Fu Qi Hong se tensó mientras miraba a Wen Gui, cuyos ojos estaban llenos únicamente de energía asesina mientras veía a su hija ser llevada por los paramédicos y luego dijo con una voz grave y una sonrisa en su rostro —Puedes decírmelo, no me enojaré. Tampoco diré nada que te moleste.
—Pero vas a hacer algo ¿verdad? Tanto Fu Zhao como Fu Qi Hong pensaron en sus cabezas antes de voltearse a mirarse el uno al otro y luego Fu Zhao dijo con una sonrisa encantadora —Creo que deberíamos irnos ahora, ya que terminé de visitar a las víctimas de ese incidente, es hora de que volvamos a la estrella imperial.
—Creo que esa es una excelente idea, Su Majestad —dijo Mo Yan mientras sonreía a Fu Zhao, estando alerta para detener a Wen Gui por si intentaba lanzarse sobre el príncipe.
—Oh, ¿se van? —Wen Gui inclinó la cabeza mientras sacaba un paquete sospechoso de su bolsillo y dijo —Iba a preparar té para ustedes dos, ¿no lo van a tomar, su majestad?
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