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Episodio 12: combate de la misma raza.

Victor y Nine Sharon se enfrentaban en el centro del campo de combate, sus sonrisas llenas de confianza mientras la expectación de la audiencia crecía. El aura de poder que irradiaban era palpable, y ambos sabían que esta batalla sería épica.

—Invocación de adaptabilidad —dijo Nine Sharon con un tono feroz, canalizando su poder.

—Infernal eternal —respondió Victor, con una mirada sombría y determinada.

En cuanto pronunciaron sus técnicas, una energía negra brotó del suelo, envolviendo a ambos en una dimensión oscura y separándolos del resto del mundo. Dentro de esa dimensión, sus ataques empezaron a chocar con una intensidad que hacía temblar el aire.

La Invocación de adaptabilidad de Nine Sharon mostraba su maestría en controlar su entorno, creando criaturas y manifestaciones vivas que se transformaban continuamente para adaptarse a los ataques de Victor. Cada vez que un ataque de Victor se acercaba, las creaciones de Sharon lo esquivaban o mutaban, bloqueando su avance con precisión letal.

Por otro lado, el Infernal eternal de Victor era un poder oscuro que envolvía el espacio con llamas negras, un fuego infernal que devoraba todo a su paso. Cada ráfaga de poder infernal que lanzaba parecía consumir no solo el espacio, sino también cualquier intento de Nine Sharon por controlarlo. Las llamas infernales envolvían el campo, llenando el ambiente de calor abrasador y energía destructiva.

La lucha entre ambos era feroz. El choque de técnicas creaba ondas de choque que rompían la estructura misma de la dimensión oscura en la que se encontraban. La adaptabilidad de Nine Sharon respondía a cada ataque de Victor, pero las llamas infernales no dejaban de presionar, intentando consumir la energía del oponente.

—¡No podrás vencerme! —gritó Nine Sharon, mientras su invocación mutaba en nuevas formas, lanzándose contra las llamas.

—¡Ya veremos! —replicó Victor, sus ojos brillando con la intensidad de su poder mientras aumentaba la fuerza de su ataque.

A medida que las técnicas se enfrentaban, la tensión crecía. El poder de Nine Sharon estaba en constante evolución, adaptándose a cada nueva ola de fuego infernal que Victor liberaba. Sin embargo, las llamas de Victor, impulsadas por su técnica infernal, parecían estar siempre un paso adelante, consumiendo lentamente el espacio que las criaturas de Nine Sharon protegían.

Finalmente, el enfrentamiento alcanzó un punto crítico. La Invocación de adaptabilidad de Nine Sharon intentó reformarse una vez más, pero el poder de Infernal eternal de Victor había alcanzado su máximo nivel. Con un estallido de energía negra, una explosión masiva sacudió el campo de batalla. Ambos combatientes fueron lanzados hacia los extremos de la dimensión, sus cuerpos forzados al límite por el impacto.

Cuando el polvo comenzó a disiparse, ambos estaban de pie, aunque visiblemente agotados. Las grietas dimensionales a su alrededor indicaban lo brutal que había sido el enfrentamiento, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder.

Intercambiaron miradas. Aunque agotados, sabían que la batalla aún no había terminado. Las energías fluctuaban alrededor de ambos, preparándose para lo que sería el desenlace definitivo de su combate.

Victor, respirando con dificultad, observaba cómo la dimensión oscura finalmente cedía ante la presión de su técnica Infernal Eternal. La energía se había intensificado hasta un punto tal que las grietas en la dimensión se extendieron rápidamente, provocando su colapso total.

Cuando la dimensión se destruyó, ambos combatientes fueron expulsados violentamente al mundo real, con la energía oscura disipándose a su alrededor. Victor salió disparado hacia las gradas, perdiendo el control de su cuerpo por un instante. En un acto reflejo, lanzó un ataque de energía hacia el frente, utilizando el impulso del mismo para detener su caída. Logró estabilizarse en el aire justo a tiempo, su pie apenas tocando el borde del campo de batalla.

Respiró profundamente, aliviado de no haber caído fuera del área de combate. Su mirada se dirigió rápidamente a Nine Sharon, quien estaba a unos metros de distancia, levantándose del suelo después del impacto.

Ambos estaban agotados, sus cuerpos mostrando los signos de la intensa batalla. Sin embargo, Victor pudo sentir que su técnica había ganado terreno, y su confianza creció. Nine Sharon, aunque herido y exhausto, no había dejado de aumentar su poder, decidido a no ceder ni un centímetro más.

—Parece que aún tienes algo de lucha en ti, —dijo Victor, su voz firme pero jadeante.

Nine Sharon se incorporó lentamente, su mirada fija en Victor, con una mezcla de frustración y respeto.

—No he entrenado para esto solo para perder —gruñó Nine Sharon, su energía envolviéndolo una vez más.

Ambos guerreros sabían que la siguiente fase del combate sería decisiva. Las multitudes observaban en silencio, impresionadas por el espectáculo y conscientes de que el más mínimo error podría inclinar la balanza. Victor se preparó, elevando su energía una vez más, mientras Nine Sharon hacía lo mismo, ignorando el dolor y el cansancio.

El próximo ataque sería el final, y ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.

Victor cerró los ojos por un momento, concentrando todo su poder mientras una luz intensa comenzaba a emanar de su cuerpo. Su cabello se tornaba blanco, su piel irradiaba una energía que vibraba con un aura omnipotente. Con un grito final, alcanzó su transformación en Omni-Yadaratman, una forma que canalizaba poder universal y control absoluto sobre el tiempo y el espacio. El aire a su alrededor se distorsionaba, y la gravedad en el campo de combate parecía fluctuar por la intensidad de su presencia.

Mientras tanto, Nine Sharon, furioso y determinado, activó su Modo Iracundo. Su piel adquirió un tono oscuro, y un brillo rojo envolvía su cuerpo. Su musculatura se expandió, y sus ojos brillaban con una luz de furia incontrolable. Una tormenta de energía se formaba alrededor de él, mientras sus manos temblaban por la emoción de enfrentarse a su rival en su máxima forma.

El ambiente en la arena era eléctrico. El cielo sobre ellos oscureció, reflejando la tensión de las energías en juego. Los espectadores observaban en asombro y temor; nunca antes habían presenciado un combate de tal magnitud. Ambos guerreros representaban el pináculo de sus poderes, y solo uno saldría victorioso.

—Esto termina aquí, Nine Sharon —gritó Victor, su voz resonando como un trueno.

—No me subestimes, Victor —respondió Nine Sharon, su voz rugiendo con el eco de su poder.

Ambos se lanzaron hacia el otro con una velocidad inimaginable, sus puños chocando con tal fuerza que el impacto sacudió la arena y generó una onda expansiva que rompió las barreras de protección. Los golpes volaban a una velocidad imposible de seguir para los ojos comunes, y las explosiones de energía que provocaban sus choques iluminaban la isla como si fuesen soles en miniatura.

Victor, con su control del tiempo y espacio, desvió los ataques de Nine Sharon, pero el Modo Iracundo lo hacía extremadamente resistente. Nine no dejaba de atacar, sus golpes aumentando en velocidad e intensidad.

Finalmente, ambos cargaron sus técnicas más poderosas. Victor, con una esfera de energía infinita en su mano, y Nine Sharon, con una bola de poder lleno de furia roja. Sus ataques chocaron, y por un momento, el universo parecía detenerse mientras la energía de ambos titanes resonaba por todo el mundo.

La tensión en el aire era palpable mientras los ataques de Victor y Nine Sharon seguían enfrentándose en un brutal choque de energías. Victor, con una expresión decidida y furiosa, deshizo su anterior técnica y reunió toda su energía en las palmas de sus manos. —"No pasaré lo mismo dos veces."— Su voz resonó como un trueno, y con una poderosa carga, lanzó el Final Blaster Solar, una técnica que brillaba como un sol colapsando, directamente hacia el ataque de Nine Sharon.

Al mismo tiempo, Nine Sharon, con su furia desbordante, aumentó el poder de su ataque, lo que hizo que el choque en el centro fuera aún más intenso. Ambos ataques brillaban con tanta intensidad que el cielo y el campo de combate parecían oscurecerse alrededor de ellos, como si el universo mismo temiera la magnitud de lo que estaba ocurriendo.

Ambos guerreros, conscientes del daño que podían causar a los demás, crearon instintivamente un campo de fuerza para contener la destrucción. Sin embargo, la energía desatada era tan inmensa que el suelo bajo sus pies comenzó a desintegrarse, dejando solo un vacío donde alguna vez estuvo el campo de batalla. La energía acumulada formó un vórtice de poder que sacudía el espacio a su alrededor, emitiendo explosiones cegadoras de luz y ondas de choque que se sentían por toda la isla.

Finalmente, con un rugido combinado, ambos guerreros liberaron todo lo que tenían. La explosión resultante fue tan impresionante que iluminó todo el cielo nocturno, creando un espectáculo de luz y energía que pudo verse desde los continentes cercanos. Sin embargo, cuando la luz finalmente se disipó, Victor y Nine Sharon flotaban en el aire, agotados pero todavía de pie.

El campo de batalla bajo ellos había sido completamente destruido. Solo quedaba un enorme cráter donde alguna vez estuvo la arena de combate. La pelea, que parecía haber alcanzado proporciones divinas, terminó en un empate, ambos contendientes sin más energía para continuar. Las respiraciones de ambos eran pesadas, pero había una sonrisa en sus rostros.

—"Empate."— murmuró Victor, con una mezcla de cansancio y respeto.

—"No esperaba menos."— respondió Nine Sharon, satisfecho con el resultado, aunque aún sentía la necesidad de superarse. Ambos sabían que este combate no era el último, y que volverían a enfrentarse algún día.

Fin.