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Incertidumbre

Taylor y yo salimos inmediatamente de ese callejón, intentamos ver algún rastro del tipo que nos ayudó, pero era inútil, se esfumó como si de un fantasma se tratara, ni siquiera tuve la oportunidad de darle las gracias, me aterra el pensar que hubiera pasado si ese sujeto no hubiese llegado a salvarnos.

Cuando logramos asimilar lo que había pasado nos contactamos con el Uber para reunirnos con él y una vez subidas al auto nos limitamos a disculparnos con el Uber por cambiar la ubicación a lo que él contestó que no había problema, no pensábamos darle todos los detalles obviamente, igual agradezco que no haya cancelado el viaje después de tantas vueltas que le hicimos dar, aproveché el viaje para meditar en las opciones que teníamos cuando de repente siento mi teléfono vibrar así que lo saqué de mi bolso y vi que tenía un mensaje de Taylor, lo leí y decía lo siguiente: "Te escribo por acá porque quiero hablar de lo que acaba de pasar, pero no quiero que el conductor nos escuche". Al leer el mensaje decidí contestarlo.

—Bien pensado Taylor, justo estaba viendo qué podemos hacer ¿Alguna sugerencia? 

—No lo sé, todavía no me creo lo que acaba de pasar, tenía mucho miedo Anya, estuvimos cerca de morir o algo peor.

—Lo sé, yo también estaba asustada, y ahora me siento confundida, es una sensación horrible.

—Y que lo digas ¿El tipo dijo que se llamaba Anubis no?

—Si, imagino que es por la máscara que usa, aunque no entiendo por qué usa una máscara de un dios egipcio.

—Imagino que es para ocultar su identidad y proteger a sus seres queridos, tú sabes, como en los cómics.

—Si, eso lo sé, me refiero a que porqué de Anubis, por qué no de otra cosa, ¿Crees que tenga algún significado en específico?

—No lo sé la verdad, ni siquiera descarto que haya sido un demonio o un fantasma.

—Jaja no creo que un demonio o un fantasma tuvieran una bolsa de dinero para pagarnos el Uber.

—Entonces ¿Cómo explicas que desapareciera en un parpadeo? No hizo ni un puto ruido, es la única explicación que se me ocurre.

—Tranquila, yo tampoco entiendo nada, me intriga mucho saber quién coño es, es decir ¿Hace esto habitualmente? ¿Será una especie de vigilante? ¿Por qué nunca habíamos oído hablar de él?

—No lo sé, aunque supongo que es mejor para él, dudo mucho que lo que más quiera es hacerse famoso o ser una celebridad o algo así.

—En eso tienes razón.

—Todo esto es muy loco, es increíble que haya llegado en el momento y lugar justo para salvarnos.

—Si, Dios bendito porque estábamos contra la espada y la pared.

—Tremenda paliza que les dio a esos imbéciles todo sea dicho.

—Si jajaja, ni siquiera se me pasó por la mente revisar si estaban vivos o no, me valió madres completamente.

—Que se jodan esos malditos, si los mató mucho que mejor, habrá menos basura en el mundo y disminuirá la contaminación ambiental.

—Jajaja puede ser.

—Oye, prométeme que nunca volveremos a tener la brillante idea de salir solas de noche por favor.

—No tienes que decírmelo dos veces amiga, fue muy estúpido de nuestra parte no aceptar la invitación de Dante y Denise de dormir en su casa.

—¿Deberíamos hablarle a Dante y contarle lo sucedido?

—A esta hora ya debe estar dormido, no quiero despertarlo y preocuparlo por nada, ya pasó lo peor, además como es querrá llevarnos a la fuerza a una comisaría para que testifiquemos sobre lo sucedido.

—Es verdad, puede llegar a ser algo mandón a veces.

—Algo, pero no te preocupes, le contaremos mañana en el instituto, espero que al haber más gente desista de armar todo un escándalo.

—No subestimes su capacidad de ser dramático.

—Jajaja tienes razón.

—Bueno, ya casi llego a mi casa, por favor avísame cuando estés en tu casa ¿sí? Yo le avisaré a Dante también.

—Claro, le avisaré a ambos, menos mal le logré enviar la ubicación, así estará más tranquilo, aunque capaz igual nos hace drama jajaja.

—Sisi, me iré preparando mentalmente para la turra que dará mañana.

—Jajaja tomaré tu consejo.

—Bueno, el Uber ya se detuvo, nos vemos Anya, cuídate.

—Igualmente, cuídate mucho Taylor.

Inmediatamente mandé el mensaje volví a mirar a Taylor y le di un abrazo de despedida, ella correspondió y luego se bajó del auto despidiéndose del conductor también.

Una vez Taylor entró a su casa le pedí al Uber que emprendiera camino hacia el punto final del recorrido que era mi casa, la verdad no sé si decirles a mis padres de todo lo que pasó, no es que no confíe en ellos sino que simplemente que no quiero preocuparlos con esto, ellos se interesan mucho por mí, y aunque pasen algo ocupados debido a sus trabajos se las arreglan para dedicarme tiempo a mí cuando pueden, pero bueno, es tema para otro momento, ahora necesito pensar la forma en asimilar el sueño esta noche sin tener pesadillas, joder, sigo sin creerme que salimos vivas de esa, muchas no la cuentan y pensar en eso me da escalofríos. 

Pasados unos minutos llego a mi casa, le pago al Uber, me despido y me bajo del auto para dirigirme a la puerta de mi casa, saco mis llaves y abro la puerta encontrándome con mis padres, que a juzgar por sus semblantes estaban con el Cristo en la boca por mi prolongada ausencia.

—Hola ma, hola pa, ¿A qué debo este honor de ser recibida por mis dos progenitores? —dije burlonamente tratando inútilmente de suavizar el ambiente.

—No estamos para bromear Anya, cierra esa puerta y entra ya —dijo mi padre en un tono serio, orden la cual acaté sin chistar y me acerqué a mis padres que estaban sentados en el sofá de la sala.

—¿Por qué tardaste tanto en volver a casa, hija? —dijo esta vez mi madre, en un tono igual de serio que mi padre— Dijiste que estarías máximo a las 10:00 pm aquí y ya es media noche, ¿A qué se debe esto?

—Ya les dije, tenía un trabajo grupal del instituto.

—Eso ya lo sabemos, lo que no entendemos es porque no eres capaz de cumplir tu palabra y venir a la hora que nos dijiste que volverías a casa, ya estás grande Anya, no puede ser que nos tengas a mí y a tu madre en esta incertidumbre sin saber si te ha pasado o algo, andar a estas horas de la noche es peligroso.

Al oír las palabras de mi padre no pude contestarle, sentí un fuerte impulso de decirles lo que había pasado, pero si ya estaban molestos por mi demora al saber lo que había pasado iban a empezar a recriminarme aún más, como pude me aguanté las ganas de hablar y me limité a guardar silencio y bajar la mirada.

—¿Y? ¿No tienes que decirnos?

—L-Lo siento...

—¿Por qué?

—Por no haber cumplido mi palabra...

—¿Y qué piensas hacer para remediar la situación?

—P-Prometo que esto n-no volverá a pasar...

—Eso espero, y para asegurarnos que cumplas tu palabra estarás castigada 2 semanas.

—¿Qué? N-No pueden...

—Si, si podemos, y lo haremos —interrumpió mi madre— Agradece que no te castigamos un mes.

—Pero ¿Y si tengo que hacer futuros trabajos en grupo?

—Pues dile a tus compañeros que vengan acá, es preferible eso a que tengas que ir tú, más si viven tan lejos.

—Ese es el problema, sería desconsiderado de mi parte hacerlos venir hasta acá.

—Pues tendrá que ser así, porque no pensamos darte permiso para ir a casa de alguien más, mucho menos de quedarte a dormir en casa de alguien más.

—Agh, bien.

—No nos rezongues jovencita, lo hacemos por tu bien.

—Siempre dicen eso para justificar todo lo que hacen.

—Es porque decimos la verdad hija —pronuncia mi padre— Puede que no lo veas así ahora pero cuando estés más grande lo entenderás.

—Si, ya, cuando esté más grande, sí, te creo pa —dije de forma sarcástica— Si eso fue todo ya me gustaría ir a mi cuarto, estoy cansada y necesito dormir.

—No, no es todo —mi madre extendió su mano— Ahora nos darás tu celular antes de ir a dormir, no queremos que estés distrayéndote y perdiendo horas de sueño.

—Vamos, esto no puede ser verdad.

—¿Acaso tengo cara de estar jugando? Anda, el celular.

—Bien, sólo déjame avisarle a mis amigos que ya llegué a casa —saqué el celular y rápidamente le escribí a Dante avisándole que ya había llegado a casa, que raro, está en línea, pensé que estaría por el quinto sueño ya, en fin, le avisé a Taylor y habiendo hecho eso le di el celular a mi madre— ¿Contenta?

—Un poco, ahora a dormir niña, sé que somos murciélagos pero no quiero que tengas ojeras por no dormir.

—Ya, ya voy, buenas noches —me despedí de mis padres y subí las escaleras dirigiéndome a mi cuarto, había sido un día larguísimo en verdad, directamente me lancé a la cama y me dispuse a dormir, no tuve ni siquiera oportunidad de recordar lo que pasó, estoy tan agotada que sorprendentemente se me hizo fácil conciliar el sueño, por fin, un poco de tranquilidad para variar.

 

 

...

 

 

Un nuevo día, mi despertador había cumplido su tarea de despertarme de mi preciado sueño y hacer que me levantara de mi suave cama con tal de apagarlo y hacer que parara de emitir ese sonido tan molesto, como pude busqué algo de ropa que ponerme, nada ostentoso, prioricé la comodidad a la hora de escoger las prendas que usaría, justo ahora lo que más necesito es sentirme a gusto. 

Una vez bañada, vestida y arreglada bajé a la cocina para prepararme algo, como de costumbre mis padres no estaban, era habitual que se fueran a sus respectivos trabajos tan temprano y que volvieran tarde a diario, claro, ellos si podían dejarme aquí sola todo el día y eso si les parece bien, en fin, una vez acabé con mi desayuno me dirigí a la parada de autobús para abordar el transporte que me llevaría al instituto, los minutos pasaron y después de pasar el horrible tráfico que se hacía por mi zona logré llegar al instituto.

Al llegar pude notar como casi todos los estudiantes estaban atentos mirando algo en sus móviles, laptops y demás dispositivos, algo había causado bastante revuelo al parecer, cuando llegué al salón me encontré con un panorama similar, pude divisar a Taylor y Dante sentados en sus pupitres a lo que yo me les uní como es obvio.

—Hola ¿Qué hay?

—Hola Anya —saludó Dante.

—Hola niña —saludó Taylor.

—¿Qué pasa? ¿Por qué todo el mundo está tan alborotado?

—Te caerás de culo te levantarás y te volverás a caer cuando te lo diga.

—Espera ¿Qué dices Taylor?

—Es Anubis, el tipo de anoche.

—¿Qué pasa con él?

—Tenías razón, es el vigilante de la ciudad, mira.

Taylor me pasó su teléfono en el que se veía un programa de noticias hablando de un nuevo vigilante en la ciudad que había detenido a varios criminales y vándalos anoche, incluyendo claro a los que intentaron violarnos, en el mismo callejón la policía al parecer los había encontrado y para infortunio del mundo estaban vivos, la policía se los llevó y eso fue todo, bueno, un poco decepcionante de parte de la policía no investigar más pero supongo que Anubis se las arregló para no dejar rastro.

—Increíble, el tipo detuvo un robo a una tienda local, un acto de vandalismo en un parque y encima nos salvó a nosotras, me lo llegan a contar y no me lo creo.

—Pues sí que es impresionante ese fulano —pronunció Dante— Lo que más me impresiona es que no encontraran nada en las escenas del crimen, es como si fuera una sombra.

—Lo fue, te lo dije, parpadeamos y el tipo había desaparecido por completo.

—Con razón toda la escuela está hablando de él ¿Quién creen que sea?

—Ni idea —dijo Taylor— Sostengo mi teoría de que es un demonio o un fantasma.

—Yo digo que debe ser un furry, o una furry, quién sabe —dijo Dante.

—No creo, tenía voz ronca, probablemente sea un chico.

—Puede tener un distorsionador de voz, si es tan asombroso como Taylor me contó debe ser capaz de hacer eso.

—Puede ser, a todo esto, ¿Tay te contó todo?

—Sí, tienes suerte, la regañiza que te esperaba a ti se la llevó ella.

—Fue horrible, tremendo sermón que me dio, parecía mi papá.

—Ya te dije, no suplantaré tu vacío de figura paterna, preocuparme por ustedes es algo que hago porque me importan.

—Awwwww ¿En serio? —dije halagada— ¿Desde cuándo nos tomaste tanto cariño?

—Joder, aunque fueran unas desconocidas no querría que un grupo de estúpidos degenerados les hicieran daño o las mataran, para la otra háganle caso al ser pensante del grupo y quédense en mi casa o dejen que las acompañe.

—Dudo que hubieras podido hacer algo, eran 3 tipos.

—Gracias por el voto de confianza, eh.

—Ya, que tu corazoncito de humano no se ponga sensible, en el fondo sabes que hubiera sido difícil.

—Seh, te diré que sí por lástima.

—Ay, no seas odioso.

—Bueno, pues supongo que ahora hay un vigilante protegiendo las calles.

—Si ¿Crees que la gente empiece a llamarlo Anubis o le pondrán otro apodo?

—No lo sé, no había pensado en eso.

—¿Anubis? ¿El tipo se llama Anubis? —preguntó Dante— ¿Por qué?

—No sé, él nos dijo que se llamaba así.

—Pufff, vaya personaje, un poco pretencioso ponerse el nombre del patrón de los cementerios y el amo de la vida y la muerte.

—¿Anubis era eso?

—Según la cultura egipcia sí.

—¿Y tú como sabes eso? —cuestionó Taylor.

—Es cultura general niña, no creo en esos cuentos.

—Ay si el sabelotodo.

—¿Será bueno o malo que se identifique con Anubis?

—Eso no lo sé, un poco flipado sí que es.

Nuestra charla fue interrumpida por el sonido del timbre anunciando el comienzo de la primera clase del día, ay no puede ser, me muero del sueño, veré de qué forma me echo una siesta cuando el profesor no esté mirando, solo espero llegar viva a la hora del almuerzo, supongo que este revuelo por el vigilante nocturno no hará más que aumentar, aunque le agradezco la labor que hace, sea por su ego o por convicción genuina me parece genial que haya alguien que todavía proteja al indefenso, aunque sea fuera de ley que no siempre está del lado del inocente, pero bueno, tema para después, ahora debo buscar la forma de prestar atención a las clases, Dios vaya calvario me espera.