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Harry Potter: Linajes Entrelazados

Harry Potter muere en su enfrentamiento con Quirrell, pero la Muerte decide que le concederá al último del linaje de Ignotus Peverell una nueva oportunidad. Harry es enviado al pasado donde conocerá a la contraparte de un mundo alternativo del mismísimo Voldemort. AU - Fem Riddle. [Emparejamiento: Harry James Peverell/Emily Merope Riddle] [Este FanFic contiene mucha creación de Mundos, y es mi visión ampliada del Mundo de Harry Potter, esta historia estará repleta de magia original, personajes originales, locaciones y tramas no canon] [No soy propietario de Harry Potter, los derechos de Propiedad corresponden a J.K.Rowling, solo me atribuyo el crédito por tramas y personajes originales, parte de esta historia estará basada en los datos canon de la cronología de la Guerra Mágica Global]

IgnathiusNZX · Book&Literature
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14 Chs

El Castillo Peverell.

Harry se levantó lentamente de la cama, no reconocía el lugar en el que se encontraba, y estaba algo asustado, lo último que recordaba era haber tenido una conversación con Grimm Peverell antes de cruzar por aquella luz…

En aquel instante Harry se dio cuenta de lo que había ocurrido, había sido transportado al nuevo mundo. Y su nombre ahora era Harry James Peverell.

Harry seguía sin saber que debía hacer a partir de aquel momento, pues no tenía conocimiento sobre el castillo y si tenía otros habitantes.

Fue entonces cuando un estruendoso "Crack" resonó, y una pequeña figura delga con grandes orejas de murciélago apareció ante él.

—Amo Harry, señor, ¿Qué hace fuera de la cama? ¿Ya bajo su fiebre, señor? —dijo la pequeña criatura del tamaño de un niño.

—¿Qui… quién eres? ¿Qué eres? —pregunto Harry rápidamente.

—El amo Harry no reconoce a Tuffy, Tuffy es la elfina doméstica del amo Harry, sí, señor, Tuffy ha cuidado del amo Harry desde que se quedó dormido por la fiebre hace dos meses, señor. El amo Harry no despertaba, no lo hacía, no señor, y Tuffy estaba preocupada por él, si lo estaba, señor —respondió la elfina doméstica que parecía llamarse Tuffy.

—Yo… ¿Estuve dormido dos meses? —pregunto Harry con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

—Si lo hizo, el amo Harry estuvo muy enfermo, Tuffy pensó se iría igual que los padres del amo Harry, ellos no despertaron, no señor, la fiebre se los llevo, Tuffy hizo lo que pudo, pero no sirvió, Tuffy puede ser castigada si el amo Harry cree que debe, sí señor —respondió Tuffy.

—No, Tuffy, eso no será necesario —respondió Harry rápidamente, pues de alguna forma acababa de recordar que los elfos domésticos se autolesionan si sienten que no han cumplido sus deberes— Tuffy, ¿Dónde estamos?

Tuffy lo miro con los ojos llorosos.

—El Maestro Harry no recuerda su habitación, Tuffy está preocupada, el Maestro tampoco recordaba a Tuffy —dijo ella histéricamente— Maestro Harry, señor. Esta es su habitación en el Castillo Peverell, sí, señor, el castillo de su familia. Y Tuffy sirve a los Peverell y cuida del castillo y del amo Harry.

Harry no sabía qué sucedió, pero en aquel momento una serie de recuerdos parecieron surgir de repente, sabía los nombres de sus padres de este mundo, Antonius Peverell y Eloise Peverell nee Dubois. Aunque los recuerdos seguían siendo borrosos, Harry se dio cuenta de que si sus padres habían muerto por la fiebre, eso quería decir que estaba completamente solo en el Castillo. Y además volvía a ser huérfano.

—Está bien, Tuffy, solo estaba confundido, probablemente por todo el tiempo que estuve dormido —Harry suspiro, ahora recordaba a Tuffy, y la elfina en realidad tenía aproximadamente su edad, se la habían asignado como su elfina personal porque nacieron con una diferencia de cuatro meses, ella era mayor que él, pero seguía siendo muy joven, y había sido más una amiga de la infancia que una verdadera sirvienta.

—El amo Harry está mejor, Tuffy está feliz —la elfina sonrió de oreja a oreja, literalmente, y Harry él sonrió a su vez— ¿El amo Harry tiene hambre? ¿Quiere que Tuffy le traiga comida, o prefiere bajar al comedor?

Harry se sentía bastante extraño, siendo llamado señor, amo, o maestro. No le parecía correcto, y mucho menos al recordar que Tuffy había sido su compañera de juegos en esta vida, y la única amiga que le quedaba ahora que ni Ron ni Hermione existían en su realidad actual.

—Preferiría comer aquí, Tuffy, y por favor, solo llámame Harry —respondió él.

Tuffy lo miro con los ojos muy abiertos, y cambio el peso de su cuerpo de un pie a otro con nerviosismo.

—Tuffy no debería, el Maestro Antonius le prohibió a Tuffy hacer eso… —respondió ella con un tono bajito, casi inaudible.

—Mi padre… mi padre ya no está, Tuffy, tú me lo dijiste. Así que ya no tienes que seguir esa orden —respondió Harry incómodo, pues aún no podía asimilar que su padre fuera Antonius cuando hasta antes de despertar allí era hijo de James Potter.

Tuffy lo miro por un momento sin saber qué hacer, pero luego simplemente dio un brinco animada, abrazo a Harry un instante y retrocedió con una sonrisa mucho más feliz que la anterior.

—Tuffy está feliz, Tuffy irá por la comida para Harry —dijo ella.

—espera, podrías traer una porción para ti, no quiero comer solo —le dijo Harry antes de que Tuffy desapareciera para buscar la comida.

—Tuffy lo hará, acompañará a Harry mientras come para que Harry no este solo —contesto entonces y con un "crack" desapareció seguramente rumbo a las cocinas.

Harry aprovechó el hecho de que se quedó solo para cambiarse de ropa, pues aún permanecía en pijama. Haciendo uso de sus confusos recuerdos, se dirigió al armario y busco ropa que ponerse, si había algo de lo que estar agradecido, es que los magos no habían cambiado en absoluto la forma en que vestían en el futuro, por lo que no tuvo problemas para ponerse las túnicas que encontró.

Tras haberse vestido, Harry camino hacia las ventanas, que se encontraban aún cubiertas por pesados cortinajes de tonos negros con vetas de color plateado y dorado que les daban un aire de elegancia.

Con cuidado hizo a un lado las cortinas, y miro hacia el exterior del Castillo, su habitación, se encontraba en una torre con vistas a las amplias llanuras y a un pequeño pueblo, que si no se equivocaba, a juzgar por sus aún confusos recuerdos, estaba completamente deshabitado.

Campos llenos con lo que parecía trigo se extendían a las afueras del pueblo.

Y un enorme y frondoso bosque se extendía más allá de la llanura hasta donde alcanzaba la vista.

No había estado en ello más de un minuto cuando escucho el característico *crack* que anuncia la llegada de alguien por medio de la aparición. Harry, sabiendo que se trataba de Tuffy, simplemente se apartó de la ventana y miro en dirección de la elfina, quien hizo aparecer con un chasquido de dedos un verdadero festín sobre una pequeña mesa cuadrada que se encontraba en una esquina de la habitación, y que estaba rodeada por un par sillones de aspecto elegante y cómodo, cuyos colores eran similares a los que tenían las cortinas, como los que recordaba de Hogwarts en su vida anterior.

—Tuffy pidió las comidas favoritas de Harry para celebrar su recuperación —anuncio la elfina animadamente.

—Gracias, Tuffy. Entonces comamos antes de que se enfríe —respondió Harry sonriendo.

Harry se sentó a la mesa, y Tuffy le siguió rápidamente. Sobre la mesa había una gran variedad de platillos. El más que más se destacaba era un plato con costillas asadas, y la gran jarra de jugo de calabaza. Aunque Harry también podía ver un plato con pure de patata y también una pequeña olla de latón llena de humeante sopa.

Rápidamente se sirvió un par de costillas con pure de patata en su plato, mientras, pudo ver que Tuffy se servía a sí misma un tazón de sopa. Y luego, con un movimiento de su mano, Harry vio que la jarra se movió por si sola para servir dos grandes vasos de jugo de calabaza.

Comieron en silencio, porque Harry no sabía sobre que podría conversar con Tuffy, especialmente sin ser capaz de recordar con claridad la vida que "Harry Peverell" había tenido hasta entonces.

Después de que ambos terminaran de comer, Tuffy hizo desaparecer los platos y se levantó de su lugar en el sillón frente a Harry.

—¿Qué hará Harry ahora? —pregunto con su vocecilla, su tono era suave y amable, casi melodioso, algo que la hacía destacar entre los otros elfos del Castillo, pues por lo que Harry recordaba, sus voces eran principalmente chillonas o rasposas.

El joven Peverell no sabía exactamente que hacer a continuación, tenía la vaga sensación de que si exploraba el Castillo y los terrenos podría recordar más claramente su vida o tal vez la vida del Harry Peverell original, la verdad no sabía que fue lo que hizo la muerte ni cómo funcionaba esta "segunda oportunidad".

—Tuffy… la verdad mi memoria está un poco borrosa, ¿podrías mostrarme el Castillo? No quiero perderme —respondió Harry con timidez.

Tuffy por su parte parecía muy feliz, y asintió con la cabeza tan rápido que Harry temió que se hiciera daño.

—Claro, Harry, Tuffy está feliz de guiarle por el castillo —respondió cuando estuvo más tranquila.

Tuffy y Harry salieron de la habitación para llegar a un pequeño espacio de un par de metros de ancho que daba directamente a dos escaleras de caracol, una que subía, y otra que descendía de la torre.

La elfina explico que la habitación de Harry se encontraba en el primer nivel habitable de la Torre Occidental del Castillo Peverell, y que la escalera bajaba casi cuarenta metros para llegar a la base que estaba conectada al resto del Castillo, además, por lo que pudo entender, en caso de que el Castillo fuera invadido, un encantamiento protector se activaría desvaneciendo las escaleras e impidiendo cualquier forma de vuelo o levitación en el interior de la propiedad. Lo que haría que solo pudieran convocar bloques de piedra para subir y atacar a quienes se resguardaran en lo alto de la torre, lo que cansaría a cualquier mago o bruja pues todo el castillo ejercía cierta resistencia a los que no estuvieran autorizados por las salas y encantamientos protectores.

Una vez que estuvieron en la base de la torre, Harry noto que era una especie de habitación redonda junto a cuyas paredes había dieciocho armaduras sobre pedestales de piedra. Tuffy explico que si atacaban el castillo, todas las armaduras y estatuas comenzarían a moverse y atacarían a los invasores.

Dejaron la torre por un pasillo de piedra gris construido sobre pilotes de piedra negra, el pasillo era abierto en los lados, lo que hacía que pareciera tener ventanas, solo que sin cristales.

Todo el castillo había sido construido más de mil años atrás, y algunas secciones tenían más de dos mil años, incluso, según lo que Tuffy conto, en el centro del pueblo se podía encontrar un altar ritual de casi tres mil años de edad. A Harry todo le pareció fascinante, e incluso llego a lamentarse de no haber escuchado a Hermione contarle sobre la historia de Hogwarts, pues si la hubiera escuchado realmente podría haberse encontrado con que era tan interesante como la del Castillo Peverell.

Recorrieron gran parte del Castillo pero ningún recuerdo surgió de ello. No obstante, el paseo por el lugar le permitió ver cuan grande era en realidad, el lugar era casi tres veces del tamaño de Hogwarts, y aún no habían terminado de recorrer sus estancias.

Una de las cosas que Harry encontró más curiosas es que todos los retratos estaban cubiertos por una cortina negra, y cuando pregunto, Tuffy simplemente respondió:

—Es para que no espíen, la Casa Peverell se cree extinta desde hace casi un milenio, pero no lo está, no, no, no —dijo ella con un tono divertido.

Harry no pregunto más, pero aun así no entendía porque la Casa Peverell se mantendría oculta con tanta dedicación al punto en que pensaron que se habían extinguido tanto tiempo atrás.

Continuaron su recorrido hasta llegar al salón principal, donde estaba dispuesta una mesa en una plataforma alta, y varias mesas largas se encontraban al pie de la plataforma. Tuffy comenzó a explicar en su peculiar tono.

—Este es el Gran Salón de la Casa Peverell, cuentan las historias que hubo una vez que el pueblo estaba lleno de familias mágicas, y una vez a la semana venían aquí para comer bajo la protección de los señores de estas tierras, la Familia Peverell, que gobernó este pequeño reino por más de mil años. —explico ella dando saltitos hasta llegar a la mesa en la plataforma y apuntando al trono de piedra negra continuo— ese es el trono de Lord Peverell, aunque una vez fue Rey.

Harry escucho con atención, hasta que sus ojos se detuvieron en los enormes pendones que colgaban detrás de la mesa principal.

Ese era un símbolo que Harry recordaba haber visto cuando leyó "Auge y Caída de las Artes Oscuras", el símbolo utilizado por Gellert Grindelwald. Solo que no podía entender que hacía en el hogar ancestral de la Casa Peverell.

—Tuffy… ese símbolo… ¿Qué significa? —pregunto Harry asustado por la posibilidad de que su familia fuera seguidora de ese Señor Oscuro.

Tuffy lo miro sin comprender, pero aun así respondió.

—Ese es el escudo de armas de la Casa Peverell, Harry, también está en su ropa —dijo ella apuntando hacia el lado izquierdo de su túnica, Harry siguió con su mirada el punto que ella indicaba, y allí lo vio, justo sobre su corazón, y lo recordó al fin.

Unas de las últimas palabras que le dedico Grimm Peverell antes de enviarlo a esta nueva realidad.

<Un Señor Oscuro mucho más poderoso que Voldemort campa a sus anchas, usando y ensuciando el legado de nuestra familia. Harry, tienes que detenerlo>

—¡Oh, vamos! —fue todo lo que Harry pudo decir al recordarlo.