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CAPÍTULO 18

NARRA T/N

Enid se encontraba toqueteando la pantalla de su móvil mientras yo observaba a través de la gente pasear. Estábamos esperando a que nos sirvieran el desayuno cuando Enid propuso tomar una foto para inmortalizar el momento. Para ser sincera, no me gustaba mucho eso de tomarme fotos pero era consciente que reusarme a hacerlo me llevaría a una discusión con la rubia. Y preferí ahorrármela.

-Enid: OMG - sonrió mientras miraba la pantalla - ¡Es nuestra primera foto juntas! ¡¿Debería subirla a Instagram?! - dijo emocionada.

-T/N: Como desees - la miré - Aunque yo no lo haría, quedaría feo que te dijeran algo por salir por ahí después de dejar a Ajax.

-Enid: Cierto - borró la sonrisa de su cara - Entonces será únicamente para nosotras, más personal.

Justo en ese momento apareció el camarero con nuestro pedido y empezamos a desayunar con ansia, estábamos hambrientas. Cualquiera pensaría que al ser una mujer lobo, comería de forma basta y vulgar, sin embargo era toda una señorita manejando los cubiertos. Ni siquiera se comío el doughnut con las manos, dijo que no quería mancharse con el glaseado sus preciosas garras.

-T/N: Nadie pensaría que eres una loba - solté una risilla - Eres muy fina y coqueta.

-Enid: Ya bueno, es que la mayoría tenéis una idea equivocada de los caninos - me hizo una mueca - Siempre dicen que los felinos son mucho más limpios - rodó los ojos.

-T/N: No te ofendas, yo también pertenezco a la familia de los caninos - sonreí - Estoy en tu equipo, aunque no mucho en el de los perros.

-Enid: ¿Y eso? ¿No te gustan? 

-T/N: Es literalmente mi enemigo natural - le recordé - Ya sabes, los perros pastores persiguen a los zorros que intentan atacar el rebaño de ovejas...

-Enid: En ese caso, como yo soy un lobo - dijo orgullosa - Deberías temerme mucho más - sacó sus garras juguetonamente.

-T/N: Enid - me crucé de brazos mientras sonreía de lado - Aunque saques tus garras, siento que estoy siendo amenazada por un simple cupcake.

-Enid: Con que esas tenemos - sonrió ladina y frunció ladina - Puedo ser muy intimidante si quiero, T/N - se levantó de su asiento y me agarró del cuello de mi camiseta acercando nuestros rostros - ¿Ves? - me gruñó sacando los colmillos.

Inevitablemente, mi vista viajó de sus asombrosos ojos azules hacia sus labios adornados con puntiagudos colmillos varias veces. No reaccioné ni dije nada, pero mi corazón empezó a latir un poco más rápido al verme en esa situación.

-T/N: - sonreí ladina - Me encantan tus colmillos, Enid.

La chica no tardó en retroceder y volver a sentarse en su asiento, entonces cogió su batido y bebió de este intentando disimular el color que se había apoderado de sus mejillas. Sinceramente me daba igual, con colmillos o sin ellos, con el ceño fruncido o una amplia sonrisa en su rostro, Enid me parecía... Inofensiva y atractiva de todas las maneras. 

Acabamos de desayunar y nos dirigimos a la plaza de Jericó donde habíamos quedado con Brooke, estaba ansiosa por poseer los malditos libros de una vez. Esperé en la fuente con Enid mientras escuchábamos a una de sus bandas favoritas de kpop, Seventeen. No entendía nada de lo que decían pero los reconocía porque en Japón también eran populares entre la gente joven.

-T/N: Allí está - dije levantándome de mi asiento - ¡Hey, Brooke!

-Enid: Ha llegado el momento... ¿Crees que está bien que nos colemos en la casa de la directora? - me miró preocupada.

-T/N: No nos estamos "colando", técnicamente nos ha invitado su hija - sonreí divertida - Así que no podrá recriminarnos nada si nos descubre.

-Brooke: Buenos días, T/N - miró a Enid - Y Enid - sonrió - No esperaba que fueras a venir acompañada.

-T/N: Enid y yo somos un equipo, vamos juntas a todos lados práticamente - dije sin saber que eso había hecho realmente feliz a la rubia - ¿Está muy lejos tu casa?

-Brooke: No, tranquilas. En diez minutos estaremos allí - sonrió - Además mis padres no estarán. Mi padre tenía asuntos que resolver en el ayuntamiento y mi madre está en la academia donde supuestamente deberíais estar vosotras - soltó una risilla.

-Enid: Los fines de semana podemos salir de la academia siempre y cuando tengamos permiso - rectificó - A todo esto... ¿Le hemos pedido permiso a alguien para venir?

-T/N: - dejé de caminar y la miré - No sabía que necesitáramos permiso.

-Enid: ¡Oh, genial! Que sepas que una vez regresemos, estaremos castigadas - negó con la cabeza.

-T/N: Habérmelo dicho antes - me encogí de hombros - Yo soy la nueva, no sé cómo funcionan las cosas aquí. Un momento... ¿Por qué sonríes?

-Enid: Porque sabía que no te ibas a preocupar por algo tan insignificante como pedir permiso a la directora - me miró y sonrió victoriosa - Así que yo misma me encargué de ese asunto ayer - me guiñó un ojo - De nada - dijo caminando por delante de mí siguiendo a Brooke.

-T/N: Vaya... - dije impresionada mientras miraba la espalda de Enid. 

Llegamos a la residencia de los Duncan y en seguida descubrimos que ellos se habían instalado hacía relativamente poco. Aún quedaban algunas cajas de la mudanza esparcidas por el salón, así que por un momento temí que Brooke no supiese sobre el paradero de los libros. Para nuesra suerte todo estaba bajo control y nos hizo esperar en su habitación mientras ella los buscaba en la caja fuerte de la habitación de sus padres.

-Enid: Es raro que estemos a solas en una habitación que no es la nuestra - comentó.

-T/N: Sí, y eso que este lugar es igual de colorido que tu habitación - agregué - Pero no apesta a tu perfume. Así que se siente extraño...

El silencio jamás me había incomodado, de hecho desde que me enviaron a Japón había sido obligada a meditar durante una hora diaria. Según mis abuelos, la meditación me ayudaría a conectar espiritualmente con mis alrededores y eso pontenciaría mis habilidades de kitsune. Así que estar a solas con Enid no me molestaba y no sentía tampoco que debiese hablar para evitar un momento incómodo. Sin embargo, la loba fue acercando su mano a la mía "disimuladamente" y con su meñique me dió un toquecito captando mi atención.

Llevé mi mirada hacia su mano jugueteando con mis dedos antes de subirla a sus ojos que me miraban intensamente mientras sonreía ligeramente. Y ahí estaba esa extraña sensación una vez más, volví a sentir ese calor apoderarse de mis mejillas sin razón aparente. Pero tampoco me molestaba, de hecho estaba disfrutando esa emoción nueva... Era excitante y hacía que se me acelerase el corazón. 

-Enid: Sabes una cosa... He leído en un artículo que se besa mucho antes con los ojos que con los labios - comentó con una voz mucho más grave a lo habitual - ¿Qué opinas sobre eso? 

Tragué grueso antes de volver mi vista hacia su mano jugando con la mía y después nuevamente a su rostro que esperaba una respuesta expectante. ¿Qué tipo de situación era esa? ¿Qué era lo que debía hacer en un momento así? Apreté la mandíbula y medité una respuesta mientras repasaba cada detalle de su rostro.

-T/N: Opino que si ese artículo fuese cierto... - observé cómo sus labios se entre abrían mientras que los míos se apretaban dudosos - Si eso fuese cierto, entonces tú y yo ya nos habríamos be-

-Brooke: ¡Ya estoy aquí! - dijo entrando a su habitación - No ha sido difícil abrir la caja fuerte, porque tenían como contraseña la fecha de mi cumpleaños - nos miró extrañada - ¿Estáis bien? Estáis como un tomate.

-Enid: La temperatura en Jericó es bastante más elevada que la que tenemos en la academia - se levantó y abrió la ventana - Seguramente sea por eso.

Suspiré y me llevé una mano a la mejilla para comprobar que efectivamente mi temperatura corporal había aumentado. Apreté los labios antes de mirar a Enid y encontrarla mirándome con un brillo distinto en su mirada que me hizo mirar a Brooke para tranquilizarme. Decidí no sobrepensar lo que acababa de pasar y me concentré en lo que habíamos ido a buscar, los libros sobre hydes.

-T/N: Gracias Brooke, con esto estaremos en paz - dije sosteniendo los libros - ¿Por qué los tenía tu madre aquí guardados?

-Brooke: Pues no lo sé, fue papá el que los guardó ahí - se encogió de hombros - Quizá ni siquiera mi madre es consciente de la existencia de esos libros.

-Enid: ¿Y por qué tú sí? - intentó no sonar demasiado agresiva o intrusiva con la pregunta.

-Brooke: Lo sabía porque ví a mi padre metérlos ahí dentro, aunque no tengo bien claro qué demonios son los hydes. ¿Hay alguno en Nunca Jamás?

-Enid: Si lo hubiera, tendríamos un problema - dijo seria - Así que estamos investigando para asegurarnos de que no lo hay - sonrió - De todas maneras tú no te preocupes, cuentas con una mujer lobo y una kitsune para protegerte - sacó las garras.

-T/N: Es tal y como acaba de decir - sonreí - Al darnos estos libros, has ayudado a mantener la paz y tranquilidad en la academia.

-Brooke: Genial entonces - sonrió - Esto... ¿Queréis que hagamos algo juntas ya que estáis aquí?

-T/N: ¿Algo como qué? - pregunté insegura.

-Brooke: Podemos ver una peli, jugar juegos de mesa, no sé... Ese tipo de cosas - nos ofreció con una sonrisa enorme.

-T/N: No lo sé-

-Enid: ¡Nos apuntamos! - dijo Enid por las dos - ¿Qué juegos tienes? 

-Brooke: Monopoly, parchís, trivial, UNO...

Oh genial, malgastar el resto del sábado haciendo cosas de adolescentes no estaba en mi lista de planes. Podría haber vuelto a Nunca Jamás y haberme puesto a leer los libros cuanto antes, pero no... La lobita quería quedarse a jugar, y yo no pude negarme al encontrarme con sus ojos azules y el puchero que estaba haciendo suplicándome que nos quedásemos. ¿Quería jugar? Pues jugaríamos.