, diciendo que ese trato nunca se había realizado, incluso tuvieron la osadía de querer llamar a la policía.

Bueno, eran humanos.

¿Esperaban que le creyeran?

¿Que era el legendario Maou Satanás que venía a cobrar su parte de un pacto diabólico hecho hace 2000 años?

Naaaah.

Después de que mi padre hiciera gala de su "talento especial", ellos se retiraron pacíficamente, pidieron el mayor préstamo que pudieron conseguir, lo donaron a una ONG anónima (mejor conocida como MI cuenta de ahorros), alquilaron un coche y…

Se suicidaron arrojándose contra un prostíbulo que quedaba cerca de la villa, acabando en el acto con sus miserables vidas y de la única mala influencia que quedaba en los 10 000 metros cuadrados que ahora era el territorio de mi familia.

Cuando se realizó la investigación judicial, mi padre, haciendo gala de su título de "Rey del Engaño y la Mentira", convenció a los jueces que nosotros no teníamos nada que ver en eso.

Debieron verlo, vestido con un elegante Armani negro, corbata de seda fina, con unos pantalones de la marcha Channel, unos zapatos a juego de diseñador, "negociando" con unos borrachos jueces con una copa de vino del "Día de la Victoria, 1945" en la mano y una maleta llena de dinero en la otra…

Fue épico.

Los jueces le creyeron TODO e incluso se disculparon públicamente por "dudar de la moral de esa gran y distinguida familia de gallardos caballeros filantrópicos que habían colaborado con la financiación de múltiples hospitales e orfanatos y descendientes de una de las pocas familias nobles que seguían existiendo en este noble país."

Sí, también compramos un título de nobleza.

¿Pensaban que eso de "príncipe" solo era el título de esta historia?

Pues no, se equivocaron.

Mi infancia fue relativamente normal.

Digo normal porque cuando les conté a Sirzechs onii-sama, a Grayfia onee-sama y a mamá y papá Gremory casi les da un infarto.

Yo tenía 6 años cuando llegaron las primeras visitas a casa.

La servidumbre abrió la puerta.

Paréntesis.

¿Servidumbre?

¿En qué momento?

Bueno, resulta que mi padre (a exigencias de mi embarazada y sensible madre) recogió a todos los demonios renegados de la región y les ofreció trabajar para él. Tendrían un techo y protección, además de un jugoso sueldo. Los demonios obviamente aceptaron y le juraron lealtad hasta la muerte.

¿Cómo es que el gran y todopoderoso Señor de todos los Demonios aceptó esa idea, siendo él servido siempre por demonios de clase Alta y de la más alta etiqueta?

Cuando le pregunté por eso, me miró, y me dijo solo 2 palabras que me dieron a entender el porqué de su aceptación (mejor dicho me lo dijo su cara ya que se puso azul):

-Sin comentarios-

No dijo nada más y tampoco indagué más en el asunto porque la verdad es que me daba miedo averiguarlo.

¿Algo que me esté olvidando?

A sí, durante esos años, mi padre invirtió en el negocio de la minería y los supermercados. Se convirtió en el dueño de una mega empresa encargada de la extracción de minerales en diversas partes del mundo y lidera una cadena de supermercados muy famosa llamada "Demons Mall", cuyo eslogan es la frase que dijo mi madre cuando se inauguró el primero: "Los precios son tan bajos, que parecen mentira".

Y la casa. Ah sí la casa.

Tiene 7 pisos, las escaleras son de mármol pulido y las barandas tienen forma de dragón de jade.

Cuenta con 35 habitaciones con un baño personal cada uno con jacuzzi incluido. Mi habitación se encontraba al costado de la de mis padres.

Los techos son de doble altura, destacan los amplios espacios enlazados entre si y, sobre todo, llama la atención la luminosidad que entra por los grandes ventanales que recorren la vivienda a uno y otro lado.

Por el acceso accedemos a la primera estancia, utilizada como despacho, y a las impresionantes vistas de uno de los salones que dejan ver la parte posterior de jardín a través de sus enormes cristales.

El comedor se encuentra cerca del acceso de entrada, frente a las vistas del salón. Todo el salón dispone de acceso al exterior y sus puertas correderas permiten unir éste a la zona de aguas.

El otro salón es más privado, amplio pero acogedor y con vistas de grandes ventanales al exterior. Tenemos cerca un baño de cortesía para visitas. Este salón se une a una zona de espaciamiento con mesas de juego de cartas y billar.

El sótano cuenta con 3 pisos subterráneos, tenemos la cocina, un amplio espacio con tecnología humana de última punta, más abajo encontramos la bodega, lugar de la colección privada de arte y vinos de mi padre y aún más abajo tenemos una gran sala de entrenamiento que equivale al tamaño de toda la casa. Esta estancia en particular tiene un hechizo de protección clase SSS, por lo que solo individuos con el poder de un Dios (el Bíblico), un Maou (del nivel de mi padre) y un dragón (como los dragones celestiales juntos y los 2 Dioses dragones) pueden destruir este lugar. Aparte, ni siquiera podrían entrar ya que solo las personas autorizadas por mi padre o yo pueden encontrar este lugar y con más razón entrar.

¿Y cómo demonios es que tenemos un hechizo de tal magnitud?

Bueno, tuvimos la colaboración de Ophis y de mi padre, así que no hubo problema alguno.

Si se preguntan por qué tanto lujo, fue idea de mi padre y sugerencias de mi madre.

Allí comprobé de primera mano lo increíblemente exagerados que pueden llegar a ser los demonios…

Y la imaginación humana.

Sin nada más que agregar, sigamos con mis memorias.

Era la primera que recibíamos visitas.

Por lo menos de familiares.

Todas las visitas que habíamos tenido antes eran de funcionarios públicos o diversas personalidades de no-se-qué ámbito en la compleja maquinaria de contactos de mi padre que venían a pedirle favores.

Pero por supuesto, pidiendo algo a cambio.

Mi padre les ponía la única condición que cuando él ya no esté en este mundo, cualquier favor que su querido y único hijo les pidiera lo hagan sin dudarlo ni un segundo.

Las personas por supuesto aceptaban.

Después de todo, si el padre era muy generoso, su hijo lo debía ser aún más.

Hay qué ingenuos, si supieran los favores que tuvieron que hacerme…

Sus caras de incredulidad cuando se los pedía…

Sus ENORMES sonrisas de satisfacción cuando les retribuía con unas botellas de whisky Red Label…

Jajajajajajajajajaja.

Bueno, otra vez me desvié.

Las 2 personas que cruzaron el umbral de la puerta no eran personas comunes.

Se notaba a la legua que eran demonios.

(Por lo menos para todos los sirvientes y mi padre, yo en ese entonces no tenía ni la más remota idea de la existencia de los seres sobrenaturales).

Y uno de ellos era espectacularmente fuerte.

Incluso sin estar peleando su aura era increíblemente poderosa.

Atemorizante.

El primero era un hombre joven, con el pelo plateado ligado con un peinado de trenzas que le llegaba hasta la cintura, alto, ojos celestes y un aura de elegancia y porte esbelto. Vestía con una túnica azul marino decorada con uno que otro accesorio que no me acuerdo cómo era.

(¿Es que todos los demonios de Clase Alta tienen esa clase de aura?)

El segundo, el del aura terrorífica, era un hombre de aproximadamente 40 años, también tenía cabello plateado que le llegaba hasta el cuello, ojos marrón oscuro, con una no muy desarrollada barba. Vestía con una túnica blanca y gris con bordes y decoraciones doradas, por debajo un traje blanco con bordes y cinturón negro.

Mi padre, con una inusual sonrisa en su rostro, recibió a los visitantes mientras yo me escondía bajo la falda de mi mamá.

-Rizevim, amigo mío, es un gusto volver a verte-decía mi padre, estrechándole la mano al sujeto con el aura horripilante.

-El gusto es mío, oh todopoderoso rey de los demonios- respondía el ahora identificado como Rizevim con un tono cargado de ironía mientras aceptaba el apretón de manos, haciendo una exagerada reverencia a modo de burla.

-Un gusto volver a verlo, Satán-sama- decía el peliplatino joven mientras hacía una reverencia, pero con respeto.

-A mí también me da gusto de verte, Euclid- respondía mi padre, mientras le hacía un gesto con la mano, indicándole que podía levantarse. -¿Cómo le va a tu hermanita? Me da curiosidad no verla por aquí, supongo que habrá crecido desde la última vez que la vi- dijo mi padre mientras le indicaba un sillón para que tomaran asiento.

-Mi hermana se casó con el Lucifer actual, Sirzechs Gremory- respondió fríamente Euclid mientras apretaba su puño con fuerza, signo inequívoco que no le gustó eso.

-Cuanto lo siento Euclid, no lo sabía- dijo mi padre, disculpándose.

-No tiene nada de que disculparse, Satán-sama. No estaba informado del hecho- respondió Euclid, tranquilizándose.

-Y bueno ¿A qué debo su inesperada visita?- dijo mi papá, mientras tomaba asiento en el sofá del frente, al costado de mi madre (y mío).

-Un pajarito me dijo por ahí que ya está cerca el día- comentó Rizevim.

-Como se esperaba del hijo de mi general ¿Cómo te enteraste?- preguntó mi padre, mientras el mayordomo servía el agua (ya que ni modo que vayan a tomar licor enfrente de un niño).

-¿Le pides a un mago que revele sus secretos?- respondió burlonamente Rizevim mientras tomaba un vaso de agua.

-Jajaja no por supuesto que no, solo es que me pica la curiosidad. Lucifer nunca me contaba cómo conseguía la información- continuó mi padre, quien ya había terminado su vaso.

-Secreto de familia-decía Rizevim sacando la lengua.

-Jajajajajajajaja- reían los 3 hombres.

-Disculpe mi intromisión, Satán-sama, pero ¿Quién es el niño que se esconde detrás de Yumma-sama?- preguntó curioso Euclid.

-Ah sí, me olvidaba que tú no estuviste en su nacimiento- respondió papá. –Issei, ven aquí- me dijo.

Yo negué con mi cabeza.

-Vamos, no seas tímido- dijo mi madre mientras me animaba a ir con mi padre.

Me acerqué donde mi papá, dudoso.

-Issei, no te preocupes, saluda- me animó mi papá.

Con ciertas dudas, saludé.

-H-hola- dije tímidamente.

-¡Qué mono!- chilló Rizevim mientras se abalanzaba sobre mí.

POV Chibi Issei

Para el carro.

¿Me acaba de decir animal o solo me parece?

No, me dijo mono.

Mono.

Animal de 2 patas.

¡Ese viejo decrépito me había dicho mono!

Como todo niño hijo de su padre que se respeta, solo hice lo primero que se vino a mi pequeña y ofendida mente.

PAM

En menos de un segundo, había golpeado al tal Rizevim…

En la cara…

Con mi pequeño puño…

Lo había enviado volando hasta la piscina…

Rompiendo la pared…

Y de paso la barrera del sonido…

A 2 kilómetros dentro de los terrenos de mi familia…

Hubo diferentes reacciones.

A Euclid le dio un tic nervioso.

¡Había enviado volando a su amo, el descendiente directo del gran Maou Lucifer, como si no fuera más que una simple cucaracha!

Mi papá estaba sonriendo con orgullo, como si hubiera esperado esto toda su vida.

A mi madre parecía que le iba a dar un infarto.

La servidumbre estaba aterrada por tal despliegue de fuerza del hijo de su señor.

¡Había sobrepasado a algunos de ellos que tenían muchos más años que ese niño!

Y yo…

Era un caso perdido.

-*Snif* *Snif* ¡Y-yo no soy un mono! *Snif* *Snif*- lloraba mientras lágrimas caían por mi carita de chibi. -¡Y-yo soy una persona! ¡NO UN ANIMAL!- terminé mientras lloraba a lágrima viva, escondiéndome en el regazo de mi padre, confundido y asustado.

- UHYAHYAHYAHYAHYA - se reía a carcajada limpia el tal Rizevim, con sus 12 alas extendidas, tratando de mantenerse en vuelo por la risa que le causaba mi pataleta. –ES POR MUCHO MEJOR DEMONIO QUE EL IDIOTA DE MI HIJO- decía mientras aterrizaba.

-Rizevim-sama, ¿se encuentra bien?- dijo preocupado Euclid, acercándose apresuradamente a su señor.

-Sí Euclid, me encuentro bien, demasiado bien para ser honestos- respondió Rizevim.

-BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA- seguía llorando.

-Creo que tendremos que esperar un poco- dijo Euclid, con una gota de sudor estilo anime.

Sótano-Sala de entrenamiento

-Bueno, ahora que nos calmamos, empecemos con las revelaciones- dijo mi padre sentado con las piernas cruzadas en el suelo, conmigo a su costado y los 2 demonios enfrente mío.

-¿Papi, quiénes son ellos?- pregunté mientras me aferraba a su brazo.

-En primer lugar Issei, tienes que saber el mayor secreto de la familia- comenzó mi padre, mientras se paraba junto a los otros 2 hombres.

-¿Uh?- moví hacia un costado la cabeza, en señal de duda..

-Nosotros somos demonios- dijo extendiendo sus alas, al igual que los otros 2.

Yo estaba shokeado.

En la espalda de mi padre habían aparecido 7 pares de alas de murciélago, y a los 2 extraños 6 pares.

14 alas por parte de mi padre.

12 por parte de los 2 extraños.

Contra todo pronóstico me emocioné.

-¡Guaauuu, qué genial!-exclamé entusiasmado mirando a mi padre. -¿Y qué es un demonio?- pregunté.

-Pues verás, un demonio es…- empezó a explicar mi padre por unos 15 minutos, Euclid me explicó la historia de las 3 facciones y Rizevim terminó de explicar el tema enseñándome sobre las Sacred Gear, las Longinus y para finalizar padre me dijo un secreto que de revelarse cambiaría totalmente la sociedad actual.

-¿Entonces Issei-chan, tienes alguna duda?- me preguntó Rizevim.

-Haber si entendí. Ustedes son demonios, seres sobrenaturales que se opusieron a Dios y se convirtieron en sus enemigos mortales. Papá fue el demonio original y expandió la idea de la libertad de opinión, con lo que el 20% de todos los ángeles cayeron, dando origen a los ángeles caídos. Luego de eso, papá junto con sus 7 generales fundaron el Inframundo, y el sistema de los "7 príncipes del Inframundo" junto con los nacientes 72 pilares demoniacos. Los caídos fundaron una organización que se dedicaba exclusivamente a la investigación llamada "Grigory" que más adelante se convertiría en el "Estado" de los caídos y Dios junto a sus Serafines quedaron en el Cielo, dando origen a las 3 grandes facciones. Hubo 2 guerras entre todas las facciones llamadas "Las Grandes Guerras". La primera tuvo como resultado la muerte de los príncipes Amón, Mamón y Belphegor, en Grigory fallecieron los líderes originales convirtiéndose Azazel en el líder de estos y el Cielo perdió a 8 de sus Serafines, quedando vivos 4: Rafael, Uriel, Gabriel y Michael. Después de eso, hubo otra guerra donde aliaron fuerzas para someter a los "2 Dragones Celestiales", Ddraig y Albión. Mientras los serafines, los líderes de Grigory y los 4 grandes Maous batallaban contra estas 2 lagartijas celestiales, papá y Dios se unieron para sellar al Dios Dragón Trihexa, el "Dragón del Apocalipsis". Fue la batalla más dura que mi papá tuvo y a pesar de su inmenso poder solo era cuestión de tiempo para que los venciera, entonces mientras mi padre lo distraía Dios realizó un sello prohibido que logró sellar a la Bestia, pero cuando estaban a punto de romper la tregua… te comiste a Dios- concluí mirando con incredulidad a mi padre, no por el hecho de la tremenda historia que acabo de contar, sino porque SE LO COMIÓ ENTERO. ¡Mi padre es un caníbal!

-No soy un caníbal Issei, simplemente absorbí sus poderes mientras tuve la oportunidad, el que haya desaparecido no estaba dentro de mis planes- respondió mi padre, con un tic nervioso por el hecho que eso fuera lo único que me inquietó.

Espera.

¿Cómo supo lo que estaba pensando?

-¿Te preguntas cómo puedo leer tus pensamientos?- me preguntó divertido mientras me sonreía. Verás, yo soy el opuesto a Dios y como ya te enteraste la principal tarea de Dios es "iluminar" el camino de los humanos. Si Dios los encamina, yo los "tiento" a abandonarlo. Y para "tentar" uno debe saber todo sobre su víctima, de ahí que pueda leer los pensamientos de las personas con tanta facilidad.

Guaauu, ¡Mi papá es sorprendente!

-Uhyahyahyahyahya, tu hijo es sorprendente Satán, pudo entender toda nuestra explicación a la primera- dijo el tal Rizevim quien me veía con los ojos abiertos como platos.

-Obviamente, después de todo es mi hijo- respondió mi padre, henchido de orgullo.

-Y… a todo esto… ¿Quiénes son ustedes?- pregunté ya con un poco de confianza.

-Ups, me olvidé que todavía no nos presentamos- dijo Rizevim con una pequeña risita. –Está bien, me presentaré- dijo extendiendo sus 12 alas demoniacas.

-Yo soy Rizevim Liván Lucifer, pero tú me puedes llamar "tío Rizevim" ¿Ok?- me dijo mientras me guiñaba un ojo y me sacaba la lengua.

-Yo soy Euclid Lucifage- me dijo el peliplatino más joven mientras hacía una avenia.

-Pero tú lo puedes llamar Onii-chan- interrumpió Rizevim.

-¡Rizevim-sama!- dijo Euclid, avergonzado.

-Y yo soy Satanás, tu padre- me dijo papá extendiendo sus 14 alas en todo su esplendor.

-Guauuu.- me dije a mi mismo.

Y no era para menos.

¡Estaba en frente de un superviviente de los 72 pilares demoniacos, el hijo de Lucifer y del Demonio Original!

-Entonces hijo, ¿no te parece buena idea presentarte como te enseñó tu madre?- me preguntó mi padre.

Ups, me olvidé.

-Eto… Soy Hyoudou Issei, espero que nos llevemos bien, tío Rizevim, Onii-chan- dije mientras hacía una reverencia.

-O-onii- c-chan…- dijo shokeado Euclid onii-chan mientras una ENORME sonrisa aparecía en su rostro.

-¡Qué monada!- dijo tío Rizevim a punto de lanzarse sobre mí pero…

Inconscientemente expulsé mi aura mientras lo miraba gélidamente y mis ojos se volvían rojos.

¿Qué? No me gusta que me digan mono, se siente raro.

-¡KYA! Qué mirada más aterrorizante- dijo tío Rizevim temblando excitado… encima de un todavía shokeado onii-chan.

-Issei, tranquilízate- me ordenó mi padre mientras expulsaba su aura, sobrepasándome por mucho.

Mi conciencia volvió, desapareciendo mi aura y el rojo de mis ojos.

Después de que el tío Rizevim bajara de Onii-chan, subimos al comedor para comer algo ya que era hora de la comida.

Luego de eso, subimos a mi habitación para seguir conversando.

Era una habitación amplia, con ventanas que permitían ver el jardín, una cama King junto con un velador para poner mis cosas. Al costado derecho había un armario donde guardaba mi ropa. Frente a mi cama, había una mesa con 4 sillas estilo victorianas y atrás en la parte superior de la pared, un televisor plasma de 42´ pulgadas.

(Sí, una cama enorme solo para un crío como yo, lo sé)

-Entonces, retomemos la conversación anterior- empezó onii-chan. –Issei-sama ¿qué nos puedes decir sobre las Sacred Gear?- me preguntó.

-Bueno respondiendo la pregunta de Onii-chan, las Sacred Gear, también conocidos como "artefactos de Dios", son elementos con poderosas habilidades otorgados a los seres humanos por el Dios de la Biblia. Dios creó las Sacred Gear como parte de su sistema para promulgar milagros en la Tierra. No puede haber más de un Sacred Gear del mismo tipo. Si un Sacred Gear es retirado del propietario, su poseedor morirá. Sólo los seres humanos o los híbridos de humanos nacen con estas. Los Ángeles y Demonios pueden obtenerlos por la reencarnación de un híbrido humano o humano como uno de los suyos. Los ángeles caídos han ideado una ceremonia para extraer y poseer un Sacred Gear de su usuario original. La razón por la cual los Demonios y Ángeles Caídos pueden poseerlos a partir de la conversión de humanos es porque Dios no previó la capacidad de reencarnación que desarrollarían estos. Pero entre todas hay 13 que destacan. Las "Longinus" son los Sacred Gear más poderosos, cuya función es la de derrotar a criaturas que ostenten el rango de Divinidad. Sólo pueden existir uno en el mismo espacio y tiempo. Las 13 Longinus conocidas son: True Longinus, Zenith Tempest, Annihilation Maker, Dimension Lost, Boosted Gear, Dividing Divide, Regulus Nemea, Canis Lycaon, Sephirot Graal, Incinerate Anthem, Absolute Demise, Innova Clear y Telos Karma- dije.

-Impresionante, solo se lo hemos explicado una vez y ya se lo aprendió- dijo Onii-chan.

-Sumamente interesante- dijo mi padre.

-Uhyahyahyahyahya, increíble Issei-chan, increíble- me felicitó tío Rizevim.

-Tío Rizevim…-empecé a decir.

-¿Sí, Issei-chan?- me dijo amablemente.

-¿Crees que tenga un Sacred Gear?- le pregunté inocentemente.

-Uhmm, no lo sé. ¿Quieres averiguarlo?- me dijo.

-Siiiiiiiii- le contesté, emocionado.

-Jijijiji, ya vale, primero cálmate- me ordenó.

Me calmé.

-Ahora quiero que pienses en lo más increíble que hayas visto-

Me concentré y recordé cuando mi papi sacó sus alas.

-Ahora levanta la mano y di con todas tus fuerzas "Sacred Gear"- me terminó de indicar mi tío Rizevim.

-SACRED GEAR- grité mientras cerraba los ojos y alzaba mi brazo izquierdo.

De repente, sentí mi brazo ligeramente más pesado de lo normal.

No mucho, casi nada.

Pero lo sentí.

Abrí tímidamente mis ojos…

Y lo vi.

Un guantelete rojo que abarcaba todo mi brazo, terminado en punta y una gema verde en la palma de mi mano con un extraño símbolo.

Euclid Onii-chan estaba con la boca abierta.

Mi padre le hacía una peineta al cielo, diciendo imperceptiblemente "jódete".

Y mi tío Rizevim…

-Euclid, agarra a este viejo que está por desmayarse- dijo mientras se desmayaba.

PUM

-¡TIO RIZEVIM!- chillé horrorizado mientras lo movía de un lado para otro, tratando de despertarlo.

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