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Humanos Contra Demonios. ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creo

Daniel, un joven en situación de pobreza, se enfrenta a una vida llena de adversidades tras perder a su madre al nacer y a su padre en un trágico asesinato cuando tenía tan solo cinco años. Sumido en una profunda depresión después de la muerte de su abuela, quien era su único familiar vivo, Daniel lucha por encontrar empleo y lucha contra la hambruna. Cuando su mejor amigo revela que su novia lo ha engañado, Daniel toma una angustiante decisión: acabar con su propia vida. Justo cuando está a punto de intentarlo, un anciano misterioso aparece frente a él, revelándose como el Dios de la Tierra. Con una propuesta sorprendente, le revela que Daniel es el candidato perfecto para un trabajo crucial. El anciano Dios le encomienda a Daniel una misión de vital importancia: salvar el mundo 1. En unos pocos años, un demonio amenazará con destruir ese mundo y, si eso sucede, todos los mundos alternos también perecerán. A pesar de sus circunstancias desesperanzadoras, Daniel acepta valientemente el desafío, marcando así el comienzo de una nueva y extraordinaria vida. El Dios de la Tierra le otorga a Daniel un guante especial, que le permitirá utilizar una amplia variedad de poderes mágicos, así como un teléfono que se convertirá en su fiel compañero y guía durante esta travesía. A medida que reúne un grupo de aliados y logra traer de vuelta a su amada abuela a la vida, Daniel se enfrenta a un perturbador secreto familiar que cambiará su existencia de manera irreversible. Ahora, en su papel como salvador del mundo, Daniel se adentra en un viaje lleno de peligros, descubrimientos sorprendentes y desafíos emocionales que pondrán a prueba su fuerza interior. ¿Podrá superar los obstáculos, confrontar su pasado y cumplir su destino, o sucumbirá ante la desesperación y el peso de sus propias tragedias personales? La respuesta definirá el destino de todos los mundos.

AngelPikas2 · Fantasy
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52 Chs

CAPÍTULO 11 (parte 2)

(Pov- Daniel.)

Una hora después, llegué a mi destino.

Llego al castillo del Rey Freis y entro a la fuerza al salón principal.

Tsk. Me estaba esperando.

—¡¡Rey!!

Veo al Rey sentado en su trono y los guardias se dirigen a mí.

—¡¿Eh?! ¡M-maldita sea, ¿qué haces aquí?! ¡Largo!

¿Eh? ¿No esperaba que llegara hasta aquí? ¿Me preparó una trampa o qué? Sea lo que sea, falló.

Toco el suelo.

—¡Crea!

Convierto el suelo en hielo y los guardias se resbalan. Me acerco al Rey volando con mis alas.

Los demás guardias se asustan al ver mis alas y se arrodillan... ¿Están rezando? No soy un Dios.

—Y yo creí que eras un demonio.- Dijo, con una larga sonrisa nerviosa.

—¡Debes detener esta pelea, muchas personas morirán!

—Te daré dos opciones: salva a los semihumanos o salva el reino del Rey Finder.

Eres asqueroso. ¿En serio crees que tienes el poder para darme opciones a mí? ¡Yo soy el que tiene poder aquí!

—¡Salvaré a los dos!

El Rey Freis empieza a reír.

—¡Los semihumanos no son como nosotros, no nos afectará que ellos mueran!

—¡No me importa, tienes que detener la pelea!

—¡No lo haré! ¡Prefiero morir a tener que dejar vivos por más tiempo a esos monstruos!

Pongo la punta de mi espada en su cuello.

—¡Detén la puta pelea!

—¡No lo haré!

—¡Por favor, detente, padre!

Esa voz...

Somos interrumpidos por la voz de la princesa.

—¡Padre!

Veo que la princesa nos está viendo... Lo siento, niña, pero no cambiaré de opinión. Haré lo que sea necesario para detenerlo.

—¡Para con esto, padre!

—¡No te metas, Kate!

—¡Por favor, no hagas esto!

—¡No me importa lo que digas, vete!

Veo al Rey Freis con odio... Maldita sea, quiero golpearlo. ¡Tu hija, con sus ojos llenos de lágrimas, intenta detenerte y no muestras signos de querer hacerlo! ¡¿Tan poco te importa tu hija?! ¡Infeliz!

—¡La pelea contra los semihumanos es una tontería, nuestro enemigo son los demonios, debemos trabajar juntos, padre!

—¡No quiero trabajar con esos monstruos!

¡Ahhhhhhhh! ¡¿Por qué tanto odio sin sentido?! ¡Definitivamente los demonios le hicieron algo a este Rey!

Este idiota no entenderá con palabras. Lo convenceré con violencia y tortura.

—¡Maldita sea!

Tomo al Rey del brazo derecho y me lo llevo volando.

—¡Déjame ir!

—¡No lo haré!

Tus pequeños golpes no me duelen, así que hazlo, sigue golpeándome, solo perderás el tiempo.

Y, princesa, lo siento, mira por una última vez a tu padre, porque no lo volverás a ver.

Más de una hora después, llegué.

Llego al castillo del Rey Finder.

—¡¡Rey!!

Veo que unos guardias acompañan al Rey Finder. Están en la entrada del castillo. Me estaban esperando, ¿eh? Perfecto.

—¡Cuídame esto, iré por los demás!- Dije, después de dejar al Rey frente a ellos.

—¿Qué planeas hacer?

—¡Los convenceré de detener esto!

A la fuerza.

(Tres horas después.)

Después de secuestrar al Rey Dreisi y al Rey Ednoc, los llevamos a un pequeño cuarto de tortura. El Rey Finder está a mi lado, me ayudará a convencer a los reyes.

—¡Paren con esta tontería, nuestro verdadero enemigo son los demonios!- Dijo el Rey Finder.

—¡No nos importa!- Dicen los tres.

... La estupidez humana no tiene límites... Tanta razón que tiene esa frase.

Pero estoy seguro de que esto tiene que ver con los demonios.

Si los reyes insisten en seguir con la guerra, significa que fueron manipulados mentalmente por algún demonio.

Le advertiré sobre eso al Rey.

Pasé una hora tratando de convencerlos, pero es inútil, no puedo convencerlos. Definitivamente están siendo manipulados por los demonios. Estos ya no tienen salvación alguna.

... Monarquía... Sangre real... Debemos reemplazar a los reyes.

... Malditos idiotas. No me dejan otra opción.

—Rey, si ellos mueren, ¿quién tomaría el poder?

—La princesa Kate sería la reina, y como Ednoc y Dreisi no tienen hijos, mis hijos podrían tomar el poder porque son parte de la familia real.

... ¿No tienen hijos...? Oh, es cierto, los reyes son jóvenes todavía... Supongo que creyeron que todavía tenían una larga vida por delante.

—Vaya, vaya... Ya veo... ¡Espada Dex! ¡Muslar asio!

Tomo la espada con mis manos... Me obligaron a hacer esto.

—Última oportunidad. ¡Retiren a su ejército!

—¡No lo haremos!

—¡Prefiero morir!

—¡Nunca trabajaría junto con los semihumanos!

... Soy un asesino, pero esto lo hago por el bien de las personas.

A cambio de la vida de estos idiotas, conseguiré paz para las personas y evitaré muertes.

Otra persona simplemente los encerraría en una prisión o calabozo, pero... Quiero matarlos. No quiero vivir el típico cliché en donde un demonio que se alimenta del odio comience a controlarlos y maten personas inocentes.

—¡¡Idiotas!!

Sin duda alguna en mi movimiento, les corto la cabeza a los tres de un solo ataque de espada... Sé que soy un asesino, pero era lo mejor.

—Lo siento, si no los mataba, miles de inocentes hubieran muerto.

Tomo las cabezas de los reyes... Ah, qué asco.

—¡Ahora regreso!

Al menos el Rey ya no podrá controlarlos. El ejército es libre. Espero que me escuchen.

... El Rey me estaba esperando en la sala principal y se asustó al verme. Me estaba esperando, pero no al mismo tiempo.

¿Qué tenía planeado exactamente? No quiso responderme, así que me quedaré con esa duda.

Unos minutos después, llegué.

Los cinco Zoriens ya no estaban y el ejército sigue avanzando. Estoy en mi forma como ángel, por si quieren pelear.

—¡¡Idiotas!!- Grité, lo más fuerte que pude.

Aterrizo en frente del ejército y les enseño las cabezas de sus reyes.

—¡¡Escuchen, por favor!! ¡¡Les dije que se detengan, "pendejos"!! ¡¡¿Quieren morir también?!!

El ejército se detiene y parece que no me atacarán.

—¡¡Nuestro enemigo son los demonios, debemos hacer equipo con los semihumanos para derrotarlos!! ¡¡Ya nadie es controlado por el Rey, así que ahora todos son libres y espero que escojan lo que es correcto!! ¡¡Los humanos y semihumanos deben volver a ser aliados y dejar de lado el odio sin sentido!!

Veo que la mayoría se queja de lo que digo. Malditos idiotas, los semihumanos son como nosotros, no somos tan diferentes... Admito que los semihumanos con cuerpo de animal y cabeza humana son raros de ver, pero no son malos.

—¡¡Los semihumanos son como nosotros, debemos trabajar juntos para detener esta pelea!!

El ejército sigue quejándose... ¡¿De verdad son tan estúpidos?!

—¡¡Ahhhhhhhh!! ¡¡¿En serio son tan idiotas?!! ¡¡¿Realmente quieren ser los esclavos sexuales de los demonios y dejar que les llenen el culo de leche?!! ¡¡Si seguimos peleando con los semihumanos, los demonios nos matarán fácilmente!! ¡¡Piensen en sus familias!! ¡¡Si siguen pensando de esa estúpida manera, todos moriremos!! ¡¡Niños, mujeres y ancianos!! ¡¡Todos moriremos si siguen pensando de esa estúpida manera!! ¡¡Nuestro único enemigo son los demonios!! ¡¡Dejen de ser idiotas y piensen mejor la situación!! ¡¡Ahhhhhhhh!! ¡¡¿Por qué los humanos de este mundo son tan estúpidos?!! ¡¡Ya me tienen harto, "a la verga"!! ¡¡Los humanos y semihumanos serán aliados de nuevo!! ¡¡¿Por qué?!! ¡¡Porque yo lo digo!! ¡¡Y cualquiera que discrimine a los semihumanos, conocerá mi furia!!

Veo que poco a poco los estoy convenciendo... Supongo que no quieren morir, aunque creo que mi amenaza los asustó.

—¡¡Regresen a sus putos hogares, no habrá pelea!! ¡¡Y váyanse acostumbrando a los semihumanos, porque serán nuestros aliados en la batalla contra los demonios, les guste o no!!

Veo que todos se dan la vuelta y se retiran... Vaya, vaya, eso fue un poco fácil... Supongo que ahora que sus reyes están muertos, ya no deben seguir. Además, me tienen miedo.

Sí, definitivamente dar miedo me beneficiará bastante.

—Fue más fácil de lo que pensaba.

Me voy volando del lugar.

—La princesa merece despedirse de su padre.

Le quité el padre a una pequeña niña... Lo siento, pero era necesario.

Lo siento.

Una hora después, llegué.

Llego al castillo y veo a la princesa, llorando en el trono.

... Yo... realmente lo siento, niña, pero tu padre ya no tenía salvación, los demonios le lavaron el cerebro o algo así, no tuve otra opción.

—Mataste a mi padre, ¿verdad?

Por favor, no me odies.

—Lo siento, tu padre era una amenaza, él prefería seguir odiando a los semihumanos y morir, que trabajar con ellos y derrotar a los demonios. Posiblemente los demonios lo manipularon o le lavaron el cerebro, así que ya no tenía arreglo, lo siento.

—Lo supuse... Era un mal padre, pero, de todas maneras, era mi padre.

—¿Quieres despedirte de él?

—No... No quiero.

—Está bien, Reina.

—¿Reina?

—Tú serás la nueva Reina... Aunque eres muy joven, ¿cuál es tu edad?

—Tengo 12 años.

—La edad perfecta para saber qué es lo correcto. Convence a tu reino de trabajar junto con los semihumanos. Debemos dejar atrás este odio. Ah, en serio necesitamos a los semihumanos, los demonios son más poderosos de lo que creí.

—Sí, lo haré, te lo prometo. Y sí, creo que mi padre estaba aliado con los demonios, Sandro derrotó a un demonio que estaba en la muralla del castillo, me acaban de informar de eso.

—Vaya, vaya.

Sandro, realmente eres poderoso... Ah, después me disculpo contigo, no tengo tiempo, debo regresar con mi abuela... No... La princesa se ve muy triste. Me necesita.

Mis alas desaparecieron y vuelvo a mi forma normal.

Me acerqué a ella y me senté a su lado.

—Hablemos... Deja salir todo.

Ella se está controlando para no llorar más.

Comprendo bastante bien lo que sientes, princesa. Créeme, lo comprendo muy bien.

—Guardar lo que sientes solo te hará sentir peor... Cuando mi abuela murió, me sentí igual que tú... Había perdido a la única persona que amaba y mi único familiar... Estaba solo... Conozco el dolor que sientes...

Le acaricié la cabeza y comenzó a llorar más.

—Deja de guardarte eso y sácalo.

—¡Waaah!

Ella me abrazó y sus lágrimas ensuciaban mi pecho, haciéndome sentir muy culpable, pero me sigo sin arrepentir de lo que hice.

Es por el bien de este y los demás mundos... Lo siento.

—¡Padre!

La vida puede ser difícil, pero debemos luchar para seguir adelante.

Ese es el sentido de la vida... Luchar para seguir adelante y disfrutar de la vida.

El dolor nos hará más fuertes... O eso me han dicho.

—Estoy aquí para ti.

Pasé una hora hablando con ella... Escuchando sus quejas... Sus ideas para mejorar el reino... Ayudándola emocionalmente.

... Creo que ahora ya se siente mejor.

Yo cometí el estúpido error de fingir estar bien para que las personas no sientan lástima para mí y eso me llevó a intentar suicidarme.

No permitiré que le suceda lo mismo a ella.

—Y después deben conectar esas tuberías a este lugar.

Si quiero que ella cumpla con sus objetivos, la ayudaré.

Le enseñé los planos para construir baños, sistema de drenaje, etcétera... Realmente espero que ella esté mejor.

Princesa y ahora reina, te ayudaré a construir un mejor reino para las personas.

Ya le enseñé suficiente por hoy, tiene sueño, la dejaré descansar.

—Debo irme... Cuídate mucho... La vida puede ser difícil, pero debemos seguir adelante y no rendirnos... No cometas el mismo error que yo.

—Gracias, nos vemos luego.

Realmente espero que ya esté mejor.

—¡Arches Nexus!

Me voy volando de ahí.

El camino que le espera será difícil de recorrer, pero ella es una buena chica... Estoy seguro de que hará bien las... cosas.

—¿Eh?

Al salir del castillo, veo algo bastante asqueroso.

Aterrizo para verlo mejor.

La cabeza decapitada de Cristal... La cabeza está en la muralla, y dibujaron flechas gigantes para que la vea.

—¿Los demonios hicieron esto?

¿Por qué...? Vaya, vaya.

Algo está en el suelo. ¿Una carta?

Es peligroso, pero...

—Muslar asio.

Si explota, me alejaré inmediatamente.

Con cuidado, abrí la carta... Nada pasó.

Letras en mi idioma, ¿eh? ¿La escribió mi madre?

Veamos... Dice solamente: "Solucionamos tu problema con los traidores por ti. Queremos ser tus amigos. Atentamente: los demonios".

—... ¿Qué?

Ah... No entiendo nada. Mejor hablo con Rose sobre esto.

Más de una hora después, llegué con el Rey.

Llego al castillo del Rey Finder y me dirijo caminando al Rey, que está en el salón principal, esperándome.

—Este asunto ya está arreglado.

—Muchas gracias, Daniel.

—Debemos hacer Rey y Reina a tus hijos de inmediato, yo iré a Soular.

—¿Irás de nuevo?

Es el momento perfecto para conseguir la ayuda del Rey.

—Sí, convenceré al Rey de trabajar juntos.

—¡Suerte!- Dijo el Rey, con una gran sonrisa, levantando su dedo pulgar.

Ahora que no hay más reyes que odien a los semihumanos, es el momento perfecto para conseguir una alianza con los semihumanos.

Los hijos del Rey no odian a los semihumanos, aprendieron a respetarlos porque su padre les enseñó que ellos son iguales a los humanos y no deben ser tratados como monstruos... Ese Rey me agrada.

Entro en la casa y no hay nadie.

—Supongo que también se estaban preparando para pelear.

Entro a mi habitación y tomo el libro que me dio Rose sobre la historia de los humanos y semihumanos.

—Lo necesitaré.

Me cambio de chaleco y de camisa.

—Las alas destruyen una parte de mi ropa. Creo que debo quitármela antes de transformarme.

Que desperdicio. Tendré que arreglarla o comprar más.

—¿Te irás de nuevo?

Esa voz...

Miro a mi izquierda y veo a Rose, que está volando al lado de mi ventana.

—Vaya, vaya. Hola.

Abro la ventana y Rose entra.

—Sí, me iré de nuevo.

—Tengo un regalo para ti.

Me da un libro.

—"La leyenda de los tres legendarios héroes". La mayoría de las personas lo consideran solo un cuento, creen que nunca pasó. Léelo y te darás cuenta de que lo que dice el libro es verdad.

—¿Un cuento?

—Sí, un cuento bastante popular, pero creo que está inspirado en hechos reales.

—No sé leer, pero conozco a alguien que puede leerlo por mí. Gracias.

Me enseña otro libro.

—"El libro de profecías de las hadas". Es un libro escrito por mis ancestros hace dos mil años. En una parte del libro dice: "Cuando los demonios aparezcan, tres aventureros legendarios aparecerán, uno en cada continente". Varias profecías del libro nunca se cumplieron, por eso creí que no importaba. Pero cuando vi que no pudiste usar los otros dos hechizos de espada, me di cuenta de que la profecía se cumplió. Tú estás en el continente dos, por eso puedes usar la espada Dex, el otro aventurero como tú, el que usa la espada Dax, debe estar en el continente uno, y el otro aventurero, el que puede usar la espada Dix, debe estar en el continente tres.

¿Otros dos como yo?

Dios, ¿tengo dos compañeros más? Que raro. ¿Por qué no me dijiste nada al respecto?

—Pero... Supongo que debo saber lo que dice este libro. Adiós. ¡Arches Nexus!

Salgo volando por la ventana.

... ¿Otras dos personas? ¿Vendrán de mi mundo o de otros mundos...? ¿Serán de este mundo...? Debo saber más al respecto.

—Dios nunca me dijo que era el único que trajo aquí, pero tampoco me dijo que trajo a alguien más aquí... ¿Pero también les dio un teléfono? ¿Por qué no pude llamarlos?

¿Eh?

Recibo una llamada y saco mi teléfono. Dios me está llamando.

—¿Dios?

Contesto, tal vez resuelva mi duda.

—No hables, escucha. A ti te di un teléfono, a los otros dos les di algo diferente. No te dije que había enviado a otros a ese mundo porque en ese momento no importaba. Puedes reunirte con ellos si quieres. Es lo último en lo que te ayudo. Adiós.

Cuelga... Supongo que tiene prisa.

—Bueno, al menos resolvió mi duda.

Abro la aplicación de mapa y veo los continentes... Son enormes, el más grande es el continente 1. Hay dos polos, igual que en mi mundo.

Vaya, vaya... El continente 3 parece una calavera, y el 2 parece el continente americano, pero más ancho y sin México.

—En este mundo solo hay tres continentes, pero son muy grandes, será difícil encontrar a los demás... Supongo que primero resuelvo el problema con los semihumanos.

Le llamo a mi abuela, para no preocuparla más de lo que ya está.

—¡Dani ¿estás bien?! Nos llamaron para pelear, pero nos dijeron que el problema ya se resolvió.

—Sí, tuve que resolver el problema... Escucha, me iré a Soular de nuevo, quiero que entrenes todos los días, diles eso también a las demás, por favor.

—¿Te irás?

—No te preocupes, estaré bien. Entrenen arduamente, yo haré lo mismo. Solo llámame en casos de emergencia, por favor.

—Claro, yo se los diré.

—Por cierto, me enteré de que hay otras dos personas como yo, enviados por Dios.

—¡¿Otros dos?!

—Sí, uno está en el continente 1, y el otro está en el continente 3.

—¿Irás a verlos?

—Tal vez, no lo sé... Adiós, abuela.

—Adiós, Dani, cuídate.

—Igualmente.

Cuelgo y guardo mi teléfono.

—Otros dos como yo... Creo que, si nos reunimos, nuestro trabajo será más fácil.

Solo espero que no sean personajes de relleno o inútiles.

Realmente necesito mucha ayuda.