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Amigos de hace tiempo.

—Se que todo esto debe ser raro para ti, para mi también lo es… No se que decirte, honestamente.— le dije, nos habíamos abrazado para saludarnos, podía oler su perfume, sin duda olía magnífico.

—Realmente no tengo intenciones de sentirme incómodo, es verdad que me sorprendió verte así, te ves muy bien, incluso me atrevería a decir que te ves mucho mejor así, ¿Has pensado en una transición?— me preguntó bastante ya más relajado.

—Si, lo he pensado varias veces. Pero, honestamente estoy así gracias al morbo de varias docenas de hombres y tal vez alguna que otra mujer, creo que una transición sería si estuviera completamente segura de que esta vida es la que quiero seguir…— me miraba fijamente, esperando que continuara hablando. —Empecé a hacerlo por un chico que conocí, no salió muy bien… Después de teclear un rato por internet me di cuenta que hay un mundo repleto de información y depravación respecto al tipo de personas como yo, vi que le podía sacar provecho y eso estoy tratando de hacer, con el trabajo en la fábrica y esto puedo vivir mejor de lo que he vivido antes, puedo darme algún gusto que quiera y quien sabe, si abro alguna página para adultos o algo tal vez pueda sacar más provecho.— terminé de decir, segundos después el chico nos trajo nuestros cafés para después irse, al levantar el café pude ver una pequeña nota que había dejado. "El café va por mi cuenta <3" decía la nota y justo abajo un número de celular. —¿Ves? Incluso pienso que como chica me va mejor con las personas.— < p>

—Las chicas están con quien quieren, los chicos con quien pueden. Es una pequeña ley no escrita que siempre se ha seguido, se sigue aún y se seguirá por siempre.— me dijo un ya un tanto más relajado, soltó un suspiro.

—¿Por qué buscas pareja en una app de citas? La mayoría de las personas que están ahí no buscan nada serio, lo sabes al igual que yo.— bajó la mirada fijamente hacia su café. —Se que estás desesperado por tu edad y esas cosas, pero créeme, el amor llegará cuando tenga que llegar, tal vez lo que tienes que hacer ahora es disfrutar de tu soltería, tener sexo con cuantas chicas puedas, no lo se, experimentar cosas nuevas. Se que el trabajo quita mucho tiempo, pero hay mejores maneras de conocer a alguien…— me detuve un momento, tal vez en eso estoy equivocada, creo que hoy en día los medios más rápidos para encontrar a alguien es por internet.

—Llevo más de 8 años sin una pareja, sin sexo, ni siquiera salgo de casa, es como si estuviera cansado, tal vez las chicas buscan lo que yo tengo, pero lo buscan ya sea en un hombre con dinero o en un hombre joven y yo ya no soy precisamente joven y por supuesto que no tengo mucho dinero y las señoras mayores, bueno, buscan algo más que un mecánico de una fábrica explotadora…— lo miré triste para después darle un sorbo a su café.

—¿Por qué no te dedicas a hacer gameplays o hacer streams? Tienes todo, una PC Gamer, una consola, un departamento que aunque sea pequeño es tuyo y por lo que me cuentas en la fábrica sabes jugar muy bien. Ya quisiera yo tener una PC Gamer para poder dedicarme a eso, o incluso solo para jugar…— pensé un momento… —Tal vez es por eso que hago esto… Cuando vivía con mis padres nunca pude comprarme lo que yo quería, nunca le dieron prioridad a las cosas que me gustaban, ahora que tengo un poco más de dinero y que vivo sola es cuando puedo empezar a comprar las cosas que siempre quise. No lo se…—

—Lo único que quiero es volver a pasar una tarde con amigos que si se diviertan sin drogarse o hablar del trabajo, solo quiero… Hablar con alguien, divertirme con alguien. La soledad es buena, pero hay un límite.— es cierto, los seres humanos somos sociales por naturaleza, no importa si es una tipa ridícula que dice que ella podría estar mejor si se queda sola toda la vida, no. Eso es imposible, ya sea por que hay cosas que son imposibles hacer solo o porque siempre al menos un par de veces necesitarás una compañía que no sea un animal como un gato, perro o cualquier mascota. Todos necesitamos pasar al menos un rato con alguien para divertirnos, hablar o simplemente hacer nada, pero hacer nada juntos.

—¿Quieres ir al cine? Yo invito, hay una película de alienígenas que dicen que es muy mala, no la he visto, pero suena a que podemos reírnos de ella— le dije mientras me levantaba de mi asiento.

—Esta bien, me parece bien— me respondió para después comenzar a levantarse de su asiento. Antes de que comenzáramos a caminar me paré frente a él.

—Una cosa más, a partir de ahora, no estas con Light, estás con Annie, se le llama juego de rol, somos amigos desde hace mucho tiempo, pero por cosas del destino nos distanciamos, ahora que nos volvimos a encontrar en el café de casualidad, decidimos pasar un día juntos y divertirnos como antes lo hacíamos. ¿Hecho?— le extendí mi mano, esperando que la estrechara. Parecía pensarlo. —Vamos, no lo pienses, soy Annie, no darle vueltas al tema hará que todo fluya de mejor manera, a partir de ahora tomamos nuestro papel, ¿Entiendes?— creo que así no se juegan los Juegos de rol.

—Está bien, hecho.— bueno, creo que el cree que así se juegan, estrechó mi mano con fuerza, sus manos eran grandes y gruesas comparadas con las mías. No lo solté de la mano al contrario, comencé a caminar rápidamente jalándolo de la mano, haciendo que me siguiera camino al cine.

El cine me gusta mucho y más cuando son películas que cuanto menos son entretenidas, reíamos y bufábamos cuando veíamos alguna tontería o alguna incoherencia en la trama de la película, era como yo, disfrutábamos de las películas malas siempre y cuando fueran entretenidas, saliendo del cine nos dirigimos a un establecimiento donde pedimos makis, aunque nunca las habíamos probado ambos teníamos la curiosidad de probarlas, esta vez él pagó y para nuestra fortuna no estuvo tan mal. Paseamos un rato por el centro de la ciudad mientras comíamos un helado para después llegar a su auto, me dijo que me llevaría a casa y yo como buena amiga acepte.

—¿Quieres pasar a beber algo? Se que casi no bebes alcohol, pero no necesariamente debe ser alcohol.— le dije mientras estábamos en el auto afuera de mi departamento. No había invitado a nadie a mi departamento desde que me mudé, a nadie. Quería que él se sintiera especial.

—Si, de hecho me gustaría que me presentaras a Raspy.— le conté a Cedric de mi gatita Raspy, blanca con dos pequeñas manchas negras en la cabeza. Ambos bajamos y nos dirigimos al departamento, abrí la puerta y ahí estaba la pequeña gata ya esperándome la abracé con fuerza para después entregársela a Cedric, era muy tranquila y aunque nunca había visto a alguien más además de mi, sin duda Cedric le cayó bien.

—Puedes sentarte donde gustes ya sea en la barra o en la mesa o en la sala.— dije mientras caminaba hacia el pequeño refrigerador en el que tenía algunas bebidas. —Tengo coca cola, agua de uva y algunas viñas de durazno— dije esperando que me respondiera.

—¿Y esa botella?— me preguntó al ver una botella de Bacardí de 750ml.

—Creí que no querrías alcohol— le dije mientras cerraba el refrigerador con la coca cola en mano. —Pero si quieres te puedo servir.— dije para después poner la coca cola en la barra y tomar el Bacardí.