Capitulo 03: Un milagro

"Aun no siento nada, si sigo asi terminare siendo un squib" Will miró la palma de su mano mientras esta era cerrada lentamente, su expresión no era muy inspiradora y algunas veces lamentable, ya habían pasado cinco semanas desde que tuvo el sueño del fuego y había intentado en innumerables ocasiones despertar o sentir la magia pero en cada oportunidad fue un fracaso, era como si la magia lo evitara.

Will estaba perdiendo la calma, se acercaba la fecha límite para la llegada de las cartas y el mismo no tenía nada de magia, sería un fracaso.

Dentro de la mansion Rosie había una biblioteca y Will había leído cada uno de los libros en su interior buscando una respuesta pero sin resultado alguno.

"... supongo que no sere un mago..." murmuró Will en voz baja estirado en el suelo de su habitación mirando el techo.

"lo intente todo, desde círculos mágicos hasta pociones pero no hay nada, nada de nada. No bastaba con que hubiese perdido todos mis esfuerzos en mi primera vida sacrificandome para salvar a una niña sino que además fui reencarnado en un mundo de magia pero sin la capacidad para usarla de forma propia, simplemente soy un fracaso de tamaño colosal"

"Solo quería magia pero ¿qué es lo que obtuve?" Will miró la palma de su mano mientra se extendía su zona de visión y todo parecía ser intangible, incluso las paredes parecían ser invisibles "Solo tengo la habilidad para ver más allá del ojo humano.... inservible"

Dentro del espacio de visión de Will pudo ver a uno de los elfos domésticos del castillo Rosie, no había nada raro pero cada vez que estos pequeños humanoides desaparecian dejaban atrás un pequeño rastro de luz que al final eran partículas de un color plateado.

Sorprendido por lo observado Will dejó la habitación y salió corriendo mientras usaba el ojo de la mente para ver todo a su alrededor, al llegar a la cocina pudo notar las partículas mucho más presentes. Los elfos domésticos tenían que pasar por la cocina varias veces en el día por lo tanto quedarían restos de su aura en ella y Will podía ver esa aura.

"Magia" murmuró Will emocionado mirando las partículas que desaparecen lentamente fusionándose con el entorno. Los elfos domésticos estaban envueltos en el aura plateada y los humanos como en el caso de la niña en su vida anterior estaban envueltos en un aura celeste. Will no era idiota y podia llegar a la conclusion con facilidad pero ahora tenia otra duda.

"¿cual es el color del aura de los magos?" se preguntó a sí mismo con la mano en el mentón, no era difícil descubrir el aura ya que afortunadamente había otro mago en la casa, el viejo Rosier quien además era el lord de la casa.

Ahogado en la ilusión y la emoción de ser un mago, Will se movió por los pasillos del castillo siempre en la dirección de su objetivo, cuando llegó hasta el lugar sus pisadas se hicieron más silenciosas y la velocidad se redujo en gran medida, nadie podía culparlo despues de todo estaba espiando a un antiguo mortifago, no muchos aurores se atreven a ello pero Will era ignorante de eso.

(¿podrá detectar mi ojo de la mente? ¿acaso es consciente de lo cerca que estoy? ¿qué sucederá si me atrapa en este momento?) aquellas eran las preguntas que estaban en la mente del niño en búsqueda de una esperanza para un brillante futuro, aun cuando estaba inseguro se resignaba al abandono de su último brillo de esperanza.

Simplemente dejó salir su área de visión, tenía que ver al anciano pero su ojo de la mente tenía límites, lo sabía y el anciano estaba más allá de lo esperado. Podría rodear la habitación pero nada aseguraba que estuviera cerca de las paredes después de todo era un viejo zorro.

Will cerró sus puños con furia y puso todo su esfuerzo en extender un poco su campo de visión, solo un par de metros más para poder ver el aura, los dientes de Will crujieron antes de que el campo se extendiera pero solo bastó un par de centímetros para verlo.

No podia ver el cuerpo completo del viejo pero al menos uno de los pies del anciano estaba dentro de su zona y aquello era suficiente, ahora podia ver el aura de color rojo que se desbordaba desde el anciano cuerpo.

El ojo de la mente se apagó por inercia y Will pudo sentir la fatiga acumularse en su mente, además su cuerpo estaba lleno de sudor, era la primera vez que forzaba el ojo de la mente para ver más allá del límite.

Para cuando llegó hasta la habitación se había recuperado levemente y el mareo se había acabado, ahora por lo mínimo no tenía miedo de caer, además tenía una misión más importante y no había tiempo para el descanso.

Will se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, cerró sus ojos y extendió su campo de visión una vez más, esta vez con otro objetivo particular.

Desde que había llegado a este nuevo mundo y descubrió que la rara habilidad estaba con él comenzó a experimentar pero sólo pudo descubrir algunas cosas puntuales entre ellas el hecho de que señala las cosas que Will desea y ahora mismo esta característica era necesaria.

"Magia..." murmuró Will lentamente imaginando en su mente las partículas rojas que vio desde el anciano.

"...."

"..."

Justo como Will había pedido aquellas partículas ahora se mostraban a su alrededor como si fueran pequeños copos de nieve o polvo en la luz solar.

La expresión de Will tenía una gran sonrisa remarcando sus margaritas y sus ojos oscuros, estaba feliz, era la primera vez que sonreía desde que llegó a su segunda vida.

Wil no sabía qué hacer ahora, no tenía idea del paso a seguir ya que no había una guía para lo que estaba haciendo y jamás se mencionó en las películas, esto era simplemente mágico.

Sin esperar más tiempo Will extendió su brazo hacia las partículas hasta tocar una con la punta de su dedo y como si fuera una farola todas las partículas se abalanzaron hacia su interior. Will pudo sentir como su interior se sentía cálido y así finalmente pudo sentir la magia. El primer contacto de William con la magia en dos vidas.