webnovel

Héroes por suerte.- Ser un héroe es doloroso

Unos aliens con un plan y un chico con ideas raras sobre la justicia, es una rara y mala combinación. Los Trailens llegaron al planeta tierra para conquistarla de una forma algo rara. Les dieron poderes a 15 humanos. ¿Para qué? Pronto lo descubrirán. Ángel es uno de los 15 elegidos y decide convertirse en un héroe. Sigue la aventura de este héroe que estará ayudando a los Trailens de forma indirecta.

Hector_Angel · Fantasy
Not enough ratings
37 Chs

CAPÍTULO 3- Un próximo héroe.

Héroes por suerte.

CAPÍTULO 3- Un próximo héroe.

Me empiezo a tocar el cuerpo, estoy gordo de nuevo. Esto definitivamente es raro… Es el día más raro de mi maldita y patética vida.

—Volví a mi forma normal… Creo que funciona con mi mente, pero, ¿por qué me estoy cansando? Como si estuviera corriendo.

Estoy confundido y nervioso, no sé qué hacer, me estoy cansando sin hacer nada. Es como si estuviera corriendo. Estoy perdiendo energía.

Mierda, definitivamente me estoy volviendo loco.

Este día es completamente raro… Odio esta situación.

Quiero despertar de este sueño. Quiero descansar, mierda.

—… ¿Eh?

¿Vapor está saliendo de mis pies?

El vapor rodea mi cuerpo por completo, desaparece y vuelvo a mi forma delgada.

¿Eh? Este cambio es raro… ¿Cómo lo hice?

—Volví a mi forma delgada y ya no estoy cansado… Creo que esto no es un sueño… Creo que es parte de esos poderes que ese alien mencionó…Lo probaré. Creo que funciona imaginándome algo… Ya voy… Vamos… Espero que funcione.

Me imagino a mi compañera de clases, Ana, pero no pasa nada.

—¿Por qué no pasa nada…? Antes de volver a ser gordo pensé que quería ser gordo de nuevo, tal vez tenga algo que ver.

Me imagino a mi compañera de clases, Ana, de nuevo.

—Quiero convertirme en ella.- Pensé eso, con la esperanza de que funcione.

… Sí, un vapor comenzó a salir desde mis pies.

Un vapor rodea mi cuerpo y me convierto en Ana, incluso mi ropa cambió, ahora estoy usando el uniforme escolar de mujer.

… Wow… Me siento raro usando esta ropa.

—Vaya, creo que sí funciona con mi mente.

Me pregunto si… Fufu.

Me toco todo el cuerpo. Se siente muy real… Fufu… Este poder me gusta.

—Creo que este poder me gusta mucho.

Me río algo nervioso mientras toco mis pechos.

(En otra parte de Mesaik, en la ciudad "Jisis".)

Una chica está acostada en el piso de su habitación, descansando y reflexionando sobre la información que acaba de recibir.

—Creo que ese sujeto, alien, marciano, o lo que sea, decía la verdad… ¿Poderes? Por eso tengo este cuerpo… Fufu. Me gustan estos poderes

Se empieza a reír mientras toca su cuerpo, pues antes ella era plana.

—Pero, ¿cómo sabré cómo usarlos? Me dijo que los entrene… Supongo que lo debo averiguar por mí misma. El poder más común es la super fuerza. Creo que ese lo tengo, por eso al saludar a ese alien se le rompió la mano.

(En el espacio.)

—¿Preparado para salir, jefe?

—Claro. Adiós, humanos, nos vemos pronto.- Lo dijo sonriendo algo raro.

Una sonrisa malvada cliché.

(Pov- Ángel.)

(En la Tierra.)

Estoy en mi forma normal… Bueno, normal a partir de hoy.

Estoy pensando en mi futuro.

Siendo sincero, sigo pensando que es un sueño, pero esto es demasiado real… Es real.

… Lamentablemente, lo es.

—Entrenar, entrenar, entrenaaaaaar… ¡¿Cómo demonios vamos a entrenar…?! Creo que voy a entrenar mi super fuerza.

Primero entrenaré lo más básico.

Observo a mi alrededor y miro un tronco. Ese tronco lo uso para sentarme y descansar. Mi pueblo es pequeño y agradable. Cuando me siento ahí, puedo ver el bosque que está detrás de mi casa. Mi abuela, que en paz descanse, me dijo una vez que en ese bosque vive un hada milagrosa. La iglesia Desmolfer prohíbe talar los árboles de ese bosque.

—Primero aprenderé a controlar mi fuerza, no quiero asesinar a otra persona… Mi madre amaba a ese gato, me va a matar si averigua que lo maté… Está bien, voy a golpear el tronco lo más suave posible.

Le doy un pequeño golpe y lo parto a la mitad.

… Fue un golpe casi diminuto, pero potente.

—Mierda… Bueno, intentaré volar.

Salto y caigo al suelo.

Intento número 1, fallido.

—Ese alien estaba flotando cuando vino, supongo que también tengo ese poder, pero… ¿Cómo lo activo?

—¡Ángel!

¿Eh?

E-escucho la voz de mi madre.

—¡Ángel, ya está el desayuno!

¡Oh, mierda!

—Mierda, espero que no haya visto la puerta rota.

Vuelvo a ser gordo y me dirijo a la casa.

—¡¡Ya voy!!- Digo gritando.

D-debo actuar con normalidad.

Entro a la casa, me siento en la mesa y me pongo algo nervioso. ¡¿Quién no estaría nervioso en mi situación?!

Espero que ella no sospeche nada.

—Comes y te vas a la escuela.- Dijo mi madre.

Mi madre tiene 45 años, es algo gorda, y tiene el cabello negro y corto.

Una madre promedio.

—S-sí…

—La puerta se rompió, ¿sabes algo?

¡Uwaaaah!

D-debo decir algo que la convenza.

—N-no lo sé… Supongo que se metieron a robar otra vez.

Esa excusa servirá. Nuestro país es muy inseguro.

—Está bien, luego veré qué se robaron. Come, ya es tarde.

Ah... La delincuencia es tan normal, que mi madre no actúa tan nerviosa.

—Sí, madre.

... Mierda.

Observo mi cuchara.

¿Cómo mierda tomo la cuchara sin doblarla o romperla?

—Come, hijo, ya nos tenemos que ir.

—Ya voy.

Empiezo a sudar, estoy realmente nervioso.

¡¿Qué hago?!

Mierda, mierda, mierda… Ya sé, intentaré hacer lo mismo que con mis transformaciones.

Quiero dejar de ser fuerte... Bien, ya lo pensé. Espero que funcione.

Tomo la cuchara y sonrío. Intento doblarla suavemente para comprobar que ya no tengo super fuerza.

La cuchara no se dobla.

¡Perfecto!

—No se rompió, así funcionan los poderes, con la mente.- Digo susurrando.

Sonrío algo nervioso.

Ah... ¡Casi me da un infarto por todos esos nervios!

—¿Qué tanto murmuras? Ya nos tenemos que ir.

—¿Qué? Ah, sí, ya voy a comer.

Me pongo a desayunar mientras mi madre me observa raro.

¿Debo decirle lo que me pasó…? Tal vez sí… O tal vez no… Lo pensaré.

No quiero que me considere un fenómeno.

(30 minutos después, en la preparatoria.)

Ah... La escuela.

Odiada por la mayoría, incluyéndome.

Está bien, ya comprobé que sí tengo poderes, ahora debo mantenerme normal como siempre, aunque me canso, es como si mi cuerpo gastara energía mientras estoy usando mi transformación, aunque ahora tengo mucha energía y resistencia.

Puedo soportar estar usando la transformación por varias horas.

Entro a mi salón de clases y González se acerca a mí.

—Oye, Ángel, ¿ya viste el nuevo vídeo de…?- Dijo González.

Le tapo la boca y le susurro.

—Escucha, tengo algo que contarte en la salida de la escuela, es importante, no te vayas.

Mueve la cabeza diciendo "sí" y quito mi mano de su boca.

—Pero no te me vayas a confesar tus sentimientos.

Nos empezamos a reír los dos. No me gustan los hombres. Soy heterosexual.

—Ya quisieras, no eres mi tipo.

Nos reímos de nuevo, pero dejo de reír cuando se me acerca Ana.

Huelo a intento de acoso escolar.

—Hola, Ángel, espero que no te hayas enojado por no invitarte a mi fiesta.

Comienza a reírse de mí.

Oh, qué adorable, me mira con asco.

La observo reírse y sonrío.

—No te preocupes, no ser invitado a tu fiesta fue lo mejor que me ha pasado.

Se me sale una risa y Ana se sigue riendo de mí.

—Claro, gordo.

Manuel, su novio, se acerca a nosotros.

—Amor, ¿esta vaca te está molestando?

—Sí, un poco.

Se ríe mientras me mira.

Ah... Sus risas son molestas.

—Creo que alguien debe darle una lección.

Los dos empiezan a reírse.

Ana y Manuel, los dos más idiotas, pero a la vez, los más atractivos de la clase. Por esa simple razón creen que están por encima de todos. Si supieran que puedo volverme atractivo si yo quisiera, y también puedo golpearlos hasta morir.

Sonrío y lo miro a los ojos.

—Claro, dame una lección si quieres.

—Vaya, ¿lo aceptas tan rápido? Eso me gusta.

Me da un golpe en el estómago. Fufu. No sentí el golpe. Genial.

—Vaya, ¿eso me debía doler? Esfuérzate más.- Digo sonriendo.

No sentí ese golpe, no me dolió nada. Tener poderes es genial.

También soy inmune al dolor, o por lo menos siento menos dolor que antes.

—Hijo de perra.

Me sigue golpeando repetidas veces en el estómago.

—Creo que golpeas como niña, niñita.

—¿Pero qué pasa?- Dijo confundido.

—Mi turno.

Le doy un golpe en la cara y cae al suelo... ¿En serio?

Solo usé mi fuerza normal.

—¡¿Pero qué mierda?!- Dijo Ana.

—No me aguantó un golpe esta niñita.

Ah... Creo que ese insulto fue machista.

... Mmm... ¿Cobarde o débil? Ah, no importa.

González me da palmadas en la espalda.

—Diablos, hermano, siempre te golpea y ahora lo golpeas tú. Bien hecho, hermano, pero, ¿cómo diablos pudiste soportar tantos golpes?

Me acerco a González y le susurro.

—Te lo diré en la salida de la escuela.

—Está bien.

González es el único amigo que tengo, puedo confiar en él. Es como yo, pero delgado y moreno.

(En la salida de la escuela, 12:30 de la tarde.)

Las primeras clases terminaron y decidimos faltar a las demás.

Yo quiero irme temprano a casa para comenzar con mi entrenamiento.

—Bien, ¿qué querías decirme?- Dijo González.

—Vamos, en el parque te lo diré.

Alguien podría escucharnos aquí.

(En el parque que está a dos cuadras de la escuela.)

Bien... El parque está solitario... Bueno, después de todo, está muy sucio y descuidado. Nadie viene a este lugar.

—Bien, dime, y no me salgas con tus tonterías de "me gustas" porque me voy corriendo.

Lo veo reírse y le sonrío.

Lo que le diré lo sorprenderá más que eso.

—González, adivina qué.

—¿Qué?

—Seré un héroe.

Sonrío mientras lo veo confundido.