El paso del tiempo

En algún lugar de Inglaterra.

Ninguna persona piensa que recuerdo esa noche, es algo anormal para las demás personas, pero para mí era natural podía recordar claramente todo, el como mis abuelos dieron su vida tratando de proteger a mi "hermano" y a mí, como mi "padre" me abandono por la sugerencia de un anciano y también el como mi madre se negó rotundamente a hacerlo solo siendo ayudada por mi padrino.

Con el paso de los años muchas cosas pasaron.

Pocos meses después del ataque de Voldemort a nuestra casa mi madre se divorció de james e intento ganar la custodia de Harry mediante un juicio mágico ya que se negaba a dejarle a James a su hijo, lamentablemente eso no salió tan bien como esperaba, solo logro cumplir su primer objetivo después de todo el seguía siendo el heredero de la Casa Potter mas el hecho de que Dumbledore le favorecía el caso de la custodia estaba destinado a fallar e incluso intentaron quitarle mi custodia, algo que hubieran logrado de no ser por mi padrino que intervino con el nombre de la Casa Black y aunque no lograron separarme de mi madre si lograron el alejar a Harry de ella alegando que solo se le permitiría verlo cuando fuera lo suficientemente mayor.

Después del juicio mi madre estuvo un tiempo deprimido por su fracaso mas el hecho de no poder ver a su hijo, solo el apoyo de Sirius y el hecho de que tenia que cuidarme lograron sacarla de ese estado.

Al final de eso mi madre intento dejar Grimmauld Place pensando que ya había sido mucha molestia para Sirius, por supuesto mi padrino no la dejo ir a ningún lado, así que mi madre no tuvo otro remedio que quedarse.

¿Y bueno que hay que decir sobre mi tiempo viviendo en Grimmauld Place? No mucho en realidad.

Mi madre siempre fue cariñosa conmigo, aunque sé que todavía se lamente por no poder ver a Harry intento que no piense demasiado en eso.

Mi padrino se convirtió en mi figura paterna y mejor amigo.

Todavía recuerdo cuando tenía 5 años y tomé su varita y jugué con ella, ni siquiera sé por qué lo hice siempre había sido un niño tranquilo pero esa vez algo me llamaba a hacerlo.

Cuando intente balacearla como había visto que mi madre lo hacía, sentí un calor insoportable en mi mano era como si me estuviera quemando, rápidamente la solté provocando que toda la sala empezara a quemarse.

Por supuesto ambos se enojaron por eso, pero no fue por la pérdida del salón fue por que pude haberme lastimado.

Mi padrino me dijo que ese tipo de cosas era algo normal, me explico que cada varita era diferente y que le tenía lealtad a su dueño, por lo cual si alguien intenta hacer magia con una varita que ya poseía dueño este lo rechazaría o no funcionaria como se esperaba, pero me dijo que nunca había escuchado de un caso que tuviera ese tipo de reacción adversa.

Ya que no había escuela para magos antes de los 11 años, me vi obligado por mi madre a asistir a la escuela muggle mientras crecía, incluso cuando le pedía ayuda a Sirius para no tener que ir me dio la espalda diciendo que era algo necesario, que gran mentira ni siquiera el lo creía solo lo dijo para no enfadar a mi madre.

Cuando tenia 7 años fue que volví a saber de mi "padre" al parecer se iba a volver a casar por supuesto no estábamos invitados, además también había convertido a mi hermano en el heredero de la Casa Potter dejándome a mi sin el título, esto enojo mucho a Sirius y de no haber sido por mamá que lo tranquilizo estoy seguro de que lo hubiera golpeado.

Lo único bueno que salió de esa situación fue el hecho de que Sirius al fin se le propuso a mamá, sí que trabaja lento, así mi madre y yo nos convertimos en Black.

Arthur Charlus Black suena bien ¿no?

El único problema es que ahora era el heredero de la Casa Black, por lo cual debía aprender etiqueta, derecho, tradición y un largo etc.….

Si bien padre nunca fue un gran fanático del fanatismo de sangre pura, me explico que no podía dejar caer el nombre de la Casa Black por lo que hice mi mayor esfuerzo en aprender todo lo que me decía, aunque fuera tedioso.

En ese momento también aprendí que Gran Bretaña no era un lugar muy bonito para vivir si eras muggle-born o incluso si eras mestizo como mi caso, lo que un muggle-born lograba con esfuerzo tras esfuerzo un pureblood lo lograba fácilmente.

En mi cumpleaños número 8 papá me presento a su hermana Andromeda Tonks la cual había traído a su hija Nymphadora Tonks que era mayor que yo por 7 años lo primero que vi era que tenia el cabello de color rosa, después de hablar con ella me dijo que era un metamorfomago me explico que era capaz de cambiar su forma física siendo sincero estaba celoso de esa habilidad ya que era realmente útil.

Continuamos hablando un tiempo principalmente de Hogwarts y lo que aprendían en ella me quede fascinado con las cosas que me contaba hablamos hasta que su madre dijo que tenían que irse.

Desde entonces tenia mucho contacto con ella y se convirtió en mi mejor amiga un pensamiento triste ya que no tenia muchos amigos en esa época.

En ese mismo año empezaron mis lecciones de magia por supuesto todo teórico y nada practico ya que mamá tenia miedo de que me lastimara.

Me explicaron que había 4 cosas muy importantes al lanzar magia.

La primer era la Intención era lo que querías que hiciera tu magia.

La segunda era la imaginación ya que debes ver lo que intentabas hacer.

Fuerza de voluntad cuanto quieres que haga tu magia,

Y por último el poder mágico era lo que permitía genera lo que pretendías si no tenias suficiente poder mágico y aun así forzabas a hacerlo podías morir debido a la reacción que tendría tu núcleo mágico.

También mencionaron que la magia sin varita era algo muy difícil ya que requería un mayor gasto de poder mágico, además del hecho de que el hechizo usualmente tenia un menor poder, al final las perdidas superaban a los beneficios.

También me hicieron entrenar en el arte de oclumancia y legeremancia estas estaban relacionadas a las artes mentales la primer servía como una defensa para que nadie pudiera entrar a tu mente y robar información así como otros beneficios adicionales como ocultar los sentimientos, la segunda servía como una herramienta para sacar información detallada se podría decir que era una especie de leer la mente de otra persona, padre dijo que debía dominar ambas como heredero de la Casa Black, algo que no fue demasiado difícil ya que me era muy natural para mí.

A pesar de las palabras de mis padres sobre la magia sin varita lo intente ya que me parecía un desperdicio el hecho de estar recibiendo tanta teoría, pero sin ninguna práctica, fue una sorpresa cuando la utilice ya que no senti ningún agotamiento mágico y el poder tras el hechizo era normal.

Cuando consulte con mi madre y padre ambos quedaron sorprendidos por eso la única explicación que tuvieron es que era un don de nacimiento.

A partir de ahí mi entrenamiento mágico cambio de ritmo aprendía teoría por la mañana y practicaba por la tarde claro siempre ante la atenta mirada de uno de los dos.

Cuando tenía nueve años descubrí lo que los muggles llaman artes marciales me fascinaron de inmediato y le pedía a Sirius que me dejara practicarlos rápidamente.

Al final papa pudo convencer a mamá y me inscribió en un curso y nuevamente lograba aprender las cosas fácilmente.

Fue así como me lo pasé lo siguientes años entrenando artes marciales y magia sin varita todo hasta mi cumpleaños número 11 donde recibí una carta de Hogwarts.

En ella venía los materiales necesarios que tendría que llevar al a escuela.

Por lo que mis padres me llevaron al callejón diagon a comprar las cosas, libros en su mayor parte a si como un par de túnicas de la más alta calidad.

Por último fuimos por una varita de Ollivander según mi padre es el mejor hacedor de varitas, pero algo extraño paso ninguna varita me respondía esto ocasionó confusión en mis padres ya que siempre he podido hacer magia con facilidad.

El señor Ollivander me dijo que mi caso era muy especial ya que no sabía la causa de la falla, incluso me pidió que hiciera un poco de magia, al final se disculpo por no tener una varita adecuada, el menciono que no estaba destinado a ninguna varita de su tienda.

Simplemente lo deje pasar no era como si en verdad necesitará una dándole las gracias nos retiramos, sin ver la sonrisa que Ollivander puso.

Ahora nos encontramos de camino a la plataforma 9 3/4 para abordar el tren de Hogwarts.

Fin.