webnovel

Héroes por suerte.- Ser un héroe es doloroso

Unos aliens con un plan y un chico con ideas raras sobre la justicia, es una rara y mala combinación. Los Trailens llegaron al planeta tierra para conquistarla de una forma algo rara. Les dieron poderes a 15 humanos. ¿Para qué? Pronto lo descubrirán. Ángel es uno de los 15 elegidos y decide convertirse en un héroe. Sigue la aventura de este héroe que estará ayudando a los Trailens de forma indirecta.

Hector_Angel · Fantasy
Not enough ratings
37 Chs

CAPÍTULO 24

Héroes por suerte.

CAPÍTULO 24

—¿A dónde fuiste? Me tenías preocupada.- Dice mi madre.

El interrogatorio comenzó... Quería dormirme ya, pero primero le contestaré a mi madre lo que quiere saber.

—E-estaba...

Mierda... Me da pena decir esto, pero debo hacerlo.

—F-fui con mi novia a comer, lo juro.

Debo seguir con esta mentira... ¡Me siento miserable mintiendo diciendo que tengo novia!

—¿Tienes el teléfono apagado? No podía llamarte.

Debo mentir otra vez... Una mentira creíble.

—Me lo robaron, lo siento.

Mi país es tan inseguro, que esa mentira es muy, pero muy creíble.

—Luces extraño, ¿te pasa algo?

... Ya está sospechando.

¿Se lo digo? ¿Me considerará raro? Mierda... ¿Le digo la verdad?

—¿Y bien?

—Lo que pasa es... Bueno, lo que pasa es que es la primera vez que tengo novia y conseguí un empleo para poder salir con ella.

Lo siento, madre... Perdón por mentirte, pero no quiero que me consideres raro.

—Eso es bueno. ¿En dónde trabajarás?

—Pues, es algo vergonzoso... Trabajaré limpiando la casa de una profesora.

—¿Cuál profesora?

—Una de la escuela, no la conoces, da clases en otro grupo.

—Está bien, un trabajo es algo honrado y bueno para ti, felicidades.

Ah... ¿Realmente me creyó? Genial.

—Gracias. ¿Puedo acostarme? Tengo algo de sueño.

—Claro, pero, ¿no vas a cenar?

Tengo hambre, pero tengo algo importante qué hacer.

—No, gracias. Buenas noches.

Una hora más tarde.

Mi madre me despierta desesperada.

—¡Hijo, hijo, te busca la policía!

Me levanto confundido... ¿Qué dijo? No entendí.

—¿Quién?

—¡La policía! ¡Dicen que quieren hablar contigo!

—¿La policía?

Esto es... muy malo... Y sospechoso... Supongo que ya me encontraron... Mierda.

Salgo de mi casa y veo a un hombre con traje negro. El hombre es rubio, tiene los ojos azules y es alto... Es extranjero... Y ese traje negro no es el uniforme de la policía... Es demasiado sospechoso.

—¿Puedo ayudarle en algo? ¿Para qué me busca?

Mi hermana mayor, Kenia, me da un golpe en la cabeza. Kenia es alta, tiene el cabello negro y corte de hongo... Y es la más loca... ¡Maldita idiota!

—¡¿Ahora qué hiciste, inútil?!- Dice enojada.

—No te metas, idiota.- Digo enojado.

—¡¿Cómo me llamaste?! ¡Gordo inútil!

El hombre nos interrumpe.

—Tenemos un asunto que hablar, es algo secreto, tiene que acompañarme.

—¿Secreto?

Recuerdo la advertencia de González... Sí, me encontraron.

Él no parece un ciudadano de mi país... Es un ciudadano de Unikein... Oh, mierda.

Suspiro... Debo obedecerlo.

—Ya veo, lo saben, ¿verdad?- Digo observando al hombre con una mirada seria.

—Veo que ya sabes de lo que se trata. Ven conmigo.

Mi madre me observa preocupada.

—¿Qué hiciste?

—No te preocupes, solo quiere saber lo que vi el otro día, presencié un asesinato y quieren mi testimonio, ¿verdad?

El hombre sonríe.

—Así es, su testimonio nos servirá mucho. Vámonos.

Sí, esto lo confirmó... Lo saben.

—Ahora vuelvo, adiós.

Me subo a su auto y nos vamos.

—¿Un asesinato? ¿Sospecharán de él?.- Mi hermana mayor, Sonia, lo dice preocupada.

Sonia es una chica alta, con el cabello negro y largo. Es menos molesta que mi otra hermana, pero sigue siendo molesta.

—Se lo hubieran llevado a la fuerza si sospecharan de él. Entren a la casa, vamos a cenar.- Dice mi madre.

En el auto.

Es cómodo... Cuanta elegancia... Debe ser un auto caro.

Estoy sentado en el asiento del copiloto y volteo a verlo.

—¿Es agente de este país o de Unikein? Sabes hablar perfectamente mi idioma, pero no pareces ser un ciudadano de este país.

—Tienes buena vista, Ángel Man.

Cierro los ojos y suspiro... Soy un idiota... Aparte, ¿por qué me llama así? No uso el "Man". Ese nombre es cliché.

—Lo sabía, tenía que tener más cuidado con mi identidad... Y no me llamo "Ángel Man", me llamo simplemente "Ángel".

—Soy de una organización secreta, que ni el mismo presidente de Unikein sabe de su existencia. Nosotros investigamos los casos aliens.

Oh, genial, una organización secreta... ¡¿Tan rápido?! Sabía que existían organizaciones así, pero pensé que las conocería más adelante.

—Déjeme adivinar, siempre han sabido que existen los aliens, pero no lo hacen público, ¿verdad?

—Suena mal, pero tienes razón. Nosotros investigamos el espacio con telescopios y satélites de gran tecnología. Nosotros no creemos que existan los aliens buenos, por eso estamos alerta siempre.

Claro que existen aliens buenos... O eso me gusta pensar.

—Bueno, su organización es algo rara.

—¿Sabes por qué día a día, en todo el mundo, desaparecen personas?

—No lo sé, ¿secuestradores?

—En la mayoría de los casos, sí, pero también nosotros nos encargamos del secuestro de aliens que se disfrazan de humanos. Nos investigan. Hay miles de aliens en el planeta disfrazados. Existe la posibilidad de que tú hayas visto uno y no darte cuenta.

Me quedo nervioso por lo que dijo... ¡Es demasiada información por procesar!

—¿Qué hacen con ellos? Y mi principal pregunta, ¿cómo descubrieron mi identidad?

—Tenemos cuarteles en todos los países del mundo, nosotros los capturamos, los llevamos al cuartel más cercano y se interroga al alien. Por alguna razón, aprenden el idioma fácilmente, y después los asesinamos por precaución. Respecto a tu pregunta de cómo descubrimos tu identidad, nuestros satélites captaron tu ubicación mientras ibas volando a tu hogar. Solo te seguimos con el satélite y te descubrimos.

Oh... ¿Habrán descubierto a los Skurals también?

—¿Vieron las naves de los Skurals?

—No, por alguna razón, su nave no fue captada por nuestros telescopios y satélites.

—¿También descubrieron a los demás?

—Por el momento solo nos interesas tú.

Perfecto.

—Te propongo un trato, no investigues a los demás y yo no destruyo a Unikein, ¿qué te parece?

—No creo que seas capaz de destruirlo.

—Con el poder que tengo, soy inmune a las enfermedades, si me cortan el brazo, puede regenerarse, tengo una gran fuerza, velocidad y resistencia. Si me provocas, no lo pensaré dos veces y destruiré tu país.

—Ya veo, tienes agallas, hijo. Escucha, te propongo un trato, que estoy seguro, te encantará.

—... Te escucho.