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Subversión

— Hijo de puta... ¡Te atreviste a golpearme! — Exclama Voznikov, su voz cargada de rabia y desesperación mientras enfrenta al hannoriano con una furia desenfrenada.— No estoy de humor para sus estúpidos reclamos en este momento, Voznikov. — Agrega Hans con una expresión que hiela la sangre en las venas de los presentes, su voz es un eco de determinación en medio del caos que los envuelve.— ¡Tu estrategia cobró la vida de millones de soldados y civiles! Te atreves a golpear a tu maldito gobernante, ¡mereces la muerte, Hans Meyer! — Exclama Voznikov, con su voz llena de desesperación y furia.Hans suspira, soltando una pequeña carcajada cargada de ironía y desdén.— ¿En serio? Me pregunto por qué insistió tanto en que Sammuelle estuviera implicado en esta misión... Aun sabiendo que él se había retirado hace 2 años. Aun sabiendo que en Venturia y Solara había avistamientos de posibles soldados erradicadores. ¡Usted desde un principio sabía a lo que nos íbamos a enfrentar y decidió quedarse callado! Solo me permitió ser el comandante para ejecutarme, ¿no es así? - cuestionó Hans con una ira incontenible.— ¡¿Quién te crees tú, maldito hannoriano?! ¡¿Cómo se atreve un insecto como tú a cuestionar mis decisiones?! — Responde Voznikov, con su voz cargada de furia y desprecio mientras enfrenta a Hans con una mezcla de incredulidad y rabia.— ¿Por qué el informe de avistamiento de un ente desconocido, del 24 de julio no le fue entregado a ningún capitán? — Pregunta Hans con desconfianza, mientras busca respuestas que han sido ocultadas.Hubo un silencio abrumador, Voznikov se congeló con una expresión de desconcierto, su semblante revela una mezcla de sorpresa y temor ante la revelación de Hans.— ¿De qué hablas? ¡¿Cómo es que sabes sobre ese informe? — Grita el general, con nerviosismo mientras intenta ocultar la verdad detrás de una fachada de confusión.Hans toma a Voznikov del cuello con fuerza, lanzándolo contra la ventana con un gesto de ira descontrolada.— ¡¿Qué nos estás ocultando, Voznikov?! — Exclama Hans, mientras sus ojos tiemblan de ira.Voznikov se acurruca detrás de su escritorio como una rata acorralada, su semblante refleja el miedo y la desesperación mientras intenta protegerse de las acusaciones que lo rodean.— ¡Saquen a estos hijos de perra! ¡AHORA MISMO! — Ordena Voznikov con furia y desesperación mientras busca deshacerse de aquellos que amenazan con descubrir la verdad que ha sido ocultada bajo un manto de mentiras y engaños.Las puertas de la celda se abren con un chirrido metálico, y un grupo de hombres armados escoltan a los capitanes hacia la cárcel de máxima seguridad de Nueva Alberta. Hans no muestra resistencia, resignado ante su destino, y se deja llevar por los hombres de Voznikov. La noche del 26 de agosto cae sobre ellos, iluminada por la luna llena, mientras los capitanes se reúnen en la penumbra de su celda para discutir su situación. Hawkins, devastado por la noticia de la muerte de Sammuelle, permanece en silencio a un lado de la celda, sumido en su dolor. Hans, por su parte, maquina un plan para escapar de la prisión, su mente trabajando a toda velocidad en busca de una solución.Frente a ellos, Wong y Velázquez discuten acaloradamente, compartiendo sus frustraciones y temores.— ¡Qué asco...! — exclama Margot, con evidente irritación— ¡Pensé que estaría en casa tomando un baño, y aquí estoy, encerrada en esta maldita prisión! ¿Qué le pasa al general? ¿De qué informe estabas hablando, Hans?— Creo que deben saberlo... La misión solo era un señuelo. — interviene Velázquez, desviando la mirada hacia el suelo, como si le pesara enfrentar la verdad.Wong, confundida y furiosa, insiste en obtener respuestas.— ¿Cómo que un señuelo? ¡Explícate! — exige Margot, su tono lleno de rabia contenida.— Voznikov está aterrado, y con razón... — murmura Velázquez, su voz temblorosa revelando su profundo temor. — Estos erradicadores son mucho peores que los de hace 10 años. Son más terroríficos y sádicos, verdaderos monstruos.Hans, intrigado por la certeza en la voz de Velázquez, busca más información.— ¿Y cómo puedes estar tan seguro de eso? — inquiere Hans, sus ojos fijos en Velázquez.El capitán se estremece, sus brazos tiemblan y su frente se cubre de sudor mientras revive los horrores que presenció.— ¡Ese maldito monstruo desmembró a mis soldados y después se comió sus viseras! — exclama Velázquez, su voz quebrada por el terror del recuerdo.Hans percibe la falta de sinceridad en las palabras de Velázquez y lo presiona por respuestas.— Tú viste el informe... ¿por qué nosotros no estábamos al tanto? — insiste Hans, su tono firme y decidido.Una pausa tensa llena la celda mientras Velázquez parece debatirse internamente antes de responder.— En realidad, Voznikov no estaba interesado en recuperar las islas... Él quería... — se detiene, luchando por encontrar las palabras adecuadas.Margot queda atónita ante la confesión de Velázquez, incapaz de procesar la información que acaba de revelar.— ¿¡Entonces qué es lo que quería ese maldito!? — exclama Margot, su voz llena de ira y confusión.— Una muestra del ADN de un erradicador. — responde Velázquez, con un tono sombrío y cargado de significado.Margot se estremece ante la revelación, incapaz de contener su horror.— ¡Imposible! ¿Qué planea hacer con eso? — pregunta, helada por la magnitud de la confesión.— Voznikov quiere un ejército de super soldados. Quiere crear sus propios erradicadores. — agrega Velázquez, su tono lleno de pesar y temor por las consecuencias de los planes del general.Margot lucha por asimilar la impactante confesión de Velázquez, mientras él continúa hablando, sumido en sus propios remordimientos.— Dije que había conseguido la muestra, pero en realidad, la CSG y Voznikov sabían que yo estaba con vida. Pero... no me atreví a acercarme a ese maldito erradicador, creí que Voznikov lo entendería y por eso mentí. — explica Velázquez, perdido en sus pensamientos.— Al parecer, no lo hizo — interviene Hans, con un tono de desilusión evidente en su voz.— Antes de que ustedes dos llegaran, tuve una reunión con los jerarcas y el general... cuando supieron que no había podido conseguir la muestra, por poco me asesinan. Lamento haberlos involucrado en esto. — añade Velázquez, con un deje de arrepentimiento en sus palabras.Mientras los capitanes conversan, un estruendo ensordecedor sacude la cárcel. No es solo uno, sino varios los ruidos que reverberan a través de las paredes, haciendo temblar el suelo bajo sus pies. Grandes figuras piramidales de metal caen del cielo, colisionando con los restos de la ciudad devastada.— ¡El imperio ha llegado! — grita un prisionero desde una celda cercana, lleno de pánico y desesperación.— Maldición, ¿qué ocurre ahora? — exclama Hawkins, su voz llena de rabia y confusión.Aunque el impacto de los extraños objetos metálicos causa temblores en la tierra, nada explota. La confusión y el caos se apoderan del ambiente, mientras las alarmas de alerta resuenan por toda la cárcel. El sonido agudo y estridente de la sirena provoca dolor en los oídos de Margot, haciéndola sangrar.Los demás se ven obligados a cubrirse los oídos con fuerza, mientras la sirena ensordecedora llena el espacio. Finalmente, el sonido cesa, sumiendo la ciudad en una oscuridad total. Nubes densas han cubierto la luna y las estrellas, dejando solo la negrura como testigo de la incertidumbre que se cierne sobre ellos.

Creation is hard, cheer me up!

Eradicatorscreators' thoughts