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—¿Tu ardilla mascota? —La mirada de Fu Zhao cayó sobre la ardilla cuyos ojos estaban fijos en ella y sonrió victoriosa. Parece que finalmente consiguió controlar a Mo Qiang, había estado pensando cómo hacer que esta mujer se sometiera bajo ella, pero ahora parecía que ya no tenía que preocuparse por ello.
—Así es —asintió Mo Qiang, ella también captó el brillo victorioso en los ojos de Fu Zhao pero ¡ella no se iba a someter tan fácilmente! Ya estaba teniendo suficientes problemas con Xiao Jiao brincando sobre su cabeza pidiéndole que reviviera la naturaleza, no quería otro jefe. ¡Especialmente uno que parecía tener algunos fetiches sadistas muy serios!
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