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Confesión De Amor

¡Abuela!

- Ella desconoce muchas cosas. No entiende por qué los zombies tienen tanto miedo a envejecer. Por qué somos pocos los que no prestamos atención a eso. La he sobre protegido y por eso no lo sabe. Pero aún así, vió el mundo exterior y te ha conocido. Te trajo aquí. Eso significa que eres muy especial para ella.

- Bueno....emmm....- Nagi empezó a enrojecerse - No sé que piensa de mi, pero... Elizabeth es una persona muy importante para mí

-¡¿Nagi?!

- Oh... gracias - dijo la anciana - Elizabeth ¿Ya encontraste las respuestas que buscabas? Te preguntabas por qué temian envecejer ¿Cierto? Por tu reacción entiendo que aún no hallaste la respuesta. Por ser mi bisnieta te explicaré algunas cosas antes de morir - La anciana estaba sentada en su sillón favorito - ¿Qué sucedería si empiezas a envejecer ahora mismo?

- ¿Ahora mismo?

- Si, ahora mismo frente a Nagi. ¿Qué sucedería si comenzarás a envejecer frente a él? ¿Qué sentirás si tú pierdes tu belleza y juventud mientras que él permanece así...joven y bello.

- ¿Cómo me sentiría?

Instintivamente ella miró a Nagi, tan hermoso y jovial. Si comenzará a envejecer se volvería fea frente a Nagi. Ya no podría seguir mirándolo a la cara. De repente recordó las palabras de él "Cuando te ví por primera vez me sorprendí. Eres muy hermosa y amable. Indepentemente de tu clase, eres maravillosa. No importa si estás despierta o dormida, eres hermosa. También lo eres cuando te sonrojas".

Sus palabras golpearon su mente y su corazón. Si se volvía vieja se volvería fea y él ya no le diría ese tipo de cosas. De hecho ya no la miraría seguramente. Quizás hasta sienta asco al verla cómo envejece y va perdiendo su belleza juvenil. Los invisibles ni los de las otras razas no envejecen nunca. Solo lo hacen los Zombies por eso y otras cosas es que son la clase más baja de todas. Elizabeth se puso pálida de solo pensarlo siquiera.

- Creo que todos quieren vivir y ser bellos - siguió la anciana - Incluso en los recuerdos de lo seres amados. Esto te explica por qué los zombies nos aislamos también

- Ser bellos - murmuró Elizabeth

Esas palabras la impactaron más de lo que quiso aceptar, quizás se deba por tratarse de una Zombie o a lo mejor sea por sus sentimientos hacia Nagi

- Una vez que conoces el amor, querida bisnieta, no quieres que esa persona te vea envejecer y decaer. ¿Qué tal si al verte en ese estado Nagi deja de amarte? Incluso sin amor, una vez que te dicen lo bella que eres, para todo zombie es difícil dejar de pensar en ello. No somos lo suficientemente fuertes para aceptar eso.

Elizabeth recién lo comprendió, su abuela debía sentirse muy sola. Hablaba de ello porque tenía experiencia de lo que estaba hablando. Había amado también

- Entiendo lo que dice - intervino Nagi - Pero incluso si un día Elizabeth se enfrentará a eso, juro que no cambiaría lo que siento por ella. Lo mío no es tan superficial

- ¿Nagi?

- La persona que tienes frente a tí hoy, un día dejará de existir - dijo la amciana a Nagi - Hoy.mi bisnieta es hermosa pero en unos trescientos años empezará a envejecer y los últimos cien años de vida será una anciana como yo. Cuando eso suceda ¿Podrás decir lo mismo?

- Si, estoy seguro de ello - no había dudas en su voz sino determinación - No es especial para mí por su belleza. Más allá de su aspecto, su mente es pura y hermosa. Como lo es su espíritu. Y sin importar cuanto cambie físicamente, su corazón seguirá siendo el mismo

- ¿Cómo sabes que su mente no cambiará también - dijo la anciana

- Me quedaré con ella y así evitaremos ese cambio juntos. Además ella no es la única que tiene miedo de cambiar. Yo también tengo miedo, por lo tanto espero que esté a mi lado cuando esté asustado. Así podremos ayudarnos mutuamente. Es una chica un poco torpe así que lo mejor será que la cuide bien - esto último lo.dijo con una sonrisa alegre.

- Nagi

- Parece que conoces muy bien a mí.bisneta. Debes haberla cuidado muy bien hasta ahora

- Abuela

- ¿De verdad eres capaz de aceptar a Elizabeth a pesar de todo?

- Si, por supuesto que sí. No puedo vivir sin ella.

Aquella confesión de amor paralizó a Elizabeth ya que parecía salida de un cuento de hadas. No se imaginó aquello jamás. Nagi la amaba. Su corazón latía como un tambor.

- Gracias...sr.Nagi - Elizabeth ¿Y tú? ¿Podrás estar ahí para ayudar a Nagi?

- Claro que si, lo haré siempre. Lo encontraré sin importar cuántas veces desaparezca. Le prometí que jamás lo abandonaría

- Elizabeth

- Si piensas así Elizabeth es un alivio querida nieta. Los dos tienen la misma fe en el otro. Hoy fue un extraordinario día. Es bueno poder oír eso antes del final de mi vida. Ahora podré morir tranquila.

- ¿Morir? ¡No, abuela!

- No estés triste querida nieta, todas las vidas tienen un comienzo y un final. Tuve una larga vida

- ¡No abuela! - Elizabeth corrió hacia ella y tomó su mano. Al tocarla supo que la vida estaba abandonandola lentamente por la frialdad de su piel. - ¿Cómo podría... cómo...?

- Hubiera sido maravilloso si yo también le hubiese dicho a él  que me quedaría a su lado hasta el final.  Si le hubiera confesado que, sin importar mi belleza, quería que se quedara a mi lado siempre....

Aquello asombró a Elizabeth ¿De quién estaba hablando su abuela? Tal como lo pensó, la anciana había amado a alguien en el pasado. Pero no sabía quién era. Entonces ella miró a Nagi quien permanecía muy concentrado en un punto muy específico de la habitación. Pero no parecía haber nada allí. ¿Nagi? Ella también se centró en ese lugar y fue cuando sintió que algo en el aire se movía...algo se desdibujaba en el aire mismo....